Las semanas siguientes fueron como estar soñando permanentemente.
Harry estaba tan feliz que no podía describirlo con palabras, y Draco había abandonado esa mirada de tristeza que lo acompañaba a todas horas.
Ninguno de sus amigos sabían de la relación que habían comenzado los chicos, pero igual notaban la alegría de ambos.
-Draco, no sabes como me alegra verte mejor – le dijo Pansy abrazándolo.
-Lo estoy Pans, no me sirve de nada quedarme sentado, debo seguir con mi vida – le explico Draco.
-Bien pensado amigo – siguió Roger – ¿y se puede saber a que se debe esa felicidad?
-Simplemente veo la vida con otros ojos.
-pues alguien te cambio la perspectiva de la vida – volvió a decir Roger.
Draco simplemente no le contestó y dirigió su mirada a la puerta del gran comedor donde entraba Harry Potter…el chico de sus sueños.
Realmente lo era…esa misma noche Draco había soñado con el moreno, como este se metía a su cama y comenzaban a hacer el amor dulcemente…de solo volverlo a recordar se sonrojaba.
Harry lo busco con la mirada y le dirigió una sonrisa, que fue interrumpida por sus amigos.
-¿te ríes solo Harry? – pregunto Ron.
-Así es amigo…irradio felicidad – dijo Harry con gran sonrisa
-A que se debe tan gran felicidad – intervino la castaña.
-Pues, como se sentirían si ya no hay un loco tratando de matarte a todas horas.
Esta última respuesta hizo sonreír a los tres, después de todo lo que habían pasado, esa contestación parecía evadir perfectamente los motivos reales de la felicidad de Harry.
-¿que tenemos ahora? – pregunto Ron
-Astronomía con Slytherin – dijo Hermione media molesta
La parejita bufo, pero Harry no, tendría a su novio secreto muy cerca de el, y en su cabecita ideaba un plan algo pícaro.
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Dentro del salón, todos los alumnos estaban haciendo fila para ver por el gran telescopio que la profesora había armado en una de las ventanas, que daba exactamente a la constelación que estudiaban ese día.
Haciendose los tontos Harry y Draco se fueron hasta el final de la fila.
La clase estaba muy entretenida y ya comenzaba a oscurecer, las estrellas podían verse perfectamente y todos estaban concentrados en ellas.
Al percatarse de este detalle, Draco y Harry comenzaron a hacerse jueguitos, como pellizcarse el trasero o darse pequeños piquitos cuando estaban seguros que nadie los veía. Estos inocentes jueguitos comenzaban a volverse peligroso, ya que los chicos no eran de piedra y comenzaron a sentir como poco a poco su sangre iba subiendo la temperatura.
-Harry, ven, mira – lo llamo su castaña amiga.
-¿Que haces cerca del hurron? Quieres que te pegue la depresión, o que – le reto Ron
-Ron, no es nada, ni siquiera hablamos – mintió Harry…a decir verdad no mintió, es que no hablaban, mas bien solo se tocaban.
Harry voltio a verlo y estaba mirando por uno de los telescopios junto a Roger…no pudo dejar de sentir esa punzada en el estomago que generalmente es conocida como celos.
El moreno cortó un pedazo de su pergamino y escribió en él.
<Cuando la clase termine, haz tiempo, no te vallas >
Harry disimuladamente se acerco y se lo dio, Draco la leyó y le correspondió con un pequeño guiño con su ojo derecho.
El tiempo parecía pasar en cámara lenta para los nuevos amantes de Hogwarts. Hasta que por fin la clase finalizó. Todos salieron casi corriendo al gran comedor para cenar.
Draco fingió que sus pergaminos se le habían caído al piso, mientras que Harry salio con sus amigos cerrando la puerta tras el y dejando al rubio dentro.
-Oh diablos, olvide unos pergaminos, ya vuelvo – se disculpo Harry
-No tardes amigo – le dijo Ron tomando la mano de su novia y comenzando a bajar la escalera.
Harry entro nuevamente al salón, cerró la puerta con un hechizo y se lanzó a los brazos de Draco.
Besándose apasionadamente, sin siquiera separarse, el Sly fue llevando al Gry esta una de las paredes, presionándolo en ella, para apoyar todo su peso en el cuerpo de Harry.
En ese momento ambos se dieron cuenta de los fastidiosas que eran esas túnicas, así que sin mas, se las quitaron tirándolas al piso.
El rubio comenzó a recorrer el cuello del moreno con húmedos besos, mientras que sus manos se dirigían a sus partes intimas…por este acto Harry comenzó a gemir suavemente.
-Pon un hechizo silenciador – dijo Draco muy agitado – voy a hacerte gritar como una Mandrágora.
Antes estas palabras Harry volvió a acobardarse, y aparto un poco a Draco.
-Perdón…yo, no debí decir eso – se disculpó Draco – me desubique.
-No...no es eso…es que – trataba de justificarse Harry, pero no tenia idea de que el rubio lo entendía perfectamente.
-¿Qué es? ¿el miedo?...lo que te impide hacerlo.
-Merlin, ¡soy un idiota! – dijo Harry cubriéndose la cara por la vergüenza.
-ey ey, no digas eso – le contesto Draco abrazándolo – jamás te forzaría, tiene que ser tu propia decisión.
-Es que yo quiero hacerlo Draco…pero.
-Pero aun no. Tenemos todo el tiempo, Harry, te esperaría toda mi vida – dijo el rubio para luego besarlo.
Los chicos volvieron a ponerse sus túnicas, arreglarse un poco el pelo y salir de ahí.
-¿Nos vemos mañana? – le pregunto el Sly
-Lo siento, quede en ir a Hosmade, debo ver algo importante – se disculpo el Gry
-oh, ya veo…mi regalo de cumpleaños, ¿verdad? – dijo Draco divertido – no permitas que te moleste entonces…estaré en la tumba blanca por la tarde si quieres verme.
-siempre quiero verte – dijo Harry para inclinarse y darse un beso, luego separarse y entrar al comedor como si nada pasara.
Harry seguía rompiéndose la cabeza pensando en que regalarle a Draco para su cumpleaños 18. Debía ser algo muy importante, que lo recuerde para toda la vida.