Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amistad Inesperada por Uchiha_Naruto

[Reviews - 251]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

OMG! Lo lamento tanto, pero tanto pero tanto pero tanto pero tanto, al infinito! D: 
 Se que me tarde horrores, merezco la muerte! 

Rey, se que me mataras, lo siento muuuuucho <3 ! No me mates, si? Al menos espera que termine el fic XD!

Aqui el 21! Espero de verdad que les guste!! Me tomo un tiempo, pero esta de maravilla! 

 

 

 

Verdaderamente, las dos primeras semanas sin su madre fueron difíciles, pero a la mitad de la segunda semana se decidió a alegrarse, no permitiría estar triste cuando muy bien sabría que su madre le diría hasta el cansancio que no se deprimiera, ella no lo hizo cuando murió su padre, no lo iba a hacer el ahora. Además, no estaba solo, eso lo ayudaba mucho, Sakura, Itachi, Jiraiya, y sobre todo, Sasuke, estaban allí para él, ¿Por qué deprimirse?
 Pasar todas aquellas semanas con ellos hacia todo más fácil, incluso el hecho de ver el armario al otro lado de la habitación cuando despertaba ya no lo deprimía como antes. Más bien, despertar en esa habitación se había convertido en algo divertido desde que coloco el teclado que le había regalado Sasuke justo frente a la cama.
Todas las mañanas cuando se despertaba, aunque algo somnoliento obviamente, al observar aquel teclado, una sonrisa se dibujaba en su rostro, no solo porque podía tocar cuando quisiera, si no porque se lo había regalado Sasuke, y realmente la intención con la que lo hizo, y más importante aún, que lo haya hecho, lo alegraba bastante.  Era increíblemente divertido  levantarse temprano para tocar el teclado durante dos horas o más, hasta que Jiraiya llegaba a reclamarle que se detuviera y que lo dejara dormir, al menos así era desde hacía pocos días atrás.

Las semanas pasaban volando, un día era veinticinco de diciembre, y al siguiente parpadeo  estaban a treinta uno de diciembre, día de año nuevo. Naruto se preguntaba que harían ese día, quizás Sasuke lo volviera invitar a pasar esa noche con su familia, sinceramente, esperaba que así fuera, el solo pensamiento de poder pasar fin de año con Sasuke le dibujaba una sonrisa en los labios. Ahora que lo pensaba, últimamente, siempre que estaba cerca de Sasuke, o simplemente hablando de él, o incluso, pensando en el cómo estaba en ese momento, hacia que su corazón empezara a latir con fuerza, ya sabía que le gustaba Sasuke pero… no se esperaba que fuera tan marcado, realmente, nunca había notado lo mucho que le gustaba la compañía de Sasuke, pero esas ultimas semanas, que las paso prácticamente con él y con Itachi en verdad lo ayudaron a darse cuenta de lo poco divertido que podía ser todo si no estaba con él. Y sinceramente, lo único que podía recordarle a Sasuke mientras no estuviera con él, era tocar aquel teclado. Ahora el tocar tenía un significado más,  el recuerdo de sus padres, y el recuerdo de Sasuke.

Rayos, ese día no sería tan divertido como los demás, ya lo recordaba, ese día necesitaba ir de compras con Jiraiya, y Sasuke le había dicho que su madre lo arrastraría a una reunión en el trabajo de su esposo, así que no podría acompañarlo a su tediosa diligencia con el viejo. Sakura también estaba ocupada con las preparaciones en su casa para la fiesta del día siguiente, así que tampoco podía acompañarlo. Maldición, estaba condenado, el pasar toda una tarde con Jiraiya de aquí para allá comprando cosas no era precisamente su idea de una tarde tranquila o divertida.
Pero bueno, quien sabe, quizás si se libraba temprano de eso podría cuadrar con su amigo e ir al cine o algo así, al menos, eso esperaba.

De repente, sus pensamientos sobre la almohada fueron interrumpidos por un fuerte golpeteo en su puerta.
- ¡Naruto, despierta chico! ¡El centro comercial abre temprano, y hoy estará repleto de gente! – le grito Jiraiya desde el otro lado de la puerta, golpeando esta con fuerza.
- ¡Enseguida voy Ero-sennin!  - respondió el dándose la vuelta y tapando su cabeza con la almohada.
- ¡Nada de enseguida voy, te quiero en la cocina en cinco minutos! – le grito y lo próximo que oyó fueron los pesados pasos del profesor alejándose.
- “Rayos… ¿Por qué nunca tengo a Sasuke cuando lo necesito?” – suspiro en sus pensamientos mientras se levantaba lentamente de la cama. Esa era una de las situaciones donde daría un pulmón o un riñón por estar con Sasuke y no con Jiraiya.

Lucho contra si durante varios segundos para no sentarse en el teclado en vez de vestirse, se alisto y fue directamente a la cocina.

- Por fin, pensé que te habías vuelto a dormir, muchacho. – rio Jiraiya al verlo entrar a la cocina frotándose uno de sus ojos. – Ten, tu desayuno. – le dijo el viejo colocando en el desayunador un tazón de Ramen.
- Lo amo, Ero-sennin. – musito Naruto con una hambrienta sonrisa y su vista fija en el tazón, y rápidamente se sentó frente a este y empezó a devorarlo.
- Dios santo, chico, eres idéntico a Minato. – rio el profesor acercándose a él y alborotándole el pelo.
- ¡Lo sé! – afirmo Naruto dirigiéndole una amplia sonrisa.
- “Si, ya está mejor…” – pensó contento Jiraiya mientras veía al rubio sostener una honesta y contenta sonrisa mientras seguía comiendo su desayuno.

Luego de terminar su desayuno, descansaron unos minutos y partieron hacia el centro comercial.


- ¡Sasuke! – oyó el llamado de su hermano mayor desde la puerta, no sabía cómo lo escuchaba cuando la almohada tapaba toda su cabeza. - ¡Despierta, hermanito! – no quería levantarse, de verdad no quería.
- ¡Demonios! ¿Qué quieres? – le grito sin retirar la almohada de su cabeza y solo asomando su boca por un pequeño espacio.
- ¡Baja a desayunar, recuerda que acompañaremos a mama y a papa en la reunión de la compañía! -  le respondió su hermano.

Rayos, se le había olvidado por completo ese estúpido detalle. El quería tener una tarde tranquila, quizás salir con Naruto al parque, algo normal, sin que tuviera que estar involucrado su hermano…

¿Por qué tenían que arrastrarlo a esas cosas? Lo único que hacía era estar sentado en una silla con un molesto traje mientras observaba como su padre hablaba de finanzas y cosas que él no entendía, o muy bien no le interesaban.
- ¡Sasuke! – insistió de nuevo su hermano mayor.
- “Demonios… cállate…” – bufo Sasuke en su mente, y sentándose en la cama lanzo la almohada hacia la puerta - ¡YA! ¡Me desperté! ¡Enseguida bajo!  - le grito, un poco fuera de sus casillas, era demasiado temprano como para que lo estuvieran despertando así.
Lo único que escucho después de eso fueron los pasos de Itachi por el pasillo, los cuales después de pocos segundos desaparecieron poco a poco.

