Las fiestas se acercaban, y todo el mundo estaba revolucionado, Harry y Draco no eran la excepción. Ellos sabían que la directora conocía su secreto, y debían actuar lo mas cautelosamente posible…tan así, que suspendieron sus encuentros nocturnos en algún lugar del castillo, por miedo a que McGonagall los siguiera, como había hecho la noche en que fueron descubiertos.
Esto traía aparejado una abstinencia molesta, y agobiante, también estaban los exámenes, y como éstos decidirían su futuro. Si Harry quería convertirse en auror, y Draco en medimago, deberían estudiar mas duro que nunca.
Y hablando de cosas duras, nuestros chicos ya no podían resistir la tentación de algún beso, u otro tipo de acercamiento, mas intimo y fogoso…debían hacer horribles esfuerzos para no hacerlo frente a la tumba del pobre Dumbledore, encima, ya era menos frecuente la visita a dicho lugar, no porque ellos no lo desearan, sino, que estaban tan cargados de trabajo, que no tenían tiempo.
Necesitaban relajarse cuanto antes, necesitaban la compania del otro, tanto física, como espiritualmente. Eso les daría un empujoncito, para aguantar las dos semanas de clase que quedaban antes de las vacaciones de invierno…y luego tendrían todas las fiestas para ellos solos.
-Sr Potter – lo llamo con voz firme la directora.
“tierra trágame, Voldemot vuelve, por favor” – ¿si profesora?
-¿Quiere acompañarme a mi oficina, por favor?
Harry estaba totalmente aterrado, ya se imaginaba a que venia ese llamado…aunque algunas cosas les parecían raras, dado que habían pasado dos semanas, desde que ella los vio, y no había llamado a Draco con ellos, “seguramente será por otra cosa”, pensó Harry para auto tranquilizarse.
-Tome asiento Potter, quiero hablarle acerca de la graduación.
“uuf, gracias Merlin, gracias ¡gracias!
McGonagall pretendía que Harry, diera un discurso conmovedor, fuerte y optimista frente a toda la escuela, el día de su graduación. El moreno se puso algo nervioso al principio, pero la directora le hizo entender, que no había persona mas adecuada para hablar sobre su experiencia en Hogwarts, a lo que tubo que enfrentarse, y combatir…que dijera algunas palabras dignas, para que sus compañeros pudieran salir entusiasmados y seguros al mundo mágico, lejos de la contención del colegio, iniciar una vida como jóvenes adultos, y forjar su futuro.
-Gracias por pensar en mi profesora, no voy a decepcionarla.
-Nunca lo ha hecho Potter.
-Será un duro trabajo encontrar las palabras adecuadas, gracias por avisarme con anticipación.
-Lo se, también se que esta usted muy ocupado…y no solo con los exámenes – dijo la directora, levantando una ceja, y sonriendo levemente de costado.
Harry se sonrojo intensamente, y se hundió en su silla, tenía muy claro lo que Minerva insinuaba.
-Bueno…yo
-No es necesario que me de explicaciones Sr Potter, yo no soy nadie para pedírselas – continuo con voz calmada – lo que usted y el Sr. Malfoy hagan, es cosa de ustedes, solo les pido un perfil bajo, la comunidad mágica puede reaccionar mal ente esta relación, siendo que aun son estudiantes.
-Lo sabemos profesora, y créame que en ningún momento quisimos perjudicar a nadie.
-¿Puedo atreverme a preguntar como paso?
-Ni siquiera nosotros lo sabemos.
McGonagall decidió dejar de indagarlo, se le veía felicidad en los ojos, y con eso le bastaba.
-Puede retirarse Potter, es todo.
Harry, mucho más tranquilo por esa conversación, salio con paso presuroso y seguro de la dirección
-Potter – lo llamo por ultima ves la directora – procuren tener sus encuentros fuera del castillo, por favor.
Harry se sonrojo de sobremanera, y salio de ahí disparado, luego de afirmar con su cabeza.
McGonagall, podría ser una persona muy firme y disciplinada, pero también era sumamente comprensiva y bondadosa.
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Antes de cenar, Harry y Draco se encontraron en la tumba blanca, para hablar un poco, y compartir reprimidos mimos.
-Eso fue todo lo que dijo – comento Draco sorprendido – ¿no prohibición?, ¿no castigo?
-Nada de nada…tiene razón Draco, ella no es nadie para meterse en nuestra vida.
-Bueno pues, mejor así.
-Oye, ¿sabes porque hoy estuvo ese maldito dando la clase de criaturas mágicas?, nos quitó 50 puntos – le preguntó Draco enfadado.
-Está reemplazando a Hagrid, fue unos días a Rumania, a ver a su dragón Norbert – le explicó Harry – prometimos cuidar su casa con Ron y Hermione.
En ese preciso instante, un destello de luz apareció en los ojos de los chicos…casa de Hagrid, sola, con permiso a entrar, ellos ahí…sonaba todo muy tentador.
Los chicos se tomaron de la mano, y salieron corriendo hacia la choza del gigante, como si los estuviera siguiendo Voldemort. Por fin tendrían la descarga de tención que tanto necesitaban.
Luego de entrar a la pequeña casa, con un encantamiento Alohamora en la puerta, Draco y Harry, se lanzaron uno sobre el otro, cayendo en uno de los gigantes sillones de la sala. Se despojaron eufóricamente de sus ropas, mientras que sus besos eran profundos y fogosos, propio del deseo contenido.
Harry pensó en la charla con la directora esa misma tarde, pero él no estaba faltando a su palabra. Mcgonagall le había pedido que no hagan nada dentro del castillo…no mencionó afuera de éste.
Harry abrió sus piernas, y Draco se introdujo dentro de él suavemente.
-Ahh…te extrañe tanto – dijo el moreno, comenzando a jadear.
El rubio comenzó con esos movimientos lentos y sensuales, que enloquecían al moreno, para después, ir subiendo su intensidad, hasta llegar a tan delicioso final.
Una ves que se relajaron, se dieron cuenta que habían perdido la cena…pero no les importaba, estaban juntos, abrazados, y eso era lo único que deseaban.
-Draco – dijo Harry, incorporándose para tener una mejor visión de su rubio – ¿que piensas hacer para las fiestas?
El Sly puso una cara de tristeza, que no pudo disimular…mientras que el Gry, por dentro se maldecía a si mismo, por haber hecho tan estúpida pregunta. Seguramente seria las primeras fiestas sin sus padres, ni siquiera tenia a sus amigos “idiota, soy un idiota” se maldecía.
-¿Quieres pasarlas conmigo en Grimmauld Place? Harry ya sabía que Ron y Hermione, irían a casa de la chica, para hacer una presentación formal ante sus padres…mientras que en la madriguera, nadie estaba de humor para celebrar, luego de la muerte de Fred.Pero, aunque le hubiesen ofrecido miles de lugares, Harry quería estar en un solo lugar, con una sola persona a su lado…la misma que tenia entre sus brazos en esos momentos.Draco le respondió, con un cálido beso, y los ojos brillosos, para después prometerse, que esas fiestas serian las mejore de sus vidas.