Ya había amanecido, pero dentro de la sala de los Menesteres, no tenían ni idea acerca de la hora, siempre pasaba eso cuando estaban juntos, se olvidaban del tiempo y el espacio.
-Merlin santo, estás ciego – decía Draco, mientras se probaba los lentes de Harry.
-jaja, así es, es una enfermedad que se llama miopía.
-Que cosas mas extraña – pensó el rubio, devolviéndole sus anteojos.
Los chicos estaban recostados sobre el lujoso respaldar labrado de la cama, mientras conversaban y jugaban.
-¿Tus amigos no te echan de menos? – le pregunto a Harry.
-No lo creo, iban a pasar el fin de semana a la madriguera.
-Se los ve muy enamorados – acoto Draco.
-Lo están, por suerte ya maduraron y aceptaron sus sentimientos.
-Como nosotros – Draco lo beso, y luego continuo – el otro día en la clase de transformaciones, estaba sentado en un lagar donde había muchos grafitos en la mesa, y en un rincón decía “Herm y Ron”
-jaja si, esa es Hermione, que escribe sus nombres por todos lados.
-A mi me dio muchas ganas de escribir los nuestros, pero seguro que alguien lo vería.
-Ah si, pues eso si.
-Deberíamos inventar un nombre que nos identifique.
A Harry le pareció una idea muy original, se incorporo en la cama para poder ver a su rubio novio mejor.
-Oye, es una buena idea, y como nos pondríamos.
-No lo se, ayúdame a pensar ¿no?
Ambos tomaron sus varitas, y escribieron sus respectivos nombres en el aire, estaban formados por finitos hilos de fuego, que se iban intercambiando a medida que ellos los hacían moverse, para buscar distintas combinaciones.
-HaDra…horrible – pensó Draco.
-CoRry…espantoso – pensó Harry.
Los chicos no se pusieron de acuerdo, y sin darse cuenta, movieron sus manos al mismo tiempo, las letras se mezclaron, y se formo DRARRY.
Se miraron y exclamaron al unísono.
-Perfecto.
Harry y Draco, o Drarry, salieron de la sala de los Menesteres cuando se ponía el sol, y se encaminaron hacia la tumba.
Se acercaron al árbol mas próximo, ese que siempre tenia hongos debajo, el rubio corto dos, y cuando le iba a pedir a Harry que los transformara en rosas, éste estaba entretenido en otra cosa.
Estaba con su varita escribiendo en la corteza del árbol.
-Ahora quedará ahí para siempre.
Juntos contemplaron el perfecto DRARRY, que el Gry había escrito.
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Ginny estaba impaciente, había que esperar unos diez días para que la poción se concentrase mejor dentro del envase, y así tendría mas efecto.
Pero la pelirroja ya había planeado el momento perfecto para concretar su plan.
-Lo siento amor, este fin de semana es imposible – le decía Harry a Draco, dentro del salón de pociones, una noche.
-Porque no, ¿que sucede?
-Este sábado es primero de febrero – le recordó Harry
-Lo se, ¿y que tiene que ver?
-Que se celebra “San Goddic”
Draco hizo cara de resignación, no podía dejar que Harry se perdiera esa celebración.
Todos los primeros de Febrero (Día en que nació Goddic Gryffindor) se festejaba su santo, todos los Gryffindor de distintas generaciones, salían a las calles a pasear orgullosos su valentía y temple que los caracterizaba, claro esta, que acompañados con muchas bebidas alcoholicas. Draco recodaba la terrible borrachera que había agarrado luego de “San Salazar”, que se celebraba en julio.
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El sábado primero de febrero había llegado. La escuela estaba prácticamente vacía, nadie quería estar ahí cuando los Gryffindors la tomaran por completo. Ninguna serpiente se asomaba por los pasillos, no deseaban ser blanco de las crueles bromas que podrían llegar a perpetrar leones borrachos.
Draco, se había ido a la mansión Malfoy, a pasar el fin de semana con su madre, dejando a Harry solo con sus amigos, para festejar el Santo de su casa.
Por las calles del callejón Diagon, todo era rojo y amarillo, valientes leones de todas las edades estaban festejando, riendo, bebiendo, y lanzando fuegos artificiales al cielo, que estaba lleno de estrellas.
-Son unos borrachos…me dam sco, asco me dam – Ron estaba bastante tomado, y apenas podía articular palabra.
-Claro que no…hip…solo tome…hip…una…hip…cerveza de mantequilla – trataba de explicar Harry, pero por un extraño motivo, tenia hipo.
-En realidad fue licor de dragón Harry, y no fue uno solo – le recordó Hermione, que parecía ser la mas sobria de todos.