Y de repente, luego de haber se cambiado y a punto de salir de su habitación, escucho el celular sonando y lo atendió mientras cerraba la puerta tras sí.
- ¡Increíble! ¡No pensaba encontrarte despierto!  - rio la voz del otro lado del teléfono apenas contesto.
Lo único que podía aliviar su malhumor matutino, al menos ese día, la voz de Naruto.
- Lo mismo digo. – dijo Sasuke mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios.
- ¡Que gracioso! – rio Naruto sarcásticamente. – Sasuke, dime que hoy estas libre… - suspiro con algo de esperanza.
- Define libre. - ¿Por qué? ¿Por qué tenía que tener que ir a esa reunión? Prefería mil veces salir con Naruto, al menos no se aburriría.
- No me digas… - se quejo Naruto – Rayos, estoy atrapado con Ero-sennin haciendo compras  ¡apenas estamos en la primera parada  y ya me estoy volviendo loco! – suspiro Naruto desesperado, o al menos así se oía.
Sasuke tuvo que reprimir un poco la risa – No estoy mejor que tu, Usuratonkachi, mis padres me arrastraran a una estúpida reunión en la compañía de papa… - suspiro fastidiado el pelinegro.
- Con un demonio… - musito algo molesto el rubio  - De todas formas… quería preguntarte, ¿Qué vamos a hacer en la noche? – pregunto, de nuevo con esperanza.
- Itachi se reunirá con los de Akatsuki en el café… tendrán su celebración ahí, solo si tu vas tendré la voluntad de ir, así que vas a ir. – le indico con seguridad, Itachi no lo arrastraría a una fiesta de fin de año de los Akatsuki para ver como estos se emborrachaban, al menos no solo.
- ¡¿Fiesta en Akatsuki?! – Pregunto emocionado.
- Si. – respondió Sasuke.
- Pero… ¿Tu familia no se reúne? – pregunto intrigado, él pensaba que habría alguna cena, como en Navidad.
- Oh no, nosotros nos reunimos el primero. – aclaro, y viendo el silencio del rubio, que significaba que no entendía, decidió seguir hablando. – Somos raros, lo sé, pero así es mi familia. – suspiro pasando su mano por su nuca.
Naruto emitió contento una sonrisa, pensaba que la familia de Sasuke seria todo menos rara.
- ¡Si, enseguida voy! – grito de repente Naruto, Sasuke por lógica dedujo que debía de hablarle a Ero-sennin. – Rayos… me debo ir… - suspiro desconsolado el rubio. – Si nos desocupamos temprano… ¿Puedo ir a tu casa o podrías ir a casa de Ero-sennin, y vamos a algún lado?  - pregunto Naruto.
- Por supuesto, cuando salga de la reunión de mi padre, si no estoy muerto, te llamo. – respondió Sasuke emitiendo una pequeña carcajada, la cual Naruto respondió igual.
- ¡Perfecto! – asintió Naruto con felicidad, al menos tenía una rayo de esperanza. – Entonces hablamos luego, Sasuke. – se despidió Naruto.
- Hasta luego, Usuratonkachi. – respondió Sasuke y luego de volver a decirse ambos “Adiós” trancaron.
- Algo me dice… que no saldré vivo de esa reunión… - suspiro Sasuke terminando de bajar las escaleras para dirigirse a la cocina, comer, luego darse un baño para después ir a la aburrida reunión.



- Ero-sennin, esa cosa no tiene nada de interesante… ¿Cómo rayos puede vender tantos libros?- se quejo Naruto por quinta vez, discutiendo con el viejo sobre los raros libros que este escribía, que para colmo se publicaban y de hecho vendían.
- ¡Estas aun muy joven para entender la complejidad de esos libros! – bufaba el viejo siempre que Naruto lo contradecía.
- Oh, por favor,  Sasuke lee libros más complicados que esos. – musito cruzándose de brazos.
- Entonces esos libros son demasiado complejos para ti – rio Ero-sennin revolviéndole el pelo a Naruto.
- No me hace gracia, Ero-sennin. – bufo Naruto acomodándose el pelo luego de que el viejo retirara su mano de este.

Luego de cinco minutos hablando de sobre que iban a almorzar, pagaron las cosas y regresaron al auto para hacer la próxima parada: La licorería.

- ¡Ero-sennin, eso es demasiado Sake! – Lo regañó Naruto cuando vio que el profesor se llevaba una caja completa de Sake.
- No es para mí solo, chico. – explico Jiraiya dejando la caja en el carrito de compras.
- ¿Acaso tu y Tsunade no baachan se van a emborrachar otra vez? – exclamo el rubio sorprendido, hacían eso todos los santos años.
- Nosotros y unos amigos más. – respondió con una enorme sonrisa.
- Lo que usted diga, Ero-sennin. – suspiro Naruto cruzándose de brazos.


Mientras Naruto sufría con Jiraiya y sus historias sobre su adolescencia y  de cómo conoció a su padre, Sasuke se encaminaba a la aburrida reunión en la compañía de su padre.
- Repíteme porque rayos tenía que venir… - se quejo Sasuke en voz baja hacia su hermano mientras estacionaban frente al edificio de oficinas.
- Mama nos pidió venir, además se vería mal que no vinieras, pequeño Sasuke. – le aclaro igualmente en voz baja.
- No me digas así. – bufo Sasuke frunciendo el seño.
- No te enfades, Sasuke, vamos… - dijo con una sonrisa mientras se bajaba del carro.
Sasuke bufo una vez mas y siguió a su hermano, su padre y su madre, fuera del auto y hacia la entrada de la edificación.
 Se dirigieron hacia uno de los elevadores y subieron en silencio, bueno, si en silencio se entendía por el padre de Sasuke diciéndoles como debían comportarse, cosa que ya sabían muy bien pero siempre se los repetía como si ellos fueran unos delincuentes, en especial a Sasuke, pues si, fueron en silencio hasta el último piso, donde era la reunión.
Entraron al salón y empezaron saludando a todo ser vivo que estaba allí, algo que era realmente molesto, ya que siempre que lo hacían Fugaku presentaba a cada uno, y ciertamente, Sasuke detestaba sonreír falsamente y hacerle una reverencia a cada santa persona que debía saludar.
- Sasuke aunque sea trata de fingir mejor la sonrisa. – le susurro su hermano mientras se dirigían a su mesa luego de saludar al vicepresidente, que por suerte era la última persona que debían saludar.
- ¿Cómo quieres que haga? Detesto esto… - chasqueo Sasuke en voz baja para que su padre no lo escuchara.
- Bueno, no te puedo culpar… - suspiro Itachi, y se sentó en su asiento, al igual que Sasuke. – Pero sabes, pensé que te gustaría una tarde silenciosa, sin Naruto gritando y riendo como loco todo el tiempo. – rio Itachi.
- ¿Qué demonios te hizo pensar que prefería esto? – pregunto con una ceja arqueada, su hermano era la última persona que pensó que le diría algo como eso.
- ¿No te andas quejando siempre que Naruto es muy molestoso? – pregunto con, una algo picara, sonrisa, mas Sasuke no le respondió, solo lo miro con algo de rabia. – Últimamente no, ¿verdad? – rio Itachi y se acomodo mejor en su asiento y se cruzo de brazos.
- “No puede callarse ni un minuto…” – se quejo Sasuke en sus pensamientos – “Aunque… si es cierto…” – pensó sin querer.
Las horas pasaron y empezaron a servir los aperitivos y la comida principal.
Todo permanecía casi totalmente en silencio, en especial en la mesa de Sasuke, lo único que llegaba a escuchar era la gruesa voz de su padre hablando con el vicepresidente, que se encontraba en la misma mesa que ellos, su madre hablando de vez en cuando con la esposa de este, e Itachi opinaba esporádicamente  en ambas conversaciones. A diferencia de Sasuke, que jugaba con sus palillos o se quedaba observando la enorme ventana al otro lado de la habitación.
  Ahora que lo pensaba, y estaba un tiempo sin Naruto, se daba cuenta que se había acostumbrado mucho, pero mucho a su presencia esas ultimas semanas, y ahora que no estaba con él, maldición, sentía como si le hiciera demasiada falta. De hecho más de una vez podía imaginarse algún comentario extraño del rubio, justo a su lado, donde casualmente había un puesto vacio. O quizás creyó haber escuchado su molesta y ruidosa risa más de una vez, o haber visto el azul de sus ojos o el amarillo de su cabello.
Estuvo tentado a mandarle mensajes, solo para entretenerse en algo y hablar con él, pero cuando reviso su celular maldijo a la compañía telefónica como unas doscientas veces al ver que no tenia mensajes.
En cierto momento de la reunión su padre intento presentarle a varias hijas de los empresarios de la empresa, sabía muy bien que su padre quería que se casara con alguien con dinero e  importante, pero odiaba que hiciera eso, las chicas eran superficiales y estúpidas, no tenían absolutamente nada de interesante,  era en esos momentos que lo hacían preferir a Sakura o a cualquier chica de su escuela.
- ¿Juegas algún deporte, Sasuke? – pregunto la quinta chica que conocía en la tarde, y no era sorpresa, era también la quinta vez que le preguntaban eso, ya podía adivinar las cosas que le iban a preguntar.
- Futbol. – respondió el a secas, la falsa sonrisa se había borrado por si sola a la mitad de la tercera, o quizás en la segunda.  
- ¡Que genial! – no era la primera vez que le decían eso, “Si quiera esfuércense en usar otro adjetivo, dios mío”, pensó Sasuke.  - ¿Y tocas un instrumento? – no, sinceramente no había variedad.
- La guitarra. – respondió, a secas nuevamente. –  “¡Increíble, eres tan genial Sasuke!” – se repitió en su mente, sabiendo que diría exactamente eso, o siquiera algo parecido.
- ¡Increíble, tienes muchas cualidades Sasuke! – exclamo la chica, bueno, no le atino, pero era la segunda vez que alguna decía eso.

