Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Séptima Musa por gatyta-otaku-girl

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen a mi... ¡Son de Masashi Kishimoto! jejeje xD aunque daría cualquier cosa porque fueran míos >.<

Notas del capitulo:

ACLARACIÓN PARA LOS QUE NO SABEN QUÉ ES UNA "MUSA" ( aunque la verdad creo que todos lo saben ):

Una MUSA es una criatura mitológica que, en tiempos antiguos, se creía que daba la inspiración necesaria a todos los artistas.

Y si tienen otra duda me avisan xD

Tú eras el que me inspiraba. El que me daba deseos de escribir. Sin ti jamás hubiera podido seguir escribiendo.

¿Recuerdas cuando ni siquiera nos atrevíamos a hablar en el colegio?

Yo me sentaba atrás, y desde ahí, todos los días, te miraba. Ése era tu primer año en mi escuela, y sorpresivamente te volviste el más popular del colegio. Era de esperarse. Tu escaso uso de la palabra hacía que todos te vieran como el más “cool” del salón, además tu apariencia y buenas calificaciones sólo hacían aumentar la admiración que todos sentían hacia ti. Yo, por mientras, me concentraba en mirarte, en apreciar cada minúsculo movimiento de tu parte, cada palabra tuya obligada a salir por la insistencia del profesor, y que grababa al detalle y a la perfección en mi memoria. Fue entonces cuando, para rechazar la declaración de la presidenta de aula en el receso, me usaste como juguete y besaste frente a todos en el salón. Luego tomaste mi mano, y anunciaste claramente a todas las chicas presentes que salías conmigo. Yo, claro, estaba confundido, pero de alguna manera, estaba feliz.Te pregunté luego porqué hiciste eso, y me respondiste:

-“simplemente ya me cansé de que las chicas se me declaren, y como vi que tú no tienes reputación que manchar, pues sólo te utilicé como una escapatoria fácil.”

Esas palabras las recuerdo perfectamente, Sasuke. No me dolieron, ya que, a cambio, había conseguido la inspiración más importante en ese momento: El probar tus suaves y cálidos labios. Desde ahí comencé a escribir nuevamente. Necesitaba desahogarme con algo, así que tomé la escritura y literatura para deshacerme de este sentimiento, ya que, había quedado claro que tú sólo me tomaste como un juguete desechable.

¿También recuerdas cuando me hiciste llorar y, a causa de eso, escapé?

Yo lo recuerdo como si hubiera pasado ayer.Desde que me besaste yo comencé a llevar conmigo un pequeño cuaderno. Ahí me desahogaba escribiendo cada vez que te veía.La primera vez que escribí fue luego del beso. Ése fue el primer capítulo. La segunda fue cuando te vi sonreír por primera vez. Yo me había caído en la clase de gimnasia y tú te acercaste, me miraste serio, y luego me dijiste “tonto” con una sonrisa burlona. Pero aún así… te vi sonreír.La tercera fue cuando faltaste a clases. ¿Aún lo recuerdas? La presidenta me mandó a visitarte porque según tú éramos novios por el beso que nos dimos frente a todos. Llegué a tu casa y te vi con una chica. ¿No que no querías salir con nadie? Me descontrolé y te dije “¡TE ODIO!” con todas mis fuerzas. Realmente lamento haberte dicho eso, Sasuke. Lo siento mucho. Yo no tenía derechos sobre ti, y sin embargo le dije tan crueles palabras a la persona que amaba.Apenas llegué a mi casa, comencé a escribir el capitulo tres. El capítulo más triste de la historia. Luego, en la noche, me llamaste. Me pediste disculpas, ya que supuestamente tú salías conmigo. Me alegré demasiado. Tanto que me inspiraste a hacer el capítulo cuatro. Pero después de decirme que yo salía contigo, me dijiste que no le dijera a nadie lo que había visto en tu casa. Lo entendí al instante. Me seguías utilizando como un juguete desechable, al que callas con tan sólo decirle las mentiras que quiere escuchar. Aún así escribí el capítulo cuatro, y en éste puse las palabras que me dijiste por teléfono:

-“yo estaba saliendo contigo. Discúlpame por lo que viste hoy.”

