One-shot Narusasu
Estoy solo, empiezo a pensar que no he nacido con la suerte de poder ser feliz algún día, unas lágrimas rebeldes surcan mis mejillas, en este momento estoy tendido en mi cama pensando todo lo que me ha pasado, pero sobre todo, pensando en ti. En tus lindo ojos azules, tus cabellos rubio… ¿Cómo has conseguido llegar a mi corazón tan fácilmente?
Ni yo mismo lo sé, solo se que desde que me trajisteis de vuelta a Konoha no te veo con los mismos ojos, que ironía, el último de los Uchiha enamorado de su compañero de equipo, alguien toca a la puerta, aún estando en boxers bajo a abrir. Eres tú, me sonríes antes de darte cuenta del estado en el que me encuentro, en ese momento te sonrojas y desvías la mirada nervioso.
S- ¿Te ocurre algo dobe?
N- N-no pasa nada baka, vístete te-tenemos que irnos.
S- (sonriendo con superioridad) ¿Estas seguro de que no te pasa nada? Te noto nervioso, no será que soy demasiado Uchiha para ti, tendrías que suplicarme…
N- En tus sueños baka, jamás me pondría nervioso por ti y mucho menos te suplicaría algo.
Ese fue el detonante para que yo me acercase a ti, te notaba nervioso, me gusta provocar esa reacción en ti, jugar contigo, por eso te cogí por la cintura, te pegué a mi cuerpo y cerré la puerta.
N- ¿Qué estas haciendo?
S- Hmp, comprobar que esas palabras tan valientes sean reales y no pura palabrería.
Con este último comentario te llevé a mi cuarto aún agarrándote de la cintura, cuando llegamos te pusiste más nervioso, te notaba temblar, entonces levante tu cara y noté como te debatías interiormente si empujarme y salir corriendo o dejarte llevar por las caricias que te estaba proporcionando en la espalda, decidí quitarte esas dudas de la cabeza, por eso cogí tus manos y las pasé por detrás de mi cuello mientras que afianzaba mi agarre en tu cintura y aproximaba mis labios a los tuyos, cuando solo quedaban milímetros para completar ese beso miré la expresión de tu cara, una mezcla de miedo y avidez se reflejaba en tu expresión, con un último vistazo terminé con la distancia que nos separaba juntando nuestras bocas en un beso inocente, que, con el paso de los segundos se fue tornando pasional y erótico.
Después de unos segundo así, mi lengua rozó tus labios pidiendo permiso para entrar a tu boca, el cual tu me concediste, cuando nuestras lenguas se tocaron te arranqué el primer gemido de placer, aquel suspiro llegó a mis oídos como el mejor sonido que había escuchado en mi toda vida, aprovechando la poca fuerza de voluntad que te quedaba, te fui llevando a la cama, haciendo caso a la necesidad que había nacido en mi interior, cuando estuvimos tumbados, te cogí de las muñecas en un intento desesperado para que permanecieses conmigo, tu no te quejaste y yo seguí con aquel beso intercalando pequeñas mordidas en las que aprovechábamos para poder coger aire y después volver a besarnos, poco a poco nos fuimos desvistiendo, tal vez con un poco de brusquedad por mi parte ya que tu chaqueta quedó con la cremallera destrozada completamente, tu camisa corrió la misma suerte, solo tus pantalones quedaron intactos, cuando los dos quedamos en boxers te miré, no quería forzarte a nada, sabía que para ti todo esto era nuevo, en cambio yo ya había dejado de ser virgen hacia ya un par de años (con Karin por mera diversión) tu tragaste saliva y asentiste con la cabeza dándome la señal para que continuase, volví a besarte esta vez con más pasión y un toque de dulzura, bajé dando besos por tus mejillas que se encontraban de un color rojo escarlata, después tu cuello en el que dejé unas graciosas marquitas rojas demostrando que eres solo mío a la vez que yo soy solo tuyo, bajé por tu abdomen bien marcado por el duro entrenamiento al que te estabas sometiendo.
Cuando llegué al principio de tus boxers te miré, tu cara parecía un semáforo en rojo, reí un poco al ver esto y bajé la última prenda que quedaba para tenerte completamente desnudo y a mi disposición, comencé a jugar con tu miembro, mientras yo seguía con mi labor escuché tus gemidos roncos por la excitación que te estaba produciendo, no queriendo acabar tan pronto con todas tus fuerzas subí la cabeza y volví a besarte, en poco segundos correspondiste a mi beso, en ese momento, comencé a prepararte para lo que sabía que vendría, introduje dos dedos en tu boca mientras que yo lamía y succionaba tu cuello, notando como tu lengua jugaba con mis dedos, cuando pensé que ya estaban suficientemente lubricados introduje uno en tu interior, te revolviste un poco incómodo al notar la invasión pero poco a poco comenzaste a disfrutar en el momento en que noté esto introduje el segundo dedo produciendo que tu arqueases la espalda a causa del inmenso placer que estabas sintiendo, mis dedos se movían con una velocidad increíble, cuando noté que estabas listo me coloqué mejor sobre ti y te besé, miré tus zafiros en busca de cualquier rastro de dudas, pero solo encontré el deseo y amor que con una simple mirada me estabas demostrando, me acerqué a tu oído y te susurré unas palabras cargadas de amor.
S- Ai shiteru Naruto.
No te di tiempo a contestarme ya que de una profunda estocada me introduje en tu interior, durante unos minutos no me moví, simplemente me dediqué a besar tus labios, cuando pensé en moverme fuiste tú el que me diste la señal pasando tus manos por mi nuca y aferrándote a mis cabellos con fuerza, empecé a moverme despacio intentando no causarte dolor, pero al notar como una sensación de calor me inundaba me dejé llevar por mi deseo, cualquiera que hubiese entrado en ese momento se hubiese sorprendido al vernos a los dos en una misma cama demostrándonos un amor tan puro como prohibido
Puro porque este sentimiento se apoderó de mi corazón poco a poco sin que pudiese darme cuenta y mucho menos pensar en detenerlo, y prohibido porque sabíamos que a la gente le costaría asimilar la noticia, pero en ese momento nada me importaba, ni las misiones, ni mi hermano muerto, ni la villa, ni siquiera la reunión en el despacho de la Godaime, solamente podía mirar tu rostro sonrojado y tus ojos nublados por el placer, placer que compartíamos los dos, en un suspiro llegamos ambos al climax, fue el orgasmo perfecto completamente sincronizados como si Kami-sama al crearnos nos hubiese ya destinado a estar juntos, con las pocas fuerzas que me quedaban me tumbé a tu lado, como tú intentando recuperar la respiración, me volteé hacia ti y tu te acurrucaste en mi pecho, entonces te dije
S- Duerme kitsune-chan
N- No me llames así
S- ¿Por qué?
N- Porque entonces yo empezaré a llamarte neko-chan
S- ¡Oye!
N- Pero ¿sabes una cosa?
S- Hmp
N- Eres mi neko-chan…ai shiteru
S-……yo también te quiero
Así nos quedamos dormidos dando por finalizada nuestra sesión de “entrenamiento” y pensando en el comienzo de una nueva vida juntos…tú y yo