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Manos Traviesa Y... Atrevidas por Nessa Yaoi

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Manos Traviesas Y...  Atrevidas

 

- "tengo que salir de aquí,  estar tanto tiempo al lado de estos sujetos me da dolor de cabeza"

- ¿A dónde vas,  Deidara? - pregunto Sasori con voz gruesa.

- a tomar un poco de aire fresco... el ambiente aquí es bastante pesado - echando una mirada a su alrededor y especialmente al cara de pez e Itachi.

- claro... ¿Por qué mejor no dices que vas a buscar mujeres,  eh? - pregunto Tobi con sarcasmo.

- "¿mujeres? Son demasiado molestas"  al menos yo tengo suerte en eso,  en cambio tú... tienes que conformarte con solo regar a esa planta con cabeza y doble personalidad - devolviéndole el sarcasmo y saliendo de la guarida de las capas negras.

- será mejor que deje esto por algún lado,  la gente pone cara de espanto cada vez que me ve - susurro quitándose su capa negra de nubes rojas y su protector,  lo enrollo dentro de la capa y se deshizo de ambos estorbos  metiéndolos en el hueco de un árbol...  para luego continuar con su paseo.

El día era agradable,  y por lo tanto,  perfecto para pasear y relajarse,  la brisa era suave y el calor del sol acogedor,  anduvo por un rato hasta encontrar un establecimiento de té y dulces en el camino antes de la próxima aldea a un par de kilómetros de ese punto.

- ¡dulces! Mmm... adoro las cosas dulces - pasando la lengua por sus labios se sentó en el banco de madera fuera de la tienda de te,  y pidió una orden con   doble ración de bolitas dulces - cielos... ¿Qué podría ser mejor en esta vida? - Observando las bolitas pinchadas en el palillo  - buen provecho para mí,  haaaa... - abriendo su boca - ¿Qué rayos es eso? - viendo una nube de polvo que se acercaba a gran velocidad por el camino,  acompañada de un bulto naranja y negro.

- ¡Waaaa, Obacha! ¡¿Dónde esa el baño?! -  Pregunto con las manos puestas en su trasero a la anciana que atendía el puesto - ¡gracias! - luego de que le indicara el lugar.

- "que sujeto tan extraño... ¿Konoha? - al ver el protector en la frente del ojiazul - vaya... tal vez pueda averiguar algo útil después de todo" - dejando el baso con el té en el banco junto al plato de los dulces y dirigiéndose al baño.

- ¡Kiaaa! Por poco y me hago encima... la culpa la tiene Ero-sennin por obligarme a tomar esa asquerosa bebida,  me enfermo el estomago... maldición - murmuraba abriendo la puerta del trono donde todos somos reyes.

- parece que la estas pasando mal - el rubio volteo su cabeza hacia los urinarios - ¿resaca? - fijando su ojo visible en el gitsune.

- fue tan solo una imposición - lavando sus manos.

- Umm... se de un buen remedio para eso - limpiando también sus manos en el lavamanos junto al del ojiazul - un té caliente y algunos dulces te quitaran el malestar "que rico aroma..." - percibiendo el olor del gitsune - yo invito - sonriéndole.

- gracias,  el té es suficiente...  si como algo ahora...  creo que vomitaría jejeje - poniendo su mano tras su cabeza,  típico.

- "me gusta su sonrisa... hace que su rostro se vea más hermoso de lo que ya es, espera,  espera,  espera... ¿no te estas entusiasmando demasiado? ¿Qué tal si es amigo del chico que tiene al Kiuubi,  Umm? Aunque...  eso no impide que trate de..." mi nombre es Deidara...  mucho gusto - tendiéndole su mano.

- ah,  Uzumaki... Uzumaki Naruto,  jejeje... gracias por invitarme,  no es algo que se haga comúnmente con un desconocido - tomando la mano del otro rubio - ¿pero que rayos...? - retirándola al sentir como si algo la lamiera - Deidara sonrió.

- "Uzumaki,  Uzumaki... ¿conde he escuchado antes ese nombre? Bah,  que más da..."  dejaste de ser un desconocido al decirme tu nombre- saliendo del baño junto con el gitsune.

Naruto disfrutaba su té mientras hablaban y reían de cosas sin sentido,  el rubio perteneciente a la banda de las capas negras  lo observaba con gran interés,  cada palabra,  cada sonrisa,  cada gesto,  el aroma de su cuerpo... junto con el rostro del gitsune,  iban grabándose en su mente como un rollo fotográfico que le permitiera recordarlo cada vez que quisiera,  le gustaba... le gustaba ese chico que apenas acababa de conocer,  había saboreado su piel a través de la boca en su mano y le seria casi imposible olvidarlo.

- "su piel es dulce...  adoro las cosas dulces,  y tú...  Uzumaki Naruto,  lo eres" ¿te estas quedando por aquí? - tratando de averiguar su paradero.

- en la aldea que esta a un par de kilómetros de aquí, ya debo regresar... alguien me espera - terminando su té,  a Deidara no le gusto lo que acababa de escuchar.

- ooh... ¿una chica? - tratando de disimular su repentino enojo.

- no tengo tanta suerte...  solo un viejo verde - suspirando con paciencia.

- ¿viejo... verde? "¿habla de algún pervertido,  quizás?" - gustándole menos el comentario.

- no me hagas caso...  jajaja,  es una broma "no es algo de ir diciéndole a un extraños,  aunque...  no se por que lo escondo si es la verdad,  Ero-sennin es un pervertido sin cura"

- ¿Cuánto tiempo te quedaras en la aldea? - interesado totalmente.

