Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

WISPERS IN THE NIGHT por darkjen

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Hola, es una historia que encontre entre mis cuadernos y quiero compartirla con ustedes, espero que les guste
 

Mi nombre es Marion, se preguntaran como es que me convertí en vampiro; bueno, es una historia muy común. Sucedió cuando tenía 19 años, me encontraba en mi cuarto decidida a suicidarme. Ya lo había intentado varias veces pero no había tenido el valor suficiente y sólo acabé con algunos rasguños. Pero ese era el día, había hecho dos heridas profundas en cada muñeca y sólo esperaba pacientemente, pero alguien entró, un joven apuesto y sobrenatural se acercó, arrodillándose frente a mi.

- ¿Por qué lo has hecho?- preguntó en un susurro, no respondí, sólo pensaba en morir y parece que no fue necesario ya que sonrió como si hubiera comprendido mis pensamientos- Yo puedo darte una mejor vida, llena de aventuras, algo que nadie podría darte, sin sufrimiento ni dolor- su voz era como una dulce melodía- empezar de nuevo.

"¿Empezar de nuevo?" eso era tentador, pero no había vuelta atrás así que no respondí nada, al parecer él comprendió mi silencio ya que sonrió y se llevó mi muñeca a sus labios y comenzó a beber la sangre que brotaba de la herida, sentía como la vida me abandonaba lentamente y simplemente era maravilloso..., pero nada comparado con lo que venía. Una vez que me dejó casi desangrada se hizo un corte en su muñeca y la acercó a mis labios, oh el sabor de su sangre, el sentirla corriendo por mis venas, el sentir su corazón latiendo al mismo compás que el mío, fue una experiencia de éxtasis total, si, creo que no hay otra palabra para describirlo. Me separé de él soltando su brazo, era suficiente, no quería matarlo ¿cierto? A continuación mi muerte, la experiencia más extraña de mi vida. Después Darius me llevó de la mano por las calles y obtuve mi primer presa sin necesidad de su ayuda.

 

Dos años han permanecí a su lado como amiga, hija, amante..., él me enseñó todo lo necesario para mi sobrevivencia. Pero algo faltaba, tenía que dejarle, tenía que partir... y él lo sabía. Una noche antes de mi partida se portó muy lindo conmigo, dormimos juntos, mi cabeza sobre su pecho, su brazo rodeándome y su mano acariciando mi cabello, era delicioso escuchar su corazón como un arrullo.

La noche siguiente salimos a cazar juntos y una vez estuvimos de regreso en casa me envolvió con sus brazos besándome, un nudo en la garganta, eso era todo, eso era el adiós. Después inclinó la cabeza sin soltarme, mostrándome su cuello, puede ver la arteria tan tentadora.

- Hazlo- me dijo y me acerqué lentamente, sentir nuevamente su sangre corriendo por mis venas fue maravilloso, me sentí fuerte, capaz de todo. Besé su cuello y lo mire a los ojos, él me sonrió.

- Espero que te ayude en tu camino- dijo tratando de ocultar el dolor que sentía, lo abracé fuertemente, las lágrimas comenzaban a brotar dejando un rastro rojizo.

- Volveré- susurré sin soltarlo.

- Lo se, cuando llegue el momento me encontrarás y estaré esperando ansioso- me separó un poco, limpió mis lágrimas, me besó nuevamente y me soltó- Anda.

Lo miré por última vez, di la vuelta y salí de ahí sin mirar atrás, sabía que era lo mejor.

 

Y así fue como llegué aquí vagando sin rumbo siguiendo un presentimiento, teniendo sólo eso como guía. Ese presentimiento me llevó a una extraña casa. Por cierto, ¿les dije porqué intentaba suicidarme? Creo que lo olvidé, bien entre otras cosas acababa de discutir con mi... amiga. Bueno, en realidad era más que una amiga para mí, pero al parecer yo para ella no era ni siquiera eso. Le gustaba jugar conmigo, siempre ponía cara inocente y llamaba cuando me necesitaba, pero ¿y yo? Esa era una de las razones, ya no podía soportarlo.

 

Y allí estaba ella, en el balcón, su mirada perdida en el horizonte, su cabello mecido por el viento y su rostro adornado por una suave sonrisa, despreocupada, ajena a todo como siempre. Oh se ve tan hermosa, parece un ángel, pero ¿acaso no era eso?, incluso su nombre lo decía: Ángela. El sólo verla hace olvidar el dolor sufrido, las lágrimas, todo...

