Harry comenzó a despertar lentamente. Afuera estaba nublado, pero había terminado de nevar. Hacia frío, y no deseaba levantarse, se tapo hasta el cuello con las mantas, y se aferro al calido cuerpo que tenia a su lado.
El moreno se quedó un tiempo considerable mirando a su rubio amante, quería verlo despertar, y mirar de cerca esos hermosos ojos grises, que le aceleraban el corazón.
Harry comenzó a tocarle los platinados cabellos, Draco se retorció un poco, y luego abrió sus ojos, encontrándose con dos esmeraldas brillantes que lo observaban.
-Buenos días Draco – le dijo Harry, besándole la punta de su nariz.
-jaj, me haces cosquillas – le respondió Draco.
-¿Dormiste bien?
-Como nunca
Sus cuerpos estaban desnudos, y producto del abrazo, se frotaban de tal forma, que comenzaba a exitarlos.
-¿me quieres decir como sobrevivimos anoche? – le pregunto divertido Harry
-me hubiese muerto feliz.
Luego de esa respuesta, Draco beso a Harry, y se aventuro a posarse arriba de su cuerpo.
Abandono su boca, para viajar hasta su cuello, y llenarlo de fogosos besos húmedos, siguió bajando por su pecho, mientras Harry comenzaba a suspirar y retorcerse. Siguió por su abdomen, y se detuvo repentinamente.
Harry alzo su cabeza, y le dedico una mirada confundida.
El rubio lo miró con lujuria, le sonrió…y se ocultó bajo las sabanas, comenzando a jugar con el miembro de Harry.
El moreno estaba totalmente exitado, mirando la cabeza de su amante, que se movía debajo de las sabanas. Draco estaba haciendo un estupendo trabajo. Luego de varios minutos, Harry se corrió dentro de su boca, y el rubio salio de su escondite, para mirarlo sonriente y satisfecho.
-Amaneciste de buen humor, ¿cierto? – comentó Harry, aun agitado.
Draco seguía sin contestarle, solo se limitaba a besarlo, y acariciarlo apasionadamente.
-Creo que soy adicto al gran Harry Potter – le susurró a su oído, para luego lamerlo fuertemente.
Harry notó como volvía a hervirle la sangre, y entre sus piernas sentía la tremenda erección de Draco.
Al moreno se le ocurrió un movimiento magistral…guiado por la pasión, giró el cuerpo de Draco, pegando la espalda del rubio, contra su pecho.
Harry deslizo sus manos por todo el hermoso cuerpo de Sly, y comenzó a masturbarlo con fuerza. Draco inclinaba la cabeza hacia atrás, y la apoyaba en el hombro de Harry, que se encontraba atrapado, entre la cama y ese cuerpo perfecto.
El Gry mordía, lamía su oreja, el rubio buscaba sus labios, y los besaba desesperadamente.
Se derramo en la mano de su amante, y ambos se rindieron, sin desarmar la posición.
-Buenos días Harry – dijo el rubio, luego de acomodarse junto al moreno, y regalarle la mejor de sus sonrisas.
___________________________________________________________
Luego de tan maravilloso despertar, los chicos fueron a darse una ducha, en donde tuvieron que hacer esfuerzos sobrehumanos, para no pasar a mayores, solo fueron muchas caricias y algunos besos.
Bajaron a la sala, y al mirar el reloj, se percataron que eran las 1:30 de la tarde.
Harry fue hasta la cocina a buscar algo de comer, mientras que Draco miraba curioso todo a su alrededor.
Caminó hasta esa cosa plana llamado televisor, y vio que debajo de éste, había otro artefacto plano y largo, y más abajo, en la misma mesa, había cajitas con fotos y nombres extraños.
El moreno venia de la cocina con un tazón grande de helado (era lo único que había), y al ver a su rubio tan desorientado, se acerco a explicarle.
-Esas son películas – le comentó.
Draco estaba cada vez mas extrañado, y esa cosa que Harry traía en las manos, no ayudaba para nada.
-La películas son historias – comenzó a explicarle Harry – pueden ser inventadas, sacadas de algún libro, o pueden ser copiadas de algún suceso real de la vida.
Draco acertaba con su cabeza, tratando de entender, sin apartar la vista de esa crema extraña que tenia el moreno.
-Esto se llama helado, y es más delicioso que las fresas. Por lo general, la gente lo come, mientras ve una película. ¿quieres?.
Harry le tendió una cuchara llena de helado, y Draco, algo desconfiado lo probó.
-Es cierto, es exquisito.
-Perfecto – comentó Harry, mientras acomodaba un sillón frente al televisor, y se disponía a elegir una película. Draco, curioso se arrodillo junto a él.