- pues...  unos días,  creo - poniéndose nervioso ante la insistente mirada de Deidara.

- ¡eso es genial! Si no me equivoco,  mañana habrá un festival...  quisiera verte ahí... ¿puedo? Me gustaría celebrarlo contigo...  Naruto - acercando un poco su cara a la del gitsune.

- e-este...  s-supongo que...  no hay ningún problema - echándose un poco hacia atrás con las mejillas sonrosadas - ya tengo que irme o el viejo verde...  quiero decir...  seguro estará buscándome jejeje  "¿por que estoy tan nervioso? ¡Pensara que soy raro,  maldición!"  Ya me voy.

- es una promesa... nos veremos mañana ¿de acuerdo? - acercándose los pasos que el gitsune había andado.

- "¿Por qué tenia que decir eso? No puedo decirle que no a una promesa... estoy atrapado" ¿Dónde...  donde quieres que nos veamos? - desviando su mirada de la inquisidora de Deidara.

- yo te buscare en lo que comience el festival...  ¿esta bien? no me falles,  Naruto - deseando tocar la cara del gitsune,  metió sus manos en los bolsillos para contenerse de hacerlo... no quería asustarlo.

- es un trato entonces,  hasta mañana - corriendo hacia la aldea.

- ¡¿Dónde andabas,  cabeza hueca?! ¡Sabes que no puedes andar solo por ahí,  baka Naruto! - reclamaba el sennin a la vuelta del gitsune a la posada.

- ¡¿Jaaaaah...?!  ¡¿Cuántas veces me dejaste solo para ir tras una falda,  Ero-sennin?! - Grito al viejo del cabello blanco - ¡no tienes derecho a reclamarme,  maldición!! - rojo como tomate por el cinismo del maestro de los sapos.

- dejemos eso... ¿quieres comer algo? - en la puerta de la habitación.

- ¡no,  gracias! por culpa tuya...  siento como si tuviera una manada de toros desbocados dentro de mi estomago - acostándose en el futon.

- no aguantas nada... tan solo  una copita de sake y mira como estas,  vaya que eres un fiasco - mirándolo con desdén.

- ¡Ero-senninnnnn!! - lanzándole la almohada con fuerza,   el viejo la atrapo con sus dientes.

- duerme un rato,  seguro que cuando despiertes te sentirás mejor - devolviéndole la almohada - te traeré algo para tu malestar - saliendo de la habitación.

- "¿Deidara,  eh? ese sujeto me pone nervioso,  además de que es bastante extraño... ¿Qué fue esa sensación  tan rara que sentí en mi mano cuando se presento? Parecía como si una lengua me lamiera...  eso es imposible,  creo que estoy imaginando cosas,  en general,  es agradable estar con él...  al menos eso es lo que supongo - pensaba mientras veía el techo con su cabeza apoyada sobre sus brazos - el pensar que lo veré de nuevo mañana... me excita de alguna manera... estar cerca de el me hizo sentir extraño...  muy extraño" - serrando sus ojos.

- ya era hora de que volvieras,  Deidara - comento Sasori al ver llegar al rubio del cabello largo.

- ¿no me digan que me extrañaron? - pasando de largo hacia su habitación.

- ¿conseguiste pescar  alguna chica jajaja? - de nuevo Tobi.

- ¡algo mucho mejor,  mono descerebrado! - perdiéndose por el ancho pasillo hacia las habitaciones de la guarida.

- presumido... ¿Qué puede ser mejor que una chica? - molesto por el apodo.

- para Deidara... las cosas dulces - aseveró el rey de las marionetas.

- las chicas son dulces... - murmuro el mono.

Deidara entro a su habitación y serró con llave,  no quería que nadie lo molestara,  luego de quitarse su ropa se acostó en la cama a pensar.

- "haaaa... lo sabia,  sabia que después de probarte no podría dejar de pensar en ti,   Naruto - mirando la mano,  que aun se relamía, con el sabor del gitsune - ¿y tú... piensas en mi? Pareces ser un chico bastante sensible... incapaz de hacerle daño a alguien... ¿Qué dirías si supieras a que me dedico? Probablemente seriamos enemigos y... no puedo ser tan negativo o atraeré la mala suerte,  me gustas... en verdad me gustas,  jamás me había sentido tan emocionado al conocer a alguien... será mañana,  mañana te robare un beso y te probare con mi propia boca...  aunque tenga que amarrarte... así será" - y entre la emoción de imaginarlo y hacerlo realidad se quedo dormido.

- ¡Oe,  Naruto! - llamo Ero-sennin entrando a la habitación con una bandeja en la que llevaba un tazón de sopa y una medicina.

- no hace falta que grites,  no estaba dormido - sentándose en el futon.

- tomate esto - pasándole un par de pastillas y un baso con agua.

- ¿no será una de tus extrañas medicinas,  verdad? - mirando con recelo al mayor.

- ¡no discutas conmigo y tómalas! Te ayudaran con tu malestar...

- querrás decir resaca,  Ero-sennin...  ¿es cierto que mañana habrá un festival en esta aldea? - comiendo la sopa después de tomar la medicina.

- ¡oooh! ¿Te enteraste? Es uno de los mejores de por aquí...  mujeres,  sake,  y diversión a montones... - con las mejillas rojas y cayéndosele la baba.

- me lo imaginaba... dejaste a un lado mi entrenamiento para... ¡¿por eso es que estamos aquí, no es así?! ¡Algún día tus vicios te van a matar,  viejo pervertido! - apretando sus dientes.