Si, eran esos momentos en los que prefería a Sakura o  cualquier chica de su escuela, o incluso, estuvo a punto de preferir al propio Naruto que a cualquier chica de las que había conocido.
- “¿Decir que tengo novio no me librara de esta porquería?” – Pensó fastidiado cuando la muchacha se levanto del asiento dejándole una tarjeta de presentación con su teléfono y nombre en ella. – “Aunque, papa me mataría si me niego a esto…” – suspiro Sasuke derrotado, aunque de verdad se oía tentador el probarlo con alguna a ver que le decía, lo que hizo que una sonrisa apareciera en su rostro.
- ¿Por qué la sonrisa, Sasuke? – pregunto de repente Itachi, quien había salido de la nada sentándose a su lado.
- Estaba pensando en una manera de deshacerme de todas esas chicas. – respondió Sasuke cruzándose de piernas y brazos y manteniendo su sonrisa.
- Oh, no me digas, ¿Cuál es tu brillante plan, Holmes? – rio Itachi inclinándose hacia su hermano.
- No te interesa. – suspiro Sasuke borrando sus sonrisa.
- ¿Qué ibas a decirles, que lo lamentabas pero eras gay y tenias novio? – pregunto Itachi con una divertida sonrisa.
Maldito bastardo ¿Como adivinaba?
Sasuke solo se limito a dirigirle una furtiva mirada, e Itachi solo emitió unas pequeñas carcajadas.
- Créeme, funciona. – le dijo colocándole una mano en el hombro y sonriéndole, para al segundo siguiente levantarse de la silla para ir a hablar con un conocido, hijo de uno de los empresarios.
- Cabeza de percebe… - bufo Sasuke en voz baja, e Itachi se devolvió como si lo hubiera escuchado.
- ¿Qué dijiste? – pregunto volteándose con la misma sonrisa.
-Nada.
- Otra cosa, si lo haces, utiliza a Naruto. – sugirió rápidamente, y la furtiva mirada de Sasuke se pronuncio mas.
- Ya vete – exclamo Sasuke mirando hacia el lado contrario, y lo último que escucho de su hermano fue una risa y luego sus pasos alejándose.
- “¿Por qué le divertirá tanto molestarme con eso?” – se quejo Sasuke en sus pensamientos. – “¿Qué acaso el mundo estaba conspirado en su contra para siempre recordarle aquel asunto?” – suspiro para sí. – “Si, debe ser eso…” – concluyo, era cierto, el mundo lo odiaba.


- ¿Qué mas falta, chico? – pregunto Jiraiya saliendo de uno de los pasillos del tercer supermercado que visitaban.
- La carne de cerdo. – responde Naruto revisando la larga lista del viejo, se notaba que casi nunca compraba en el supermercado.
- ¡A la sección de carnes! – exclamó con una gran sonrisa Jiraiya dirigiéndose hacia allá, y Naruto estuvo a punto de seguirlo hasta que un toque en su hombro lo hizo voltear.
- ¿Sa…Sai? – pregunto sorprendido con sus ojos abiertos hasta más no poder y apretó sus labios con fuerza mientras su seño se fruncía un poco, ver a ese sujeto no le traía muy buenas memorias que se diga. Pero le sorprendió ver que no estaba solo, al ver al chico que andaba a su lado su expresión se relajo y cambio a una de ligera sorpresa.
 Era un chico un poco más alto que el, amable mirada, de piel blanca, aunque no tan pálida como la de Sai, cabello blanco y hasta los hombros, y sus ojos eran totalmente negros.
- Ah, Naruto, el es Kami Keishiro – Aclaro Sai señalando al chico a su lado. – Keishiro, el es Uzumaki Naruto, del que te hable el otro día. – dijo Sai y el muchacho de cabello blanco emitió una suave risa.
- Mucho gusto, Uzumaki – dijo con cortesía Keishiro haciendo una pequeña reverencia.
- Mucho gusto. – respondió el rubio haciendo lo mismo.
- Sai, pueden conversar aquí tranquilos, yo iré a buscar los panes antes que me quiten el turno. – aseguro Keishiro señalando la zona de panadería del mercado, y con una suave sonrisa.
- Bien, iré para allá luego. – aseguro Sai volteándose ligeramente hacia él.
- Bien. – asintió el chico y antes de irse beso rápidamente a Sai y se fue.

Un momento, ¿Qué? ¿Lo beso?
Los ojos de Naruto se abrieron como platos al ver aquello.

- Naruto… - comenzó diciendo Sai, devolviéndose hacia el rubio, pero su expresión cambio a una extrañada al ver la sorpresa del rubio. – Ah, es mi novio. – aclaro con una alegre sonrisa.
- ¿No…novio? – pregunto, aun en cierto estado de shock.
- Si, ¿Celoso? – Pregunto burlonamente Sai, e inmediatamente la expresión del rubio cambio y su seño se frunció para mirar a Sai en vez de al espacio.
- Solo estoy sorprendido. – aclaro cruzándose de brazos.
Sai se limito a reír ante aquello, pero luego su sonrisa se borro.
- Oye, este… escuche lo de tu madre… mi más sentido pésame. – le dijo con una amable sonrisa y le dio unas palmadas en el hombro, y aunque aun le daba algo de asco que Sai le pusiera un dedo encima, sabía que era para apoyarlo, y el escalofrió se contuvo. – Ino me lo dijo…
- Gracias – le agradeció con una sonrisa, en verdad no quería acordarse de aquello, pero bueno, se debía acostumbrar, por suerte ya estaba comenzando a hacerlo.
- ¿Vives solo ahora? – pregunto curioso, al parecer nunca se caracterizaba por ser discreto.
- No, vivo con Ero-sennin, es un gran amigo de la familia, así que… - explico Naruto encogiéndose de hombros.
- Y… ¿Cómo está Sasuke? – pregunto con una sonrisa algo divertida.
Naruto solo pudo fruncirle el seño, sabía bien porque se lo preguntaba, y no era precisamente por cortesía. – Bien, está bien – dijo a la final, y  Sai emitió unas pequeñas carcajadas.
- Me alegro – rio Sai con aquella molesta sonrisa de loco que a veces ponía.
Y de repente, y por suerte para Naruto, Keishiro llego de repente por detrás de Sai y le toco el hombro, lo que lo obligo a voltear.
- ¡Estamos listos! – exclamo con una sonrisa sosteniendo en alto una bolsa de pan.
- Entonces debemos irnos, nos veremos luego Naruto, que pases buen año nuevo. – decía mientras se despedía con un gesto de la mano.
- Igualmente. – le dijo con una ligera sonrisa.
- Mis saludos a Sasuke – rio Sai y Naruto se limito solo a suspirar un poco.
Keishiro igualmente se despidió con un gesto de la mano, y Naruto se lo devolvió.
Ambos voltearon dirigiéndose hacia los mostradores para pagar sus compras y se perdieron lentamente en la multitud.
- “Eso debió ser lo más raro que me ha pasado hasta ahora…” – pensó Naruto luego de que un escalofrió recorriera su cuerpo luego de ver como Sai y Keishiro  se tomaban de manos mientras caminaban.
Por suerte siguiente a eso escucho la voz del viejo que lo llamaba desde el final del corredor.
- ¡Naruto! ¡Nos vamos! – le grito Jiraiya y Naruto asintió y fue hasta él para acompañarlo a pagar y por fin irse de allí.


