Luego de aquella noche maravillosa, en que ambos se habían entregado en cuerpo y alma, era inevitable en comienzo de un nuevo día…el día en que Draco Malfoy había nacido hace 18 años.
Los chicos estaban aun dormidos sobre las lujosas sabanas de seda blanca, abrazados y tapados, ya que por la madrugada, el sudor de sus cuerpos se iba secando produciéndoles frío.
Harry comenzó a despertar, se dio cuenta que sus brazos envolvían algo muy calido y suave, levanto sus ojos y se encontró con el precioso rostro de Draco, aun dormido.
Recordó los sucesos de la noche anterior, realmente había tenido sexo (del mejor)…con un hombre…con el príncipe de las serpientes…y no se arrepentía ni un solo segundo.
El moreno se fue levantando lentamente para no despertar al rubio, busco su ropa que estaba exparsida por toda la habitación, y sintió curiosidad por el pijama verde oscuro de Draco sobre el piso, lo tomo y se lo puso, era tan hermoso y suave como la piel de su dueño. La curiosidad seguía fluyendo en Harry, es que nunca en su vida pensó estar en la habitación del Slytherin. Se asomo a la ventana, estaba lloviendo (mejor aun para no salir de la habitación ese aburrido domingo). Sus ojos viajaron a la pared, donde había mas de una docenas de fotos pegadas de una forma irregular y ensimadas. Todos en ellas reían y se abrazaban.
Las fotos eran de todas las épocas. A Harry le llamo particularmente la atención una…en que Narcissa estaba parada acunando contra su pecho a un hermoso bebe en sus brazos para lograr que se durmiera, le pareció extremadamente tierna, Draco tendría solo días de haber nacido, y aun así, se notaban sus platinados cabellos.
Había otra de no hace mucho tiempo, eran Draco, Crabbe, Goyle y Zabini, riendo y haciendo cómicas muecas a la cámara. Otra de Draco y Pansy con sus túnicas de gala, seguramente fue tomada antes del baile de navidad.
Claro que no pudo obviar la foto mas grande, que estaba pegada en el centro del collage…Lucius, Narcissa y Severus Snape, en edad escolar, no pudo dejar de recordar que tenia una foto exacta con Ron y Hermione.
Harry miró a Draco durmiendo, y se dio cuenta que probablemente seria su primer cumpleaños sin su familia. Él debía hacer todo lo que estaba a su alcance para que su rubio disfrute de ese día, no quería volver a ver jamás esa mirada triste que ya había desaparecido.
Draco comenzó a despertar y Harry volvió a la cama para estar a su lado.
-Buenos día cumplañero – dijo Harry dándole un beso en la mejilla.
-Harry, ¿que hora es? - dijo mientras se desperezaba.
-no importa, es domingo.
-¿que haces con mi pijama? – dijo luego de mirarlo de arriba a abajo.
-lo ví muy hermoso y quise saber que se sentía usarlo.
-te queda mucho mejor a ti – dijo Draco sonriendo – combina con tus ojos.
El rubio no pudo resistirse y beso a Harry acostándolo nuevamente en la cama sobre su pecho.
Los besos comenzaban a tomar un ritmo apasionado, al igual que sus caricias.
El rubio quito sus propio pijama de la piel del moreno para sentir ese mismo contacto que los hacia estremecer, al igual que la noche anterior.
Un desubicado crujido en el estomago de uno de los chicos hizo que ese momento, que se volvía cada ves mas ardiente, desapareciera.
-Lo siento – dijo Draco al ver que eran sus tripas – es que muero de hambre.
-Jaja, si, yo también – contesto Harry sin hacerse problema.
-¿Bajamos a desayunar?
-no, claro que no – contesto el moreno – nos quedaremos aquí todo el día.
-me parece una idea genial, pero yo tengo hambre.
-No te preocupes por eso – dijo Harry levantándose de la cama y vistiéndose con su ropa – ayer en Hosmade compre un bolsa gigante llena de dulces, voy por ella.
-jaja, genial - dijo Draco levantándose y dejando al descubierto su perfecto cuerpo desnudo – no tardes demasiado – dijo, para luego tomar a Harry por la cintura y torturar sus labios con los suyos. El moreno estaba comenzando a debilitarse tocando esa magnifica piel nuevamente.
