Ambos estaban en la inmensa sala, elegantemente decorada. Draco miraba todo a su alrededor, sin entender mucho los artefactos que había en ella.
-Oye Harry, ¿Qué es eso? – dijo señalando un artefacto grande y plano.
-Un televisor Draco, es un electrodoméstico muggle, sirve para ver por el.
-¿ver por el?
-Así es, observa – Harry tomo el control y encendió la pantalla.
Draco miraba fascinado, no comprendía como esa gente había entrado ahí. Harry lo miraba con ternura, la curiosidad del chico platinado era simplemente encantadora.
-Aun no termino de arreglar la casa, voy a hacerlo luego de terminar el curso, esta sala es una combinación perfecta del mundo mágico y el muggle…al igual que la cocina.
-Ya veo – decía Draco, mirando con curiosidad todo lo que había ahí.
-Cuando vengo con Ron y Hermione, nos gusta hacer todo nosotros, nos comportamos como adolescentes muggles.
Draco lo miro con cara de rechazo, él no tenia idea lo que era comportarse así.
-¿Quieres ser un adolescente muggle el fin de semana?
El rubio estaba algo confundido, no sabia exactamente en que podía variar, pero se recordó, que estaba en una etapa de cambio en su vida, así que le dijo SI a Harry con un poco de desconfianza.
-¿Y que se supone que aremos?
-Vamos a la cocina por comida, y luego escucharemos música – le comentó Harry.
Una ves ahí, Draco no dejaba de mirar sorprendido todos esos artefactos que decoraban la sala…su mirada se fijo en un cilindro, que tenia muchos botones debajo, se aventuro a tocar uno, y cuando se encendió, pegó un salto acompañado por un grito, y se aferro a Harry.
-¡Que rayos es esa cosa! – le pregunto muy asustado.
-jaja, tranquilo, se llama licuadora, sirve para triturar alimentos.
-¡Es una atrocidad!, parece inventada por el Innombrable.
Harry estaba cada vez mas fascinado ante la actitud de Draco, se veía como el mismo la primera ves que piso el mundo mágico.
El rubio vio como ponía unas cosas triangulares y llenas de queso en un plato.
-Ven, mira esto.
Harry coloco el plato dentro del microondas y lo encendió.
El Sly tenia los ojos que se le salían de orbita, por esa cosa que tenia luz adentro y giraba.
-Esto sirve para calentar la comida.
-¿y que es eso que esta adentro?
-Se llama Pizza, a todas las personas les gusta, al igual que esta bebida.
Draco miro con desconfianza una lata circular, que tenia grabado el nombre Coca-Cola en ella.
-Se llama gaseosa, es dulce y tiene gas, ¿quieres?
El rubio estiro su mano algo temeroso, y luego de olerla, se la llevo a la boca, tomando un sorbo.
-No esta mal. Pero quiero saber que es eso – refiriéndose a la pizza.
Harry traslado la pizza y las gaseosas hasta la sala, dejándola arriba de la mesa que había ahí.
-Anda, toma un triangulo.
-No quiero ser paranoico pero… ¿que tiene?
-Queso y tomate, y está caliente, así que cuidado.
Draco le dio un bocado y no pareció desagradarle.
Con una porción de pizza en la mano, y la gaseosa en otra, Draco se acerco curioso a una cosa cuadrada, que Harry estaba tocando.
-Es un estéreo, en el se escucha música – le comento a Draco, al notar que éste miraba extrañado.
Su mirada paso a unas cosas cuadradas y chatas que estaban tiradas por el piso.
-¿Que es Queen? – pregunto al ver la foto de cuatro hombres en la cajita de plástico.
-Es una banda de música muggles que me gusta mucho…Todo esto era de Sirius, el compraba estas cosas en el mundo muggle, y las escondía en su cuarto.
De repente una música bellísima comenzó a salir de ese aparato cuadrado y negro. Draco identifico los instrumentos, piano, guitarra, y una voz tan dulce y hermosa, que sintió como su piel se erizaba.
Harry apretó un botón, y esa música lenta que a Draco tanto le había gustado, cambió por una pesada y estrafalariamente ruidosa.