- Solo una chica mas, Sasuke, no te estreses… - le aseguro Itachi con sus brazos apoyados en el espaldar del asiento de Sasuke, y su cabeza apoyado en los mismos, con una ligera sonrisa.
- Eso lo dices tú porque no has tenido que soportar a siete muchachas estúpidas. – gruño Sasuke mirando de reojo a su hermano.
- Eso te pasa por no haber conseguido novia. – le reprocho Itachi, y estuvo a punto de golpearlo en el rostro, aprovechando que lo tenía cerca, pero tuvo que controlarse debido a que la ultima chica se acercaba. 
- Buenos tardes, Sasuke. – le dijo con una sonrisa la ultima chica con la que tendría que hablar, y descaradamente acerco mas el asiento hacia Sasuke y se sentó cruzando una de sus piernas, tenía en sus ojos una mirada casi seductora, era por mucho la mas, hablando vulgarmente, lanzada de todas, a Sasuke le estaban entrando ganas de vomitar.
- Buenas. – respondió el a secas.
Itachi se quedo observando eso fascinado, aunque extrañado por la actitud de la joven.
- Me llamo Alix, mucho gusto, Uchiha Sasuke. – se presento con educación pero con una picara sonrisa, y le extendió una tarjetilla de presentación.
- Mucho gusto. – dijo solo por educación y tomo la tarjetilla y la leyó, “Taylor Alix”, rezaba esta, y luego la guardo en su chaqueta.
- Y dime, Sasuke, ¿Cuáles son tus pasatiempos? – pregunto con aquella picara sonrisa.
- Toco la guitarra y juego futbol. – ya había perdido la cuenta de cuantas veces había dicho eso, y aunque sabía que le faltaba fotografía, no quería tener otro tópico mas para alargar las conversaciones.
- ¿Juegas futbol? Ese deporte es muy rudo.... ¿Entonces eres rudo para todo? – rio de manera picara, y algo seductora. Se quedo unos segundos en shock total, era la primera vez que escuchaba eso, y en verdad, le enfermaba más que cualquiera de las pasadas y apenadas chicas que había conocido.
Si no salía de allí pronto, en verdad vomitaría, además que aquello le dejaría un trauma mas para el resto de su vida.
- Discúlpame un momento. – dijo cuando el shock había pasado un poco, inclinando un poco la cabeza y luego volteándose hacia su sorprendido hermano. – Dame tu celular. – le dijo en voz baja, y su hermano reacciono.
- ¿Para? – le pregunto, aunque ya tenía una idea.
- Solo dámelo… necesito llamar a Naruto o moriré. – respondió honestamente, si no hablaba con alguien que no quisiera lanzársele encima como esa chica, su cabeza explotaría, y para su desgracia su teléfono no tenia saldo, así que no podía llamar al rubio, debía usar el de su hermano.
- Este bien, toma. – le dijo sacando su celular y dándoselo en la mano a Sasuke, el cual se levanto enseguida y fue hasta los baños del salón.

- Maldición Naruto contesta… - suspiro recostado en una pared del baño de hombres.
- ¿Itachi? – pregunto extrañado el rubio al contestar.
- Al fin contestas, Usuratonkachi. – gruño al oír la voz de Naruto.
- ¿Sasuke? ¿Qué rayos haces con el teléfono de Itachi? ¿Y qué le pasa al tuyo? Estuve intentando llamarte como por dos horas y no contestabas. – Afirmo Naruto, algo sorprendido.
- No tengo mi celular a mano, además, no tengo saldo, las llamadas no llegan. – respondió Sasuke.
- Maldición me urgía hablar contigo, me ha pasado la cosa más rara del mundo. – Conto Naruto.
 No podía ser que a ambos les pasaran cosas raras.
- Parece que estamos igual, ¿Qué rayos te paso? – pregunto Sasuke.
- Estábamos en el mercado y me encontré a Sai. – inmediatamente a Sasuke le apareció una vena de celos en la frente – Y estaba con el novio… ha sido lo más incomodo que he visto… fue asqueroso. – aseguro Naruto con un escalofrío.
Al parecer si le podían pasar cosas raras a ambos.
Aunque sinceramente a Sasuke le alegraba que tuviera novio, así no acercaría a Naruto otra vez.
- ¿Y qué demonios te paso a ti? – pregunto riendo ligeramente el rubio, le daba mucha curiosidad lo feo que debía haber sido la situación como para que lo llamara.
- Papa me obligo a conocer a un montón de chicas… dios, si son estúpidas… y acabo de hablar con la última… Naruto créeme cuando te digo, jamás había escuchado algo tan asqueroso de la boca de una chica… - suspiro con igualmente un escalofrío, y lo próximo que escucho fue una risa de su amigo.
- Dios, ¿Qué rayos te dijo? – pregunto riendo.
- No voy ni siquiera a decirlo. – bufo Sasuke, siempre se burlaba de su desgracia.
Naruto seguía riendo ante la situación de Sasuke.
Y de repente, una ligera sonrisa se dibujo en los labios de Sasuke, pero por alguna razón la borro enseguida, esperen, ¿Aun celos hacia Sai?, ¿Sonreír al escuchar la risa del rubio?, maldición, todo aquello debía parar.
- Naruto, para ya. – le pidió borrando su sonrisa.
- Lo siento Sasuke, es que me causa tanta risa los problemas que pasas por ser tan apuesto. – afirmo riendo, y sin medir el tamaño de sus palabras.
¿Qué rayos?
A los segundos del silencio de Sasuke, Naruto cayó en cuenta de lo que había dicho.
- Este… yo, debo irme, Ero-sennin me llama para algo… hablamos luego. – se despidió nervioso e inmediatamente tranco el teléfono. – “Maldición, ¿Por qué dije eso?” – se regaño a si mismo mientras apretaba con fuerza su celular.

  “…es que me causa tanta risa los problemas que pasas por ser tan apuesto”
¿Había escuchado bien? Naruto jamás había dicho algo como eso…
Pero lo peor del caso era… que luego de haber escuchado eso, la ligera sonrisa había vuelto a aparecer en su rostro, pero por supuesto, la borro en seguida.
- “Lo ves, si te gusta” – le dijo aquella molesta voz en su cabeza, que aunque se pudiera interpretar como “conciencia”, era todo menos eso. – “No me gusta…” – negó. – “Por favor Sasuke, si te dijera que Naruto está siendo perseguido otra vez por Sai y que lo beso de nuevo te molestarías, ¿No es así?” – Su conciencia lo atormentaba de nuevo, y odiaba admitirlo, pero esta vez, debía pensarlo dos veces antes de contestar – “Pues si me molesto cuando lo vi besándolo…” – pensó derrotado. – “¿Lo ves? Esos son celos” – afirmo de nuevo aquella voz. – “Y te molesto cuando salía con Hinata, ¿O no? Porque pasaba más tiempo con ella que contigo” – rio esta, y Sasuke bufo con fuerza, no podía negar aquello, en verdad le había molestado. – “Pero no por esas razones me debe gustar” – gruño Sasuke. – “Los celos son una señal de amor, ¿Lo sabías?” – recordó algo que le había dicho, que raro, su hermano en una de esas conversaciones a la fuerza que tuvo con él. – “Y otra cosa… estando sin él tantas horas como hoy, te hizo extrañarlo, de hecho, en este momento lo extrañas, quisieras estar con él para burlarte de sus tonterías y para volver a ver esa sonrisa…” – Le decía esa voz, esa molesta voz, y estaba empezando a cansarse. – “Me haces el favor de callarte…a mi no me podría gustar Naruto, además, seria en vano porque…” – pero enseguida callo apenas empezó a considerarlo – “¿Ves? Me estas confundiendo… a mi no me gusta” – negó con todo lo que pudo, pero la voz continuo – “Y si te digo… que cuando salgas de este baño te encontraras con Naruto y le podrás dar un beso” – rio su conciencia, y sin el quererlo, en vez de darle asco o no darle importancia, su corazón dio un brinco enorme, y se quedo palpitando con fuerza. – “Te atrape, si te gusta” – Sasuke se mordía con fuerza su labio inferior de la rabia, eso no podía ser verdad, así que se dio un golpe en la cabeza, se metió el teléfono de Itachi en el bolsillo y salió del baño.