- no seas tan estricto,  hay que divertirse de vez en cuando... - haciéndose el interesante.

- de vez en cuando... ¿de vez en cuando,  dices? ¡Pero si te la pasas en eso todo el tiempo!! - poniéndose rojo por la rabieta.

- Naruto... entenderías si tuvieras a alguien  especial con quien celebrarlo - dijo el peliblanco cruzando sus brazos.

- "Deidara... ¿Jaaah? ¿Qué pasa,  por qué pensé en el en primer lugar?"  Tal vez tengas razón...  solo tal vez - poniendo el tazón vacío en la bandeja.

- ahora descansa como niño bueno mientras yo sigo con mis investigaciones...  no me esperes despierto - saliendo de la habitación.

- si será... es el colmo del cinismo,  parece que esas pastillas si funcionan... - sobando su estomago - es muy temprano para dormir,  así que...  creo que tomare un poco de aire fresco y disfrutare del ambiente - saliendo de la posada.

Con sus manos en los bolsillos paseo por las calles inundadas de personas que preparaban los puestos para el festival del siguiente día.

- parece que están muy animados - murmuro sonriendo ante el ajetreado ir y venir de los aldeanos mientras caminaba hacia atrás distraídamente.

- ¿no sabes que caminar de espalda es peligroso? Podrías tropezarte con algo desagradable... - susurro al oído del gitsune.

- ¡D-Deidara! ¿Qué haces aquí? - con su mano en la oreja del susurro y sus nervios comenzando hacer presa en él.

- podría preguntarte lo mismo...  pero creo que lo se ¿hace una noche hermosa,  no lo crees? Digna de un paseo nocturno... - acercando su cuerpo al del gitsune - ¿Qué tal tu resaca?

- ya casi desapareció...  gracias por preguntar - desviando su mirada - ¿vives en la aldea? - cambiando de tema.

- en las afueras...  en una gran cueva.

- ¿cueva?

- no pongas esa cara...  solo bromeaba jajaja - pasando su brazo por los hombros de Naruto.

- ¿c-caminamos? - para zafarse del agarre.

- claro... ¡espera un momento! - dejándolo solo.

Después de un par de minutos...

- ¿pero donde se...? ¡Waaah! - grito sorprendido al ver una nube blanca frente a su cara.

- algodón de azúcar... ¿te gusta?

- por supuesto,  aunque...  tanta azúcar hace que se raspe mi garganta - tomando el esponjoso dulce.

- ¿acaso eres cantante? - dando un golpecito con su algodón de azúcar en la nariz del gitsune.

- ¡Mmmrr...! - señalando con su dedo la banda en su frente para dejar muy claro a lo que se dedicaba,  luego de eso llevo la mano a su nariz para limpiarla.

- ¡detente! - dijo Deidara...  que con un rápido movimiento sujeto la mano del gitsune y lamio la nariz de éste con su lengua.

- ¿Qué...?  ¿Que haces? - echándose para atrás totalmente avergonzado.

- solo impido que se desperdicie... "tu piel es más deliciosa de lo que pensaba,  ahora estoy más ansioso por probar tus labios... mi cosita dulce"  vamos - jalando de la muñeca de Naruto.

- ¡Oe,  espera! ¡No tienes que llevarme así! - con una sensación extraña en su estomago... y no era a causa de la resaca precisamente.

- no seas esquivo conmigo,  el contacto corporal hace que la amistad sea más fuerte... - caminando con el gitsune sin soltar su muñeca.

- eso te lo acabas de inventar...  ¿me escuchaste? ¿Qué pasa? - viendo a Deidara mirar hacia todos lados.

- Mmmh...  ¡por aquí! - jalando de nuevo del rubio.

- ¿A dónde me llevas? ¡Oye! - Deteniéndose y soltándose del agarre del chico de cabello largo - ¡no daré un paso más si no me dices a donde pretendes llevarme,  Deidara! - totalmente resuelto.

- ¿puedes confiar en mi? Te aseguro que te gustara... - tendiéndole su mano.

- c-confío en ti - mirando la mano tendida de Deidara.

- no pareces muy convencido de eso... - bajando lentamente su mano mientras su mirada se ensombrecía.

- dije... que confío en ti - agarrando la mano del otro y apretándola para confirmarle que así era,  Deidara sonrió complacido.

Caminaron por un rato más,  no mucho,  hasta llegar a una arboleda con un claro lleno de flores multicolores rodeándola,  el paisaje era hermoso al igual que el brillo de las innumerables estrellas que lo alumbraban.

- ¿y bien? ¿Qué te parece? - extendiendo sus brazos y dando una vuelta mientras contemplaba el cielo nocturno.

- ¡waaauu! Es hermoso...  en verdad lo es - dejándose caer de espalda sobre la hierba.

- ¿estas dándole de comer a las hormigas? - señalando el algodón de azúcar en la mano del gitsune.

- ¡oooh,  rayos! Soy un torpe jajaja... bueno,  también ellas tienen derecho a darse un banquete de vez en cuando.

- estas en lo cierto... - hincándose de rodillas y apoyando ambas manos a los lados del cuerpo del gitsune - ... nadie debería ser privado...  de las cosas dulces - acercando su rostro al de Naruto.

- ¿D-Deidara? ¿Qué estas...? - su boca fue sellada por la del otro rubio.

