Draco comenzó a volver del desmayo, que él mismo se había provocado. Luego de algunos minutos, cuando sus sentidos volvieron a estar presente, recordó lo sucedido.
La carta de su padre estaba tirada en el piso, en donde le decía que aprobaba su relación con Harry… una relación, que ya no existía. La furia de Draco volvió a brotarle de las entrañas, y como si fuera a calmar el dolor que sentía, se quitó el anillo, y lo arrojo con violencia, por alguna parte de la habitación.
Por otra parte, Harry parecía un alma en pena, no había podido dormir, tampoco tenia hambre, y sus ojos le ardían por haber estado llorando toda la noche… y para colmo, a la mañana siguiente, llego una carta parlante de los padres de Ginny, con una noticia.
Ron y su hermana la abrieron en la sala común, para que todos pudieran escucharla.
Queridos Ginny, y Harry: Estamos tan felices con la noticia… ni bien volvamos de Rumania, iremos a verlos al colegio para felicitarlos personalmente.
Luego, la carta se hizo trizas en el aire.
Harry estaba perturbado, mientras que Ginny parecía despreocupada, reía con sus amigas… el moreno no pudo soportarlo mas, sin medir sus actos, tomo fuertemente a la chica del brazo, y la saco de la sala común.
-Basta Harry, me lastimas.
-Dime ahora mismo porque le diste la noticia a la maldita esa.
-Lo siento Harry… es que estoy tan feliz.
-¡Pues yo no estoy feliz!
Ginny trato de contener su rabia, y seguir lo mas convincente posible, con su actuación.
-¿Cómo?…pero tu.
-Ya me oíste, ni siquiera recuerdo que hubiésemos echo el amor.
-Harry… me estás rompiendo el corazón – dijo, mientras comenzaba a llorar.
La maldita culpa de Harry se hizo presente, y comprendió lo malo de sus palabras.
-Lo siento Ginny…es que… paso todo tan de repente.
-Pues ve haciéndote la idea que tendrás que hacerte cargo.
Harry sintió un escalofrío ante la actitud de la chica, ese porte débil y triste, cambio por uno demandante y furioso, que jamás le había visto. En ese momento llegó Ron, para sacarlo de esa situación tan horrible.
-¿Pasa algo?
-Todo esta perfecto… Harry está algo nervioso por lo de mamá y papá.
-No te preocupes amigo, ellos están felices – Ron tomo a Harry de un hombro, y su hermana del otro – mejor vamos a clases, que ya es tarde.
En el aula de transformaciones, Harry no le quitaba la mirada a Draco, éste por su parte, no le correspondía ninguna.
El moreno debía hacer esfuerzos sobrehumanos para no llorar, lo tenía tan cerca, y a la ves tan lejos. Draco se había quitado el anillo, y eso, termino por destrozar el alma de Harry.
Desde su escritorio, la profesora McGonagall, no se perdía detalles entre esos dos.
Finalizada la clase, McGonagall releía el artículo escrito por Rita Skeeter, “un mes aproximado de gestación” le pareció algo muy raro, todo se estaba dando muy rápido. Además podía ver e intuir la tristeza en ambos chicos, sobre todo en Harry… era la primera vez que veía a un futuro papá tan triste.
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Draco no había estado en el almuerzo, así que después de éste, fue a la tumba de Dumbledore, tal vez estaba ahí, y podrían hablar. Pero no fue así, Harry vio solo una rosa sobre el mármol blanco, ya había estado ahí. Harry transformo un hongo, y colocó la rosa, como tenían acostumbrado a hacer ambos.
Harry estaba aturdido y dolido por todo lo que había pasado esa semana, sin duda había sido la peor de su vida. Decidió alejarse un poco, y con tristeza, se fue solo a la mansión Black. Todo ahí era tan grande y aburrido sin Draco, no se escuchaban las risas, ni la música de Rock a todo volumen… la alfombra blanca frente a la chimenea, en donde tantas veces habían hecho el amor, se veía fría y estéril. No iba a poder soportar dormir en la habitación de ambos, así que fue a la de su padrino.
Desde el dormitorio, Harry manejaba con su varita la música, no le prestaba mucha atención a ésta, estaba tratando de asimilar el hecho de que tendría un bebe, con una persona que no amaba, pero aun así, sentía que algo comenzaba a cambiar en su interior, cuando se imaginaba a un niño de grandes ojos verdes, y pelo platinado.
Harry callo en la cuenta de que esto jamás sucedería, no solo porque los hombres no pueden procrear, sino porque el bebe seria pelirrojo, tal ves.
Como ya se le había hecho costumbre, se enrosco en la cama, con el tubo de plata en la mano, esperando a que vibrara con un mensaje de Draco, pero eso aun, no había pasado,
Una nueva canción comenzó a sonar en la antigua habitación de Sirius Black… Harry escucho atentamente su letra, y no pudo evitar estremecerse. Parecía que esa canción la habían escrito para ellos, para esa situación tan horrible por la que estaban atravesando.
Harry lloraba y lloraba, esa canción le había pegado tan duro, como las palabras de Draco… no pudo soportarlo mas, saco el pergamino del tubo, y decidió compartir algunas de las estrofas de la canción.
Comenzó a escribir, esperando ansioso algún tipo de respuesta.