Maldita conciencia, cuando salió vio en la pared contraria al rubio diciendo su nombre durante el lapso corto de unos segundos, y luego desapareció.
- “Maldición” – gruño para sí mientras regresaba a su mesa, donde por suerte, la loca chica ya no estaba.
- Te estabas tardando, ¿Qué tanto hablaste con Naruto? – rio Itachi extendiéndole su mano para que le diera su celular.
- No hable mucho, tenia cosas que hacer. – mintió Sasuke y se sentó en su asiento. – ¿Cómo te libraste de ella?
- Ah, utilice tu idea y le dije que tenias un gracioso y rubio noviecito, y se paro enfadada. – rio Itachi con una burlona sonrisa.
- No, en serio. – suspiro enfadado Sasuke al escuchar aquello.
- En serio, se lo dije, debías ver lo enfadada que estaba. – insistió Itachi con la sonrisa, mas la furtiva mirada de su hermano menor no cesaba. – Bien, no me creas si no quieres. – rio Itachi comiendo un pequeño bocadillo de leche de la mesa.
Sasuke suspiro inconforme y se dispuso a tratar de soportar la hora que faltaba de la reunión.

- Oye, llame a Naruto – dijo de repente Itachi cuando regreso del pasillo, luego de haberse parado hacia media hora.
- ¿Para qué? – pregunto Sasuke levantándole una ceja.
- Me dijo que en quince minutos estaría en casa de Jiraiya, así que cuando salgamos de aquí y lleguemos a la casa, tomamos mi auto y vamos a buscarlo para que nos ayude a preparar las cosas en Akatsuki con los chicos, ¿Qué te parece? – pregunto Itachi con aquella insinuadora sonrisa que dice “Se que dirás que sí, pero igual que pregunto”
- Me parece bien. – respondió a secas, ocultando de su perceptivo y malvado hermano mayor la sonrisa en su rostro y lo rápido que palpitaba su corazón, no podía negar que no se alegraba de que por fin se iría de ese lugar y vería a su mejor amigo.

 De nuevo se había perdido en sus pensamientos mientras observaba las piedrecillas dentro de un florero al centro de la mesa, hasta que un toque en su hombro lo hizo girar hacia su hermano.
- Tu novio está llamando – le dijo Itachi con una sonrisa extendiéndole su celular, y Sasuke lo miro con furia, a lo que su hermano no movió ni un musculo de su rostro, solo le acerco más el endemoniado aparato que no dejaba de vibrar.
Sasuke solo volteó sus ojos y tomo con desgane el celular, recibiendo una risa entre dientes de parte de Itachi.
- “Tampoco lo negó, ¿O sí?” – pensó divertido en su mente Itachi cuando vio a Sasuke tomando la llamada sin siquiera replicar al loco comentario que había hecho, como solía hacerlo.
- ¿Qué sucede? – pregunto Sasuke al contestar.
- ¡Sasuke! – exclamo con felicidad su amigo. – Pues, quería avisar que ya estaba aquí en la casa… - rio nerviosamente Naruto, no podía creer que estuviera gastando su poco dinero en eso, pero debía hacerlo.
- Ah, está bien, nosotros deberíamos salir de aquí como en… - No tenía ni la mas mínima idea de en cuanto terminaría esa tortura, así que con una ceja arqueada se volteo hacia Itachi.
- Como en cinc… - empezó diciendo, mas al voltearse hacia su padre exhalo un suspiro – Quince minutos…- suspiro Itachi.
- Quince minutos. – respondió Sasuke.
- Los espero entonces – afirmo Naruto. - ¡Nos vemos! – se despidió Naruto contento.
- Nos vemos – se despidió Sasuke esbozando una sonrisa que esperaba que Itachi no viera, y tranco. – Toma. – dijo a secas borrando su sonrisa y entregándole el celular a su hermano.


Naruto se sentó en el escritorio de su cuarto para pasar esos cortos quince minutos sin las anécdotas de Jiraiya. Y mientras buscaba que hacer, encontró un lápiz y una hoja en blanco, y pensó que dibujar un poco, aunque no fuera muy bueno, quizás lo divertiría y pasaría su tiempo más rápido.
Empezó haciendo dos simples pero simpáticos muñequitos de palillos, y de repente a uno le deformo la redonda cabeza para agregarle unos picos arriba, como si fueran cabellos y una alegre sonrisa, y al otro le agrego dos gruesos mechones a los lados, sumando una mirada amargada y amenazadora hacia el sujeto a su lado.
Los hizo a ambos uno al lado del otro y abrazándose por los hombros, no era gran cosa, eran muñequitos de palillos, por favor, pero no se veía del todo mal.

Tardo minutos luego de haberlo terminado para darse cuenta que lo que había dibujado era nada más ni nada menos que su persona junto a Sasuke.
Se quedo observando el dibujo con los ojos totalmente abiertos, hasta que lentamente se fueron cerrando al mismo tiempo que una sonrisa se formaba en su boca. Y así, esta misma crecía cada vez más, hasta transformarse en ligeras carcajadas, y manteniendo la sonrisa devolvió su vista al dibujo y escribió su nombre y el de Sasuke debajo de los muñecos. 
- “Ah, maldición…” – suspiro para sí mientras observaba el dibujo.
No podía creer que el único dibujo que hacía en siglos era él junto a su mejor amigo. Aunque si lo pensaba mejor, no era tan extraño, meses atrás, quizás hubiera sido Sakura en vez de Sasuke… pero que cruel es el destino, ¿No es así? Y por un momento, sintió lastima por sí mismo por no poder decirle a Sasuke, pero sabía muy bien que era lo mejor.

Y para sacarlo de sus pensamientos y salvarlo de una kilométrica sesión con su conciencia su teléfono sonó mostrando el teléfono de Itachi.
- Estamos a cinco minutos. – dijo inmediatamente la voz de Sasuke cuando el levanto el teléfono.
- ¡Esta bien! – afirmo con una gran sonrisa Naruto, y antes de que Sasuke trancara escucho una ligera risa entre dientes de parte del moreno.

Naruto dejo su dibujo en la mesa y salió de su cuarto para esperar en el recibido a los hermanos. E incluso, en menos de cinco minutos, estaban tocando la puerta.
- ¡Sasuke! ¡Itachi! – los saludo felizmente el muchacho abriéndoles la puerta. – Pasen. – les dijo apartándose de la puerta para que ambos pasaran.
- ¿Cómo estas, chico? – Lo saludo con una sonrisa Itachi con un gesto de la mano.
- De maravilla, aunque la mañana con Ero-Sennin no fue muy divertida – rio encogiéndose de hombros.
- Me puedo imaginar… - suspiro Itachi.
- Tu mañana estuvo mejor que la mía… - suspiro Sasuke pasando su mano por su nuca.
- Eso depende de cómo lo veas. – se cruzo de brazos Naruto mientras mantenía una sonrisa ante la asesina mirada de su amigo. – Esperen un minuto, solo buscare mi bufanda – informo el rubio y se dispuso a irse a su habitación cuando Sasuke se ofreció a acompañarlo, así que acepto y fueron ambos.