El ojiazul quedo paralizado por la sorpresa,  alzo sus manos al aire sin saber que hacer  exactamente ¿debía apartarlo,  o por el contrario...?  A medida que el beso se alargaba,  el gitsune lentamente dejaba que sus brazos volvieran a tocar la hierba,  la insistencia de Deidara por meter su lengua en la boca del ninja de Konoha finalmente dio sus frutos,  recostó su pecho sobre el gitsune y continuo su deliciosa lucha de lenguas creyendo ganadora a la suya... ya que la de su compañero parecía no tener experiencia en esa clase de combates,  luego de barios minutos de juego...  y a falta de respiración...

- ¿p-porque lo hiciste? - tomando grandes bocanadas de aire.

- ¿tengo que contestar a eso? Me gustas...  me atraes como la mosca a la miel,  Naruto... eres lo más dulce que he probado,  puedes estar seguro de eso... ¿Qué tal mis besos? ¿Te gustaron? - pasando sus dedos por los labios del ojiazul.

- ¿besos? Solo fue uno de larga duración... creí que no volvería a respirar jamás - con su cara totalmente encendida como árbol de navidad.

- no me contestaste... ¿alguna vez te han besado así? - sintiéndose picado por el mosquito de los celos,  rara vez se nota el pinchazo...  pero como escuece.

- ¿de que te serviría saber eso? - con su cuerpo ligeramente agitado por el contacto del otro cuerpo sobre él.

- no me agradan los rivales...  soy muy celoso - siseando las ultimas palabras.

- hablas como si te perteneciera... - mirándolo a los ojos.

- ¿y no es así? De la vez que beso a alguien... pasa a ser totalmente mío,  y ahora tú... lo eres,  Naruto - acomodando su cuerpo completo sobre el gitsune.

- vaya...  entonces debes tener una colección,  ya que se nota que tienes bastante experiencia besando - sintiendo un ardor por dentro llamado celos.

- ¿lo crees? he practicado mucho... - poniendo sus palmas al frente.

- ¿pero que demonios... es eso? - Viendo las bocas en las manos de Deidara - "e-eso es la causa de la sensación de aquella vez" ¿Cómo es que...? - con la curiosidad pintada en su rostro.

- no sabría decirte...  naci con ellas,  son útiles en muchas ocasiones...  como ahora por ejemplo,  puedo saborearte por triplicado...  será una sensación arrolladora - metiendo sus manos bajo la ropa del ojiazul,  y haciendo que las bocas en sus manos mordiera y chuparan los pezones de Naruto mientras él se ocupaba de besarlo al mismo tiempo.

- s-se esta haciendo t-tarde,  tengo que irme... - echando a duras penas el cuerpo de Deidara a un lado y levantándose rápidamente.

- bien,  te dejare ir por hoy,  pero recuerda... te esperare en este mismo lugar mañana - agarrándolo por la cintura para darle un beso de despedida.

- ¡adiós! - Saliendo de allí a toda prisa mientras el otro lo veía alejarse - "¡rayos,  rayos! Eso fue muy intenso,  creí... creí que iba a desmayarme,  las manos de Deidara son un peligro para la cordura...  ¡aaahh! ¡Necesito encontrar un baño de inmediato...  por Kami!" - desplazándose entre la gente lo mas aprisa que podía hacia la posada.

- ¡Hey,  Naruto! - siendo agarrado de un brazo.

- ¡Ero-sennin!

- ¿corriste una maratón?  Tienes la cara roja...  - y lo decía un sujeto con el mismo tono en su cara y los ojos vidriosos,  mientras lo escuchaba,  el ojiazul apretaba sus muslos ante la urgencia que sentía un trecho más abajo de su ombligo - ¿Qué es lo que te pasa? Parece que tuvieras lombrices - fijándose en el contonear de las caderas del menor.

- ¡aaaahh! ¡Ya déjame,  Ero-sennin...  necesito ir al baño!!! - soltándose y saliendo como una bala.

- esas lombrices deben ser bastante agresivas hip,  hip... siguiente,  siguiente - más ebrio que sobrio se metió en la siguiente taberna después de salir de la anterior.  

- aaaah...  delicioso - gemía el gitsune mientras se masturbaba en el baño de la posada,  no le tomo mucho tiempo,  ya que antes de llegar allí casi se derrama en sus pantalones.

Por otro lado Deidara hacia lo propio tumbado en la hierba del claro junto a la arboleda y con el rostro del gitsune en su mente,  obviamente...  a él le fue mucho mejor,  ya que la boca en su mano hacia todo el trabajo...  ¿se imagina? Una boca y una lengua para darse placer así mismo...  por supuesto que le fue mucho mejor que al ojiazul y su simple mano.

- Mmm...  Naruto,  cuanto deseo poder hacer lo mismo contigo... mañana no te dejare escapar - serrando sus ojos y jadeando sonoramente - creo que... aaaah,  creo que e-estoy enamorado... siiiii - sintiendo un fuerte orgasmo por todo su cuerpo.

Luego de que sus temblores cesaran y se asegurara de que la traviesa lengua de la boca en su mano limpiara bien su miembro,  se levanto del suelo.

- hora de regresar,  "espero que todos estén dormidos...  no quiero que ninguno de ellos me arruine el momento,  también debo pensar que hacer  de ahora en adelante  con Naruto...  no dejare que se aleje de mi lado,  debo resolverlo rápidamente...  no estará aquí por siempre,  pero...  pase lo que pase no lo dejare ir" - pensaba mientras buscaba su capa con su protector,  y volvía a la cueva. 

- ¡Heeey! Por fin apareció el señor bocas... - se burlaba Tobi al ver entrar a Deidara - ¿Qué es lo que te tiene tan ocupado? - dando vueltas alrededor del rubio de cabello largo - sniff,  sniff...  hueles a sexo,  parece que tuviste suerte después de todo... ¡Aaaahgg! - siendo agarrado del cuello por Deidara.

