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Ángel de la Tentación por PrincessofDark

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Notas del capitulo:

Les pido disculpas a las y los fanáticos de Saga. En esta oportunidad lo elegí como el malo del fic pero les prometo a los fanáticos de Saga muy prontito un Saga x Shun de lo más lindo y romántico.

 

Shaka recibió la llamada de Atena para presentarse en el cuarto del Patriarca y se dirigió hacía allí impaciente. Shun permaneció en el Templo de Virgo y Shaka estaba tranquilo ya que Milo también había recibido el llamado por parte de Atena.

Shun terminó de realizar el aseo del Templo y se sentó en el living a leer con calma un libro. Escuchó pasos en la entrada y al posar sus esmeraldas vio a Saga de Géminis entrar y acercarse. Se levantó de un salto y saludó respetuosamente antes de informar.

-Shaka no se encuentra en el Templo, recibió un llamado de Atena y el Patriarca.

-Descuida, no vine a ver a Shaka- fue la insinuante respuesta de Saga que descolocó y turbó a Shun.

-¿Qué necesita entonces?- preguntó Shun

-Quería hablar un rato contigo... para conocernos.

Saga dio un par de pasos y se puso frente al peliverde que se turbó aún más y se puso nervioso.

-¿De qué quiere hablar?- preguntó

-Milo me dijo que trabajaste de modelo.

-Si, algo así.

-Eres muy hermoso, pequeño, es lógico que enloquezcas a la gente- dijo Saga con un tono lascivo, provocando que Shun se ruborizara y diera unos pasos hacia atrás cayendo en el sofá y antes de que pudiera levantarse Saga se lo impidió.

-Déjeme- pidió nervioso.

-No... después te voy a dejar, ahora vamos a divertirnos un poco...- Saga tomó el rostro de Andrómeda y besó sus labios de lleno, con firmeza, invadiendo la boca del chiquillo que se debatió furioso.

-¡Suélteme!- gritó Shun cuando Saga deshizo el beso pero éste se limitó a sonreír y a darle una bofetada que le hizo sangrar la boca y callar.

-Calla y disfruta... así será mejor para ti- sugirió Saga sin importarle para nada la sangre que corría del rostro del peliverde.

Shun se debatió y Saga volvió a golpearlo, esta vez en el estómago, sacando el aire de los pulmones del peliverde que se hundió más en el sofá y comenzó a llorar con fuerza sin dejar de luchar por zafarse.

Saga esbozó una lujuriosa sonrisa y arrancó la remera del chiquillo en un santiamén comenzando a bajar sus manos por ese torso pálido y perfecto, muy bien trabajado. Su boca seguía invadiendo la de Shun impidiendo que pudiera gritar para pedir auxilio. Sin embargo, el caballero de Andrómeda no dejaba de luchar por soltarse y Saga enfurecido le dio varios golpes en el estómago que dejó semiinconsciente a Shun.

Su boca se deslizó por el cuerpo del pequeño, que se limitó a quejarse entre las brumas de la inconsciencia, débil por los poderosos golpes del dorado. Sus manos arrancaron el pantalón del chico dejándolo sólo con el boxer negro que llevaba.

Shun recuperó parte de su conciencia y empezó a llamar a Shaka, utilizando uno de los primeros consejos que le dio como aprendiz.

El caballero de Virgo estaba en el medio de la reunión cuando sintió el desesperado llamado de Shun. Se levantó de un salto y ante el asombro de los presentes murmuró.

-Algo le pasa a Shun, me está llamando.

Sin decir más salió del salón acompañado de Atena, Milo y el Patriarca, preocupados por el comentario del caballero de Virgo. En el camino se les unieron Seiya, Shiryu y Hyoga hasta llegar al Templo de Virgo. Shaka recibió el asentimiento de Atena y entró solo a su Templo.

Shaka caminó preocupado y disimulando su cosmos hasta encontrar la débil presencia de Shun. Lo que vio lo dejó asombrado, triste y furioso. Saga encima de un Shun inconsciente por la paliza que le había dado el caballero de Géminis, semidesnudo y siendo forzado por un Saga tan concentrado que no notó su presencia hasta que sintió que alguien lo elevaba.