Permanecí en silencio mirándola, repitiendo lo mismo durante dos semanas. Quise leer sus pensamientos pero no se me hizo apropiado profanar su mente y corazón, esperaría pacientemente, pero ¿qué era lo que realmente esperaba?

 

La miro por última vez antes de volver a mi refugio. "Marion", me detengo bruscamente, no podía ser, seguramente lo había imaginado. "Marion", no, no era mi imaginación, me estaba llamando, eso era lo que estaba esperando.

- ¿Me llamaste pequeña?- susurro detrás de ella, se sobresalta ligeramente. Sonrío.

- Sabía que había notado tu presencia.

"¿Acaso ha pensado en mi últimamente?"

- ¿Pero que te ha...?- comienza a preguntar después de observarme atentamente, nunca he podido engañarla.

- Shh- susurro posando un dedo sobre sus labios.- No cambias- acaricio suavemente su rostro, se estremece ligeramente, eso me complace- ha pasado tanto tiempo...

- Lamento lo que pasó ese día- dice abrazándome, aspiro su aroma, maravilloso escuchar su corazón.

Sé que no hará más preguntas, al menos por ahora. La rodeo con mis brazos sonriendo, esto era lo que realmente me faltaba, ¿no?

Pasamos toda lo noche platicando hasta que llegó el momento de partir, la hora de mi descanso. Me inclino y beso su frente antes de salir por la ventana, ahora vive con Jack, al parecer piensan casarse, bueno ¿debería decir ‘pensaban'?

Es dos años menor que yo, pero ahora tiene la misma edad que yo tenía cuando morí.

Esa noche dormí como nunca sólo pensando en volver.

 

Por fin llega la noche, llamándome, salgo a cazar y después de un rato me dirijo al lugar que tanto ansiaba visitar.

- ¿Me buscabas?- pregunto apareciendo detrás de ella, ella voltea sobresaltada.

- ¿Podrías dejar de hacer eso?- pide mirándome molesta.

- Podría, pero para mi es muy divertido- respondo dándole la espalda, entrando en la habitación, ella me sigue y se sienta a mi lado.

Después de platicar un rato, tomo su mano, hay varias marcas rojizas, noto su incertidumbre, su preocupación, pero no hay nada que decir, después de todo ¿no lo había hecho yo también?, incluso lo sigo haciendo sólo por diversión, ver la sangre correr para después desaparecer cerrándose la herida. Acaricio cariñosamente las marcas alzando la mirada para encontrarme con la de ella para después depositar un suave beso en su brazo.

- Marion- susurra, sonrío. Se ve hermosa sonrojada. Cierra los ojos al sentir mi mano sobre su mejilla, pero nuevamente ha llegado la hora de volver a casa. Me pongo de pie y me dirijo a la ventana.

- ¿Realmente me extrañaste?- pregunto deteniéndome de repente, volteando para mirarla. Ella parece dolida, siempre ha sido buena actuando, ¿porqué digo esto?, porque es la verdad, pero no importa que todo sea mentira, sus palabras son como aire, em, sangre para mi, vida. Necesito escucharla decirlo, que me mire a los ojos y lo diga, espero paciente.

- Por supuesto que sí, ¿qué clase de pregunta es esa?- se acerca a mi con cara inocente, sincera..., y yo se que no es cierto, pero eso lo hace más interesante, ¿cierto? Se acerca a mí y rodea mi cintura atrayéndome, presiento que pronto comenzará de nuevo el juego en el que quiero perder, aunque sólo esta vez no por completo. Cada vez la veo más cerca, me inclino y beso la comisura de sus labios antes de salir por la ventana.

 

- ¿Porqué lo hiciste?- pregunto mirándola- siempre dijiste que me lo explicarías cuando fuera necesario.

- No quería herirte- susurra desviando la mirada.

- Me temo que eso fue lo que sucedió- digo divertida.

- ¿No lo entiendes?- me mira molesta por un momento para desviar la mirada de nuevo- Simplemente no podía, no tenía el valor de decirte lo que sentía, no quería perder...- la miró desconcertada, nunca había sido tan sincera conmigo, incluso su voz tiembla.

. Pero yo... te quiero- digo acercándome.

