Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Antes, Un Muñeco... Después, Mi Muñeco" por Nessa Yaoi

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

             "Antes, Un Muñeco... Después, Mi Muñeco"

 

Prologo: Introducción a la historia por Uzumaki Naruto.

 

      Como el titulo de la autora lo indica, en la parte  arriba de la hoja, el antes y el después  es el principio de toda relación, ya sea familiar, amistosa, de pareja, perro con perro, gato con gato, rubio con pelirrojo... disculpen, me deje llevar, en fin, como les decía, voy a contarles mi historia del antes y el después de conocer a Sasori.

      Primero que nada, dejen que me presente, mi nombre es Uzumaki Naruto, el ninja numero uno de la aldea de Konoha, bueno... en realidad aun no lo soy,  pero trabajo en eso, mi vida no ha sido nada fácil, ya que siempre he sido una molestia, desde que tengo memoria, para todos los que me rodean, excluido e ignorado por las personas de mi aldea, excepto por unos cuantos, la culpa es de cierto inquilino de mal carácter que metieron en mi interior, sin siquiera consultarme, poco después que vi la luz por primera vez y que ha estado conmigo desde entonces,  se trata de una criatura que ha dado problemas desde que el mundo es mundo, como para no querer deshacerse de ella, nótese el sarcasmo, y que mejor forma de hacerlo que ponerlo dentro de mi lindo cuerpecito.

      Por su culpa me he convertido en el blanco de cierta organización llamada "Akatsuki", sujetos raros que se la pasaban persiguiéndome todo el tiempo, aun lo hacen, aunque con cierto aditivo,  ya que ahora anexaron a su lista a mi pelirrojo por haberlos traicionado. Antes de toparme con Sasori, no conocía a ninguno de ello, pero se que continuaran su cacería hasta atraparme a mi y a otros  que están en mis mismas condiciones, no se que es lo que traman, pero no dejare que se salgan con la suya, de solo imaginar lo que harían con tanto poder, me pone los pelos de punta.

      Es cierto que en algunas ocasiones, he tenido que usar el poder encerrado en mi para salir de problemas, aunque la mitad de ellos fueron ocasionados por ese zorro sin cerebro, pero creo que es un pequeño precio por tener que aguantármelo y servirle de casa portátil por el resto de mi vida o de la suya, lo primero es más probable que lo segundo, de algún modo tiene que pagarme el haber vivido a mi costa desde  que se convirtió en mi inquilino no deseado, no saben las cosas que he tenido que hacer para mantenerlo a raya, ya que todo el tiempo se la pasa tratando de salir para destripar personas y reírse de lo lindo, no tiene ni el más mínimo sentido de lo que es la ética y las buenas costumbres, es un monstro al que no le importan los demás con tal de conseguir lo que quiere, o sea, pasársela todo el tiempo fastidiándome la vida y tratar en lo posible de que siempre este  solo y sin perro que me ladre, en fin... creo que ya he hablado demasiado de ese ingrato come pollos.

      Con respecto a Sasori, les diré que el trabajo que tenia no era para nada sencillo, gracias a Kami... o mejor dicho, gracias a mis encantos, no es por presumir pero se la forma de persuadirlo y que haga todo lo que yo quiera, continuo...  la pandilla a la que pertenecía andaba tras mis husitos o mejor dicho tras mi molesto inquilino, lo que me hace recordar que tengo que pasar por el Ichiraku a pagar mi cuenta, pero eso es otra historia, continuando con mi querido pelirrojo, nuestro primer encuentro no fue digamos... amistoso, yo estaba en...

- ¡Naruto! ¿Ya terminaste? Si no te das prisa perderemos los boletos.

- ¡Ya casi! Iremos al cine,  odia que lo hagan esperar, eso lo molesta tanto como lo desespera y luego soy yo el que paga las consecuencias... aunque de una manera que me vuelve loco. Dejare que la autora continúe con los detalles de nuestra historia.

- ¡Naruto! La cola para las palomitas se hará interminable, Además de que no quiero perderme los avances de los próximos estrenos.