-¡Cómo te has atrevido!- gritó Shaka con los ojos ardiendo de la furia y abriéndolos frente a Saga que tembló, todos sabían que no era nada bueno que Shaka abriera sus ojos.

-Yo... él... quería

-¡Esta inconsciente! ¡Le has dado una paliza para que no se resistiera! Quieres que te crea que Shun quería que le hicieras esto.

Shaka elevó poderosamente su cosmos y le lanzó un ataque que sacó volando del Templo a Saga, que cayó contra una pared y quedó inconsciente por la fuerza del ataque. Los caballeros que estaban fuera del Templo y Atena se acercaron presurosos a socorrerlo pero los detuvo la voz de Shaka.

-Llévenselo de aquí y enciérrenlo en un lugar donde el Fénix no pueda encontrarlo. Mu, ven conmigo, por favor. Saori si puedes también ven. Shiryu llama a Ikki sin alarmarlo pero que se apresure a venir. Seiya y Hyoga si Atena les da permiso vayan al pueblo a buscar un médico.

-¿Médico? ¿Para quién?- el Fénix alertado por el escándalo y el alboroto venía en compañía de Aioria.

-Saquen a Saga de aquí- pidió a Aldebarán y a Milo que lo obedecieron sin chistar, Shaka con los ojos abiertos no era una buena señal para nadie.

-¡Quién necesita un médico!- gritó Ikki al virgo.

Shaka se hizo a un lado y murmuró

-Pasa.

Ikki entró corriendo al Templo de Virgo, Shaka, Mu y Saori lo siguieron y quedaron horrorizados al ver a Shun.

-¿Este fue Saga?- preguntó Mu

-Siempre temí por Milo y este desgraciado... - Ikki encendió su cosmos furioso como nunca antes en su vida.

-No, Shun te necesita. Debemos ayudarlo- indicó Mu apresurándose a tomar al inconsciente Shun y llevarlo a su habitación.

Lo colocaron sobre el lecho y se encargaron de vestirlo de nuevo, con cuidado. Shun se movió inquieto y comenzó a salirle sangre por la boca lo que aterrorizó a Ikki.

-Shunny, por favor, quédate quieto- suplicó a su hermano.

Saori salió presa del llanto afuera del Templo.

-Por Dios, vayan por un médico enseguida al pueblo- les pidió a Seiya y a Hyoga que salieron como alma que lleva el diablo.

-Saori que pasó...- preguntó temeroso Shiryu

-Ahora no, Shiryu. Por favor.

Mu salió en ese instante con el semblante preocupado.

-¡Saori! Dime que mandaste a buscar el médico... está perdiendo mucha sangre.

Todos palidecieron ante eso, Shun estaba perdiendo sangre y todos sentían el cosmos angustiado de Ikki llenando el Templo.

-Debe haber algo que podamos hacer- dijo Aioria en voz alta.

Mu negó con la cabeza y luego agregó.

-Si, como dijo Shaka debemos evitar que Ikki encuentre a Saga.

Milo murmuró por primera vez preocupado.

-No puedo creer... que Saga... haya intentado...

Todos lo miraron, Saori notó que el escorpiano callaba algo y muy serio.

-¿Qué sabes, Milo?- preguntó Atena

Milo se puso nervioso, se daba cuenta de los ojos de todos posados en él. También sabía que no podía mentir a su diosa, por más grande que fuera el castigo que iba a recibir.

-Saga y yo hicimos una apuesta sobre Shun. El primero de nosotros dos que lograra acostarse con él ganaría mil dólares- murmuró en voz baja y con los ojos bajos.

Hubo un inmenso silencio en ese momento, tan grande que podía escucharse el palpitar de los corazones.

-Eres... son unos desgraciados- gritó un enfurecido Shiryu

-¿Cómo han podido caer tan bajo?- preguntó Aioria con su cosmos encendido de rabia.

-¡Miren lo que han logrado! ¿Cómo han podido? Ustedes saben como es Shun, es demasiado bueno, noble- gritó Aldebarán

-Nunca creí que serían capaces de caer tan bajo- murmuró Mu- Shun esta muriéndose de la paliza que le dio Saga- el comentario los dejó helados, incrédulos.