- ¿De verdad eran tan aburridas todas las chicas? – pregunto riendo Naruto mientras entraban al cuarto del susodicho luego de que Sasuke le contara su desafortunada jornada en la compañía de su padre.
- Como no tienes idea… - suspiro Sasuke yendo por alguna razón hacia el escritorio del rubio mientras este buscaba su bufanda, y sinceramente se sorprendió con lo que encontró allí. - “¿Qué rayos?” – pensó al tomar en sus manos una hoja de papel que curiosamente tenía un sencillo dibujo, y cuando se fijo bien se dio cuenta que eran ellos dos, causando que lentamente se formara una sonrisa en su boca, y poco a poco, unas carcajadas salieron de su boca.
- ¿De qué rayos te ríes, Sasuke? – pregunto extrañado Naruto ya con su bufanda en la mano, y al voltear hacia Sasuke vio que tenía el dibujo en la mano. – “¡Rayos debí haber guardado!” – maldijo con sus ojos abiertos como platos.
- Es que… - decía entre carcajadas y se le volteo mostrándole el dibujo.
- ¡No te burles! – bufo Naruto acercándose a él para arrancarle el dibujo de las manos.
- No me estoy burlando – aseguraba entre risas y retirando el objeto del alcance de Naruto. – Esto esta genial… - rio Sasuke volviendo a ver el dibujo.
Naruto no pudo haberse sorprendido más.
- ¿Ah? – pregunto con una ceja arqueada, no podía creer que Sasuke estuviera diciendo eso, sumándose a la gran sonrisa que tenía en su rostro.
- Nada, vámonos ya, Usuratonkachi. – suspiro Sasuke aun con la sonrisa y dejando el dibujo de nuevo en el escritorio se encamino hacia la puerta pasando antes la mano por el cabello del rubio.
- “¿Acaso le gustó?” – se pregunto sorprendido viendo como Sasuke salía de la habitación.

Luego de haberse quedado completamente embobado observando la puerta de su habitación por unos cortos segundos, se decidió a seguir rápidamente a Sasuke para irse por fin a Akatsuki para preparar todo para la fiesta de año nuevo.

El camino en auto se hizo increíblemente corto, quizás unos diez minutos, sabían que eran más, pero parecieron unos simples y cortos diez minutos.
Era increíble la cantidad de conversación que se podía generar de una simple pregunta como lo es: “¿Qué vamos a hacer?”, en especial si quien debía responderla era Itachi.

- Debemos abrir y empezar a ordenar las mesas mientras esperamos que Deidara y los demás lleguen. – decía Itachi mientras con su llave abría la puerta del café.
- Maldición… creo que necesitas encender la calefacción aquí, Itachi. – se quejo Naruto apenas entro e increíblemente había casi la misma intensidad de frio que en el exterior.
- A eso voy, chicos, ¿Pueden empezar a mover las mesas del centro hacia la esquina? Necesitaremos algo de espacio. – les pidió Itachi mientras se dirija a la cocina por razones que ellos desconocían.
Pero sin pelear se pusieron a trabajar, ya que no había nada mejor que hacer y tenían frio.

Poco a poco empezaron a llegar los demás miembros del café, Deidara y Sasori fueron los segundos, seguidos de Kisame, luego Hidan y Kakuzu, y así siguieron.
Todos los presentes ayudaban a acomodar la estancia o se encontraban bien, terminando de preparar la comida en la cocina, entiéndase por Deidara, Sasori y Hidan, ya que a Tobi apenas y lo habían puesto a mover sillas, quien sabía si haría un desastre si le ponían a hacer otra cosa.

Hubieran empezado a decorar afuera apenas todos llegaron, pero fue imposible dado que una extraña lluvia había comenzado de repente, y tendrían que, lamentablemente, limitarse a hacer la fiesta adentro hasta que escampase.
Pero por suerte, una fiesta adentro no iba a aguarles la diversión a ellos, eso jamás.

De repente, mientras Kisame e Itachi terminaban de introducir la ultima y mojada mesa que se encontraba afuera, escucharon a Deidara maldiciendo desde la cocina.
- ¡Rayos! ¡Matare a Nagato! – grito saliendo de la cocina.
- ¿Qué paso? – pregunto Itachi acercándose con una toalla sobre la cabeza.
- No están los fuegos artificiales, el muy maldito los encontró. – bufo Deidara cruzándose de brazos.
- ¡¿Qué?! – pregunto exaltado Itachi al escuchar lo que el rubio le había dicho.
Lamentablemente el dueño del lugar tenía una mala costumbre por no gustarle para nada los fuegos artificiales, le gustaba la paz y la calma, por eso siempre era un fiasco para las fiestas, aunque por suerte casi nunca iba. Así que cuando los demás, que si disfrutaban de un espectáculo de pirotecnia, querían celebrar con estos, debían esconderlos de su molesto jefe. Mas no siempre era fácil, el siempre los buscaba, y esta vez los había vuelto a encontrar.

Por suerte, Itachi habría aprendido unas cuantas medidas de seguridad para estas situaciones gracias a Kisame.

- ¿Dónde los habrá ocultado? – se pregunto molesto Deidara, hasta que a Itachi le llego una idea.
- ¡El depósito! – exclamo emocionado como si hubiera descubierto al asesino de un difícil caso.
- ¿El depósito de alta seguridad que el tacaño ese mantiene? – pregunto Deidara con una ceja arqueada.
- Oh sí. – afirmo Itachi con una sonrisa.
- ¿Tienes la clave? – pregunto Deidara suspirando.
- Supieras que… - decía mientras buscaba su celular en el bolsillo trasero de su pantalón. – …que sí. – afirmo sonriendo sacando su celular y rápidamente mostrándole a Deidara la clave del dicho depósito.
- Genial, manda a alguien a buscar eso antes que Pein se decida a aparecer. – decía Deidara mientras se volteaba tranquilo para volver a la cocina.
- ¿No vas tú? – pregunto Itachi, se le veía tan molesto hacia unos segundos que pensó que apenas tuviera la oportunidad de ir a buscarlos correría hacia ella.
- Sasori y yo estamos increíblemente ocupados, no lo dejare solo preparando todo. – rio Deidara volteándose por unos momentos, y luego regresándose a la cocina.
El no lo iba a hacer, debía ayudar a Kisame a bajar la decoración del deposito de arriba, y además, debía terminar de secarse, estaba casi completamente empapado por haber tenido que salir a buscar las mesas.
Así que decidió recorrer a los demás.
- Oh Hidan… - canto mientras con una sonrisa se volteaba, y al hacerlo se encontró de cara a cara con el hombre de pelo blanco.
- No lo pienso hacer… - se negó incluso antes que Itachi le preguntara.- No pienso arriesgarme a desobedecer al jefe y ser descubierto, mi religión especifica nada de desobediencias, mi dios no me lo permite, así que olvídalo. – volvió a negar con terminante seguridad, e Itachi ya no podría volver a insistir, cuando el tema de su religión era puesto en la línea no podía hacer nada más.
- Kisame está muy ocupado… - suspiraba mientras veía como Kisame subía y bajaba las escaleras del depósito que se encontraba en el techo, bajando cajas con las decoraciones para la fiesta. – No le permitiré a Tobi ir para allá, Zetsu es capaz de lanzarme una silla si le pido un favor, y Kakuzu capaz me pide dinero por el favor… - suspiro derrotado, sabiendo que cualquier conjetura estaría acertada.
Estaba a punto de ir el mismo, a pesar de que el también estaba ocupado colocando la decoración, hasta que sus ojos se posaron en su pareja favorita del momento, Naruto y Sasuke, quienes movían la última mesa hacia la esquina del café, y una sonrisa se dibujo en su rostro mientras se acercaba a ellos.
- Chicos, necesito un favor. – les dijo cruzándose de brazos y con aquella misma sonrisa.
- ¿Qué quieres? – pregunto fastidiado el Uchiha menor mientras él y el rubio colocaban la mesa de vuelta en el suelo.
- Pein nos escondió los fuegos artificiales en su depósito personal, y necesitamos que vayan a buscarlos. – les pidió con amabilidad Itachi, para que así aceptaran más rápido.
- ¿Y de cuando a acá tienen la contraseña de esa cosa? – pregunto Sasuke arqueando sus cejas.
- Oh hermanito, desde hace mucho tiempo. – rio Itachi. – Entonces, ¿Lo harán?
Sasuke se vio pensativo los primeros segundos, de hecho, bastante decidido a negarse, si no fuera claro, por su rubio amigo.
- ¡Por supuesto! – acepto de inmediato y con una sonrisa.
- Oh Dios… - suspiro Sasuke derrotado, si el rubio decía que si, lo único que podía hacer era soportarlo e ir con él.