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Dentro de su habitación en la Mansión Malfoy, el rubio daba vuela su almohada, ya que del otro lado, estaba totalmente empapada por sus lágrimas.
Sobre su mesita de noche, el tubo de plata comenzó a vibrar… primero dudo, pero luego se aventuró a abrirlo, el mensaje de Harry le generó sensaciones encontradas, de ternura, y rabia a la vez.
Si nosotros fuéramos nuevamente de la manera en que empezamos Yo trataría de cambiar cosas que mataron nuestro amorTu orgullo ha construido una pared tan fuerte, que yo no puedo llegar¿Realmente no hay oportunidad de empezar una vez mas? Yo te amo
No quería responder, se sentía tan traicionado e impotente, que probablemente le contestaría con insultos… y le dolía, le dolía tanto que no pudo evitar que una lagrima cayera en el pergamino.
Harry, mirando el suyo, noto una aureola húmeda que se formaba en el papel, y comprendió que su Draco estaba llorando, como lo estaba haciendo él, así que también dejo que sus lágrimas cayeran en el pergamino… acto seguido, escribió otro párrafo de la canción:
Deberías darme una oportunidad, este no puede ser el final. Aún te amo...Aún te amo...
Draco ya no resistía la opresión que sentía en el pecho, el pergamino en su mano, estaba tan empapado como su almohada… Harry estaba sufriendo como él. Pero efectivamente, su orgullo era una pared imposible de atravesar, con toda la fuerza, producto de su desesperación, lanzó el pergamino lejos de su vista.
Harry se quedó despierto toda la noche, esperando algún tipo de respuesta, que jamás llegó.
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De vuelta en Hogwarts, las cosas no habían cambiado mucho, seguían las felicitaciones por los pasillos, Ginny se presumía como un trofeo de Quiddich… y Draco seguía tan hermoso como lo recordaba, pero con esa mirada triste, que le rompía el corazón.
Su indiferencia lo estaba matando… el rubio tendría que escucharlo quiera o no, el lo amaba como jamás pensó amar a nadie, y no iba a perderlo, lucharía mas que en la guerra, para besarlo nuevamente.
Esa noche, Harry se armo de todo su valor Gryffindor, y salió a recuperar al amor de su vida.
Bajo su capa para hacerse invisible, y el mapa, el moreno localizó a Draco en sus rondas de prefecto.
Harry se quitó la capa, y lo llamó en medio del pasillo.
Draco no quería darse vuelta, no tenía idea como reaccionaria su corazón, al ver esas esmeraldas que tanto amaba. El dolor se había arraigado fuertemente dentro de él… pero era un Malfoy, debía enfrentar la situación.
-No tenemos nada de que hablar – dijo con voz fría.
-Draco, por favor… solo deja que te explique.
-No debes explicarme nada, lo entiendo todo – sentía que su furia comenzaba a acumularse – te acostaste con esa mugrosa, y te cagaste en mí, y todo el futuro que planeamos.
A Harry le comenzaron a templar las piernas, esas palabras eran como mil crucios en su corazón, sin embargo siguió adelante.
-No, nunca haría eso… ¡yo te amo!
-¡Mentiroso!
-Jamás te mentí, Draco, debes creerme.
-NO, ya no confío en ti, me engañaste de la peor manera. ¡ERES UN MENTIROSO!
-Yo no miento, Draco.
-¿Y porque tendría que creerte después de lo que hiciste?
Harry no le dijo nada, se acercó a el, con su puño apretado delante de la cara del rubio, para que pudiese ver la cicatriz en su mano izquierda que decía: “No debo decir mentiras”
Draco quedó paralizado ante esto, pero aun así, siguió con su postura.
-Eso no me convence.
El moreno se acercó aun mas, y lo tomo del brazo… podía intuir su respiración agitada, y eso le hacia alborotar los sentidos.
-Vas a escucharme quieras o no, yo te amo, y no estoy dispuesto a perderte.
El corazón de Draco dio un vuelco, y no pudo articular palabra… Harry aprovecho su oportunidad, y hablo.
-…después de eso, no recuerdo nada, no recuerdo haberme acostado con ella.
-Entonces, fue una borrachera.
-Podría decirse, aunque yo recuerdo todo lo que paso antes, es muy extraño.
-Borrachera… es la excusa mas antigua del mundo muggle, y el mágico… NO TE CREO.
Harry se comenzó a desesperar, no se dio cuenta lo fuerte que apretaba el brazo de Draco, y como estaba obligándolo a que lo besara.
-Déjame maldito ¡TE ODIO!
-Yo no, TE AMO, ERES EL AMOR DE MI VIDA Y NO VOY A PERDERTE.
Al escuchar los gritos en el pasillo, la profesora McGonagall salió de su despacho, para encontrar frente a ella, a Harry Potter y Draco Malfoy, pelando y llorando.
-¿Que sucede aquí?
-Nada profesora – dijo Draco, secándose las lagrimas con su manga – seguiré con mi ronda.
A Minerva se le hizo un nudo en la garganta, al ver gotas de agua en el piso, solo que no era agua, eran las lagrimas de Harry. La compasiva profesora comprendió la situación, se acercó a su alumno, y coloco sus manos en ambos hombros del chico, en señal de apoyo. El moreno no aguanto más, y se lanzo a llorar desconsoladamente, a los brazos de su profesora.