-No merecen ser caballeros dorados- murmuró por primera vez Saori- me avergüenza tener caballeros como ustedes a mi servicio. Si algo le sucede a Shun, no detendré ni a Ikki ni a ninguno de los caballeros que quiera darles una lección y mi venganza será la más terrible de todas.

Ikki y Shaka se encontraban con Shun que no dejaba de sangrar por la boca mientras su cosmos se iba debilitando progresivamente. Shaka miró asombrado a Ikki, creyó que lo encontraría furioso pero el Fénix estaba destruido y miraba con ojos llorosos el frágil cuerpo de su hermano.

-Por favor, Shun, no me dejes solo- pidió Ikki tomando con suavidad la mano de su hermano.

Shaka se estremeció de pena ante ese gesto y esas palabras. Mu, Saori y Shiryu entraron en ese momento, el Dragón se estremeció al ver a Shun en ese estado y al notar la desesperación de Ikki.

Mu se apresuró a transmitir parte de su cosmos a Shun que se quejó en voz alta y se relajó inconsciente entre las sábanas. 

Seiya y Hyoga iban corriendo velozmente a través de las distintas casas del Santuario hasta lograr llegar a la salida. Ninguno de los dos hablaba, pero las palabras no hacían falta. Ambos sabían que algo le había pasado a Shun, ambos sabían que el cosmos de su compañero desaparecía mientras el del Fénix se llenaba de tristeza y angustia, ambos sabían que era urgente que un médico viera a Shun y ambos sabían que esa parte les correspondía a ellos. Con una rapidez infrahumana llegaron al pueblo y luego de preguntar se dirigieron a la casa del médico. Éste los observó entre sorprendido y extrañado y aceptó partir al instante rumbo al Santuario luego de preparar algunas cosas.

Al regresar al Santuario, la pesadez en el ambiente se podía sentir y cortar con un cuchillo. Milo estaba solo pero Aioria, Aldebarán y Kanon estaban a unos pasos y no le perdían la vista de encima. Sin embargo, no hablaban y el semblante de Milo se notaba angustiado.

-Maestro Milo. ¿Qué le sucede?- preguntó Hyoga preocupado

La voz de Aioria le contestó.

-Su conciencia lo está atormentando. No te rebajes a hablar con esta inmundicia que porta armadura, apresúrate a ir con Shun, él los necesita ahora.

Hyoga lo miró y asintió, entrando con prisas al Templo de Virgo. Encontró a Seiya llorando de angustia, igual que a Saori, Shaka permanecía con los ojos abiertos y Mu estaba a su lado. Shiryu lo miró y su mirada le reflejó angustia. Ikki era la viva imagen de la desesperación.  El médico se había encerrado con Shun en la habitación pidiendo privacidad. Hyoga se acercó a Shiryu, parándose a su lado. Éste lo miró y susurró

-Malditos sean Saga y Milo. Te juro, Hyoga que no van a salir sanos de esto así tenga que pelearme con Saori.

-¿Qué tiene que ver Milo en esto?- preguntó Hyoga

-Saga y Milo apostaron mil dólares a quien era el primero en acostarse con Shun.

El Fénix que ignoraba el tema de la apuesta lo miró durante un largo y tenso instante y la mirada plagada de odio que dirigió al exterior fue notada por todos. Hyoga se quedó helado comprendiendo por primera vez que era lo que había intentado o quizás logrado Saga. Pensó en su angelito, en ese niño inocente y frágil que era Shun y se asustó ante la idea de perderlo. Durante meses lo había amado en secreto, sin atreverse a decirle una palabra o hacer un gesto que lo revelase, temeroso de apresurar al niño o ponerlo en un compromiso que pusiera en peligro la amistad que se tenían.

Pasó una larga hora y media antes de que la puerta del dormitorio se abriera y el médico saliera con un profundo gesto de cansancio. Fue Saori la que tomó la palabra por todos y preguntó por el estado de Shun.

