Luego de tan excitante desayuno en la ducha, era tiempo de un verdadero desayuno que calmara el dolor de estomago que sentían al estar vacíos.
Harry se vistió con el pijama verde oscuro de Draco que tanto le gustaba, y el rubio se vistió con uno color rojo.
Estaban sentados frente a frente en la lujosa cama, rodeado por todo tipo de golosinas. No era un desayuno muy nutritivo, pero era la única opción que tenían, si no pretendían abandonar la habitación.
-Que asco – dijo Draco – ¿te gustan esos dulces que no sabes que sabor tendrán?
-Pero lo divertido es adivinar a que saben – dijo Harry tomando uno de un color muy rojo – te apuesto que es de cereza – el moreno lo metió en su boca y rápidamente lo escupió sobre una servilleta, gritando – ¡¡puuaj sangre!!
Draco soltó una estrepitosa risa que sonó en toda la habitación, Harry se lo quedo mirando, puesto que nunca había escuchado música mas bella.
-es la primera ves que oigo tu risa real, no la de burla – comento el Gry
-es la primera ves que río desde…ni me acuerdo – le respondió el Sly
-¿es tu primer cumpleaños sin ellos?
-así es – contesto triste el rubio.
Harry al ver que Draco se había puesto mal, decidió cambiar rotundamente la conversación, ya que se había propuesto esa misma mañana pasar un día maravilloso junto a el.
-¿te gusto mi regalo? – pregunto el moreno con un tono carmesí en sus mejillas.
Draco quito la vista de un dulce, para mirar a Harry a los ojos y sonreír.
-nunca imagine que fueras tan apasionado Harry…te lo tenias bien guardado – contesto Draco, al parecer el nuevo tema había borrado su congoja.
-solo me deje llevar, no podía permitir que el miedo me frenara nuevamente.
-¿miedo a que exactamente? – pregunto curioso Draco.
-bueno…a ti, yo nunca había hecho nada…así – dijo Harry cada ves mas avergonzado.
-Pues yo tampoco había echo nunca nada – le contesto confiado.
Harry lo miro sorprendido, era muy conciente de los rumores que se corrían por el colegio, Draco Malfoy, el irresistible Slytherin y experto seductor y amante.
-jaja, ¿eso dicen de mi? – río Draco al escuchar lo que le contaba Harry – ¿ya lo ves? Nadie me conoce realmente, solo se inventan cosas – Harry volvió a notar esa mirada triste.
Lo tomo del rostro y lo levanto para verlo directo a los ojos.
-¿yo fui tu primera ves? – dijo el moreno con los ojos brillosos.
Draco acertó con la cabeza, se sentía tan, o mas emocionado que harry en ese momento.
Una lechuza golpeando la ventana, interrumpió a los chicos que se estaban besando apasionadamente luego de esa confesión. Draco se acerco, abrió la ventana y tomo la carta que el ave le alcanzaba.
-Es de Pansy y Roger – dijo el rubio con una sonrisa.
Las siguientes horas fueron de diversión…una rana de chocolate había escapado de su envoltura saltando por toda la habitación, mientras que los chicos corrían tras ella riendo y tratando de atraparla…también fue momento de reflexiones, cada uno contó la historia de sus cicatrices y su experiencia en la guerra. Mientras Harry, revisaba el brazo de Draco, donde ya no había rastros de la marca tenebrosa…luego de que el Innombrable muriera, las marcas en todos los Mortifagos habían desaparecido.
El rubio le comentaba al moreno los eventos de cada una de esas fotos y de cómo les gustaba, confeso tener decenas de albunes repletas de ellas.
-Tengo la cámara aquí -dijo Draco – ¿quieres que nos tomemos una?
Harry contesto emocionado. Al minuto estaban posando frente a la cámara que habían dejado hechizada arriba de la cómoda para que les tomara la foto. La observaron y luego se observaron a ellos mismos. Los movimientos de la foto consistían en Draco, envolviendo a Harry de la cintura, levantándolo del suelo, para dar ambos dos vueltas divertidas sobre si mismos, luego volver a bajarlo y depositar un beso en sus labios.
Draco la duplico con su varita y le entrego una a Harry.
Afuera ya era de noche, miraron el reloj, 09:15, ya estaría todos regresando al castillo, o algunos ya estarían ahí. A los chicos no le importaba, la habitación estaba cerrada y tenia un fuerte hechizo silenciador, y en la torre gryffindor ya nadie se preocupaba demasiado por Harry desde que el innombrable había muerto.
Parados delante de la ventana observando la lluvia, Harry soltó una frese de la nada, que traería dulces consecuencias.
-¿Te as dado cuenta? – dijo Harry – yo tengo el pijama verde Slytherin, y tu el rojo Gryffindor, cambiamos de roles.