- Es por eso, dices que me quieres por la forma en la que te he tratado, pero me he metido a la fuerza en tu corazón, lo he arruinado to...- no le di tiempo de terminar, su mirada había sido tan cálida y sincera...

Elimino la distancia que nos separa besando sus labios, ¿cómo sucedió?, aun no lo se, nunca pensé ser la primera en dar ese paso. Nuestro primer beso, y fue... maravilloso...., perfecto a pesar de ser sólo un roce. Me separo y ella permanece un rato con lo ojos cerrados como asimilando lo sucedido.

- Yo...- ¿podría ser que me he equivocado?

Pero ella abre de repente los ojos, se acerca a mí empujándome, haciéndome caer en la cama con ella sobre mí mientras me besa, su lengua acariciando suavemente mis labios pidiendo entrar, se lo permito sin dudar. Fue el beso más hermoso que he tenido.

Las caricias se hicieron presentes, ambas habíamos esperado ese momento desde hacía mucho tiempo. Finalmente quedamos abrazadas, besándonos de vez en cuando, después de todo el tiempo es lo de menos.

 

Es una de tantas noches donde los besos se hacen presentes, pero hay alo diferente. Su lengua recorre lenta, provocativamente mi boca, su mano se ha colado entre mi blusa y acaricia mi espalda, de repente su lengua roza con uno de mis colmillos haciendo presión, la sangre comienza a correr por mi boca, es deliciosa..., abro los ojos sorprendida y me separo de ella.

- Vamos Marion- pide sonriendo.

- No- niego decidida mirándola fijamente.

- ¿Porqué no lo compartes conmigo?- insiste molesta.

- No sabes lo que me pides, no sabes como es- digo fríamente.

- ¿Y porqué no me lo dices?, nunca hablas de ello- me reclama molesta.

- No quiero hacerte daño- aseguro mirándola suplicante y sincera, su mirada se ablanda.

- Lo siento, no debí presionarte- se despulpa acercándose para besar mi mejilla, dejando el incidente en el olvido.

 

Ahora me encuentro en su habitación, sentada en un sillón, esperándola. He pensado mucho en lo que pasó anoche, tal vez estoy siendo muy egoísta. Pasa el tiempo y parece no regresar, justo cuando me pongo e pie la puerta se abre y ella entra vestida de blanco.

- Marion- susurra dejando caer una navaja, sus ojos se llenan de lágrimas.

Me acercó rápidamente y tomo su mano izquierda, sólo hay dos heridas superficiales.

- No pude hacerlo, pensaba en ti- susurra con voz temblorosa, sonrío acercando su muñeca a mis labios y deposito un beso, lamiendo la herida para después abrazarla protectoramente- la boda será en dos días- comienza a llorar- no quiero hacerlo- se abraza fuertemente a mí.

- No lo permitiré- aseguro decidida, ¿acaso pensaban arrebatar a ese ángel de mis brazos?

- Es muy tarde, mi padre lo ha decidido- ¿cómo había llegado a ese matrimonio?, su padre decidió que ya era tiempo.

Debía haber algo que pudiéramos hacer, la idea de convertirla en vampiro cruza mi mente como un rayo.

- Hazlo- pide en mi oído como si hubiera leído mi mente.

- No- susurro asustada separándome un poco de ella.

- Yo sólo quiero estar contigo- dice suplicante.

- Pero hay otras soluciones, no sabes como es esto de vivir entre las sombras para alimentarte de los vivos, es una vida solitaria...- no me permite continuar, coloca uno de sus dedos sobre mis labios, sonriendo.

- ¿No lo entiendes?, no estaremos solas, nos tendremos la una a la otra, no pienso dejarte nunca y se que tu tampoco- su mirada es sincera, se acerca y me besa tiernamente.

Suspiro, abrazo su cintura atrayéndola hacia mi, beso su quijada bajando a su cuello el cual beso antes de morder la suave piel, la sangre brota inmediatamente llenando mi boca y su cuerpo se tensa entre mis brazos.

- Tranquila- susurro en su oído- confía en mi, pronto todo terminará- ella rodea mi cuello incitándome a continuar, vuelvo a acercar mis labios a su cuello y comienzo a beber.

El primer paso para la eterna felicidad que me espera a su lado...

Notas finales:

Muchas gracias por leer, espero que les haya gustado.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).