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Junto a la tumba blanca por tenshi_kun

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Notas del capitulo: Aca les dejo mi regalito de reyes jaja, todo llega algun dia... el final :(

Cinco años habían pasado desde la muerte de Ginny. Había costado volver a la normalidad al principio, sobretodo para la familia Weasley, que tres semanas después de el funeral, Ron y Hermione se convirtieron en padres de la preciosa Rose.

 

El verano estaba llegando a su fin, y Draco debería volver a esas largas jornadas en San Mungo a cumplir con sus responsabilidades como el gran medimago que era, y Harry también debería volver a la oficina del departamento del ministerio a organizar infinidad de papeles que se habían acumulado en las vacaciones. Mientras que un hermoso niño de cabellos rubios alborotados, piel pálida, y grandes ojos verdes, no dejaba de dar saltitos por toda la casa junto con la carta de Hogwarts en la mano.

Había llegado esa mañana y Albus estaba mas que emocionado, finalmente podría ir a ese lugar lleno de tanta fantasía e historias que le contaban sus padres, sus tíos y abuelos.

 

La mañana del día siguiente a la llegada de la carta, Harry, Draco y Albus se encaminaron al callejón Diagon a comprar todo lo necesario.

 

-Merlin, esto es una locura – se quejaba Draco – Harry, vallan a la tienda de túnicas y yo ira a comprar el caldero, luego nos encontraremos en lo de Ollivander a comprar la varita.

 

-Bien, nos vemos allí – afirmó Harry, y tomando la mano de su hijo se marcharon.

 

Finalmente en la tienda de túnicas, Albus se dejaba tomar medidas y coser la túnica negra que los estudiantes de primer año debían llevar… mientras que Harry no podía apartar la vista de su hijo. El moreno sentía un nudo en la garganta y su vista estaba nublada producto de las lágrimas agolpada en sus ojos, es que en ese momento parecía estar sufriendo una especie de deja vu. Albus era tan parecido a Draco, que por un momento Harry se sintió transportado en el tiempo al momento en que lo había visto por primera vez, cuando ambos tenían solo once años. Nuevamente volvió a pensar en las vueltas de la vida, en las sorpresas que ésta tiene preparada para uno. Sin poder evitarlo una lágrima se deslizó por su mejilla. Albus volteó a ver a su padre y lo vio en ese estado.

 

-¿Pasa algo papá?

 

-Nada, es solo la emoción.

 

-¿Me queda bien? – le preguntó enseñando la túnica terminada.

 

-Muy bien, me recuerdas a alguien.

 

-¿A quien?

 

-A alguien que conocí aquí… olvídalo, papá Draco nos espera.

 

Luego de tres intentos y romper casi toda la tienda, una varita de escamas de dragón eligió a Albus.

Siguieron su camino, las compras ya estaban por terminar. Harry cargaba con la túnica y algunos libros, mientras que Draco llevaba a Albus de la mano y seguía repasando la lista de materiales.

 

-Papá, papá mira eso.

 

Albus babeaba en la vidriera donde se veía la nueva Nimbus Millenium.

 

-¿Me la compran? – le pregunto con esa sonrisa que sabia que debilitaba a sus dos papas.

 

-Albus, tienes la Nimbus Master, además los de primero no pueden llevar su propia escoba – le explicaba Harry.

 

-Entonces le diré al abuelo Lucius que me la compre y la meteré de contratado en mi equipaje.

 

-Albus Drarry Potter Malfoy… como te atreves, aun no comenzaste y ya violas las reglas… eres igual a tu papá Harry – lo reprendía Draco.

 

-Mira quien lo dice – se quejaba Harry – ¿quieres que te cuente una cosas Al?

 

-Si, cuéntame.

 

-Cuando yo estaba haciendo mis compras para el primer año, conocí a un niño que me dijo lo mismo que tu.

 

Draco abrió mucho los ojos, al darse cuenta que el niño del que estaba hablando Harry era él.

 

-Me dijo que iba a decirle a su padre que se la comprara y la llevaría escondida a Hogwarts.

 

-Jaja, ¿y quien era él?

 

Harry solo se limitó a señalar a Draco de forma graciosa y acusadora, haciendo que su hijo comenzara a reír a carcajadas.

 

-¿Que es tan gracioso jovencito? – le reprendió el rubio.

 

-Que me reprendes a mi, y tu hiciste lo mismo.

 

-Bueno, ya basta, te compraremos la escoba, pero no vas a llevarla.

 

-Siiiiiii, como sea.

 

Se metió corriendo a la tienda seguido por Draco, pero algo de repente lo tomo del brazo y lo jalo, era Harry quien le dio un sorpresivo beso y un bello te amo.

Sin duda ese día de compras por el callejón Diagon había desenterrado miles de recuerdos, la primera ves que se habían visto y habían hablado, y dejando en claro luego de tantos años que la primera impresión no es siempre la correcta.

