Harry temblaba con el cuerpo inconciente de Draco entre sus brazos, mientras que una desquiciada Ginny los apuntaba con su varita.
-Apártate de él – le exigió a Harry – dame tu varita, ¡ahora!
Con toda la delicadeza del mundo, Harry apoyo el cuerpo maltratado de Draco contra el árbol, dejándolo en un estado de semi desmayo, sin alejarse mucho de él.
-Ginny trata de cálmate, hablaremos todo lo que quieras.
-¡Dame tu varita porque te juro que lo mato!
Sin pensarlo dos veces Harry entrego su varita.
-Mírate Ginny… ¿que te ha pasado?
-Como si te importara.
-Claro que me importa, tantos años sin saber de ti, estaba preocupado.
-Pues no lo parece… ni siquiera le hablaste a Albus de mí.
-Esa fue una decisión que tomamos en conjunto con tu familia, fue una forma de protegerlo y protegerte a ti también.
-Pues fue una pésima decisión.
-No creíamos que te importara.
Harry trataba de usar todo su autocontrol, Ginny estaba en un estado que era imposible saber de que forma iba a actuar, y tener a Draco casi inconsciente solo hacia que el temor en su pecho se acrecentara. Harry dio unos pasitos hacia el costado para tratar de ocultar a Draco y evitar cualquier tipo de daño.
-Ohh ¿no es romántico? ¿siempre te interpones delante de él? ¿acaso no es capaz de defenderse solo?
-No quiero que cometas mas locuras Ginny.
-¡Yo haré lo que se me pegue la gana! ¡Ahora aléjate de el!
La varita temblaba en su esquelética mano. Eso era peligroso, muy peligroso, pero Harry trataba de dominarla de la mejor manera, así que cauteloso obedeció la orden y se alejo unos pasos quedando a unos metros de Draco.
-Albus me dijo que hablo contigo – trataba de distraerla Harry.
-Solo me dijo que no sabía nada de su madre, que solo quería a sus papas.
-¿Acaso te importa Albus?
-Claro que no… pero si tu te hubieras quedado a mi lado yo lo habría amado y cuidado, en cambio elegiste a esa serpiente dejando que nuestro hijo se convierta en su viva imagen.
-La poción que tu misma elaboraste es la responsable de esos cambios y sentimientos.
-Pero la poción no eligió su nombre ¿verdad? Albus Drarry Potter Malfoy… mi madre me lo ha contado todo, esa asquerosa combinación de sus nombres, ¿nunca se te ocurrió el nombre Fred? El también murió por tu culpa, como tantos otros.
Ginny había tocado el punto débil de Harry, el remordimiento y el odio a si mismo que experimentaba día a día sabiendo que todas esas personas habían muerto por su culpa. Draco en cambio ya estaba volviendo en si, escuchando la maldita conversación, estaba desarmado así que opto por seguir aparentando un estado de inconciencia por el momento.
- ¿Me quieres explicar porque lleva el apellido de esa despreciable familia?…¡la madre soy yo! Le pese a quien le pese, ¿Por qué no lleva el apellido Weasley?
Ginny le estaba haciendo preguntas que no podía responder, que jamás había pensado, de pronto se sintió egoísta, dolido, perturbado, se sintió como una basura.
-¿Porque lo reclamas Ginny? ¡tu no lo quieres!
-Pero te quiero a ti, si tu me hubieras elegido ese niño me habría amado y yo lo abría amado a el… pero supongo que las cosas no salieron como pensaba.
-Las cosas no se planean, se sienten… simplemente pasan.
-Oh ya veo, ¿como enamorarse del frío príncipe de las serpientes verdad? – decía en tono burlón y sarcástico – ¿aun no puedes explicar como paso?
-Exacto… al igual que no puedo comprender como acabaste de esta forma, eras tan dulce, tan buena.
-Fue por tu culpa, por tu abandono, tu indiferencia… intenté olvidarte todos estos años, pero fue inútil.
-Ginny no puedes obligar a que alguien te ame.
-¿Alguna ves lo hiciste?
-¿Qué cosa?
-¿Alguna ves me quisiste? Un día, un minuto, un segundo… ¿me quisiste?
-Claro que si Ginny, te quise muchisimo.