-El estado del joven es sumamente delicado, no puedo mentirles en eso. Tiene fracturadas tres costillas y perforados un pulmón y el bazo. Varios golpes internos y hay un golpe fuerte en la cabeza que deberé seguir estudiando. Las próximas cuarenta y ocho horas serán decisivas para su evolución. Todos sabemos la naturaleza del ataque... en ese sentido, el muchacho no alcanzó a ser forzado. Aunque deben estar preparados para un trauma psicológico en el chico.

Todos quedaron en silencio, sólo Saori tuvo la entereza suficiente para pedirle al médico que se quedara y darle habitaciones en el mismo Templo de Virgo. Ikki se levantó de un salto y entró en la habitación de Shun, Hyoga no resistió el impulso de entrar también. Lo primero que vio fue a Shun y quedó impactado y triste. Nunca consideró que lo podría llegar a ver tan débil. Shun estaba en la cama y el médico le había colocado una mascarilla de oxígeno para que pudiera respirar mejor, los bellos ojos esmeraldas cerrados y con un gesto de dolor patente. Los labios se entreabrían para quejarse de dolor y volvían a cerrarse. Ikki lo miró pero no le dijo nada, el Fénix era consciente de que Hyoga era el mejor amigo de Shun y que su presencia no molestaría al peliverde.

En el exterior, Saori abandonó el Templo de Virgo acompañada de Seiya, Shiryu y Mu. Shaka se había quedado en su Templo y quedó encargado de avisarle cualquier novedad. Se encontró a Milo, Aldebarán, Kanon y Aioria.

-Vamos al recinto del Patriarca. Allí está Saga junto con Dokho, el patriarca y maestro de Libra- indicó Atena con tristeza.

Todos la siguieron sin decir una palabra, entraron al sagrado recinto y observaron a Saga totalmente despierto y repuesto del golpe propinado por Shaka. El anciano maestro estaba a su lado y lo miraba con frialdad pero no había hecho ni dicho nada.

-Atena... yo... - comenzó Saga

Seiya y Shiryu no lo dejaron continuar, los dos se le fueron encima atacando con el meteoro de pegaso y el dragón naciente que Saga recibió sin contestar. El cosmos de Atena los detuvo cuando iban a atacar de nuevo, la voz de la diosa llenó la estancia.

-No tienes ninguna excusa ni disculpa posible, Saga. No quiero escucharte hablar e intentar explicar lo inexplicable. También Milo es culpable de esta trágica situación y tendrá su castigo. No permitiré que los maten sus compañeros, por más que en este momento lo merezcan y una parte de mí quiera hacerlo. Saga, tu eres el más culpable de los dos, tú fuiste quien llevó su apuesta a una situación de violencia y eres el que recibirá el peor castigo. Armadura de Géminis, que eliges tu portador, juzga la violencia de tu dueño y decide si debe seguir portándote.

La diosa se interrumpió y la armadura de Géminis brilló con fuerza apareciendo frente a ellos. La armadura se desarmó y volvió a armarse sobre el cuerpo de Kanon. Saga la observó y comprendió que la había perdido.

-Tu armadura te ha rechazado, Saga. La has perdido por no ser digno de ella- fue la respuesta de la diosa- te doy dos horas para que juntes tus cosas y abandones el Santuario. Ninguno de los Caballeros tendrá permiso  de dañarte en esas dos horas, pero pasado ese tiempo son libres de hacer lo que quieran menos darte muerte. 

Saga se sintió enfurecer, no le permitían decir nada y ahora lo echaban después de años de servir fielmente a su diosa. Ni siquiera su hermano le sostenía la mirada, volteándolo a ver con pena y profunda decepción.

-Está bien, señorita Saori. Me iré del Santuario en dos horas. Quizás lo que hice no tenga excusas pero la he servido durante años con la mayor fidelidad posible. Ahora considere que soy su enemigo y en algún momento nos volveremos a encontrar y la situación será distinta.

Saga salió del recinto y luego de un momento, Atena se dirigió a Milo.

-Milo, caballero de Escorpio. Tu armadura no siente deseos de rechazarte, pero yo si te daré un castigo. Partirás mañana por la mañana rumbo a la Isla de la Reina Muerte, sin tu armadura y permanecerás allí un mes.