Itachi le dio la clave a Sasuke y este la anoto en su celular, e inmediatamente se dirigieron a la trastienda, bueno, de hecho, la trastienda de la trastienda, donde se encontraron frente a una enorme puerta de lo que parecía cristal antibalas, con un marco de hierro, y un monitor donde se introducía la contraseña.
- Demonios… Este jefe está loco. – dijo Naruto al ver la seguridad que tenía ese escuálido deposito.
Porque cabía resaltar, era increíblemente pequeño para tener tal puerta.
- Pein será tranquilo, pero esta sinceramente fuera de sus cabales. – decía Sasuke introduciendo la clave en el monitor.
Al segundo siguiente en que Sasuke presiono la tecla “Enviar” la enorme y gruesa puerta se abrió rápidamente hacia la derecha, abriéndoles el paso, así que entraron antes de que la puerta volviera a cerrarse.

- ¿Qué demonios? ¡Lo único que hay aquí es basura! – exclamo Naruto al ver que el pobre deposito solo estaba lleno de cajas con libros de cocina, herramientas, facturas viejas y nuevas, y pequeñas baratijas del café, junto con unos pocos botes de pintura. – Por cierto, ¿Para salir debemos volver a ingresar la clave? – pregunto Naruto volteándose hacia la puerta que recién se acababa de cerrar.
- Según Itachi, si. – aseguro Sasuke mientras se agachaba para buscar la caja roja donde su hermano le había dicho que se encontraban los fuegos artificiales.
Naruto inmediatamente se unió a la búsqueda, pero iba lentamente, gracias a que sus piernas empezaban a flaquear debido a unos pocos nervios que le causaban los truenos que empezaban gradualmente a aumentar.
- Demonios, no me digas que le sigues temiendo a los truenos. – suspiro Sasuke volteándose hacia Naruto, quien casi dejaba caer una caja con utensilios viejos gracias a un trueno que acababa de pasar.
Naruto no se molesto en contestarle, solo bufo y devolvió la caja a donde estaba.

- ¡Sasuke! ¡Los encontré! – celebro Naruto arrastrando hacia sí la caja roja de las que les hablo Itachi.
- Dios, por fin. – exclamo aliviado el moreno. – Ahora larguémonos de aquí, estoy empezando a sentir claustrofobia… - suspiro dirigiéndose a la puerta.

Y de repente, todo se oscureció.

- ¡¿Pero qué rayos?! – exclamo molesto Sasuke al ver que las luces blancas del depósito se habían apagado, y lo único que salvaba su vista era la diminuta ventana de la pared izquierda, por donde entraba un poco de la luz nocturna.
- Maldición… no me digas que no hay electricidad. – dijo inmediatamente preocupado, y algo asustado el rubio.
- ¡Maldita tormenta! – maldijo Sasuke acercándose a la puerta y empezando a golpear el vidrio. - ¡ITACHI! – grito Sasuke, esperando que su hermano lo escuchara.
- ¡ITACHI! – grito Naruto colocándose junto a Sasuke en la puerta, golpeándola igualmente.
- ¡Esto es increíble! ¡Sencillamente magnifico! – grito Sasuke dejándose caer en el suelo, dándole un ultimo puñetazo al vidrio, el cual no se quebró ni un milímetro.
- ¡Esto no puede estar pasando! – se quejo fastidiado Naruto, dejándose igualmente caer, dando una fuerte patada al suelo.
- Dobe, dime que tienes tu teléfono… - suspiro volteándose hacia su derecha, donde se encontraba el rubio.
- Debería de… - decía mientras buscaba su celular… - Oh maldición… - maldijo perplejo, al no encontrar el aparato.
- ¿No lo tienes…? – pregunto Sasuke, esperando que la respuesta fuera un sí.
- No… lo debí haber dejado en alguna de las mesas… - dijo aterrado Naruto, golpeando su propia cabeza contra el vidrio.
- Demonios – maldijo Sasuke.
- ¿Y el tuyo? – pregunto Naruto regresando su vista hacia su pálido amigo.
- No tengo dinero, no puedo llamar. – bufo Sasuke sacando su teléfono y tirándolo con rabia.
- Estamos encerrados aquí… - dijo derrotado Naruto, y cuando se disponía a volver a hablar, Sasuke se adelanto.
- Hasta que regrese la electricidad… o los inútiles esos encuentren la llave para sacarnos, si es que se acuerdan que estamos aquí. – suspiro Sasuke frotándose sus sienes con la yema de sus dedos.


- Ya, con esta vela será suficiente. – aseguro Itachi colocando la vela numero veinte en el negocio, hasta que noto que faltaban tanto su hermano menor como su rubiecito amigo. – Oh demonios…

Seguían en el depósito.

Así que les dijo desesperado a todos que empezaran a buscar la llave de emergencia, si es que existía una que no estuviera en manos del jefe.


Media hora, una hora, quizás hora y media, habían perdido la cuenta luego de la decima quinta vez que jugaban a “Tres en Raya” y “El Ahorcado” con un bolígrafo que había en el depósito, y usando una de las cajas como tablero.
Así como se habian empezado a fastidiar de los juegos de palabras, en especial luego de que Naruto seguía agregando palabras raras de las cuales ni el mismo se acordaba después.
“yo me fui de viaje a fashinwi, me lleve una cuatrineta, 3 tomates, 5 lechugas y me quede en casa de keyunefresquei” 
Junto a las otras raras cosas que decía, no era precisamente algo fácil de recordar.

- Sasuke… ¿No te parece que ha empezado a hacer frio? – le pregunto Naruto, con su cabeza apoyada en sus brazos, justo descansando sobre una de las cajas, que aunque decía claramente “Frágil” no le importaba, debía recostarse en un lugar.
- No hay electricidad, la maldita calefacción no funciona… - aseguro molesto Sasuke, mientras jugaba con un tomate de plástico que había encontrado en una de las cajas que se encontraban abiertas.
- Joder… - bufo Naruto metiendo aun más su cabeza entre sus brazos. – ¿Un fuego artificia no servirá de fogata? – pregunto desesperado Naruto por algo de calor, ya que como antes tenían la calefacción, se habían retirado sus chalecos, por lo que no los tenían en ese momento, y literalmente empezaban a congelarse.
- Si quieres morir quemado, si, sirve. – aseguro Sasuke haciendo rodar de un lado a otro el tomate de plástico.
- Si eso me saca de aquí, adelante. – rio Naruto, a quien luego se unió Sasuke.

- Yo, Uzumaki Naruto, en pleno uso de mis facultades mentales, pero no de mi cuerpo declaro que… - decía Naruto mientras escribía su “testamento” en la caja donde se encontraba apoyado, e inmediatamente escucho la risa del pelinegro.
- No moriremos aquí… - reía Sasuke mientras seguía jugando con aquel tomate.
- Eso dices tú… no encontraran nada más que nuestros congelados huesos, secos por el frio… - decía Naruto frotando su cabeza de un lado a otro contra la caja.
- Matare a Itachi apenas salga de aquí… - bufo Sasuke lanzando el tomate a la puerta como por quinta vez.


- ¿No encuentran la llave? – pregunto frustrado Itachi.
- ¡NO! – respondieron con gritos todos los miembros, ya hartos de que preguntara eso cada cinco minutos.

