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Junto a la tumba blanca por tenshi_kun

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Aqui les dejo mi regalo de navidad... espero que les guste.

Draco no podía subir correctamente la escalera, ya que tenia a Harry adelante impidiéndole el paso porque no quería detener los besos entre ellos, encima estaba subiendo de espaldas y se enredaba con la túnica de Slytherin.

 

-Espera… ¡arriba! – Harry dio un pequeño saltito subiendo encima del rubio, de esta manera Draco pudo terminar de subir la escalera.

 

Al llegar a la habitación, Draco lo aplasto contra la puerta, sin desarmar la posición en la que estaban, profundizando el beso y haciendo que el calor comenzara a expandirse por sus cuerpos a toda velocidad.
De forma torpe Harry pudo localizar la manija de la puerta y darles acceso al interior.

 

-¡Merlín santo! – grito Draco, al ver como estaba la habitación.

 

El elegante cuarto que compartían dejo de existir para recrear lo que la casa de Slytherin conocía como “nido cariño”. Era un lugar oculto en las mazmorras, un pasadizo al lado de la entrada a la sala común, que requería la misma contraseña para entrar. Solo los Slytherin lo usaban y sabían de su existencia.
Draco lo recorrió con la mirada, estaba exactamente igual a como lo recordaba. El espacioso lugar tenia las paredes dejando ver sus ladrillos, solo cuatro antorchas en cada una de las paredes iluminaba tenuemente el lugar en donde había solamente una enorme cama en el centro con sábanas de seda verde oscura.
Ese lugar era una leyenda en Hogwarts, las serpientes lo usaban para sus encuentros amorosos y solo algunos afortunados de otra casa podían entrar junto a su amante Slytherin… algún Ravenclaw, uno que otro Hufflepuff, pero ¡jamás! un Gryffindor.

 

-Es idéntico –dijo Draco atónito-, pero… ningún Gryffindor entró nunca.

 

-Eso es lo que tú crees.

 

-Ese bendito mapa ¿verdad?

 

-Así es.

 

-Pero se necesita una contraseña.

 

-No te olvides que también tengo una capa para hacerme invisible.

 

-¡Maldito curioso!

 

-No, no, no… no te atrevas a hablarme así en mi territorio.

 

-¿Tu territorio?

 

-Si… hoy la serpiente aquí soy yo – le dijo de forma muy sensual mientras se señalaba el estampado verde y plata de Slytherin, a la izquierda de su túnica.

 

-Jamás creí oírte decir algo así.

 

-Es increíble lo que uno hace por amor.

 

Harry decidió terminar de una vez la conversación y poner manos a la obra. Draco se dejó besar, y con solo dos pasos hacia atrás chocó con los ladrillos de la recreada mazmorra.


El beso era suave pero apasionado, cada uno movía sus labios y sus lenguas de una forma tal, que el otro le hacia temblar las piernas. Sin romper los besos, Harry bajó una de sus manos hasta llegar al miembro despierto del rubio, éste emitió un suave y sensual gemido que hizo a Harry comenzar a perder la cordura que aun conservaba.

La misma mano que había bajado, ahora volvía a subir para encontrarse con la otra, y juntas comenzaron a desabrochar los botones de la camisa.


Draco respiraba con dificultad al sentir los dedos, la boca y la lengua de Harry por todo su pecho. Luego de liberar el último botón, la mano siguió el camino hasta deshacerse del broche del cinturón y la cremallera del pantalón.

El moreno se quitó los anteojos y los tiró al piso, luego convocaría un “reparo”, miró fijamente a los ojos plata de su amante para observar cada reacción de éste al introducir su mano dentro del pantalón y la tela de su ropa interior.


Draco entrecerró los ojos al sentir el contacto, inclinó su cabeza levemente hacia atrás, y abrió sus labios empapados y rojos, producto de los besos.

 

-Eres tan sexy, me vuelves loco – le susurró Harry sobre sus labios, antes de volver a devorarlos.

 

Sin abandonar los movimientos de su mano, el ahora Sly, condujo su boca hasta el largo, suave y pálido cuello de su amante, para succionar su piel y hacer dibujos abstractos con su lengua.


Draco respiraba agitado, comenzando a emitir los primeros jadeos. Siguió bajando por su cuerpo hasta llegar a donde estaba escondida su mano, la liberó y junto a la otra bajaron de un tirón las molestas telas.

