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Ángel de la Tentación por PrincessofDark

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Notas del capitulo: Muchas gracias por los reviews que he recibido. Espero que este capítulo también sea de su agrado. Dudas, sugerencias o críticas siempre son bien recibidas. Una pequeña aclaración: en mi fic los caballeros dorados vivos son los que sobrevivieron a la batalla de las doce casas y Saga porque cumple un papel importante en la historia.
 

-Soy Shun, caballero de Andrómeda y vengo a entrenar con el maestro Shaka de Virgo.

-¡¡¡¡SHUN!!!!- fue la exclamación de asombro general.

-Si, Shun. ¿Cómo están?

-¿Qué te pasó?- preguntó incrédulo Milo mirando al peliverde con una mirada poco menos que lasciva y que logró incomodar a Aioria que estaba a su lado.

-Un cambio  de imagen. Me lo hice cuando estuve viviendo en Londres.

-¿Ikki te dejó ir a Londres?- preguntó un atónito Aioria.

Shun lo miró con severidad.

-Ikki no me manda. Se ha dado cuenta de que soy lo suficientemente grande como para cuidarme por mí mismo y tomar mis decisiones. Por eso mismo me vine solo en el vuelo cuando los demás lo perdieron. Llegaran en un par de horas.

Los Dorados miraron al joven sorprendidos, en realidad había cambiado y mucho en ese tiempo que llevaban sin verlo. Shaka se puso en pie y se acercó a su discípulo, también estaba impactado por la belleza del niño pero ninguno de sus gestos lo demostró.

-Shun, acompáñame al Templo para que pueda enseñarte tu habitación.

-Si, maestro. Con permiso- el peliverde hizo una reverencia y dejó el lugar acompañado de su maestro.

El ambiente quedó tenso por unos minutos, quien más o quien menos todos estaban pensando en el impactante joven que acababa de partir.

-Está guapísimo- rompió el silencio Milo

-Milo, es un niño- contestó Mu molesto

-¿Niño? ¡Un cuerno!- apoyó Saga al escorpiano

-¡Increíble! No pueden estar hablando en serio- reprendió Aldebarán

-Claro que hablamos en serio. Esta guapísimo- reafirmó Milo

-Y si te atreves a acercarte a él, Ikki te asesinará- advirtió Aioria.

-Es cierto, Ikki jamás lo permitiría- apoyó Mu

Saga y Milo se miraron entre ellos, ambos no le temían al Fénix tanto como sus compañeros y el deseo por ese niño se les escapaba por los poros.

Se reunieron un rato después en el Templo del Escorpión.

-¿Entonces apostamos?- preguntó Milo a Saga

-Apostamos. El primero que lo posea ganará mil dólares.

-¿Cómo lo probaremos?

-Sacaremos una fotografía.

Milo asintió.

-Nadie debe enterarse, de lo contrario nos lincharán a los dos juntos- advirtió Saga

-Hecho y recuerda Saga... todo vale, absolutamente todo.

Saga asintió con malevolencia y abandonó el templo de Milo. Los dos caballeros pondrían su plan en marcha de inmediato.

Milo fue el primero que apareció por el Templo de Virgo. Encontró a Shun y a Shaka sentados en el living conversando en voz baja.

-¿Molesto?- fue la pregunta de Milo

Shaka lo miró de punta a punta y respondió.

-No, Milo. ¿Puedo ayudarte en algo?

-En realidad quería preguntarle a Shun cuando llegaran los demás.

El aludido lo miró y le respondió.

-Pues calculo que en unas seis horas más. Los aviones para Grecia no salen muy frecuentemente de Tokio.

-Ah, perfecto. Te preguntaba porque se ha decidido que Hyoga sea mi discípulo para después poder usar la armadura de Acuario. Dime, ¿qué ha hecho mi discípulo en todo este tiempo?

Shaka se sentía un intruso en esa conversación por lo que miró a Milo con fijeza y esperó la respuesta de Shun.

-Hyoga trabaja de fotógrafo, es realmente un excelente fotógrafo. Las revistas lo solicitan mucho.

Milo y Shaka asintieron asombrados, fue el rubio el que comentó

-Vaya, no creí que Hyoga fuera un apasionado de las fotos, me alegro por él. Quizás traiga alguna cámara y saque fotos del Santuario.

-Si, eso precisamente va a hacer. Saori estuvo de acuerdo en que lo hiciera.