- ¡Ya voy! Que desesperado, será mejor que los deje o vendrá a buscarme y terminaremos en la cama en lugar del cine... lo que no estaría nada mal, debo decir, nos estaremos viendo por ahí, en otra historia, espero.

 

Historia: Por su servidora Nessa Yaoi, aquí presente.

 

                                     "El Gato De Ojos Azules"

 

- Ero-sennin... - llamo el rubio arrastrando sus pies y con un rugido que provenía de su estomago.

- ¿Y ahora que rayos quieres? - pregunto el peliblanco con las manos en la cintura.

- Me muero de hambre, no tengo fuerzas, con decirte que casi no te veo - poniendo la mano sobre sus cejas como quien se tapa del sol.

- ¡No exageres! ¡Te has estado quejando de lo mismo casi todo el día, demonios!

- ¡No me grites! ¡Por culpa de tus malas mañas,  no pudimos quedarnos en la aldea que pasamos esta mañana, viejo verde! ¡Gracias a ti, no he comido nada desde ayer! - pateando el suelo por no golpear la cara del sennin.

- Aquello fue solo un mal entendido - mirando a otro lado.

- ¡¿Mal entendido?! ¡Te metiste en el baño de mujeres, vestido con aquel ridículo disfraz de anciana decrepita! ¡Hasta yo te hubiera pateado el trasero si fuera una de ellas! - poniendo su puño delante de la cara del peliblanco.

- Ya, ya... ¡Mira! Estas de suerte, ahí podrás matar tu hambre y así dejarme  en paz - caminando hacia la entrada de una populosa aldea en donde el camino se dividía en dos - Iré a registrarnos en la posada - el rubio se le quedo viendo con los ojos afilados y cara de pavo en Diciembre - ¿Aun sigues aquí?

- Tu cinismo me enferma, ¿Sabias? ¡¿Cómo esperas que pague la comida, si tú tienes mi cartera de rana?! - rojo de la rabia.

- Tranquilízate o se te reventara una vena, aquí tienes - sacando la rana de su bolsillo.

- ¡Dame eso! Viejo tacaño - rescatándola de la mano del sennin - ¡Aaaah! ¿Esto es todo? Mis ahorros... se esfumaron - mirando a su rana, que parecía haber quedado famélica.

- Bah, te quejas por todo, pareces un bebe sin su chupete.

- ¡Ni vendiendo todos los pelos de tu cabeza alcanzaría el dinero para pagarme todo lo que me debes, aprovechado! - internándose en las calles de la bulliciosa aldea para buscar un lugar donde llenar su estomago.

      Pisando fuerte y mirando, alternativamente, a ambos lados de la calle, el rubio resoplaba por el enfado como un toro ante el matador, se paro en la puerta de una de las tantas tabernas que había encontrado a su paso,  la duda de si pasar o no, lo mantenía en la entrada del lugar como si fuera la puerta del establecimiento.

- ¿Qué le pasa a la gente de esta aldea? ¿Qué no hay un restaurante en todo este lugar? ¡Maldición! No puedo entrar ahí - agarrando su estomago para que dejara de rugir.

- Estorbas, niño - escucho el rubio a su espalda.

- ¡¿A quien le dices...?! ¿Are? "¿Es una persona? Más bien parece una tortuga con traje... y de muy mal gusto, debo añadir" - observando al extraño personaje frente a él - ¿Qué paso con el "por favor"? ¡Al menos que esas palabras no existan en su diccionario! - arqueando sus cejas haciendo que sus ojos azules lucieran retadores, lo que no compaginaba, en lo absoluto, con el ronroneo de su hambriento estomago.

- ¿Te tragaste un gato? Niño  - la gruesa voz bajo el pañuelo del maestro de las marionetas provoco que al gitsune se le pusiera la carne de gallina - Escucha, niño, tengo algo que hacer allá dentro y odio esperar, tanto como odio hacer que me esperen - arrastrándose hacia el rubio.

      El ojiazul se aparto a un lado para darle paso a la tortuga con traje, el maestro de las marionetas cruzo su mirada con la del rubio al pasar junto a él, sus ojos siguieron al extraño sujeto hasta verlo perderse tras una puerta al fondo de el lugar, se apoyo en la pared al lado de la entrada de la taberna pensando en la impresión que le había causado aquel raro personaje.