          ___________________________________________________________

 

-¿Donde está papá Draco?

 

Cuando Harry estaba a punto de responder a su hijo Draco cruzo la plataforma nueve y tres cuartos.

 

-Puaj cada año hay mas muggles.

 

-Basta de hablar así frente a Al, Draco.

 

-Que, no dije nada malo, ¿verdad Al?

 

Albus simplemente se encogió de hombros y siguió jalando su carrito con rumbo al Expreso de Hogwarts.

Luego de varias recomendaciones y muchos besos y abrazos, Albus se subió al tren y se metió dentro de un compartimiento para poder seguir hablando desde ahí con sus padres.

 

-Recuerda escribirnos ni bien llegues Albus – le recomendaba Harry.

 

-Les escribiré en mi primer desayuno.

 

-Recuerda hijo, que no importa en que casa entres, no confundas al sombrero, solo relájate, será lo que tenga que ser.

 

Albus se sentía muy presionado respecto a ese tema, mitad de su familia era Gryffindor, y mitad de la otra era Slytherin, no quería decepcionar a nadie, y aun no podía decidir en cual le  gustaría estar, así que opto por el consejo de su papá Harry, relajarse y aceptar la decisión del sombrero.

La ruidosa bocina del tren sonó, dejando salir mucho mas humo del que ya había, pronto el Expreso comenzaría su largo camino hacia Hogwarts.

 

-Obedece a tus profesores Albus, y mándale saludos a tío Neville – le recomendaba Harry.

 

-No andes por los corredores por la noche Al, y cualquier duda que tengas pregúntale a tu madrina Minerva – le recomendaba Draco.

 

-Ya dejen de preocuparse, estaré bien.

 

El tren emprendió su marcha, dejando que la plataforma se llenada de gritos y palabras de afecto. Lo último que Harry y Draco pudieron oír fue a su hijo gritar:

 

-¡Los quiero!

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Luego de despedir a su hijo, Harry y Draco se marcharon a sus respectivos trabajos… en realidad no habían podido concentrarse mucho, les era difícil imaginar que al llegar a casa no estaría Albus, el tiempo había pasado demasiado rápido, estaba en camino a Hogwarts y no podían dejar de sentirse algo mayores, por no decir viejos.

Apenas tenían treinta años, no olvidaban que habían sido padres muy jóvenes… pero no tenían de que preocuparse, ya no existía ningún mago tenebroso y el colegio de magia y hechicería era lo mas seguro en el mundo mágico… el tener a Albus fuera de casa significaba también muchas noches a solas.

 

Harry entró a la mansión Drarry desaforado, subió la escalera como animal dispuesto a devorar a su presa, pero fue terrible la desilusión que se llevo al ver que Draco aun no había llegado de San mungo.

Aproximadamente media hora después Draco entró a la casa con expresión de cansancio y tristeza.

 

-¿Mal día? – le preguntó Harry luego de darle un beso.

 

-Ni te lo imaginas, ¿y Albus?

 

-Camino a Hogwarts.

 

-Oh, cierto.

 

Harry comenzó a preocuparse, se lo veía muy pensativo y abatido.

 

-¿Estas bien?

 

-Solo necesito un baño.

 

Luego de terminar su sandwich de cena, el moreno subió a la habitación para encontrarse con Draco recostado en la cama, al parecer no había ido a ducharse. Sin que Harry le preguntara nada, y al sentir su presencia Draco le contó:

 

-Hoy murió un chico con heridas de sectumsempra en el hospital.

 

Harry trago muy duro para deshacer el nudo que se había formado en su garganta.

 

-Llegó tarde y no pudimos hacer nada para salvarlo.

 

-Lo siento mucho.

 

-No puedo creer que alguien mas conozca esa maldición.

 

-Me encargare de comunicarlo en el ministerio.

 

Draco se dio vuela y extendió sus brazos en señal que quería que Harry se acostara junto a él. Éste lo hizo, y luego de un momento en silencio Draco hablo:

 

-¿Crees que ya haya llegado?

 

-Seguramente ya debe de estar cenando.

 

-Que nervios, no puedo esperar a leer su carta en la mañana.

 

-¿Estás bien, Draco?

 

-Si, no te preocupes, solo necesitaba un momento para pensar.

 

-No hay un día en que vea esa cicatriz en tu pecho y se me destroce el alma.

 

Draco se sostuvo en uno de sus brazos para poder ver mejor a Harry. Odiaba hablar o recordar ese tema, y también odiaba verlo sufrir por ese desdichado y accidental acontecimiento.

 

-No lo hiciste a propósito, te lo dije mil veces.

 

-Lo se, pero…

 

-…pero nada, basta de hablar de eso, ya pasó.