El moreno intentaba buscar la película adecuada para su rubio. Tenia que ser entretenida, donde se mostraran sentimientos, y los comportamientos muggles, tanto los buenos como los malos. El Gry encontró la película perfecta.
-¿Titanic? – dijo el rubio.
-Es una película hermosa, es la favorita de Hermione – antes que Draco acotara, Harry lo interrumpió – no dejes que ese comentario te impida verla.
Se sentaron en el sofá, muy juntos y abrazados. Harry apagó las luces y la película empezó. Ambos comían helado del mismo tazón, y como el moreno ya había visto la película miles de veces, se dedico a observar las reacciones de Draco.
El rubio estaba fascinado y concentrado en el desarrollo de la historia, sentía que era como leer un libro, pero con imágenes.
Ciertamente se sentía algo identificado con la joven chica…de familia rica, obligada a aparentar algo que no era, forzada a actuar de cierta manera.
Harry estaba maravillado viendo a su rubio…la preocupación cuando ella quiso suicidarse, la risa cuando ese joven gritaba “soy el rey del mundo” en la punta del barco, su sonrojo cuando ella posa desnuda, su miedo durante todo el hundimiento del barco…y sus lagrimas al final de la película.
La historia finalizó, y Harry apagó el televisor, fijo su vista en Draco. Estaba inmóvil, se lo veía emocionado, afligido.
-Fue hermosa Harry…el la salvó de todas las formas posibles…igual que tú a mi.
-Sabia que seria perfecta para nosotros – le respondió el moreno, a punto de llorar.
Ambos se abrazaron, y se besaron…no querían llorar, no querían ponerse melancólicos. A Harry se le ocurrió, salir a los jardines de la mansión, habían estado adentro todo el tiempo, y quería un poco de aire fresco.
Al salir todo estaba cubierto por una espesa capa de nieve. Había sido la primer nevada intensa, y era principios de Diciembre…realmente el invierno se había atrasado.
En un descuido de Harry, éste fue atacado por una enorme bola de nieve, que Draco le había lanzado desde lejos.
-Como te atreves hurón – Grito Harry divertido, para armar una bola mucho mas grande, y salir a correr a Draco por todo el jardín.
-jaja no, ¡no! – suplicaba Draco, ya que su moreno lo había atrapado, y estaba sobre él, metiendo la fría nieve, dentro de su ropa.
Jugaron sobre la nieve durante horas, como niños, hasta que se dieron cuenta que el cielo estaba oscuro, y debían regresar.
Se metieron a la casa, se cambiaron de ropa, y volvieron a salir al jardín, donde la lata oxidada estaba oculta bajo la nieve. La tocaron, y cayeron en las cercanías de Hogwarts, que también estaba rodeada de nieve.
Antes de ingresar al castillo, Harry limpió el hielo que había sobre la tumba de Dumbledore, mientas que Draco, transformaba dos hongos en rosas.
Las colocaron en forma de X, y se miraron.
-Gracias Harry, fue el mejor fin de semana de mi vida.
-¿Lo ves?, ser un muggle no es tan malo.
Draco se acercó, y se besaron durante largo rato, solo se separaron porque sus pulmones lo pedían.
-Deje un regalo en tu varita – le dijo Harry – cuando llegues a tu habitación, apunta al techo, y dí Queen.
Draco recordaba ese nombre, era la banda de rock muggle que a Harry le gustaba.
Luego de despedirse ambos, se dirigieron a sus respectivas casas.
El moreno miraba el techo recordando cada momento vivido con Draco esos dos días,
Ya había olvidado cuando se había sentido tan feliz. Recordaba esa expresión de niño cuando miraba las cosas muggles…se veía tan encantador.
Harry recordaba la proposición que le había hecho, de vivir juntos luego de terminar el colegio. Se dio cuenta que le había salido del corazón, tan sincero como impulsivo…pero no se arrepentía. Solo le quedaba esperar la respuesta de Draco.
En su habitación, el príncipe de Slytherin recordaba también, tan perfecto fin de semana, esa película le había llegado al alma, y la proposición de Harry, le daba vueltas en la cabeza.
Draco tomo su varita, apunto al techo, y murmuro “Queen”.
La habitación se lleno con esa melodía que le había hecho erizar la piel, esa canción que no había llegado a escuchar, porque Harry la había cambiado por una más pesada y ruidosa.
Escuchando la letra, y tan hermosa voz, no pudo evitar que una lagrima se derramara por su mejilla, y no pudo dejar de pensar, que esa canción era de Harry y suya…después de todo su título era…”Love of my life”.