- "Demonios... ¿Qué cosa es él? Da miedo con tan solo mirarlo a los ojos, he visto sujetos extraños en mi vida, pero éste... éste se lleva el premio mayor, sin lugar a dudas... rayos tengo tanta hambre que ni siquiera puedo moverme - dejando resbalar su cuerpo por la pared hasta quedar sentado en el suelo. Luego de unos minutos... - Hay dios, aquí esta de nuevo" - mirando el gran bulto junto a él.

      Los ojos de Sasori se clavaron en los azules del gitsune,  estuvo cerca de un minuto observándolo con insistencia y sin decir palabra,  el rubio rodo su espalda al lado contrario del gran bulto sin apartar la mirada, lentamente el maestro de las marionetas se alejo no sin antes darle una ultima mirada al chico rubio sentado junto a la puerta de la taberna.

- "Que espeluznante, me dio la impresión de que su mirada me atravesaba como si buscara escudriñar en mi interior... no quisiera verlo de... ¿Eh? ¿Pero que...? Una botella - al rozar su mano con el objeto a su lado - ¿Leche? ¿En que momento...? Ese sujeto... ¿Acaso cree que soy un gato? Da igual, en este momento no estoy en posición de despreciar nada que mi estomago pueda agradecer" - abriendo el embase y bebiendo hasta ver el fondo.

      En una esquina cerca de donde el gitsune terminaba su botella de leche, el maestro de las marionetas observaba al rubio como atraído por un imán, no comprendía porque ese chico, que acababa de conocer, atraía tanto su atención.

- "¿Qué es lo que pasa conmigo? Mi primera intención fue atravesarle el pecho y quitarlo de en medio,  pero al ver sus ojos me paralicé...  podría decirse que es su día de suerte, aparte de eso, ¿Qué hace un ninja de Konoha en este lugar? ¿Andará en alguna misión? ¡Maldición! ¿Por qué no lo mate? Sera la próxima vez" - dirigiéndose a las afueras de la aldea.

- Maestro Sasori, creí que no le gustaba hacer esperar a nadie - dijo Deidara mientras permanecía sentado en una gran roca al lado del camino.

- Así es, tuve que lidiar con cierta molestia - lanzándole un pequeño saco al del ojo tapado.

- De seguro, en este momento, estará revolcándose por culpa del veneno, ¿Cierto? pobre sujeto - saltando de la roca.

- "Lo que debe estar haciendo es eructando la leche y limpiándose los bigotes, hasta puedo imaginarlo, chico goloso... maldición, otra vez estoy pensando en esos ojos azules que parecen haber quedado impresos en mi mente, sal de mi cabeza"

- ¿Maestro Sasori? Le decía que el negocio de la extorción es bastante lucrativo - mirando dentro de la bolsa - Mañana seré yo el que haga recolección - poniendo el saquito en su bolsillo.

- No, yo lo hare, llamas demasiado la atención al hacer tus trabajos, siempre dejas estragos por donde quiera que pasas, si continuas destrozando las aldeas vas a tener que vivir en la cueva por el resto de tu vida, Deidara.

- Me gusta compartir mi arte, es mi filosofía de vida.

- Por eso nunca serás recordado, no dejas nada en pie que indique tu paso por esta vida... al contrario de mi.

- ¿Quiere decir que sus juguetes si lo serán? - perdiendo un poco la paciencia.

- Es un arte que se convertirá en algo eterno, tal como el azul del cielo y los ojos de ciertas personas "¿Por qué dije tal cosa?"

- ¿Ojos? ¿Qué quiere decir? - pregunto algo confundido el rubio.

- Nada, nos quedaremos aquí esta noche - apartando con su cola los arbustos que escondía la entrada de una pequeña cueva, que de momento, les serbia de escondite.

- ¿No va ha explicarme lo de los ojos?

- Sierra la boca o te callare para siempre.

- Que humor, podría haberme traído algo de comer, Sasori-sensei, estoy hambriento.