Harry sabia que estaba siendo sincero, él sabia que en algún momento de su vida la había querido y había imaginado una vida con ella… pero la vida lo sorprendió, y no se arrepentía ni un momento de esa sorpresa. Ginny lloraba y reía a la vez, como si esa confesión la habría estado esperando durante todos esos años.
-Pero no regresaras conmigo, ¿verdad?
Harry solo negó con la cabeza, esa conversación le había afectado mas que cualquiera en su vida… Ginny se incorporo con una postura firme y decidida, extendió su varita y le confeso:
-Entonces… si no serás mío, no serás de nadie.
Draco tubo la sensación de que algo terrible iba a pasar, y no estaba equivocado, vio como Harry cerraba fuertemente los ojos esperando el impacto, y a sus oídos llegaron dos palabras que eran las peores que un mago pudiera convocar.
-Avada Kadavra.
La poderosa luz verde salio de la verita con el fin de impactar a Harry, pero la maldición jamás llegó a su cuerpo ya que Draco se atravesó y le dio de lleno en la espalda.
Todo parecía ir en cámara lenta, pero en realidad transcurría con una rapidez deslumbrante. Ni bien la maldición imperdonable toco a Draco, ésta reboto en él y el rayo de luz verde impacto en el pecho de Ginny, haciéndola volar unos metros por el aire, para luego caer muerta en el suelo del bosque.
Sus rostros quedaron a un palmo de distancia, sus ojos fijos en los del otro expresaban sorpresa y terror.
Draco sintió la maldición en su espalda como un golpe seco y doloroso que le hizo temblar las piernas, pero no podía apartar la vista de esos ojos verdes que tanto amaba, y que seria lo ultimo que vería. Sin poder resistir cayo de rodillas al suelo y todo se volvió oscuro.
No sabia cuanto tiempo había pasado, en donde estaba o que hora era… lo único que sabia era que sus ojos le ardían, que su cuerpo estaba duro y sus músculos no le respondían, y eso era producto de otro cuerpo encima del suyo.
Como algo muy lejano y distante escuchaba una voz angustiada y suplicante que lo llamaba, lo llamaba con insistencia y desesperación.
-Draco, mi amor… tu no estas muerto, no puedes estarlo, vuelve por favor, vuelve.
Esa voz… ¿Harry? Lo estaba llamando, ¿Acaso había muerto también?. Trato de volver a abrir sus ojos otra vez y mirarlo, comprobar si realmente era él, pero no podía verlo, tenía su rostro oculto en su cuello mientras no dejaba de acariciarle el pelo y llamarlo con desesperación, sus tibias lágrimas mojaban la piel de Draco y el suelo del bosque.
-Vuelve por favor… tu no estas muerto, Draco tienes que volver, no me dejes.
Definitivamente era Harry el que lo estaba llamando, intentaba responder pero no podía articular sus movimientos o alguna palabra con facilidad, aun esta en shock por lo sucedido. Trato de concentrarse y relajarse para poder corresponder el desesperado llamado de Harry.
-Tu no estas muerto mi amor, solo tienes que volver… no puedes dejarme, no puedes dejar a Albus, por favor haz un esfuerzo, tienes que volver.
Al parecer lo que Harry le decía era cierto, su vista dejo de ser nebulosa y se volvió mas nítida dejando ver que aun estaban en el bosque, los árboles tapaban el cielo pero podía distinguir que comenzaba a caer la noche. Le dio la orden a su cerebro para que la transmitiera a su cuerpo y así poder moverse.
Harry sintió como el cuerpo debajo de el intentaba responder, se aparto y lo miro directo a la cara para comprobar que tenia sus ojos abiertos mirando confundido su alrededor.
-Draco, mírame, soy yo ¿estas bien?
-Ha… ¿Harry?
-Si mi amor estoy aquí.
Draco intento incorporarse, sentía que su fuerza volvía, y con la ayuda de Harry había podido sentarse en el suelo y explorar los alrededores… su vista paso y se poso en el cuerpo sin vida de Ginny que yacía a varios metros de ellos.
-¿Tu?
-No
Harry lo había entendido perfectamente, todo lo que había pasado había sido en extremo confuso, Draco al verla pensó que Harry tal ves la había matado… pero él no era así, jamás mato ni mataría a nadie.
-¿Qué paso? – Le pregunto Draco, que ya era evidente su recuperación -¿Por qué no estoy muerto? Sentí la maldición en mi espalda.
