Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Falsas Apariencias por AthenaExclamation67

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Falsas Apariencias

By AthenaExclamation67

Rubio, ojos azules hipnotizantes, su blanca y fina piel. En mi puerta había aparecido un ángel. Un ángel... ¡¡JA!!

Un Año Atrás...

Se acercaba la navidad, que ya de por sí no me gustaba. Todo era júbilo y felicidad, pero yo me sentía muy desdichado, no me gustaba en absoluto una festividad en la que todo era puro consumismo. Qué necesidad había de esperar para hacerle un regalo a un ser querido.

En mi mentalidad no cabía, ni entendía el por qué de ir a comprar a toda prisa, asaltando las tiendas, agobiando a las pobres dependientas que desbordadas, ejercían su trabajo a toda prisa. Hacer largas colas y soportar a toda esa gente histérica que deseaba comprar y comprar compulsivamente.

Para eso, aún faltaban unos días, pero ya empezaba a verse el ambiente festivo y jovial, ya se podía apreciar como los ayuntamientos, empezaban a decorar las calles para la próxima festividad.

Pero otra venía primero, una que todavía me entusiasmaba menos, el maldito Halloween con todos esos críos pidiendo caramelos, con el subidón de azúcar correspondiente que los ponía de los nervios y que les incitaba a seguir tocando a los timbres de todo el vecindario rompiendo los huevos.

Procuraba apagar todas las luces para que pensaran que en mi casa no había nadie, que habíamos salido a pedir caramelos igual que el resto de la gente, pero en mi urbanización, esa exclusiva y muy cara donde al fin logré después de muchos sudores comprar mi casa soñada, tenían una maldita costumbre, reunían a todos los niños y los padres por turnos, iban acompañadores a todas y cada una de las casas, así que no me quedaba otro remedio que comprar golosinas y dulces para cuando vinieran a molestarme.

El raro solían llamarme, ermitaño y huraño, eran también apodos con los que solían nombrarme, se les hacía extraño, por no decir horrible que no me gustase celebrar todas y cada una de las fiestas  anuales.

Y fue así como sin otra opción a la que agarrarme, el día antes fui a por los adornos, dulces y chocolates con los que obsequiar a los niños. Pero al pasar por un local, decidí cambiar el regalo, estaba seguro de que así, dejarían de venir a fastidiarme.

Entre en esa tienda tan particular y me llevé tres bolsas de los que serían mis obsequios, luego compré una hermosa y enorme calabaza y me fui para casa.

Colgué adornos y guirnaldas sin demasiado entusiasmo, solo concentrándome en que cuanto más rápido terminase, vendría un momento que sí estaba esperando. La calabaza con la que me recreaba y pasaba horas vaciándola y poniéndole alguna cara bien rara, espeluznante y que diese miedo con la velita en su interior para que adornara el portal de mi casa.

Una vez solventé el problemita de colocar los adornos, tomé varios papeles de periódico, unos guantes, una bolsa de basura, cucharón y cuchillo bien grandes y la protagonista de mi entusiasmo, la calabaza de ocho kilos.

Esparcí los periódicos frente al televisor y tras poner un canal musical y vestir mis manos con los guantes, clavé el cuchillo con todas mis fuerzas, desahogándome al ritmo de una música muy enorme que tuvo que soportar varios cortes antes de conseguir mi propósito.

Vaig beure'm la seva sang,                     Me bebí tu sangre,
vaig menjar-me el seu cervell,              me comí tú cerebro
l'única cosa que no em vaig              la única cosa que no me comí
menjar van ser aquells ulls                     fueron aquellos ojos
que em tornaven boig,                         que me volvian loco

Els guardo en formol.                         Los guardo en fórmol.

(Parte del estribillo de la canción... Tinc Fam De Tú (Tengo hambre de ti) del grupo catalán Lax N'busto)

Acuchillé la calabaza con saña, dándole la forma que yo deseaba, quedando satisfecho al ver el resultado final, la espectacular cara que le día con ojos de demonio y colmillos de vampiro en su sonrisa. La dejé secar un rato y la puse en el jardín estratégicamente para después marcharme a dormir, creyendo que ese sería el último año en el que me vendrían a molestar, aunque ni yo mismo, el los 25 años de mi corta vida, imaginé que lo que sucedió, pudiera llegar a pasar.

La mañana fue muy tranquila, con todos los mocosos en los colegios y los padres organizando las cenas respectivas: Alguna de ellas a las que fui invitado y rechacé de inmediato el participar.

Cuando desperté, serían las 3 de la tarde, sesgar y adornar mi estupenda calabaza, me privo de algunas horas de sueño que eran más habituales, pero sin importarme ya que era lo único de esa festividad que me alegraba de verdad.

Me bañé y vestí para después comer con toda la tranquilidad viendo la TV, sabiendo que en cuanto oscureciese, vendrían todos los chavales a pedirme los ansiados y preciados dulces.