- ¡escúchame bien,  mono de circo! No te metas en mis asuntos...  o te colgare del árbol más alto que encuentre para que te coman los cuervos! - amenazo mientras apretaba el cuello del mono burlón.

- Deidara...  déjalo,  ciertamente son tus asuntos,  pero...  no olvides que hay un trabajo que tienes que cumplir - dijo Sasori,  el rubio empujo con desprecio al mono.

- chico de temperamento... - comento el cara de pescado sentado junto a Itachi degustando una tasa de té.

- ¡vete al diablo! - Caminando hacia su habitación - "¡maldición! ¿Qué todos sufren de insomnio esta noche? - Entrando directamente al baño para darse una ducha caliente - siento que todo se complica cada vez más,  debería... ¿debería cambiar de vida? Tal vez Naruto sea mi oportunidad,  no puedo borrar lo que he hecho hasta ahora,  pero al menos... podría hacer algo para enmendarlo...  aunque fuera un poco,  por Naruto podría hacerlo" - pensaba mientras dejaba caer el agua en su rostro.

Luego del relajante baño se dispuso a buscar un baso de leche para luego acostarse a dormir y soñar con el gitsune... o era lo que deseaba.

- ese Deidara... esta actuando de forma extraña - comentaba el cara de pez.

- ¿Qué tiene eso de raro? Él ya es extraño de por si - aseveraba el mono de circo.

- dejemos eso... - dijo Sasori para serrar la discusión - Itachi...  ¿Cuánto tiempo más te llevara atrapar al nueve colas? El tiempo se acaba... - pregunto el maestro de las marionetas.

- no es tan sencillo... Uzumaki Naruto no es tan fácil de atrapar,  y menos cuando es acompañado de unos de los sennin - contesto el del sharingan.

Deidara quedo paralizado a mitad del pasillo al escuchar el comentario del Uchiha.

- "imposible,  no puede ser,  Naruto es... Naruto es...  ¿Kiuubi? ¿Por qué? ¿Por qué tenias que ser tú? ¡Demonios!! ¡No... tú no! - Sintiendo que el mundo se le derrumbaba encima regreso a su habitación - me enamore del principal objetivo de la organización... ¿Qué se supone de debo hacer ahora? ¡Baka,  no tienes que pensarlo siquiera!! En lo único que tienes que pensar es como salir de este lio y proteger a Naruto... el zorro de nueve colas es mío" - abrazando la almohada con todas sus fuerzas.

El nuevo día llego junto con el bullicio de las personas que llenaban las calles y  los diferentes puestos que las adornaban,  cintas con grandes moños y flores multicolores daban vida a lo que seria,  sin duda,   un gran festival.

- ¡despierta,  Naruto! ¡Es día de festival! ¿No querrás perdértelo durmiendo,  cierto? ¡Arriba,  arriba! - gritaba el sennin emocionado en la puerta de la habitación.

- aaah,  que escandaloso... me pregunto de donde saca tanta energía,  después de cometer los tres pecados del ninja tan seguido... - murmuraba medio dormido aun - sake,  dinero,  mujeres... y no precisamente en ese orden,  cuando mueras iras derecho al infierno - bostezaba mientras estiraba sus brazos.

- ya deja de decir tonterías,  el desayuno nos espera... ¿o debería decir el almuerzo?

- ¿Quéeee? ¿Ya es tan tarde? "¡Deidara!" - metiéndose en el baño a toda prisa.

- ¿Ummh? ¡Te espero abajo! "¿Por qué tan de repente...? Ayer estaba... ¡Jaaah,  tal vez conoció a una linda chica! Es todo un galán...  aprendió del maestro" - haciendo conjeturas en su mente.

- "¿estará esperándome como dijo? Nada más pensar en eso... hace que mi cuerpo tiemble sin control - poniéndosele carne de gallina a pesar del agua caliente - sus besos,  sus manos... ¡y que manos! Si no hubiera escapado de allí...  si vuelve hacer lo mismo... dudo que pueda resistirme a..." - serrando la llave del agua.

Luego del baño y estar un buen rato frente al espejo bajo a desayunar...  o almorzar,  dependiendo de cómo lo viera cada quien.

- ¿es que no piensas venir? - murmuraba Deidara mientras esperaba que el gitsune apareciera en el mismo claro en la arboleda de la noche anterior,  paseaba de aquí para allá como león enjaulado con los puños apretados y la desesperación instalada en su pecho.

- ¡Deidara! -  grito el ojiazul corriendo hacia él - haaaa,  haaa...  d-disculpa el retraso,  me quede dormido - apoyando sus manos en las rodillas mientras recuperaba la respiración por la rápida carrera.

- Naruto... - abrazándolo a su cuerpo - me tenías preocupado...  llegue,  llegue a pensar que no vendrías - besando la boca del ojiazul con desesperación.

- aquí estoy...  t-también deseaba verte,  Deidara - correspondiendo al abrazo del otro rubio.

- demos un paseo,  hay mucho que ver...  disfrutemos del festival juntos - agarrando la mano de su zorro de nueve colas.

- de acuerdo - regalándole una amplia sonrisa.

Pasaron el día paseando de puesto en puesto disfrutando de la alegría reinante y de su mutua compañía,  el estanque de peces dorados,  el tiro al blanco con aros,  y por supuesto,  todos los establecimientos de dulces del lugar,  comieron y bebieron hasta casi reventar,  al caer el sol y en espera de los fuegos artificiales que serraría el festival se dirigieron a lo que se había convertido en su lugar favorito.

