Luego de tan maravilloso cumpleaños, Draco comenzó a estar diferente. Dejó de ser ese chico frío y arrogante, para optar por un perfil mas bajo, y evitar meterse en problemas, claro que era un Malfoy, el cambio no consistía en volverse amable y solidario con los sangre sucias…pero era cierto que todos notaban un cambio en el.
Había vuelto a optar por ese traje enteramente negro, tan elegante, que provocaba que hasta la mismisima McGonagall se diera vuelta cuando el pasaba. Los colores de Slytherin jamás le habían sentado tan bien, ahora que llevaba la corbata floja, y dos o hasta tres botones de la camisa abierta, que hacían delirar a los que se encontraban cerca.
Pero había alguien específico, que perdía la cabeza y los sentidos cada vez que el príncipe de las serpientes pasaba por su lado…nada más y nada menos que el salvador del mundo mágico.
-¡Potter! – grito el profesor de pociones – ¡quiere poner atención!
-yo…mmm…perdón – dijo Harry sonrojado, al darse cuenta que todos los ojos de la clase estaban puestos en él.
-que no se vuelva a repetir, Potter – dijo el profesor enojado – todos, entreguen las pociones , ¡ahora!.
Todos los chicos comenzaron a levantarse y depositar el trabajo finalizado en el escritorio. Harry aun debía taparla y etiquetarla, cuando se levanto para entregarla, unos ojos grices acompañados por una sonrisa seductora, hizo que tropezara rompiendo la poción.
-¡Potteeer! – grito furioso el profesor – ¡esto es el colmo!, la próxima clase quiero esa poción echa nuevamente, y un pergamino entero acerca de ella, ¡me entendió!
-señor, pero mañana hay Quiddich, yo…
-¡no me importa el partido!, sin excusas Potter – y aun mas enojado – ¡todos fuera de aquí!
Parece que habían contratado a ese nuevo profesor para no echar de menos a Severus Snape.
A diferencia de otros años, sus amigos no prestaban mucha atención a sus acciones, no solo porque ya no corría peligro y emocionalmente estaba recuperado, sino también porque Ron y Hermione parecían no bajar de esa nube en forma de corazón que los envolvía a todas horas.
Algo que también quitaba su atención, era el hecho que el partido de Quiddich seria contra Slytherin, y debería disputar la Snich dorada junto con Draco.
Estos pensamientos no los dejaban dormir en paz, además luego de aquel día, en que habían estado ambos tan desenfrenados, Harry lo extrañaba horrores y deseaba tenerlo en su cama todas las noches.
Comenzaba a sentirse algo acalorado al recordar como se veía en la clase de criaturas mágicas…hasta Hagrid quedo atontado cuando se quito la túnica, quedando solo con su camisa bastante transparente, y con solo recordar que ese cuerpo podía ser suyo cuando quisiera, le hizo temblar las piernas.
No aguantaba mas, quería verlo de inmediato, tomo el mapa. Estaba haciendo su ronda de prefectos cerca de la sala de pociones donde cursaron en primer año…tomo su capa para hacerse invisible, y salio de ahí como tiro.
Draco caminaba tranquilamente por el pasillo, cundo sintió como algo le pellizco el trasero. Asustado se dio vuelta para ver como Harry salía de su escondite invisible.
-Diablos Harry, del susto casi me matas.
-No aguantaba un segundo mas sin verte – lo tomo por la camisa y se metieron dentro del aula.
Gracias a Merlin, la construcción del castillo era muy fuerte, de no ser así, hubiesen tumbado la puerta, gracias al peso que los chicos ejercían sobre ella.
-Te extrañaba tanto - decía Harry, aplastando al rubio contra la puerta sin dejar de besarlo.
-mmm, yo igual – gemia Draco, mientras inclinaba hacia atrás su cabeza, y dejaba mas espacio al moreno, para besar cuanto quisiera.
-Eres un maldito sexy – jadeaba Harry mientras le desabrochaba su camisa – no me dejas concentrar en las clases, siempre termino castigado por tu culpa – termino de hablar, para entretener su lengua con algo mucho mejor, el pezón de Draco.
-y crees..mmm…que yo…no, es que tengo…ahhh…mas control que tú…por eso – dijo para apartarlo de su pecho.
Harry lo miro confundido y molesto.
-Hay Queddich mañana cuatro ojos , y debes rehacer la poción –dijo draco comenzando a abrochar su camisa.
- Me importa muy poco – contesto para intentar besarlo otra ves.
-Pues deberías, no quiero que repruebes todas las materias por mi culpa – dijo acercándolo a el – además te quiero bien despierto mañana en el juego.
Terminó de decir esto, para luego tomarlo del cuello, abrirle la boca, e introducirle su lengua de fuego hasta lo mas profundo, para luego estirar hacia él , el labio inferior del Gry.
Harry quedo bastante aturdido por semejante beso.
-Wuuf, esta me la cobraré, ¿me oíste?.
-Y yo la pagaré con intereses.
Ambos salieron de ahí abrazados y jugando, Harry pretendía no dejar caminar a Draco poniéndose delante de él, para luego besarlo, y cubrirse los dos con la capa.
Pero distraídos con ese juego, no se percataron que alguien los había visto, alguien que patrullaba todas las noches…no era la Sr Norris…era la directora McGonagall, transformada en gato, quien vio a Harry y Draco salir muy cariñosos de ese salón.