El moreno tomo a el rubio de las manos, y comenzó a saltar delante de el, invitándolo a bailar.
-¡Quítate esa ropa Draco, es muy formal! – dijo casi gritando, había puesto la música en un volumen muy alto.
Al ver que Draco no reaccionaba, le quito el saco, la corbata, desabrocho su camisa, y se la quito de adentro del pantalón.
-Anda Draco, salta, baila…uuuuju!
Draco lo miraba con cara divertida, y esa música de rock se le colaba tan adentro, que al momento, estaba junto a Harry, bailando y saltando por toda la sala.
Luego de unas cuantas canciones muy movidas, Draco callo extenuado en el sillón, haciéndole señas a Harry, que no podía moverse más.
-Bebe un poco de gaseosa, te sentirás mejor.
El rubio le dio muchos tragos largos a la latita, y luego de un momento, sintió algo raro en su estomago y garganta. Harry tuvo miedo, pensó que Draco vomitaría, pero no fue así, de su boca salio tremendo eructo, que hizo volar las cortinas. Rojo como el pelo de Ron y avergonzado, Draco se llevo una mano a la boca, y Harry rió tan fuerte, como jamás lo había hecho.
-jajaja, eso fue por el gas – trato de explicarle al rubio – a todos les pasa, mira.
Harry tomo de su gaseosa, y segundos después lanzo un eructo mas fuerte que el de Draco…ambos rieron y siguieron disfrutando de su adolescencia muggle.
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Caída la noche, los jóvenes se encontraban sentados en una inmensa alfombra de abundante pelos blancos, frente a la chimenea donde crepitaban leños. Afuera la tormenta de nieve era intensa, rodeando de un frío crudo a toda la mansión.
Ambos estaban comiendo fresas, delante del fuego que abrigaba la sala.
-Son deliciosas Harry, me encantan.
-Si, es mi fruta favorita.
-Es una casa hermosa, hiciste un buen trabajo en la sala – lo halagó Draco
-Aun falta mucho, voy a remodelarla por completo, eso será después de graduarme cuando venga a vivir aquí.
-¿Ya sabes que harás luego de dejar Hogwarts?
-Si, comenzaré a estudiar para auror, ¿y tú?
-En realidad, mi padre quería mandarme afuera a estudiar negocios, para administrar la fortuna Malfoy…pero ya ni fortuna hay, así que estudiaré lo que siempre quise ser…medimago.
-¿Quieres ser medimago?, eso es grandioso.
De pronto, el silencio se hizo presente. Hablando de su futuro, no habían considerado el hecho de cómo debían seguir su relación…¿que era eso?, ¿eran novios?, ¿amantes? ¿amigovios?...algo que aun no entendían y debían hablar.
-Esta casa es muy grande para vivir tu solo – soltó de repente Draco.
-Lo se, Draco…yo estuve…pensando…que tal ves, quisieras…venir a vivir conmigo…luego de terminar el colegio – todo esto, Harry lo dijo en un tono asustadizo, y sumamente despacio, sin atreverse a mirar a los ojos al rubio.
-Harry…yo…
-No es necesario que me contestes ahora…pero promete que vas a pensarlo.
-Harry no te estoy rechazando…es solo que…
-Yo lo se Draco, aun no son los juicios, tus padres pueden salir en libertad, y es obvio que quieras estar con ellos.
Draco sintió que Harry le estaba leyendo la mente. Efectivamente, el rubio mantenía las esperanzas acerca de la liberación de sus padres, pero ahora que tenía esta relación tan hermosa con Harry, no quería dejarla. Debía pensar muy bien su futuro, no actuar impulsivamente…no tenía idea como el mundo mágico tomaría la noticia de su relación…un Malfoy y el gran Harry Potter…aun ni ellos lo asimilaban.
Pero ese no era el momento para pensar…sino, para actuar. Frente a el tenia a un chico sumamente hermoso y dulce, que jugaba con una fresa en sus manos y tenía la mirada perdida en alguna parte del piso.
Se acercó, levantó su rostro, lo miró directo a los ojos, y lo beso de tal forma, que la fresa se le cayó de sus manos.