 

El rubio intento enderezar su cabeza, que estaba apoyada contra la pared producto de los espasmos que le causaba la boca de Harry rodeando su miembro.


Cuando finalmente su cerebro comprendió la orden, su cabeza bajó y sus ojos le permitieron ver lo que jamás se le hubiera ocurrido que podría suceder… el mismísimo Harry Potter, de rodillas ante él, vestido como todo un Slytherin y lamiéndolo como nunca nadie lo había hecho.

 

Harry sentía como que estaba saboreando un delicioso caramelo, hacia juegos con su lengua, se ayudaba con las manos, mientras que sus oídos se llenaban con la excitante música de los gemidos del rubio, que estaba muy cerca.

 

Draco se sentía flaquear, el temblor de sus piernas y de todo su cuerpo, apenas podía mantenerse parado. El orgasmo llegó como un rayo que le dio de lleno, y tuvo que inclinarse hacia delante y sostenerse de los hombros de Harry; éste se incorporó para mirarlo directo a los ojos grises que estaban llenos de satisfacción y placer. El moreno limpió con su dedo pulgar la comisura de su boca para borrar cualquier tipo de fluido sobrante en ellos.

 

-Esto aun no ha terminado.

 

Tomó violentamente de la camisa a Draco y lo lanzó a la cama, Harry se deshizo de la pesada túnica, que le había hecho transpirar mientras hacia su “trabajo”, y se arrojó arriba de su sorprendido amante.

 

Harry parecía desenfrenado, Draco estaba algo inmóvil por la actitud salvaje de su amante… pero pronto eso cambiaria. Dio unas pataditas para que sus pantalones y su bóxer caigan al piso.


El rubio volvió en si, y se giró para quedar arriba de Harry y comenzar a liberarlo de esas molestas telas.
Draco tomó lo que en el pasado fue su corbata, y levantó a Harry de un tirón, haciendo que éste quedara sentado en la lujosa cama. De esta forma el rubio comenzó a desabrochar rápido y torpe los botones de la camisa, y sin dejar de besarlo, se la quitó, junto con la corbata, y la lanzó lejos.

 

Lo volvió a empujar contra el colchón y comenzó a recorrer su piel, dejando la marca de sus besos en su cuello… bajando aun más pera encontrarse con sus rosados pezones, jugó con ellos, los lamió y mordió, mientras sentía esas manos alborotar sus platinados cabellos… siguió bajando más para toparse con ese sexy y plano abdomen, haciendo dibujos circulares en su ombligo. Con desesperación abrió su pantalón y se lo arrancó, ya no podía aguantar más… quería probar esa exquisita parte de su cuerpo que tanto extrañaba.

 

El moreno arqueaba su espalda con cada lamida del rubio, apretando fuertemente las sábanas mientras Draco succionaba su miembro de forma continua y voraz.
Gran sorpresa se llevó el rubio cuando sintió que Harry lo obligaba a subir y, con un brillo de confusión en sus ojos, lo miró.

 

-No me hagas terminar, quiero hacerlo dentro de ti.

 

Luego de esa candente confesión, Harry volvió a colocarse arriba de rubio.
Los cuerpos comenzaban a sudar, los gemidos subían su intensidad, los labios estaban rojos e hinchados, sus miembros erectos se frotaban con cada movimiento que realizaban, sus cuerpos estaban entrelazados y se estaba haciendo complicado respirar.

 

-Te gusta que nos refreguemos así, ¿verdad? –Susurró Harry al oído, haciendo que Draco emitiera un fuerte jadeo-. ¿Verdad que si?

 

El rubio no podía articular fácilmente sus palabras, Harry lo estaba aplastando, y el placer que sentía le estaba haciendo fallar los sentidos.

 

-Anda, dímelo… ¿te gusta?

 

-si… SI…

 

Las piernas se apretaron más alrededor de las caderas de Harry, mientras éste las seguía moviendo de todas las formas existentes… también comenzaron un ardiente juego sus lenguas, que batallaban frenéticas fuera de sus bocas.