Milo tragó saliva, el destierro en la Isla de la Reina Muerte era el peor de los castigos para un caballero dorado.

-Mañana partiré, Atena. Espero que por lo menos eso alivie en algo mi falta imperdonable- Milo era sincero y todos se daban cuenta.

Seiya y Shiryu que estaban con ganas de darle un golpe se contuvieron ante el tono de esas palabras. El caballero de Escorpio dio media vuelta y abandonó el recinto del Patriarca.

Las siguientes cuarenta y ocho horas transcurrieron con una lentitud angustiante. Ikki no se movió de la habitación de Shun en todo ese tiempo, excepto para permitir que el médico revisara a su hermano aprovechando ese rato para alimentarse. Los demás caballeros de bronce se turnaban para visitar a Shun sin que Ikki les dijera una palabra, simplemente agradeciéndoles con la mirada el que estuvieran ahí.

Shun pasaba horas sumido en profundos sueños producto de los sedantes que le daban para el dolor y cuando su efecto disminuía se revolvía preso de terribles e inquietantes pesadillas.

La mente de Shun era un laberinto de dolor y angustia. De manera inconsciente el joven notaba la lucha entre lo que el era y el dolor que le habían causado que querían transformarlo en otra persona. Recordaba momento a momento lo que había sucedido con Saga y eso lo hacía notar el dolor que escapaba de su cuerpo.

Shaka se encontraba a su lado en la habitación cuando sintió que el cosmos de Shun comenzaba a despertar elevándose con fuerza, Ikki que estaba semidormido despertó y lo contempló con fijeza.

-Es una buena señal- le dijo Shaka con una leve sonrisa.

-Sí, lo es- Ikki respondió con otra sonrisa leve.

Saori entró en ese momento junto con Shiryu, Hyoga y Seiya. Los cuatro contemplaron el cosmos de Andrómeda con alivio.

-Se pondrá bien- auguró Saori con una sonrisa.

-Tu puedes, Shun. ¡Lucha!- suplicó Seiya por sus compañeros.

Shun despertó unas horas más tarde cuando sólo Ikki que vigilaba su sueño estaba presente.

-¡Shun!- el Fénix se levantó presuroso y se acercó a su hermano enseguida.

Shun clavó sus ojos en él e Ikki se estremeció, los hermosos ojos esmeralda de su hermano estaban apagados, muertos, vacíos. Y sobre todo estaban perdidos, Shun no estaba allí, su mente no estaba ahí.

-¿Shun?- preguntó dudoso

El joven no le contestó nada limitándose a dar vuelta su rostro, colocándose de espaldas a él.

-Shun, dime algo- pidió Ikki angustiado

Tampoco hubo respuesta esta vez. El cuerpo en la cama comenzó a temblar e Ikki notó que rompía en llanto. En un llanto mudo que dolía más que si estuviera gritando y rompiendo cosas. En un llanto plagado de angustia y desesperación.

Ikki intentó acercarse a él para abrazarlo pero Shun lo rechazó, envolviéndose entre las sábanas para que no pudiera tocarlo.

-Shun, por favor. Háblame- insistió Ikki poniéndose a su lado pero evitando cualquier contacto físico.

La única respuesta que obtuvo fue el llanto de su hermano menor, y los intensos temblores que movían las sábanas.

-Soy yo, Ikki. Soy tu hermano y no voy a lastimarte ni a dejar que te lastimen- insistió el fénix pero tampoco obtuvo respuesta.

El joven se fue quedando gradualmente quieto y finalmente se durmió de nuevo. Sus labios no dijeron una sola palabra.

Ikki salió de la habitación y transmitió los sucesos, dejando a todos preocupados por Shun.

Transcurrieron unos cuantos días así, sin tener respuesta alguna del peliverde.

Notas finales:

Espero que les haya gustado y que me dejen comentarios. Sólo queda un capítulo para saber quien se queda con el ángel de la tentación. De nuevo, pido disculpas a los fanáticos de Saga por el rol que le tocó interpretar en mi fic.


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