-Draco y yo te escribiremos, mi amor – Narcissa se despedía de su esposo – trata de reflexionar sobre los chicos.
-No hay nada que pensar Cissy, ¿acaso no ves que nuestro hijo se enamoro de un hombre?
-No me importa Lucius…míralos – ambos depositaron sus vistas en los chicos, que estaban a unos metros, abrazados – Draco se ve tan feliz.
Lucius apoyo su frente contra la de su esposa, respiro hondo, tratando de calmarse, prometiéndose que pensaría acerca de la relación entre su hijo y Harry Potter.
Ya no quedaba mucho tiempo, dos aurores esperaban al mayor de los Malfoy, para ser trasladado a Azkaban. Se acerco a su hijo, y lo estrecho entre sus brazos. Sus idénticos ojos grises se encontraron, y con ellos se dijeron todo. Lucios le dedicó una mirada a Harry, entre agradecimiento y reproche, solo le dijo:
-Procura cuidar a mi hijo, Potter.
Harry asintió con la cabeza, y tomo de la mano al rubio. Luego de besar a su esposa, se lo llevaron.
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Luego de dejar a Narcissa en la mansión, los chicos regresaron al colegio. Frente a la tumba, intercambiaron algunas palabras. El sol estaba casi oculto, y se comenzaban a distinguir algunas estrellas.
-¿Estas bien, Draco?
-Si, sabia que no podríamos salvar a mi papá, además no está rodeado por Dementores, y podré escribirle.
-¿Crees que tres años bastaran para aceptar lo nuestro?
-Mi madre prometió ayudarnos mediante las cartas.
Harry se acerco a Draco y lo beso, pronto sus abrazos estaban enredados a sus cuerpos.
-Ya que todo salió bien – comentó el moreno – ¿no crees que deberíamos festejar?
Los chicos quedaron en verse frente a la sala de los menesteres luego del toque de queda, al ser un día viernes, no tendrían ningún problema en pasar toda la noche juntos.
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Viernes 00:00 (ya sábado)…no solo Draco y Harry tenían planes.
Ginny entró cautelosa al armario de escobas abandonado, al lado del salón de astronomía, muy pocos alumnos conocían su existencia.
Una vez ahí, preparó el caldero, y hecho todos los elementos (que le había costado mucho conseguir) para realizar la poción, mientras ésta comenzaba a hervir, decidió repasar nuevamente lo escrito en el libro…El plan estaba en marcha.
Poción de fertilidad instantánea :La pócima , solo tiene efectos en los hombres, una ves que el liquido sea ingerido (que será de un color rojo oscuro), el hombre comenzará a experimentar un cambio en su sistema de reproducción. Su libido se pondrá fuera de control, y sentirá la incontenible necesidad de ser liberado.
Esto produce que su fertilidad sea instantánea, ni bien sus fluidos sean introducidos dentro de la mujer, ésta quedará automáticamente encinta, comenzando con el proceso de formación de una nueva vida.
Esta poción necesitará ingredientes que pertenecen a la rama de la magia negra, por lo tanto, la mujer que lo prepare (solo las mujeres pueden), no tiene buenas intenciones.
-Claro que no – rió Ginny al leer este párrafo.
Se presume que la mujer, no es amada por el hombre, y al no haber acuerdo entre las partes, el que sufrirá las consecuencias, será el bebe.
La mujer sentirá una incapacidad, y una falta de entusiasmo para con su hijo, mientras que el padre, se sentirá traicionado y engañado, éste será quien lo ame y lo cuide…si es que lo acepta.
-Pero que brujas exageradas – pensaba la pelirroja en voz alta – todas las madres aman a sus hijos…no saben nada.
Esta poción fue inventada por brujas antiguas, para atrapar al ser amado, que no las corresponde. El hombre, por lo general, era obligado a casarse con ellas, forzados a vivir una vida infeliz, al igual que el bebe, que tendrá que soportar la falta de interés de su madre.
Si el padre de la criatura lo acepta como propio, debido a la poción ingerida, el bebe comenzará a adoptar rasgos similares, a la persona que corresponda el amor de su progenitor. Alejándolo aun mas, de su verdadera madre.
Aunque…han existido excepciones, en que el hombre luego de un tiempo, comienza a enamorarse de la mujer, y consiguen vivir felices y plenos. La mujer se vuelve devota de su hijo, y lo ama más que a nada en el mundo. Pero para que esto suceda, debe existir amor mutuo de los implicados en la poción.
-Harry y yo estaremos dentro de esa excepción – se dijo Ginny – con el tiempo volverá a amarme, y seremos felices con nuestro hijo.
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Dentro de la sala de los Menesteres…
-mmm…ya basta cara-rajada, o voy a tener que atarte.
-No tienes las agallas serpiente teñida.
Draco tomó la corbata de Griffindor, y ató las manos del moreno, al lujoso respaldar de la cama.
-¿Decías, Potter?
-Menos charla Malfoy, menos charla.
Draco comenzó a recorrer el cuerpo de Harry con apasionados besos, mientras este se retorcía, con sus manos atadas sobre su cabeza.
El rubio torturaba sin piedad al moreno, al pasar su juguetona lengua por la punta de su miembro. Luego de quedar satisfecho con el acto, en donde no lo hizo acabar, Draco decidió seguir torturando a Harry. Este se maldijo una y mil veces, el imaginar plumas dentro de la sala. El rubio tomó una, y comenzó a deslizarla sobre el cuerpo del Gry, quien no podía defenderse al estar atado.
-Se siente bien, ¿verdad? – le susurro Draco al oído, mientras baja la pluma hasta la gran erección de Harry.
El moreno solo respondía con gemidos, esa pluma realmente se sentía muy bien.
Draco dejo el objeto, pero no la tortura, luego de apasionados besos, en donde sus lenguas luchaban desenfrenadas, el rubio se dispuso a penetrar al moreno, que aun permanecía atado.
El rubio introdujo solo la cabeza de su miembro dentro de Harry, y luego la quitó, éste mismo movimiento lo repitió reiteradas veces, haciendo que Harry comenzara a insultarlo, por tan cruel agonía.
-¡¡Mierda Draco, HAZLO YA!!
El Slytherin obedeció, y se introdujo dentro del Gryffindor.
La vista de Harry era magnifica, adoraba ver las caderas del rubio dentro de sus piernas, le excitaba ese movimiento tan sensual.
Draco se movía suave, pero demandante, dentro de su amante, quien le rogaba para que lo desate.
-ya…suéltame – Harry estaba notoriamente agitado, y casi no se entendió lo que dijo.
Draco estaba a punto de terminar, y sentía la necesidad de esas manos en su piel, así que le concedió la petición. Desato el nudo de la corbata, y las manos de Harry, viajaron presurosas a sus rubios cabellos, hundiendo sus labios dentro de los suyos.
Luego de un arduo y satisfactorio trabajo, Draco se derramo dentro de Harry, y éste en medio de ambos.
-Eso fue…
-…lo se.
Luego de recuperar el aire, y la cordura, se quedaron dormidos, sintiendo dentro de si, un amor que crecía y crecía, sin poder detenerse. Dispuestos a luchar contra lo que sea…y pronto lo pondrían a prueba.
Ginny abandono el armario de escobas, con la poción lista en la mano, efectivamente era de un rojo oscuro. No pudo dejar de pensar en la cara del idiota de Malfoy, cuando se entere de que ella le daría a Harry, lo que él jamás podrá, un hijo.