-Licor de dragón…mmm…dragón, no es un nombre sexy – decía Harry pensando precisamente en su rubio.
-Merlin Ginny, ya están delirando, será mejor que volvamos al colegio – le comentaba la castaña a la pelirroja.
-Yo mo me voy a mingun lado…hip – decía Ron
Sin hacer caso a las protestas de los borrachos muchachos, las chicas fueron llevándolos hasta las habitaciones de la torre.
El pelirrojo y el moreno caminaban tambaleándose, sosteniéndose uno con otro, para no caer, mientras cantaban.
…valiente y león…un gran GRYFFINDOR SOY!!! SIIIIII
-Ya basta – se quejaba Hermione, mientras decía la contraseña.
Harry se desplomó en el sillón frente a la chimenea de la sala común, mientras que Ginny y Hermione, llevaron a Ron hasta el cuarto.
-Ve con Harry, yo me quedaré a vigilar a Ron.
Ginny dejaba asomar una amplia sonrisa, todo estaba saliendo perfecto.
-Procura no dejarlo ni un segundo Hermi.
-Ve tranquila, descansaré un poco en la cama de Harry.
Sin mas comentarios, la pelirroja hizo una breve parada en su habitación, abrió el cajón de su mesita de noche, tomo un vaso, y vació la poción en él.
-Vaya noche ¿no? – comentó Ginny muy coqueta, sentándose alado de un exhausto Harry
-Lo fue, el primer San Goddic sin Voldemort.
-Es cierto, merece celebrarse…toma – Ginny le extendió la poción.
-¿Que es eso?
-Es una bebida, se llama Sangre de Dragón – mintió, y sabiendo que tendría una afinidad ante ese dichoso nombre.
-¿Tiene alcohol?
-Un poco, no te vas a fijar en eso ahora, luego de todo lo que tomamos.
-Oye, yo no tome mucho.
-mmm, no lo se, solo creo que deberíamos brindar, por el primer San Goddic sin ese maldito.
-Bueno, un poco mas no hará daño.
Sin más que decir, Harry se tomo la poción, mientras Ginny reía, y tomaba agua con colorante, para que pareciera la misma bebida.
Luego de aproximadamente diez minutos, Harry comenzó a sentir un intenso calor que le recorría el cuerpo.
Su corazón comenzó a palpitar muy fuerte, y también se sentía algo mareado. Se estaba asustando un poco, era una sensación parecida a como si le estuviese bajando la presión. Se levanto tembloroso del sillón, tratando de alejarse de la chimenea, de alejarse de ese calor, pero definitivamente no se le pasaba.
-Harry, ¿te encuentras bien?
-No…yo – Harry se sentía muy acalorado y…excitado, estaba como a punto de perder la razón.
Ginny se acerco a el, y pego su cuerpo al de Harry.
-¿Sientes calor?
-Si…mucho, yo…
Harry no pudo terminar la frese, Ginny lo estaba besando. El moreno la tomo salvajemente, su vista estaba nublada, sus sentidos desactivado, su cerebro apagado, y su corazón latía tan fuerte, que no recordaba que ya tenía un dueño.
Ambos subieron a la habitación de la pelirroja, y se desplomaron en la cama. La chica estaba algo asustada, seria su primera vez, y Harry se veía bastante violento…pero no le importaba, todo lo que estaba haciendo valía la pena, todo seria distinto después de esa noche.
Harry arrancaba las prendas de Ginny, y las suyas al mismo tiempo, sentía la necesidad de descargarse cuanto antes, sentía como que algo le dolía en su interior.
Si siquiera pensarlo, ni teniendo consideración, penetro a Ginny, y ésta sintió un pinchazo tan fuerte, que tubo que morder el hombro de Harry para no gritar.
El moreno estaba muy excitado a causa de la poción, la pelirroja parecía una muñeca de trapo debajo de el, lloraba, sentía un fuerte dolor, y no lo estaba disfrutando para nada.
-Harry…para, por…favor.
Pero Harry no la escuchaba, estaba totalmente ido, su cuerpo estaba ahí, pero su mente no.
Luego de fuertes envestidas, se derramo dentro de Ginny, y se desplomo sobre ella.
Aun estaba dolorida, había sufrido, pero había valido la pena. Ginny supo en ese mismo momento, que estaba embarazada, que tendría al heredero del salvador del mundo mágico, sin duda tendrían que casarse, lo obligarían a casarse, y ella se convertiría en la mujer mas envidiada, pero había algo mejor…Atrapó a Harry de por vida, era suyo, lo había separado de esa asquerosa serpiente rubia…ella había ganado.
Pero esta sensación de victoria, se opacaron al escuchar que Harry susurro en su oido:
-Te amo, Draco.