-¡Estupido! – le grito Harry, con una voz mitad histérica y mitad cortada por el llanto - ¿Por qué te atravesaste?
-Porque tu hubieras hecho lo mismo por mi – Draco miro ese rostro aun asustado y empapado en lagrimas, esos ojos verdes llenos de alegría y alivio por su despertar – y porque te amo.
Harry lo estrecho aun mas en sus brazos, lo beso… lo beso con pasión y desesperación, como si por un momento habría pensado que no iba a volver a besarlo jamás, sus manos tenían prisionera el rostro de Draco, mientras que sus bocas se fundían furiosa al igual que sus lenguas. Cuando ya no podían respirar se apartaron y Harry volvió a abrazarlo con fuerza.
Cuando las respiraciones se calmaron y sus almas volvieron a estar tranquilas, ambos se levantaron del suelo y se dirigieron hacia el cadáver de Ginny.
-¿Esta muerta? – pregunto Draco al ver que Harry ponía dos de sus dedos sobre el cuello de la chica, además de estar helada, no había signos de vida. Solo afirmo con la cabeza.
-Harry… ¿Qué fue lo que sucedió?
El moreno se levantó del suelo con su recuperada varita en la mano, y caminó algunos pasos hasta el árbol en donde habían estado anteriormente.
-Accio – y la varita de espino de Draco llego volando desde algún lado del bosque, Harry la tomo y se la devolvió, mientras le decía:
-Creo que tendré que confesar mi secreto.
-¿Secreto?
-Draco, tanto a tu como a Albus… están protegidos con el encantamiento Fideleo.
-¿El que tu madre te hizo a ti? ¿El que impidió que Voldemort te matara?
-Si… mi alma no podría soportar perder a alguien mas en mi vida, mucho menos a ustedes.
-¿Cuando lo hiciste?
-A ti te lo hice la noche en que me perdonaste, luego de que descubrieras la trampa que me había tendido Ginny… y a Albus se lo hice la noche que lo llevamos a casa por primera vez.
-¿Cuándo aprendiste a hacerlo?
-Dumbledore me facilito el libro donde lo enseña.
-Ambos volvieron a salvarme.
-Es un hechizo de amor muy antiguo… cuando mas fuerte es el amor, mas poderosa es la protección.
Draco no encontraba palabras para agradecerle o para explicarle cuanto lo amaba, el abrazo duro hasta que unas voces comenzaron a escucharse a lo lejos.
-¡Papá!
-¡Harry!
-¡Harry, Draco!
Eran las voces de Albus, Ron, Hermione, Andrómeda y Teddy que trataban de localizarlos con desesperación… y lo que encontraron fue lo peor.
-¿Ginny? – Dijo sorprendido Ron, corriendo hasta su hermana y arrodillándose ante su cadáver. Hermione lo siguió, mientras que Andrómeda sostenía a Teddy para que no se acercara, y Albus ya estaba en brazos de sus padres.
-Los chicos nos avisaron lo que estaba pasando – les explico Andrómeda.
-¿Harry que sucedió?
Harry no podía apartar la vista de Ron, arrodillado en el piso y cubriéndose la cara con sus manos, no se sentía capaz de decirle lo que Ginny había planeado hacer.
Simplemente inventó una historia que pudieran comprender y que no acumule mas rencores contra ella.
-…Y como tenia mi varita… ella se apunto al pecho y se quito la vida.
Ron parecía que iba a desmayarse, mientras que Hermione se llevaba las manos a la boca en señal de sorpresa… Andrómeda se había retirado junto a Draco y los niños para dejar a los tres amigos conversar con tranquilidad.
-Lo siento mucho Ron – lo consolaba Harry poniendo una mano en su hombro.
-Fue su decisión, está en un mejor lugar ahora – acoto Hermione.
Harry no se sentía bien mintiéndole a sus amigos, pero sin duda esa mentira los dejaba mas satisfecho que saber lo que verdaderamente había sucedido.
Albus había preguntado por ella, pero esta vez le contaron la verdad, no le ocultaron anda, ni siquiera lo de la poción. Para sorpresa de todos Albus resulto ser extremadamente comprensivo, inteligente, y razonable. Luego de los funerales de Ginny le pidió a su abuela Molly una foto de su madre y la guardo dentro de su mesita de noche.