Obvié la parte en que me utilizabas, y sólo puse la parte bonita, la que me hizo querer llorar de alegría.Al día siguiente, apenas llegué al colegio, tú me cogiste del brazo y me llevaste a la azotea de la escuela. Lo hiciste tan rudamente que me quedaron marcas en el brazo, pero no me quejé. Después de todo fue mi culpa por interrumpirte y por decirte que te odio, aunque no lo sintiera.Me tiraste al piso con fuerza y dijiste claramente:

-“si la presidenta sabe algo de lo que pasó ayer con su hermana y conmigo, ¡estás muerto!”.

¿Sabes, Sasuke? Para ese entonces, ya estaba muerto en alma.

Llegamos al salón de clases juntos, y esa chica, con la que estuviste ayer, nos vio. Fue mi culpa. Todo siempre fue mi culpa. En primera por amarte como te amo, por enamorarme de alguien como tú, por dejarme manejar tan fácilmente. Y en segunda, por no querer dejar todo eso atrás y olvidarme de ti. Eso sería lo último que haga. Aquella chica le contó todo lo que había pasado contigo a su hermana, la presidenta. Tú te enfadaste conmigo. Yo aún no sabía lo que estaba ocurriendo. La presidenta enfureció y te tiró una cachetada. Yo traté de calmarla, pero fue inútil. Era temprano, así que los profesores no se encontraban. La presidenta, Sakura, se atrevió a insultarte en frente de todos. Su hermana, Ino, se reía por detrás. Tú me miraste y al mismo instante Sakura puso sus manos en mí. Por lo mismo que debía defenderme, se me cayó el cuaderno en donde escribía. Tú lo tomaste y llegaste a leer el título de la historia. Luego gritaste a todo pulmón:

-“¡¿ES BROMA VERDAD?!”

Todo se calmó ahí. El silencio reinó dentro del salón. Yo, desesperado para que no ocurriera lo que temía, quise arrebatarte el cuaderno. Tú me empujaste y caí al suelo. Sasuke, lamento haberte causado tantos problemas. Lamento no haber sido lo suficientemente bueno para ti. Lamento no haber nacido mujer. Incluso lamento el que te hayas topado con mi existencia.

-“yo… ¡no quiero volver a saber nada de ti!”-exclamaste.

Esa fue la primera vez que me viste llorar. Todos me vieron con lástima. Jamás podría olvidar aquellas miradas. Pero, si fue por ti que ocurrió eso, no importa. Ahora ya no importa. No importa nada.Salí corriendo en dirección a mi casa. Al llegar escribí el quinto capítulo en una hoja aparte, pues tú te habías quedado con el cuaderno. El capítulo más largo de mi vida. No asistí a clases después de eso. No podría verte de frente a la cara. Enfermé. Sí, enfermé de tristeza y soledad. Me hundí en el agujero más oscuro que podía haber existido. Cada vez me ahogaba más en la depresión, y nadie me ayudaba. Nadie me rescataba.Una semana después me llamaste.

Ésta es la última pregunta que te haré:¿Realmente me amabas, o acaso todo lo que puede salir de tus labios son mentiras?

Al responder… llorabas.

Me dijiste que te disculpara. Que todo lo que estaba mal ahí eras tú. Yo, sólo sonreí y te dije:

-“te amo. Así me odies te seguiré amando. Lo siento, no puedo renunciar a ti”

Esas palabras no las dije yo. Las dijo mi corazón. Yo no podía decir algo así… ya no podía.También dijiste que me amabas. No sabes cuán feliz me hiciste con tan sólo pronunciar esas dos palabras. Dijiste que no podías olvidar mi rostro llorando. También dijiste que después de lo ocurrido te arrepentiste, pero no te sentías seguro de decírmelo. Yo te escuchaba atento. No lo creía. Y, al parecer, finalmente no pude. Era incapaz de creerte. Tanto así que dije las palabras que jamás pensé que te diría a ti:

-“¿Cómo podrías amar a alguien cuyo nombre es desconocido para ti? Si me amas de verdad, ¡di quien soy!”