 

Harry le revolvía el pelo, le acariciaba el rostro, y delineaba sus labios con la yema de los dedos. Draco comenzó a besar cada uno de ellos, a darles pequeñas mordidas… hasta que atrapó dentro de su boca el dedo del medio de Harry que era el mas largo y grueso. El moreno lo sacaba y lo metía de adentro de la boca del rubio, haciendo de eso el acto más sexy, erótico, depravado, pervertido, morboso y rebelde que Harry hubiera presenciado en su vida.

 

Esa imagen tan sensual de Draco casi lo hace acabar ahí mismo, así que lo quitó… pero segundos después lo metió nuevamente dentro de su propia boca, el rubio lo miró con deseo y le dedicó una picara sonrisa de costado, Harry se la devolvió para luego bajar ese dedo hasta la entrada de Draco e introducirlo.

 

El rubio apretó los ojos y los labios al sentir la intromisión, pero no se quejó… sin darse cuenta Harry ya tenía dos de sus dedos dentro de él mientras que la palma de su mano chocaba deliciosamente contra sus testículos.

 

Draco tenía la espalda arqueada y su cabeza tirada hacia atrás por el placer, su lengua lamía sus propios labios como si estos se hubieran ensuciado con algún tipo de chocolate… Harry no soportaba más la situación, se estaba volviendo loco con solo mirarlo, así que quitó los dedos y se posicionó entre sus piernas, listo para penetrarlo.

 

-Auch –se quejó Draco al sentir el primer intento de Harry.

 

-¿Estamos oxidados, no?

 

El rubio río y el moreno se apartó un instante para buscar su varita dentro de la túnica de Slytherin… murmuro el milagroso “vallisum” y lo intentó nuevamente, en esta ocasión el miembro de Harry se introdujo sin problema dentro de Draco.

 

La nueva serpiente estaba sostenido por sus antebrazos, y movía lenta y sensualmente sus caderas, le era imposible apartar la mirada de la persona que tenia debajo, era lo mas bello que hubiese visto… con su platinado cabello revuelto sobre la almohada, su piel sonrosada, sus labios rojos, y esos dos ojos grises que lo miraban con lujuria.

 

-¿Está bien así? – le preguntó Harry al ver que su cara no era de completo placer.

 

-Ahja.

 

Harry lo besó con ternura para disipar cualquier malestar que su novio pudiera estar llegando a sentir, notaba como las manos de éste recorrían su espalda, hasta llegar a sus nalgas que eran apretadas con furia, obligándolo a acelerar el ritmo de sus caderas.


La réplica de “nido cariño” comenzaba a llenarse de renovados gemidos… del ruido de sus labios al besarse y de la música que sus caderas hacían al juntarse.

Harry se apoyó solamente en uno de sus brazos, y con el otro comenzó a acariciar toda la extensión del cuerpo de su amante, borrando con la mano el sudor que fluía del cuerpo.


Draco también comenzó a moverse debajo de él, en su cara ya se reflejaba un absoluto y entero placer, que hizo a Harry aumentar aun más el ritmo de sus caderas.
La mano que anteriormente viajaba sin rumbo por el cuerpo del rubio, ahora se había detenido en su miembro, comenzando a ser agitado al ritmo de las estocadas, que ya anunciaban el tan delicioso final.

 

-¿Estás cerca? –le preguntó Harry… pero la contestación de Draco solo fue un movimiento afirmativo de su cabeza, al parecer no podía hablar tan fácilmente como lo hacia su amante.

 

Ya no podían controlarse más, el placer los estaba desbordando, los estaba haciendo enloquecer. Harry ocultaba su rostro en el pecho de Draco, tratando de encontrar las últimas fuerzas para estallar de placer… mientras que el rubio ahogaba sus fuertes gemidos mordiendo la piel entre el cuello y el hombro del moreno.
Estaban totalmente empapados en sudor, gritando de placer, desbordados de pasión. 

 

-Huum Harry… aaaah aah…

 

Draco sintió el tibio néctar de Harry derramándose dentro de él y el propio entre los dos… había sido un arduo trabajo, un placentero y ardiente trabajo.
El moreno quedó desplomado en su pecho, ambos estaban agitados y en sus cuerpos aun quedaban restos del magnifico orgasmo experimentado.
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Luego de dormir solo un poco, ambos se despertaron para encontrarse nuevamente en su habitación.

 

-Dime que no fue un sueño, por favor – Dijo Draco al ver que ya no estaban dentro de “nido cariño”.