- "¿Dónde se habrá metido Naruto? Echare un vistazo por ahí... "- se decía el sennin recorriendo los puestos con la mirada.

- si que te gustan las cosas dulces... no puedo creer que todavía tengas dientes - sentándose en la hierba con el zorro de peluche que Deidara había ganado para él entre sus piernas.

- son visitas extras al dentista...  pero vale la pena - engullendo su algodón de azúcar.

- puaaahg...  los odio,  sus aparatos y ese...  horroroso zumbido...  me dan escalofríos de solo imaginarlo - agitando su cuerpo.

- eres un zorro cobarde - el gitsune lo miro alarmado,  rápidamente se levanto.

- "¿zorro? ¿Pero que...?"  ¿p-porque me llamaste así? - haciendo que sus ojos mostraran recelo.

- vaya,  vaya,  vaya...  salimos a dar un paseo y mira con lo que nos encontramos - dijo el cara de pez acompañado del Uchiha.

Deidara se levanto rápidamente y se coloco delante del ojiazul.

- ¡Itachi! - murmuro el gitsune mirando agresivamente al Uchiha frente a él.

- gracias por hacer esto más sencillo para nosotros Deidara...  nos ahorraste el trabajo de ir a Konoha a buscarlo - comento el ninja azul dando un paso al frente.

Naruto sintió que su corazón dejaba de latir...

- D-Deidara - el chico frente a él volteo su rostro para mirarlo - tú...  ¿tú eres uno de ellos? - Dando unos pasos atrás - ¡Hmph!... te felicito,  representaste muy bien tu papel...  me lo han dicho muchas veces,  y aun así...  sigo confiando en la buena fe de las personas...  soy un baka sin remedio - reflejando en sus ojos azules todo el pesar que sentía en ese momento.

- apártate,  Deidara... él es nuestra presa... - hablando por fin el Uchiha.

- "tres contra uno...  estoy en desventaja,  esto será duro" - dando un salto hacia atrás y poniéndose en guardia. 

En ese momento solo podía pensar en defenderse de los tres agresores frente a él,   aunque sintiera que el alma se le partía en dos al observar al chico que  había sabido ganarse su corazón.

- empecemos con este juego...  ¿te parece? - sentencio el ninja con branquias de tiburón.

- Naruto... - murmuro Deidara descifrando como protegería al ojiazul de sus compañeros de fechorías.

- ¡Jahh! ¡Puedes empezar cuando quieras,  te veras muy bien cuando te ase al carbón...  aunque creo que serias difícil de digerir,  cara de pescado!! - el ninja azul se puso rojo de la rabia.

- ¡te hare tragar esas palabras,  maldito zorro!! - señalando al gitsune con su larga espada.

- tranquilízate...  no dejes que te provoque - ordenaba Itachi - si te precipitas...  podría irte muy mal,  recuerda que lleva al Kiuubi en su interior,  si lo dejara salir tendríamos problemas muy serios - explicaba el Uchiha.

- siempre te las ingenias para quitarme la diversión,   el juego así...  no es nada atractivo - colocándose la espada en el hombro con frustración.

- ¿puedo participar? Demasiados jugadores de un solo lado...  ¿no lo crees así...  Itachi?  - comento el maestro de los sapos apoyado en un árbol con los brazos cruzados y una mirada de advertencia.

- ¿desde cuando...? Ni siquiera sentí su presencia... - comento el ninja de cara de pescado con falta de respiración...  ya que es de color azul.

- Jiraiya-sama... esto no es bueno - murmuro el Uchiha.

- debimos suponer que ese mocoso no andaría solo,  pero...  ¡donde no hay riesgo no hay diversión!! - iniciando el ataque contra el gitsune.

- "¡demonios,  no lo harás!" ¡Apártate,  Naruto!! - grito Deidara dando un empujón al ojiazul y lanzando una de sus bombas de arcilla explosiva que había estado preparando desde que aquellos dos apareciera en el lugar.

Todos se dispersaron para evitar la gran explosión,  Deidara yacía sobre el cuerpo de Naruto para protegerlo del impacto de la onda explosiva,  mientras Itachi y el medio tiburón se habían refugiado en la arboleda,  por la que parecía haber pasado un tornado acompañado de múltiples rayos endemoniados...  ya que había quedado chamuscada casi en su totalidad.

- ¿e-estas bien? Aaagh...  rayos,  demasiada arcilla -  quejándose y repechándose  el error.

- ¿Por qué? ¿Por qué tú...? - Notando la herida en la espalda de Deidara al ver su ropa parcialmente quemada - ¡no tenias que hacerlo! - grito con enojo.

- claro que si...  haaa,  haaa - con la respiración agitada por el dolor - se te cayo esto... - entregándole el zorro de peluche al gitsune - p-para mi es importante que lo conserves - a punto del desmayo.

- ¡baka! ¡¿Te detuviste a recogerlo?!! ¿Acaso estas demente?!!! - agarrándolo por lo poco de ropa que quedaba intacta sobre su pecho.

- tal vez si,  por ti yo... - cayendo sin sentido sobre el cuerpo del ojiazul.

- ¿D-Deidara? ¡¡Deidaraaa!!!

- ¡ese maldito traidor! ¿Qué es lo que se propone al proteger a ese zorro? - dijo el azulito sacudiéndose el hollín de su capa y rostro.

- fue algo inesperado,  al parecer tiene un interés personal...  que va más allá de una simple casería - opino el Uchiha - salgamos de aquí.