-Pues yo tengo una idea mas interesante acerca del cambio de roles – dijo Draco acercándose a Harry lentamente, para tomarlo de su cintura, mirarlo directamente a los ojos con deseo y devorar su boca de un beso.
El rubio fue caminando para atrás con el moreno pegado a su cuerpo, para chocar contra la cama, y caer sobre ella enredados.
Se despojaron de sus pijamas a la velocidad de la luz, mientras que sus manos, ya expertas, viajaban por sus cuerpos.
Draco voltio a Harry aplastándolo contra el colchón, mientras que bajaba suavemente por el cuerpo de su amante llenándolo de húmedos besos. Tomo el miembro de Harry entre sus manos y decidido lo introdujo en su boca, jamás había hecho eso, pero no le parecía desagradable, aunque no le gustaba la idea de que terminara dentro de su boca.
Subió nuevamente a los labios del moreno, y éste lo volvió a rodar.
-¿Así que quieres cambiar roles, hurón? – dijo Harry, con la voz tan cargada de deseo, que solo hizo exitar mas a su amante.
-Así es cara-rajada…yo no tengo miedo – contesto Draco con picardía.
Harry tomo su propio miembro y lo acomodo en la entrada de Draco, sintió que este produjo un quejido y se tensó.
-El placer no existiría si no hubiera dolor – le dijo Harry con una sonrisa, calmándolo un poco.
-Es como en la vida, pero para todo hay solución – le dijo Draco muy convencido, señalando con sus hermosos ojos la varita sobre la mesita de noche.
Harry la tomo, y murmuro –Vallisum – era un hechizo de primer año, que consistía en una especie de gel, para ser derramado y hacer resbalar a un oponente…pero entre los mayores del colegio, se usaba para otros fines, como el que estaban a punto de concretar Draco y Harry.
Luego de haber colocado una cantidad abundante que alcanzo hasta las sabanas, el Gry se propuso nuevamente a penetrar al Sly, que lo esperaba ansioso, decidido y sin una pizca de temor. Lo que le dio mas confianza a Harry para comenzar a entrar en el.
Draco apretó los ojos y los labios, mientra que sus manos apretaban las sabanas.
-¿Te encuentras bien Draco? – pregunto Harry algo asustado al escuchar su gemido de dolor, y comprobar que efectivamente era virgen.
-nunca estuve mejor…comienza cuando quieras – respiró hondo, volviendo a tomar esa voz cargada de deseo.
Harry lo beso mientras comenzaba a moverse muy suavemente. Era la primera ves que lo hacia…pero siempre aprendía muy rápido…y los jadeos de Draco le indicaba que lo estaba haciendo bien.
Harry se incorporo un poco sobre uno de sus codos, para tener una mano libre y así acariciar tan hermoso cuerpo. Se sentía tan perverso, rebelde, sucio, excitante…el tener en su dominio a Draco Malfoy era lo mas estimulante que hubiese deseado.
El chico debajo de él, consistía en un impresionante rubio platinado, de tez blanca y mejillas rosadas, con unos labios rojos y gruesos resultado de los besos apasionados y unos ojos grices tormenta que los miraban con lujuria.
Draco coloco sus manos en la espalda de Harry Potter…arriba de su cuerpo se movía, de una manera sumamente descarada y caliente, el salvador del mundo mágico, con sus azabaches cabellos pegados en su frente por el sudor, una hermosa piel trigueña y unos ojos verdes esmeralda, que reflejaba una inocencia totalmente perdida.
Estos estimulantes pensamientos no hicieron mas que acrecentar la pasión entre ambos, dejándolos al borde del tan deseado final.
Draco tenía agarrado a Harry por los cabellos, obligándolo a besarle de una forma no muy cómoda, gracias a que ambos se movían violentamente. Solo sus lenguas de fuego se rozaban intensamente, al igual que sus cuerpos bañados en sexy sudor.
Los fuertes gritos de placer indicaban el final de tan maravillosa experiencia.
Se quedaron tirados en la cama, sumamente agotados y agitados, sin despegar un centímetro sus cuerpos.
Recién en ese momento pudieron volver a besarse civilizadamente y con una mirada tranquila, Harry hablo:
-feliz cumpleaños Draco.
Harry despertó algo sobresaltado, miro el reloj, 1:30. Despertó a Draco para decirle que regresaría a la torre.
Se vistió, beso a su amante y salio de la habitación oculto bajo su capa para hacerse invisible, sin antes recordar:
-creo que deberías tirar esas sabanas.
Draco le sonrió y volvió a besarlo.
Caminando por los pasillos, mirando la foto, Harry no pudo evitar sentirse feliz por tan maravilloso día. Y sin dejar de recordarse sorprendido que en el transcurso de casi 24 horas, había hecho el amor tres veces.