 

Draco cayó cualquier comentario de Harry con un beso, y algunas caricias que comenzaban a darse lugar debajo de la ropa.

 

-¿Ya pensaste en las ventajas de no tener a Albus aquí? – le comentó Draco.

 

-Si que si.

 

Harry se posicionó sobre el cuerpo de Draco, y en ese momento recordó porque había entrado corriendo a la casa.

Se sentía muy bien poder gemir sin tener que poner un hechizo silenciador, o preocuparse por si Albus entraba y los veía.

 

Draco se encontraba sentado en la cama, sostenido por sus brazos detrás de su cuerpo, mientras que Harry se mecía frenético encima de él.

El sudor los empapaba, el moreno revolvía los platinados cabellos de su amante, sin dejar de besarlo… lo besaba apasionadamente, sus lenguas jugaban y Draco liberaba sus manos para atrapar el trasero de Harry y hacer que la penetración fuera mas profunda.

 

El moreno lo recostó violento sobre la cama, mientras que sus dedos se aferraban como garras en los hombros del rubio y así ejercer mas fuerza aun.

Terminaron en perfecta sincronía como estaban acostumbrados, después de tantos años teniendo tan excelente sexo.

 

-Ahora si habrá que ducharnos – le dijo Draco muy agitado aun.

 

-¿Juntos?

 

-Ya lo creo.

 

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A la mañana siguiente ambos estaban resplandecientes y de magnifico humor, en su vida comenzaba una nueva etapa en donde ya eran adultos, pero no maduros aun, seguían siendo jóvenes pero de una forma mas responsable. Intercambiaban miradas picaras durante el desayuno, recordando tan ardiente noche.

 

Su atención se desvió cuando la lechuza de la familia golpeo en la ventana. Ambos corrieron tropezándose con ellos mismos para ver quien llegaba primero, hasta la pobre lechuza aleteo agitada del miedo por la euforia de los hombres.

 

-Bien, tranquilos, ábrela despacio – sugería Draco.

 

-Bien, respira hondo… aquí va – Harry comenzó a leer.

 Queridos papas:      Antes que nada quería decirles que estoy feliz de estar en este lugar tan maravilloso, era todo lo que me habían contado y más.El sombrero seleccionador me mando a Gryffindor (lo siento papá Draco) pero dudo bastante con Slytherin también. La madrina y tío Neville se veían muy contentos, Hagrid también, y Teddy es uno de los prefectos.Mis primeras clases son transformaciones, pociones, luego tengo almuerzo, y luego volaremos el resto del día con la señora Hocck (aunque ya se muy bien como dominarlas). Les prometo visitar la tumba blanca en cuanto pueda.Los extraño mucho a los dos y a los abuelos, les mande cartas a ellos también. Espero que me envíen muchas golosinas, aun no podemos salir a Hogsmade. Los quiere Albus Drarry. 

Luego de la noticia ambos se fueron a trabajar con una enorme sonrisa en sus rostros, hasta que llegaron a la mansión a cenar luego de un día relativamente tranquilo.

 

-¿Como esta tu papá? – le pregunto Harry.

 

-Devastado de saber que su nieto es un león.

 

-¿Y tu como estás?

 

-Perfecto, feliz por él, indudablemente es un león.

 

-¿Si?

 

-Albus puede parecerse a mi, pero debes admitir que lleva sangre Gryffindor.

 

Luego de cenar, se dirigieron a su habitación donde se besaron, acariciaron, tocaron, mordieron, sudaron y gimieron… hasta quedar relajadamente satisfechos.

Harry miraba a Draco dormir, era una costumbre que había desarrollado y no podía evitar, agradeció a la vida el cambio que eligió para él, y también agradeció el día en que lo había vuelto a ver junto a la tumba blanca. Volvió a arroparse entre las sabanas y su cuerpo, pensando en cuanto lo amaba y en que estarían juntos hasta la muerte… y después también.

 FIN             
Notas finales:

Lo unico que puedo decirles es GRACIAS!! gracias por tomarse un tiempo de sus vidas y leer lo que se le ocurrio a una desconocida, gracias por tantas palabras de afecto y animo!

Yo les cuento que escribir esto me sorprendio mucho, jamas pense que podia crear algo que hiciera feliz a la gente, asi sea a un grupo pequeño de personas, yo sabia que ustedes estaban de otro lado esperando, y yo me esforce por complacerlos.

Gracias a mi amiga Ann, que me ayudo muchisimo, jamas olvidare la noche en que inventamos los efectos de la pocion de fertilidad instantanea, ni cuando me convencio de matar a Ginny (al principio habia surgido la idea de hacerla suicidar, Ginnycidio, lo llamabamos)

Mil gracias a todos, y no me fallen en mi nuevo fic "sentimientos peligrosos" nos vemos ahi :)


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