- Lo olvide "O mejor dicho, ese chico me hiso olvidarlo por completo"

- ¡Ah, Sasori-sensei! Ahora tendré que ir yo hasta allá y...

- Déjalo, yo iré...  tal vez el gato de ojos azules necesite otra botella de leche - saliendo de dentro de su marioneta.

- ¿Eh? ¿Un gato? Vaya, no sabia que le gustaran los animales - haciendo una fogata.

- Estoy contigo ¿O no? - dijo con ironía mientras  se quitaba la capa negra con nubes rojas.

- Eso fue cruel de su parte, Sasori-sensei - haciéndose el dolido por la comparación - ¿Por qué el cambio de ropa? - viendo la nueva capa color negro pero sin nubes.

- Es para momentos fuera del trabajo,  verse como una persona normal de vez en cuando te quita de problemas y sospechas, además de que no quiero asustar al gato... de nuevo, no te muevas de aquí, regresare pronto  - saliendo de la cueva rumbo a la aldea.

      Después de buscar al peliblanco por varias posadas  sin ningún resultado, el gitsune ya no podía más con su alma, el cansancio y el hambre lo hacia dar tumbos como un ebrio en busca de un banco donde dormir la borrachera, se sentó en la hierba junto a un árbol de la plaza y se dejo caer de espaldas, miraba el cielo rojizo por el atardecer mientras daba forma a las nubes imaginando que eran platos de ramen de sus sabores favoritos.

- Rayos, ¡¿Dónde te metiste, Ero-sennin?! Si no como algo pronto, creo que... Mmm, que bien huele - serrando sus ojos y aspirando el rico aroma cerca de donde estaba, al voltear su cabeza sus ojos se clavaron en el desconocido sentado no muy lejos de él.

- ¿Qué es lo que miras con tanta insistencia? - pregunto el chico de cabello rojo observando los ojos  azules de su vecino.

- Lo siento, no quise molestar, tu cabello me hace recordar a una persona muy querida para mi - la única parte humana en el maestro de las marionetas comenzó a latir con fuerza desmedida.

- Alguien especial,  supongo - queriendo adivinar como seria la persona en cuestión.

- Oh, si... y no solo es especial,  también es un gran chico - sentándose en la hierba con la mirada totalmente iluminada.

- Ya veo, ¿Tú pareja, tal vez? "Se me revolverían las tripas...  si las tuviera"

- ¿Pareja? ¿Por qué preguntas si es mi pareja en lugar de un amigo? Además de que eso es demasiado personal, ¿No te parece?  Ni siquiera te conozco, otra cosa, creo haber mencionado que se trata de un chico - aunque la pregunta lo ruborizo hasta la medula.

- ¿Cuál es la diferencia? Chica o chico da igual, y si tanto te molesta, quiere decir que te han hecho a un lado y que no hay perro que te ladre, ¿Tienes algún defecto? - pregunto con sarcasmo el pelirrojo.

- Poca paciencia, ¿Estas buscando pelea? Déjame advertirte que hoy estoy de muy mal humor, no he probado bocado desde ayer, me tropecé con alguien bastante desagradable, aunque le agradezco la leche que me obsequio ¡Y a quien me gustaría volver a encontrar para darle unos cuantos golpes! - el estomago del rubio comenzó a ronronear de nuevo.

- ¿Te tragaste un gato? - pregunto sin más el pelirrojo.

- ¿Qué si me...? Espera un segundo, ¿Acaso eres pariente de la tortuga con traje? Él me pregunto exactamente lo mismo.

- ¿Tortuga con traje? "¿Así es como me ve? Fue buena idea presentarme como yo solía ser, aunque en realidad no lo culpo por pensar así"

- Fue lo que me pareció al verlo, además de que tenía una mirada bastante escalofriante y nada confiable, no me gustaría tropezarme con él de nuevo.

- ¿Fue lo que te pareció? Hay mucha gente extraña caminando por ahí, "Ni en un millón de años me relacionaría con el Sasori de la taberna" y en cuanto a lo del gato, solo basta escuchar tu estomago- mirándolo fijamente - Además... me gustan los gatos.

