Es verdad... hace años que no le veo. Cada noche al tratar de dormir, en mi mente comienzan a tomar forma los viejos fantasmas de aquel lugar de nuestra infancia, como si fuera un mal chiste, una maldita broma del destino... recuerdo más los otoños, con el sol golpeando su piel blanca, sus enormes ojos azules sumergidos en ese mundo que era solo suyo y al cual, ninguno de nosotros pobres y miserables mortales estabamos invitados...
...le recuerdo aún más en los inviernos, con ese gorro y esa bufanda roja enmarcando tan perfectamente su constante tristeza furiosa, era como ver dos mundos adyacentes y constantes. No debiamos tener más de trece años entonce, el sol aferrado a las mañanas frías me hacia a ratos la competencia en la aficion por verlo haciendo acrobacias en las orillas de las mesas destinadas a los almuerzos del jardín. A ratos con el ceño fruncido, a ratos mirando impacible a la gente por el portón del orfanato, a ratos con los labios apretados y los ojos igneos, a ratos con esa expresión que te hacía pensar que en cualquier momento comenzaría a llorar o a reir a carcajadas...
... es tarde y acabo de sedar mi cuerpo con esa maldita adicción con la que creí podría reemplazar mis deseos por verle de nuevo, para no consumirme, para no llenarme de su ausencia, para no vivir sin su vida junto a la mía. Pero más así, esta presente, taladrando senderos nuevos en mi memoria para que la morfina no le encuentre y le quite de su reino, una y otra vez, en sus otoños, en sus inviernos, allí esta, sin sonreir, con el sol en el rostro, con los ojos azules y los labios apretados y yo sigo esperando que llore o que ria de una maldita vez, pero que haga algo... que me toque, que me haga sentir de nuevo. Sus labios, tus labios, tus labios, mis labios... tus labios queriendo gritar y los mios muriendo por contenerlos a besos. Mi nombre en sus labios, tan pequeño, tan perfecto, con la entonación más exacta. Como si mi nombre hubiese sido creado para que su voz lo cantara, lo contara, lo dijera, lo susurrara, lo gimiera, lo gritara, lo murmurara... en cierto modo, mi nombre tomaba significado cuando lo decía quedito en mi oido despues de abrazarme... ¿o es que acaso eso jamás sucedió?... la morfina, al igual que Dios, trabaja de manera misteriosa...
Al borde de la locura o tal vez del abismo me pongo a pensar que todos deberíamos aprender a decir mi nombre con su voz, escuchandole, sonriendo al cerrar los ojos mientras nos guía y nos dice nuestro destino bajito al oido...pero ese era privilegio mío solamente, solo a mi me decia de ese modo, solo a mi me pronunciaba con tanta dulzura, solo a mi me deletreaba...
...siento que mi cuerpo se pierde completamente en medio del cosmos de artificio que me regalan las drogas, su ausencia, su figura perdida en medio del oceano del olvido... ya no tengo conciencia, no se si estoy vivo o muerto... ¿Aún no lo estoy?... su voz.. de nuevo su voz en sus otoños y sus inviernos, de nuevo sus ojos.. de nuevo su voz y sus labio, de nuevo regresas aunque nunca te fuiste y yo sigo atento, queriendo escuchar el lugar donde te encuentras aun en mis recuerdos, atento, escuchandote...
...como un mal chiste, como una maldita broma del destino...
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