Finalmente, llegaron las 6 de la tarde y como era habitual, todos los niños salieron a la calle acompañados por sus amiguitos y familiares, los cuales lentamente fueron llamando a mi puerta, donde les entregué lo que estaban buscando.

  • - ¡¡¿¿QUÉEEE??!! - exclamó el primer grupo de niños que se acercó - ¡NO SE VALE! ¿Dónde están los dulces? - reclamaron al ver que mi obsequio no era otro que un cepillo de dientes.

Reí como un poseso, viendo todas sus caras de asombro, oyendo como se marchaban renegando e increpando por no recibir caramelos. Cada tanda que llegaba y tocaba el timbre de mi casa, me proporcionaba un espectáculo inolvidable, por no decir la sarta de insultos que no conocía y que aprendí de los muchachos a los cuales sus padres ni se molestaron en regañar por faltarme al respeto.

Y así llegó la noche y el final de la celebración dónde yo pensaba que no vendría nadie más, pero algo sucedió...

"DING, DONG"

  • - ¡Joder! - renegué empezando a abrir la puerta - ¡pensé que no vendría nadie más a mol...! - de pronto calle al ver que no era precisamente un grupo de niños, si no un muchacho de mi edad disfrazado de ángel.

Ambos quedamos callados, mirándonos como tontos, sonriéndonos hasta que el joven muchacho de ojos azules celestiales habló.

  • - Disculpa - dijo educadamente, regalando a mis oídos el canto de su voz - ¿podría usar tú baño? - añadía - la casa de mis amigos aún está lejos - sonrió.

Simplemente no pude negarme y sin decir palabra, le cedí el paso y con un gesto nervioso y la voz entrecortada le indiqué donde estaba el baño.

  • - La primera puerta a la izquierda subiendo las escaleras - susurré encandilado con su mágica sonrisa, sin atreverme siquiera a presentarme o preguntar su nombre.

"You look like an angel
Walk like an angel
Talk like an angel
But I got wise
You're the devil in disguise
Oh yes you are
The devil in disguise

You fooled me with your kisses
You cheated and you schemed
Heaven knows how you lied to me
You're not the way you seemed

You look like an angel
Walk like an angel
Talk like an angel
But I got wise

You're the devil in disguise
Oh yes you are
The devil in disguise"

Sonrió nuevamente, sonrisa diferente de la cual no me percaté hasta que fue demasiado tarde...

Subió las escaleras, contoneando sus caderas de una forma deliciosa, entrando al baño en el cual estuvo un buen rato y al que me acerque para interesarme, para averiguar si se había sentido mal y necesitaba la ayuda de alguien.

  • - ¿Oye? - pregunté tocando a la puerta del baño - ¿te sientes bien? - añadí, obteniendo la respuesta desde un lugar inesperado.
  • - Sí, perfectamente - contestó sacando la cabeza desde mi dormitorio - ven... - susurró llamándome con uno de los dedos de su mano derecha.

Vaya sí fui, el brillo de sus ojos y aquella sonrisa me hechizaron obligándome a ir. Camine lentamente, apoyándome en el quicio de la puerta del cual fui sacado rápidamente y lanzado a mi cama sin esperarlo, con fuerza pero sin violencia.

  • - ¡¡¡KYA!!! - grité mientras volaba por los aires - ¿Qué haces? - pregunté aterrizando sobre las sábanas.
  • - Convertir esta preciosa noche en una memorable - respondió sonriendo pervertido, lanzándose encima de mí, dejándome completamente sorprendido.

No fui capaz de responderle, el primer motivo, porque quedé sin palabras y el segundo, porque besó mis labios silenciando cualquier reproche, cualquier palabra que deseara expresar que pasase por mi mente.

Le correspondí, como no hacerlo, sus labios se movían de una forma pecaminosa y su cuerpo se apoyaba sobre el mío, dejando que sintiera su sexo clavarse en mi cadera de un modo delirante.

  • - Ah... Dime tú nombre - pedí en uno de los instantes que me dejo recuperar el aire.
  • - Mmmm... Shaka... ¿y el tuyo? - preguntó, deslizando su mano debajo de mi remera, acariciando mi pecho, llegando a mis tetillas, jugando con ellas.
  • - ¡¡Mmphhfff!! A... Aioria - dije, más bien jadee extasiado y sonrojado por sus caricias lujuriosas a las que no pensaba negarme.
  • - Veamos si tu cuerpo es tan bonito como tú nombre... - susurró haciendo que sintiera un estremecimiento en todo el cuerpo, arrancando mi ropa, dejando solo girones, empezando rápidamente a besar mi cuello.

Sentí cada uno de sus besos erizar mi piel, como sus caricias excitaron mi cuerpo consiguiendo hacerme delirar de placer, jadear y gemir como un verdadero obsceno.