-shh, bueno, bueno – lo aparto Draco – mejor vas, sino nos moriremos de hambre.
-ohhh no, mejor no, voy mas tarde – se quejo Harry tratando de volver a besarlo.
-Hey, tenemos todo el día – lo animo el rubio depositando un tierno beso en la punta de su nariz. Harry a regañadientes salió bajo su capa a buscar las golosinas.
Al entrar a la sala común de Gryffindor agradeció a todos los magos que esté desierta. Subió a su habitación, solo estaba Neville durmiendo, y alguien en la ducha.
Abrió su baúl y saco la bolsa llena de golosinas que había comprado.
Confiado de estar en su casa, Harry bajo sin la capa, preparándola para cubrirse al salir.
-Buen dia Harry – dijo altanera la vos de Ginny
-oh Ginny, me asustaste.
-¿Por que? No hacías nada malo, ¿o si? – dijo Ginny acercándose peligrosamente a el.
-Pues la verdad no, solo voy a salir un rato – contesto Harry poniéndose algo nervioso.
-¿saldrás con esta lluvia? – acercándose aún mas.
-Así es…te veo luego Gy – dijo Harry saliendo casi corriendo de su sala común.
Ginny quedo echando fuego por los ojos, ¿acaso Harry creía que era estúpida?, seguro que se iría a encontrar con “esa”, llevaba su capa y una bolsa grade de no se que, se decía a si misma la pelirroja.
-cuando descubra quien es, se va a arrepentir de haberse metido con mi Harry – se desafió a si misma, y subió a su habitación aun enfadada.
Harry murmuro la contraseña y entro al nido de las serpientes que estaba desierto, subió casi corriendo a la habitación de su rubio, pero cuando entro él no estaba en su cama.
Solo ahí, el moreno escucho el ruido de la regadera en el baño, seguramente se estaba duchando, a el también le hacia mucha falta.
-Puaj, huelo a…¿sexo? – no pudo dejar de esbozar un picara sonrisa en su rostro, mientras que se acercaba a la puerta del cuarto de baño que estaba entre abierta.
Se asomo y vio a Draco entre el vapor de la ducha, estaba enjabonando la perfecta piel mientras el agua caía juguetona por todo su cuerpo.
Harry comenzó a respirar con dificultad, algo dentro de su pantalón comenzaba a molestarle.
Casi por inercia se despojo de su ropa y se metió a la regadera junto con Draco.
- Diablos Harry – grito espantado el rubio por la sorpresa – si que te gusta aparecerte de repente.
Pero la contestación de Harry fue un fogoso beso que hizo a Draco chocar su espalda contra la pared.
Sus manos enjabonadas viajaban a una velocidad deliciosa por el cuerpo del otro.
Harry comenzó a bajas por el cuerpo de Draco , que se sostenía débilmente contra la pared, hasta bajar y jugar sobre el ombligo del rubio con su lengua, para luego volver a subir, muy, muy despacio presionándolo aun mas contra la pared y el torso enjabonado de ambos.
Draco puso una mano el su cuello y con la otra revolvía los cabellos del moreno, sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos con tal lujuria, que lo obligo a cambiar de posición.
Ahora era el rubio quien lo tenia aprisionado contra la pared, para tomarlo de sus manos y subirlas hasta arriba de su cabeza, y comenzar a besas ardientemente el cuello y pecho de su amante.
Sus miembros estaban erectos y necesitaban atención de inmediato.
Draco en un movimiento maestro que sorprendió a Harry. Coloco ambos miembros, uno pegado al otro, para aprisionarlos juntos con su mano y comenzar a acariciar al unísono.
Los jóvenes amantes estaban casi ahogados, por el placer, los besos y el intenso vapor de la ducha. Casi no podían mantenerse en pie.
Draco sacudía su mano y su brazo de una manera que los hacia gemir a gritos, Harry clavaba sus dedos sobre los hombros del rubio, tratando de no perder el equilibrio por el extremo placer.
Terminaron en perfecta sincronía, y aun así, todavía quedaban restos de gemidos en sus gargantas. Agitados, se miraron a los ojos y comenzaron a reír divertidos, como sorprendidos de ellos mismos, por lo que acababan de hacer.