- supongo que aquel individuo también ya que me dejo una botella de leche como regalo, aunque no se si fue para insultarme o para que el gato, según él, dejara de chillar de hambre.

- Te dio de comer, ¿Y aun así quieres golpearlo?

- ¡Por tratarme como un estorbo y llamarme niño! - alzando el puño al aire.

- Ya veo, eres de esos a los que no les gusta escuchar la verdad, definitivamente eres un niño "¿Por qué estoy provocándolo? ¿Acaso quiero que pelee conmigo? Debería dejar de pensarlo tanto y matarlo de una vez, no se porque, pero creo que este chiquillo me traerá problemas más temprano que tarde"

- ¿De casualidad tienes un nombre? Digo,  para saber a que hospital mandarte flores... ¡porque voy a molerte a golpes si sigues llamándome niño! - levantándose con dificultad del suelo.

- Tendríamos que hacer una previa cita para eso, ni siquiera puedes sostenerte bien en tus dos piernas - levantándose también y dando unos pasos hacia el rubio.

- No te dejes engañar por las apariencias,  aun en este estado, puedo vencerte a ti y a tres más como tú, baka presumido - estirando su brazo con el puño serrado y yéndose totalmente hacia delante.

- ¿Lo ves? No tienes fuerzas ni para un baile - rodeando el cuerpo del ojiazul con sus brazos.

      Por segunda ocasión,  la pequeña parte humana en el pecho de Sasori retumbo con fuerza produciendo un dolor que creía olvidado hacia años atrás, sensaciones, olores y tactos que no había sentido desde que se convirtiera a si mismo en una marioneta, sensaciones que resucitaron en él al simple contacto con el cuerpo del ojiazul, el delicado aroma  del cabello del gitsune entraba por sus fosas nasales como un rayo en una tormenta, sus ojos, antes sin brillo comenzaron a percibir la humedad de la vida en ellos, algo inexplicable para él estaba pasando, algo que podría atribuirse a su encuentro con el ninja de ojos azules de Konoha, enemigo por trabajo, más no por convicción.

- Cielos, debo verme patético, prefiero morir en una pelea que de inanición, el hambre no es para mi - sentándose de nuevo en la hierba fresca - ¿Ya te vas? Lógico, tendrás cosas más importantes que hacer como... ¡Cenar, por ejemplo! Disculpa, creo que estoy desvariando, al menos puedes decirme tu nombre antes de irte - viendo al pelirrojo caminar hacia donde antes estaba.

- Sasori, y no, aun no voy a marcharme - recogiendo una bolsa de sobre la hierba - ¿Qué clase de persona seria si dejara morir de hambre a un gato? Panecillos dulces y leche, ¿Te gustan? No creo que en tus condiciones puedas decir que no, gato - tendiéndole la bolsa.

- ¿Otra vez con lo mismo? ¡Ya te dije que no soy gato ni me he tragado uno, baka!

- Pero si hasta tienes bigotes - alejando la bolsa de las manos del gitsune, o mejor dicho, gato.

- ¡No son bigotes,  ya las tenia cuando naci! "Culpa de ese zorro desgraciado que ahora debe estar haciéndose el sordo para no prestarme algo de su energía, le gusta verme en las últimas"

- Si sigues gritando de esa manera te quedaras sin las pocas fuerzas que te quedan, gato - acercando de nuevo la bolsa.

- Bien, tú ganas, puedes llamarme como quieras siempre y cuando me des algo de lo que tienes ahí - rindiéndose ante el hambre y haciendo nota mental de que cuando por fin hallara a Ero-sennin se las haría pagar a golpe por cabello - Espera un momento, puedo pagártela, creo que eres de esas personas a las que no se le debería estar debiendo favores.

- ¿Por qué no?

- Hmm... es solo un presentimiento, por encima se puede ver que tienes mal carácter con solo mirarte.

- Pero soy el que tiene la comida, ¿Y si no quiero vendértela? Además,  si tienes dinero no veo el porque de tu hambre, gato - buen punto.

- ¿Sabes que? No voy a quedarme aquí a discutir con un desconocido, iré a buscar a mi compañero aunque tenga que recorrerme todas las posadas de la aldea - levantándose decidido aunque un poco mareado.