Me incorporé, ese demonio vestido de ángel me estaba poniendo a cien y algo debía hacer para corresponder ni que fuese una décima parte de todo lo que él me estaba haciendo sentir.

No me dejó muchas opciones, en cuanto vio que alzaba mi cuerpo para buscar su cuello, su diestra se poso sobre mi sexo y su boca sobre mi pecho, haciéndome enloquecer cuando empezó a acariciarlo, a masturbarlo hasta que decidió que debía proceder.

Separó mis piernas con una sutil caricia, soltando mi sexo unos momentos que se me hicieron eternos, acariciando mis ingles y el interior de mis muslos con sus dedos finos y suaves.

Y como no abrirlas, no pude remediarlo cuando cambio sus dedos por si lengua que lascivamente buscaba mi entrada. Y la encontró, vaya que sí, pude sentir perfectamente como la deslizaba, como penetraba mi cuerpo mientras me preparaba para algo mejor.

  • - ¿Listo Aioria? - preguntó provocando que abriera mis ojos al sentir algo de presión donde antes se encontraba su lengua.

Besó mis labios al tiempo que me penetraba, sintiendo un placer que provocó que me arqueara acompañado de un ligero dolor que al ritmo de sus embestidas desapareció.

Nuestros cuerpos sudaban mientras nuestras manos acariciaban el cuerpo del otro, consiguiendo que el placer aumentara al tiempo que nuestras caderas se acompasaban y nuestros cuerpos se acoplaban a la perfección.

Sentía que desfallecería en cualquier momento, cosa que notó, que pudo ver en mi rostro contraído de placer y cosa que pudo oír ya que no podía hacer otra cosa que gemir, retorcerme y arquearme para excitarme mientras mi sexo buscaba tocar su piel.

Incrementó el ritmo de sus embestidas, cambiando su posición, poniéndome de costado sin darme cuenta de cómo lo hizo, casi desmayándome al sentir su mano tomar mi sexo hinchadísimo.

  • - Aghhhh... Shaka... - grité derramándome en sus dedos.
  • - Mmmmm... - jadeó dando una última estocada, inundando todo mi interior.

Caímos agotados, el uno al lado del otro, sintiendo como me rodeaba con sus brazos, desfalleciendo en ellos, quedándome dormido, completamente agotado.

No sé cuánto tiempo pasó, solo recuerdo que el timbre de la puerta me despertó y de no ser porque me encontraba completamente denudo, podía haber jurado que todo aquello había sido un sueño enloquecedor.

Me enrosqué en la primera sábana que encontré, sin encontrarle a mi lado a pesar de buscarlo y baje a abrir la puerta ante la insistencia del individuo que llamaba.

  • - ¡VOY, VOY! - grité tropezando con los escalones, casi cayendo por las escaleras - ¿Qué suce...? - nuevamente calle al quedar sin palabras.
  • - ¡Aioria! - exclamó Shaka - rápido, vístete, tenemos una fiesta a la que acudir - añadió mientras veía su nuevo disfraz con cuernos, tridente y traje de demonio que le quedaba realmente bien.

Todo aquello me confundió, casi podía decir que mi cuerpo temblaba emocionado por volverle a ver, pero con miedo a que nuevamente se marchara, algo que intuyó y se apresuró en aclararme.

  • - Perdona que me marchara sin avisarte - sonrió abrazándome - tuve que ir a decir donde me encontraba, me cambié y vine a buscarte lo más rápido que pude. Dormías tan plácidamente que me dio pena despertarte.
  • - ¡La próxima vez lo haces! - ordené aunque sonó a ruego - no quiero volver a despertarme solo después de haber sentido todo lo que sentí a tú lado - confesé, abrazándome a su cuerpo muy fuerte, temiendo perderle.
  • - No te preocupes, jamás volveré a hacerlo - susurro con su sonrisa inquebrantable, alzando mi rostro para después besarme.

Nuevamente volé rodeado por sus brazos, acompañado por las caricias de ese demonio con carita de ángel, marchándome con él después de vestirme y asearme, disfrutando de una fiesta inolvidable, divirtiéndome como el que más, bailando, saltando y sintiendo una inmensa felicidad.

Y eso fue lo que pasó el año pasado, pero este, será aún mejor ya que pienso acompañarle a pedir caramelos por todos lados y cuando regresemos, una sorpresa le estará esperando. Un anillo de compromiso para mi ángel endemoniado y la promesa de que nada en este mundo, ni la muerte, podrá separarme de su lado...

I thought that I was in heaven
But I was sure surprised
Heaven help me, I didn't see
The devil in your eyes

You look like an angel
Walk like an angel
Talk like an angel

But I got wise
You're the devil in disguise
Oh yes you are
The devil in disguise

You're the devil in disguise
Oh yes you are
The devil in disguise
Oh yes you are
The devil in disguise

 

-Fin-

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).