-¿Y tu qué has hecho, Shun?- preguntó Milo al peliverde mirándolo con una mirada poco menos que lujuriosa de la que el incauto joven no se percató pero si lo hizo Shaka.

-Hace tres meses la secundaria me ofreció una beca completa para ir a Londres a realizar unos cursos. Me costó un poco convencer a Ikki pero finalmente accedió y marché a Londres. Fue una experiencia maravillosa y ya de paso me gané un poco de dinero.

-¿Trabajaste? ¿De qué trabajaste?- preguntó Shaka con curiosidad.

Los dos caballeros dorados miraron como al joven caballero de Andrómeda se le teñía el rostro de un suave rubor.  Finalmente, alzó su rostro y con total honestidad respondió.

-Pues hasta antes de venir aquí estuve trabajando de modelo.

-¿¿De qué??- preguntaron incrédulos

-Pues que hice de modelo. Entre Hyoga y yo hicimos una sociedad, él me sacaba las fotos y se encargaba de venderlas, así ganábamos los dos cincuenta y cincuenta.

Milo le sonrió ampliamente al peliverde, así que el pequeño había modelado... quizás no fuera tan tímido y apocado como parecía, es más le parecía que sería totalmente lo contrario, un diablillo con la cara más angelical del mundo. Shaka contemplaba a disgusto la mirada del escorpión clavada en su discípulo que comenzaba a ponerse incómodo por la situación.

-Shun, ¿no quieres retirarte a descansar un rato? El viaje en avión debe de haberte agotado.

Shun se levantó de un salto y asintió, desapareciendo rumbo a su habitación. Milo lo observó irse hasta que la voz de Shaka lo interrumpió.

-¿Qué pretendes, Milo?

-Nada.

-No me mientas porque te conozco. Mantén tus ojos y tus manos lejos de Shun, no permitiré que le hagas nada.

-¿Te has convertido en su ángel guardián? El ambiente del modelaje suele ser muy libertino, te crees que será tan inocente como su cara lo dice. Estoy casi seguro de que Shun no es ningún angelito.

-Eso tampoco te permite acercarte a él e incomodarlo con tus miradas. ¡Parecía que lo desnudabas con los ojos!

-¡Y qué si lo hacía! - contestó Milo molesto

-Milo, ubícate.

-Sabes que es lo que pienso que sucede, que también tu lo deseas y por eso lo defiendes tanto.

-No te permito que insinúes esas cosas

-Dime que miento.

-Claro que mientes.

-Ni tu mismo te crees eso. Podríamos arreglarnos... ponerle algo en el café para dormirlo... no tiene ni porqué enterarse. Hasta te dejaría que fueras tú quien lo estrene.

Shaka lo miró sin poder creer lo que oía.

-¡Lárgate ahora mismo de mi Templo!- gritó furioso.

-Ok, ya me voy. Piensa en lo que te dije, Shaka. Los dos podríamos divertirnos mucho con el pequeño.

-¡Largo!- repitió Shaka comenzando a elevar su cosmos.

El caballero de Escorpio salió del Templo esbozando una sonrisa.

Con la llegada del resto de los caballeros de Bronce y de Atena el clima en el Santuario se volvió mucho más bullicioso que antes.  No pasó mucho tiempo antes de que Ikki se percatara junto con Shiryu de las andanzas de Milo detrás de Shun, hecho que los alarmó y preocupó al mismo tiempo. Ikki temió verdaderamente de que Milo se atreviera a hacerle daño a Shun, que de manera inconsciente evitaba quedarse a solas con él y pasaba la mayor parte del tiempo en su Templo o con sus amigos.

Sin embargo, fue la conducta de Saga la que más asombraba a Milo. No temía las airosas miradas de Shaka, ni las asesinas miradas de Ikki y menos aún las que indirectamente le dirigía Shiryu. Tampoco temía al Caballero de los hielos, que solía pasar muchísimo tiempo con Shun, sacándole fotografías que enviaba por Internet a revistas japonesas. Hyoga veía las andanzas de Milo tras Shun e intento advertirle indirectamente al niño para que tuviera cuidado. En cambio, Saga, si bien formaba parte de la apuesta no había hecho nada por conquistar al peliverde y se mostraba particularmente burlón frente a sus tácticas.

Notas finales:

¿Les gustó? Eso espero. ¿Saga intentará cumplir su apuesta? ¿Qué creen? ¿Serán Milo o Saga los que se queden con el pequeño ángel?


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