- No creo que puedas llegar muy lejos con ese baile tuyo - viendo como se tambaleaba al caminar.

- ¿Cual baile, baka?

- Un paso al lado luego al otro, uno adelante y otro atrás - siguiendo al gitsune.

- Vaya tontería...  ¡Bah! Y que bailando, debería graduarse la vista - murmuraba mientras caminaba, o más bien, bailaba - ¿Por qué estas siguiéndome? - viendo al pelirrojo tras él.

- Para que haya alguien cerca que pueda recogerte cuando beses el suelo, "Y porque mis piernas se mueven solas como si fueras tú, en lugar de yo, el que tira de los hilos, esto esta empezando a incomodarme"

- ¡Besos, besos, besos! ¿Por qué todo el mundo habla de lo mismo? Estoy seguro de que él ya ni se acuerda de eso.

- ¿Él? ¡Vaya! Eso significa que ya te estrenaron y al parecer no le gustaste para nada, "Lo que quiere decir que es un completo imbécil por despreciar a alguien como tú, ¿Por qué pienso estas cosas? Algo funciona mal con los engranes de mi cabeza" - caminando a la par del rubio.

- Voy a pretender que no escuche eso, estas malinterpretándolo todo y para que no te hagas ideas equivocadas, hay una chica que siempre me ha gustado... aunque ella no me haga ningún caso - dijo el gitsune para que el pelirrojo dejara de acosarlo con un tema que lo ponía nervioso.

- Llámame entrometido si quieres, pero ser ignorado por las dos especies más importantes de este mundo, no habla muy bien de ti, debes ser un gato bastante molesto - provocándolo de nuevo.

- ¡Ya me tienes harto, baka! ¡¿Quién te crees que eres para...?!  Deja de moverte... me mareas... - la vista del gitsune se nublo hasta que todo quedo negro y en completo silencio, un par de horas después... - ¿Dónde estoy? No sabía que en el cielo había lámparas de techo y además oliera a comida - aspirando el delicioso aroma.

- Vaya que eres un gato idiota - sentado ante una pequeña mesa llena de comida.

- Entonces si bese el suelo - sentándose en el futon.

- te detuve antes de eso - apoyando su codo en la mesa mientras miraba los ojos del rubio.

- ¿A dónde me trajiste? ¿Es tú casa? Esta habitación parece de...

- Estamos en una de las posadas de la aldea, acércate para que comas algo.

- ¿Ah, si? ¿Y que se supone que me pedirás a cambio de todo esto? Ni creas que yo... - poniéndose rojo.

- ¿Qué tú que? No se que estas imaginando...

- Nada, nada, por eso digo que pagare la mitad de los gastos,  espero no sea mucho porque...  - buscando su rana - ¿Are? ¿Dónde...? Pero si la tenía aquí, estoy seguro y ahora... - buscando en todos los bolsillos y mochila - La tenia en mi bolsillo cuando te encontré y... - mirando desconfiadamente al pelirrojo.

- ¿Qué significa esa mirada? Lo dicho, eres un gato torpe además de despistado, si quieres puedes registrarme - levantando sus brazos.

- Lo siento, tú me ayudaste y yo... de no ser por ti, ahora estaría tirado en la calle como un periódico viejo  - sentándose ante la opípara comida en la mesa y comenzando a devorarla - ¿No comes? - dijo con la boca llena.

- Ya lo hice, "Aunque mis ojos parecen no estar satisfechos aun, ¿Y que es este hormigueo en mis labios y estas ansias de pegarlos con los suyos? Este ardor que experimento en el único trozo de carne y sangre que posee mi cuerpo... esta transformándome en lo que más odio, ¿Debería hacer lo mismo con él? Convertirlo en una marioneta como yo, dispuesto hacer todo lo que se me apetezca y desee, y lo más que deseo en estos momentos es sentir la tibieza de su piel...  si pudiera" si que estabas hambriento, por poco te comes hasta la mesa.

- Cielos, voy a reventar - dejándose caer de espalda con los brazos extendidos - Ahora solo me resta encontrar el modo de pagarte - exhalando un largo suspiro.