Callaste rotundamente. Era cierto, no sabías mi nombre. Pero… creo que lo que dijiste a continuación fue lo único que pude creerte en ese momento:

-“tu eres… la única persona que podría amarme después de todo esto”

Sí, solamente yo habría podido amarte así. Al mismo tiempo que lloraba, comprendía que de verdad te amo, que por más que no entendiera el porqué, entendía el porqué de los sentimientos que sentías por mí: Leíste mi cuaderno.

Colgué. Sequé mis lágrimas y escribí, escribí hasta no sentir mis manos. Hasta que el dolor que me proporcionaba el cuerpo distrajera el dolor que sentía dentro de mí. Ahí escribí el sexto capítulo. Viniste a mi casa. Tocaste desesperadamente la puerta. Gritabas que no sabías nada de lo que sentía, que por eso me habías lastimado tanto. Gritabas que me amabas. Gritabas que lo sentías. Gritabas que fuiste así conmigo por celos, gritabas que fue porque me insinuaba a ti de forma dulce y que por eso pensaste que sólo jugaba contigo. ¡¿Cómo podría yo jugar contigo?! Los vecinos comenzaban a alarmarse, así que dejé que pasaras. No tardaste ni un segundo en besarme. Calentaste mis fríos labios con los tuyos, presionándolos, acariciándolos con tus tibias manos. Me echaste en la cama y me hiciste tuyo. Me sentía tan bien contigo que podía derretirme en tus brazos, pude experimentar qué es el amor. Fue la primera vez que me sentí querido. Ni mis padres, ni mis familiares, ni mis pocos amigos me han hecho sentir tan amado como lo hiciste tú en ese momento.

A la mañana siguiente me levante más temprano. Tú seguías plácidamente dormido. Al ver tu rostro me dispuse escribir El Séptimo Capítulo, en donde Mi Séptima Musa me abandonó. Ya no necesitaba más a las musas. Te tenía a ti, frente a mí, durmiendo. Y entre tus sueños logré presenciar que pronunciaste mi nombre. Yo jamás te lo dije. Nunca lo escribí en el cuaderno, y tampoco nadie me lo había preguntado. Después de todo, nadie necesitaba saber mi nombre. Pero, desde que lo dijiste, no he podido dejar de preguntarme cómo lo supiste. La historia que estaba escribiendo en el cuaderno se trataba de ti y de mí. De todo por lo que yo había pasado. De cómo me sentí durante este tiempo. Ahí estaba todo, absolutamente todo. Cada pensamiento, cada palabra, cada momento, cada frase tuya y mía. Estaba todo. Excepto mi nombre. Esa historia sólo se basaba en nosotros así que pensé que sería innecesario escribir mi nombre. Lo único que pudo delatarme fue el título: “Mis sentimientos por Sasuke”. En esta carta espero poder recordarte todas las cosas que pasamos juntos. Todos aquellos sentimientos que guardamos durante tanto tiempo, ya que, es probable que no nos podamos ver nuevamente.Sasuke, tú eres el que me inspira. El que me da deseos de escribir. Sin ti jamás hubiera podido seguir escribiendo…

Te amaré por siempre.

Hasta que mi corazón no responda,

hasta que mi alma se vaya extinguiendo,

 hasta ver el paraíso junto a ti.

Tú no eres mi musa, tú eres mi ángel.

Sin ti no hubiera podido seguir viviendo. 

…Naruto.

Notas finales:

Espero les haya gustado... y si no les gustó es porque soy una inútil profesional xD jajajaja ya bueno... 

Acepto toda clase de amenaza de muerte XD en fin.. ARIGATO POR LEER!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).