- ¿te vas tan pronto? Tus visitas son de come y corre...  jamás te quedas para el postre ni a pagar la cuenta - dijo Ero-sennin arriba de un sapo tamaño familiar.

- de nuevo ese viejo entrometido...  debería darle una lección -  murmuro el tiburoncito.

- tienes agallas jovencito,  suele ser una simple expresión,  pero en ti...  nada más cierto.

- ¡viejo del demonio!

- ¡Kisame! Jiraiya-sama... nos veremos en otra ocasión - desapareciendo ambos en una nube de humo.

- ¿y bien? ¿Qué piensas hacer con el bulto sobre ti,  Naruto? - aunque...  por como miraba el gitsune al desmayado,  se daba una ligera idea.

- se hirió por protegerme,  aun siendo... - apretando sus manos en el cuerpo de Deidara.

- ¿tu enemigo? Por Kami...  ya quisiera que todos nuestros enemigos fueran como él ¡despierta!! ¡Ese chico te quiere, baka sin remedio! Demonios...  nada podría ser más complicado que esto - agachándose para revisar la quemadura en la espalda del rubio del cabello largo.

- ¿Ero-sennin...? - mostrando preocupación en sus ojos.

- Naaa...  tranquilo,  su herida no es grave,  luego de curarlo y que descanse un poco... tenemos que salir de aquí,  de seguro sus amigos vendrán por él,  debemos estar preparados para eso - agarrando al chico herido en sus brazos - volvamos a la posada,  espero que no nos hagan pagar por los daños - observando el estropicio a su alrededor.

Después de que su herida fuera atendida por Ero-sennin y sus medicinas especiales,  el chico rubio,  y ahora traidor,  descansaba en un futon en la habitación de Naruto,  éste no se había despegado del lado del chico herido ni para ir al baño,  luego de unas horas...

- Naruto...  estas cuidándome - dirigiendo su mirada al ojiazul sentado junto a él.

- solo te devuelvo el favor... - cruzando sus brazos y mirando hacia otro lado.

- aun...  ¿aun estas enfadado conmigo? - extendiendo su mano y tomando la del ojiazul.

- ya déjate de hacer teatro...  no volverás a engañarme de nuevo - resistiéndose a abrazar al otro.

- sigues molesto,  aunque no mucho... puesto que no has soltado mi mano - sonriendo.

- eres un idiota...  y te odio - apretando sus labios.

- si...  un idiota que esta loco por ti - jalándolo de la mano hacia él para que  recostara la cabeza en su pecho.

- sabes que tendremos que llevarte a Konoha...  ¿cierto? - susurro el gitsune pensando que seria de sus vidas luego de lo que podría suceder al trasladarlo a la aldea.

- lo se... resistiré lo que sea siempre y cuando este contigo,  mi zorro - acariciando tiernamente el rostro y cabello del ojiazul.

- me asegurare de que nada te pase,  si cooperas de seguro que... - levantando su cabeza y mirándolo a los ojos.

- ven aquí... - agarrándolo por la nuca y besándolo con desespero y largamente.

- no empieces con eso...  estas herido - empujando los hombros de Deidara de vuelta en el futon.

- cierto,  estoy herido...  pero no muerto,  además... quiero terminar lo que empecé ayer - cambiando de posición con el ojiazul en un solo movimiento.

- ¡espera! Te lastimaras más...

- ¿crees que lo sentiré teniéndote a ti? recuerda...  soy el de arriba - bajando el cierre de la chaqueta del gitsune.

- ¿Quién lo dice? - con un inflado de cachetes.

- eres persona para deleitar a otros...  no al contrario - quitando la camiseta después de la chaqueta.

- ¿quieres decir como una mujer? - empezando a molestarse.

- mejor...  mucho mejor - pasando sus manos por la piel desnuda desde la cintura hasta los rosados pezones,  para luego encargarse de que sus bocas adicionales chuparan,  lamieran y mordieran sin descanso ni tregua.

- "de nuevo... esta maniobra me vuelve loco"  - empezando a jadear como perro con sed.

- te gusta...  ¿cierto? - observando la cara de placer de su zorro.

- Mmm,  aaah... c-cállate - con los ojos casi en blanco.

Viendo el estado de su ojiazul se dio cuenta de que no duraría mucho en explotar,  rápidamente bajo los pantalones naranja con la ropa interior y metió el hinchado miembro en su boca,  solo por un momento,  Naruto tensaba su cuerpo al sentir la oleada de placer que lo recorría,  Deidara viendo aproximarse la eyaculación de su zorro,  sustituyo su boca por una de las de sus manos para besarlo mientras se venia,  el desempeño era grandioso tanto arriba como abajo,  el ojiazul sentía que el fuego en su interior lo consumía mientras que pensaba que tocaba el cielo con sus manos al explotar en un éxtasis nunca conocido por él.

- Mmmgg... D-Deidara... - balbuceaba mientras los espasmos de placer se hacían intensos y difíciles de contener.

- así,  así... así quiero que te veas cada vez que te haga el amor,  mi zorro - besándolo de nuevo mientras la boca de su mano limpiaba el miembro del gitsune hasta la ultima.

- yo...  yo también q-quiero...  - empujando un poco los hombros del otro rubio para poder levantar su torso,  quedando su boca a la altura de la entrepierna de Deidara...  que aun conservaba los pantalones en su lugar.

El ojiazul,  con sus manos temblando todavía,  bajo lentamente las prendas que sujetaban el abultado miembro de su rubio de cabello largo,  al ser liberado finalmente...