- En uno de mis viajes visite una aldea en la que si no tenían dinero para pagar, lo hacían de una forma bastante peculiar - acercándose a gatas al rubio.

- ¿El trueque? Eso no tiene nada de extraño y mucho menos de peculiar, se hace en todas partes todo el tiempo.

- Hablo de besos y entre más alta la suma...

- ¡Lo sabia! ¡Sabia que tarde o temprano caeríamos en ese tema! ¡Si es que no importa con quien este ni las circunstancias, al final todos quieren lo mismo! - sentándose como si alguien le hubiera clavado una aguja.

- ¿Eso quiere decir que no piensas pagarme? O sea que además de ser torpe, eres un gato ladrón y tramposo, créeme que no tengo paciencia para ese tipo de comportamiento en particular - mirando fijamente al gitsune.

- Yo tampoco para un sujeto que cobra los favores, me llama gato y es un baka al que acabo de conocer hace solo unas horas, y si no dejas de molestarme con eso tu próxima comida será con un pitillo...  ¡Porque te tirare todos los dientes de un golpe, maldición! - acercando su rostro y gritando de forma desafiante.

- ¿Te pones moralista para que recapacite respecto a la ayuda desinteresada entre las personas y bla, bla, bla...? ¿En que mundo vives? - atraído hacia el brillo de los ojos del rubio y acercando su rostro también.

- En uno diferente al tuyo por lo que veo,  ayudar a otros es lo más placentero que he hecho en mi vida,  puede que algunos se hayan aprovechado de mí más allá de lo que significa la amistad, el compañerismo...  el cariño - haciendo un recuento mental de su tiempo con Sasuke y el pago de éste, que por lo demás no fue nada reciproco que se diga.

- Llámame egoísta si quieres, pero todo esto no se pagara solo y como veo que besar es algo que te incomoda...  ese es el pago que quiero,  no es algo tan difícil, ¿O si? "Conseguiré besarte antes de que la noche termine, ya sea voluntariamente o porque yo te obligue, no aguanto las ansias que queman mis labios, la humedad que siento en mi boca y el hormigueo de mi lengua... un momento, ¿Dije lengua? Las marionetas no tenemos lengua... hasta ahora - notando el musculo húmedo dentro de su boca -  ¿Qué esta pasando conmigo? ¿Qué estas haciéndome, gato?" - sorprendido por las transformaciones que su cuerpo experimentaba partiendo de la pequeña humanidad que aun quedaba dentro de su pecho - Es solo un beso,  tal vez prefieras que te deje en prenda como forma de pago por todos los gastos ocasionados, ya sabes... una posada da mucho trabajo en comparación con... - hasta ahí llegaron sus palabras.

      Los brazos del ojiazul se serraron en torno al blanco cuello mientras su boca se pegaban a la del  sorprendido y paralizado pelirrojo, los labios antes fríos y sin vida comenzaron a entibiarse y estremecerse ante el toque caliente y rebosante de vida, Sasori apretó sus manos para que las juntas de sus dedos, codos y hombros no chirriaran ante los temblores que estaba sintiendo por todo su enmaderado cuerpo, nunca mejor dicho.

- ¿Satisfecho? Creo que con esto estamos a mano, me voy a dormir, la comida me dio sueño y aun faltan algunas horas para que amanezca -  gateando hacia el futon - Apaga la luz cuando salgas - abrigándose con la manta.

- ¿Eh? ¿Qué dijiste? Yo...- susurro saliendo del trance mental en el que estaba sumergido luego de probar los labios del gitsune - Ah, si, descansa, yo... te veré mañana.

- Por Kami, espero que no, "Aunque, tal vez..." - murmuro en su mente mientras se tapaba con la manta hasta las orejas.

 

Continuara...

     

Notas finales:

¡Hola a todos! Mi primera historia sobre esta pareja, ¿Que tal les parecio hasta ahora? escribanme sus opiniones al respecto y nos veremos en otra ocación, tengo prisa.

besossss para todos y chaito.

                                                          Nessa Yaoi.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).