 

-No fue un sueño… los hechizos de ambientación que hizo Kreatcher solo duran un tiempo limitado.

 

-Ahh ya veo, el elfo ayudó.

 

-Pues si, yo no se hacer esos hechizos.

 

-No me extraña, cara rajada.

 

-Heeey… ¿Por qué no te burlabas así anoche?

 

-Porque no me diste oportunidad.

 

-Ya veo, lo único que hacías era gritar… escandaloso.

 

-¡Mira quien lo dice!

 

-Cállate, desteñido.

 

Ambos amaban pelear como en los viejos tiempos, solo que ahora no terminaban a los golpes, sino, en una divertida variedad de peleas de almohada, corridas por la casa, revolcones en la cama, o la mejor de todas… cosquillas.

 

-NOOO, BASTA… BASTA… POR FAVOR.

 

-¿No vas a volver a decirme desteñido? –le decía Draco que estaba sentado encima de él, torturándolo con cosquillas.

 

-Lo prometo… BASTA, LO… PROMETO JAJA…

 

Una vez que los ánimos, las risas y bromas se calmaron, Harry abrió su mesita de noche para sacar un estuche alargado de terciopelo negro.

 

-Feliz aniversario –le dijo a Draco, mientras se lo extendía.

El rubio lo abrió y al instante se quedó sin respiración al observar su antigua varita de espino.

 

-Creí que la había perdido, pero el otro día fui a la casa de mis tíos muggles y ahí estaba, en mi mesita de noche… la había guardado ahí después de la guerra.

 

Draco sentía como una especie de renovado calor recorrer su mano, si bien su nueva varita funcionaba bien, nunca pudo acostumbrarse del todo a ella… siempre había anhelado volver a tener la varita de espino.

 

-Gracias Harry, muchas gracias… te amo tanto –le decía emocionado mientras lo abrazaba.

 

-Yo también te amo.

 

Draco sintió deseo de volver a usarla, así que extendió su brazo y convocó:

 

-Accio carta para Harry.

 

Un papel en forma de avioncito entró por la puerta para posarse sobre la cama.

 

-No tuve tiempo de comprarte el regalo que me hubiese gustado… así que en la guardia en San Mungo anoche, te escribí una especie de canción.

 

Harry sentía como su estomago daba vueltas y como el su corazón comenzaba a desbocarse… el no quería cosas materiales, nunca lo habían llenado, el deseaba cosas así, una palabra, un beso, una carta. Harry la abrió y comenzó a leerla.

 

Mi vida es hermosa porque existes tú,
Hermosos son mis días porque veo tu luz
Llevas ese fuego que hay en mi corazón
Para toda mi vida tú eres la razón....

Es que tu cariño conmigo compartiste,
Ya no estoy triste, no estoy triste
Y a cambio de nada tu amor me diste,
Ya no estoy triste, no estoy triste.

Felicidad, eso es lo que tú me das…
Felicidad, cada mañana al despertar
Felicidad, desde ti y para siempre

 

Los pajaritos cantan al verte sonreír

Es que tu amor al mundo logras transmitir
Y aunque siento dolor por quienes no están mas
Con tu sola presencia todo quedo atrás
Por siempre junto a ti un día tú me dijiste
Ya no estoy triste, no estoy triste
Es que me enseñaste que el amor existe
Ya no estoy triste, no estoy triste.

 

Harry no podía contener sus lágrimas al leer tan hermosas palabras, levanto la vista para ver a Draco, estaba ligeramente sonrojado mientras jugaba con su varita en las manos. El moreno dejó caer el papel al suelo y tomó al rubio de su cuello para poder depositar un beso en sus labios y guiar su cuerpo arriba del suyo. Seguramente volverían a demostrarse físicamente cuanto se amaban… no sin antes recordárselo con su propia voz, aun emocionada.

 

-Te amo, Draco.

 

Notas finales:

Les gusto? confieso que me cosato bastante hacerlo.

Les cuento que solo quedan dos capitulos mas y el epilogo, y se termina :(  pero no estoy triste porque me cabesita esta pensando muchas mas historias.

Muy feliz navidad para todos, que la pasen genial en familia-

Les dejo el link para que escuchen la canción que Draco le escribio a Harry, es de un grupo llamado  Gondwana

 http://www.youtube.com/watch?v=qvTlyAU0F8o


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