- santo cielo,  es...  es...  enorme- con sus ojos muy abiertos al ver el tamaño,  no demasiado exagerado,  pero si más grande que el propio...  y eso que el suyo no era para despreciar.

- y todo tuyo... - agarrando los hombros del gitsune - adelante - echando la cabeza hacia atrás y abriendo su boca al sentir la de su zorro abrigar su miembro - e-el calor de t-tú boca no tiene comparación con las de mis manos - con el placer saliendo por todos los poros de su cuerpo.

Deidara hundía sus dedos en el cabello del gitsune mientras éste chupaba y lamia su miembro,  Naruto también sentía placer al ver que estaba haciendo un buen trabajo,  ya que los gemidos de Deidara eran sonoros y constantes.

- d-detente...   basta - sacando su miembro de la boca del gitsune.

- ¿Por qué? - sonando desilusionado.

- quiero que la primera vez contigo... - sacudiendo la cabeza y apretando la punta de su pene para retrasar su eminente eyaculación - ... deseo derramar mi esencia dentro de ti,  mi hermoso zorro - acostando al rubio de nuevo en el futon.

- Deidara...  yo,  es la primera vez que yo... - adquiriendo unos nervios que no había sentido antes.

- no tengas miedo...  tratare de que no sientas dolor...  solo placer - recostándose sobre su ojiazul.

En esta ocasión llevo una de sus manos a la entrada del gitsune para que la lengua de la boca en ella preparara el camino por donde su miembro gustosamente transitaría,  su otra mano se movía entre los pezones del ojiazul mientras él degustaba de su boca,  la lengua en el túnel del amor entraba y salía dando vueltas con avidez al contorno del interior del estrecho túnel haciendo delicias en el cuerpo de un enajenado ojiazul,  que se retorcía por el placer recibido,  efectivamente las palabras de Deidara eran ciertas... en ningún momento había sentido dolor...  solo placer.

- D-Deidara,  Mmmmm... t-te q-quiero... aaaah...  dentro de mi...  a-ahora - no conforme con lo que sentía...  quería más.

- ¿crees que ya estas listo? - poniendo las piernas del gitsune arriba de sus hombros.

- creo q-que si... ¡y sino  lo estoy no me importa! - totalmente desesperado.

Deidara uso la boca de su mano para ensalivar su propio pene para que la penetración fuera más sencilla y menos dolorosa para su zorro,  coloco la punta en la entrada y empujo un poco deteniéndose después.

- no,  no,  no...  ¡no pares! - bajando sus piernas asta la cintura del chico de cabello largo y atrayéndolo con fuerza hacia él,  clavándose así mismo el miembro entero en su interior.

- ¡Naruto! - al ver la cara de dolor de su rubio consentido.

- n-no pasa nada...  m-muévete,  por favor... - sintiendo que su cuerpo le pedía acción inmediata.

Deidara comenzó a embestirlo con fuerza siendo el mismo gitsune el que se lo había pedido,  el ritmo de ambos era constante y excelentemente sincronizado,  haciendo que ambos perdiera el norte y se dejaran envolver por el placer y la pasión,  las arremetidas aumentaron en fuerza y velocidad, al sentir que el final estaba cerca,  Deidara ocupo una boca en el miembro de su ojiazul,  la otra entre sus pezones y la principal en la del gitsune,  los jadeos,  gemidos,  placer y sudor se mezclaron en una explosión única y digna de los dioses,  los "te amo" iban y venían como una canción interminable  y repetible...  ya que esa no seria la primera vez,  después de unos minutos de recuperar la respiración perdida y de quedarse casi afónicos por los gemidos y aguantar en sus gargantas las ganas de gritar...  fue que pudieron pronunciar palabra.

- aaahh,  Deidara,  hacer el amor contigo es  alucinante,  es como...  como fuera de este mundo - murmuraba el gitsune opinando sobre la forma de amar de su rubio de cabello largo.

- solo porque tú haces que mis manos no quieran permanecer quietas - serrando los puños.

- suenas como si estuvieras celoso de tus propias manos,  baka - acurrucándose en el pecho de Deidara.

- contigo pareciera que tienen vida propia...  voy a tener que entrenarlas de nuevo para que no se pasen de la raya - abrazando al gitsune - esta boca es la única que tiene que importarte,  mi zorrito bello - dándole un tierno beso para luego caer rendidos al sueño.

- "hora de cambiarle los vendajes al rubio cola de caballo... - abriendo la puerta de la habitación del gitsune y encontrándose con una inesperada sorpresa...  o no tan inesperada - creo que... tendrá que esperar hasta mañana" - al ver a la pareja,  desnuda,  abrazada,  y durmiendo plácidamente.

Un amor para Naruto y un nuevo comienzo para Deidara,  era lo que el destino había preparado para ambos,  duras pruebas les esperaban de regreso a Konoha,  pero la férrea voluntad de ambos para superarlas con bien y permanecer por siempre juntos era infinita.

 

Fin.

                                                                               Nessa Yaoi

 

Notas finales:

¡Hola a todos! primera vez que me aventuro hacer un fic con uno de los de las capas negras,  amiga Karina... me costo un mundo y parte del universo hacer esta historia... ya que les tengo cierta adversion a los chicos de las nuves rojas...  son muy crueles... en fin espero que te hayas pasado un rato agradable leyendolo y... por favor,  escribeme tu opinion al respecto.

nos vemos en otra ocaciòn,  que esten bien.

muchos besossss y chaito.

                                                        Nessa yaoi.


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