Y devuelta a nuestra pobre pareja de supervivientes, que ya habían agotado sus fuentes de entretenimiento terminando el último juego que sabían.
Y nota personal, golpearse las manos hasta ver quien golpeaba más fuerte, no es algo tan divertido.
Sumando el sentimiento frustrante de haber escuchado como la lluvia terminaba, y aun la electricidad no volvía.
Hasta que Sasuke tuvo el fuerte impulso de saber la verdad, y se decidió al fina preguntarle a Naruto sobre aquella noche.
¿Causado por la locura de estar encerrado tanto tiempo? Quizás, pero quería saberlo.

- Dobe. – dijo de repente, luego de minutos de silencio.
- ¿Si? – pregunto Naruto, pasando por sus manos un trozo de tela que por suerte estaba bastante frio, y aliviaba el dolor de sus manos.
- ¿Qué rayos hice cuando me emborrache? – pregunto con un semblante totalmente serio.
Naruto abrió los ojos como platos, no podía ser que recordase, ¿O sí?
- Yo te dije, Sakura y yo te llevamos al cuarto porque estabas muy borracho… - aseguro Naruto retirando su vista de los oscuros ojos de Sasuke, y bajando su mirada trato de ocultar un poco un gran sonrojo que empezaba a aparecer en sus mejillas.
- “¿Me está mintiendo?” – se pregunto sorprendido al ver el sonrojo en las mejillas del rubio. – Entonces si lo hice… - susurro, y gracias al enorme silencio, Naruto lo escucho.
- ¿De qué hablas Sasuke? Te dije que nada paso… - rio con nerviosismo el rubio mientras paseando su mano por su nuca, el sonrojo aumentaba un poco.
- “Maldición, lo hice… de verdad lo hice” – maldijo en sus pensamientos mientras veía a su nervioso amigo.
- Oye, ¿Y si nos lanzamos esta cosa un poco?, ya sabes, para distraernos. – rio nervioso Naruto estirándose para conseguir el tomate falso con el que Sasuke había estado jugando.

Sasuke se quedo observando como Naruto mantenía la vista alejada de la suya, y mirándolo intrigado, se preguntaba, esta vez, seriamente y pensando con la poca lógica que le permitía el insoportable frio, si de verdad aquel impulso fue causado por el alcohol, o fue por su propia voluntad, ¿Y que si eso en verdad lo que quiere expresar? Pero algo lo detenía. Y una pequeña respuesta vino a su mente, al observar mejor al rubio.
Un increíblemente extraño impulso de darle un beso, y abrazarlo, estaba empezando a acaparar su mente, era imposible ignorarlo, por más que desviara su vista del rubio, inconscientemente regresaba a este, a sus ojos azules, a sus brillantes cabellos, a esas curiosas marcas en las mejillas del rubio.
No era ese mismo impulso de alborotarle el cabello, o golpearlo, no, este era más fuerte, y lo único que pasaba por su mente era plantarle un beso al rubio.
No… no podía ser…

Y para su salvación, las luces del depósito volvieron a prender, e inmediatamente el rubio se levanto con alegría.
- ¡POR FIN! – celebro dando pequeños saltos de alegría y golpeando con sus puños en el aire.
- Ten, coloca la maldita clave y salgamos de aquí. – suspiro Sasuke dándole su celular a Naruto, donde tenía anotada la contraseña, y tomo la caja de fuegos artificiales.
- ¡Enseguida! – exclamo contento el rubio mientras introducía la clave.
Sinceramente, necesita ver esa sonrisa para que el ánimo le regresara.


Al segundo siguiente que salieron de las trastiendas hacia el recibidor, se encontraron con los Akatsuki buscando como locos dios sabría qué.
- ¡Oigan! – grito algo molesto Sasuke e inmediatamente todos voltearon hacia este.
- ¡Sasuke! – exclamo contento Itachi y corrió a su hermano. - ¡Cuánto me alegro! – decía casi llorando de alegría, el se caracterizaba por ser muy “sentimental”, aunque podría decirse más extremista que otra cosa, hizo un ademan de querer abrazarlo pero Sasuke interpuso la caja entre el e Itachi.
- Tú aléjate de mí. – dijo con desprecio mientras le extendía la caja. – Ten tu estúpida caja. – bufo esperando que su hermano la tomara.
- Muchas gracias chicos. – agradeció con una gran sonrisa tomando en sus brazos el objeto. - ¡Deidara! ¡Nuestra salvación llego! – grito emocionado Itachi alzando la caja al nivel de su cuello, e inmediatamente Deidara salió casi corriendo de la cocina con una enorme sonrisa.
- ¡Mis bebes! – exclamo contento y tomo sin dudar la enorme caja. - ¡Vamos a encender estas cosas! ¡Pero ya! – vitoreo dando un ligero salto y se encamino enseguida hacia la puerta.
Seguido claro, por los demás miembros, quienes igualmente (bueno, solo algunos) vitoreaban y reían.


Apenas todos se encontraron afuera, Deidara empezó a colocar todos los fuegos artificiales fuera de su caja, mientras Kisame e Itachi sacaban un poco de licor y refrescos (estos últimos más que todo para Sasuke, Naruto, Sasori y Tobi).
 Eran casi las 11, y para ese entonces, habían contado tantas bromas y anécdotas divertidas que casi no tenían para mas, bailando bailes viejos y locos, incluso uno que si no se equivocaban tenia por nombre “El baile del perrito”, o algo parecido, y además, jugando juegos ridículos aunque divertidos, como Twister y ponle la cola al burro. Incluso el mismo Sasuke participo en alguno de ellos gracias a Naruto e/o Itachi.
Sumase también las clásicas imitaciones que Itachi y Kisame, y un poco Deidara, amaban hacer. ¿De quienes? Sencillo, de su jefe, de profesores de la universidad, de sus secundarias, y personas famosas, entre muchas más.
 Incluso Naruto se les unió haciendo burlas a algunos profesores de la secundaria, Jiraiya y Kakashi estaban obviamente incluidos allí.

Cuando el reloj se aproximaba a marcar las 12, todos se reunieron alrededor de donde Deidara había colocado las pirotecnias, e Itachi se le unió a Deidara para poder también prender uno que otro.
Mientras se acercaba la hora, todos sostenían impacientes las pequeñas copas de Sake en sus manos, incluso a los “menores” del grupo se les dejo tomar una, pero claro, solo una (Itachi no permitiría mas).

Deidara e Itachi estaban listos para encender cada uno un fuego artificial apenas fueran las doses, por lo que estaban parados enfrente de estos con un fosforo en la mano, impacientes.

3…2…1

Las 12 por fin llegaron, y entre vítores y risas Itachi y Deidara encendieron las pirotecnias en un dos por tres, y mientras todos se daban apretones de manos y algunos abrazos, observaban igualmente el espectáculo que Deidara sabía hacer tan bien.
- ¡FELIZ AÑO SASUKE! – grito emocionado Naruto abalanzándose completamente sobre su amigo y dándole un enorme y fuerte abrazo.
- Feliz Año, Usuratonkachi. – rio Sasuke devolviéndole el abrazo a Naruto.
- ¡Sasu-chan! ¡Ven aquí! – oyó con desprecio como su hermano decía alegre mientras se acercaba a él con los brazos abiertos, y con fuerza lo abrazo junto con Naruto. - ¡Feliz Año a los dos! ¡Malditos Tortolos! – Decía mientras los abrazaba con fuerza, casi dejándoles sin aire. - ¡Los amo! – rio Itachi y los soltó de repente, yendo así hacia sus compañeros.

- Maldición… eso duele… - bufo Sasuke masajeando un poco su cuello, en verdad había dolido.
- Rayos… creo que Itachi se está pasando de Sake, Sasuke. – suspiro Naruto haciendo lo mismo, hasta que luego de unos segundos se dio cuenta de lo que había dicho, y echo a reír.
- No es gracioso, Naruto. – suspiro Sasuke aun masajeando su cuello, pero la risa del rubio no paro, y de nuevo, una sonrisa apareció en la boca del moreno.

Ambos, luego de unos minutos, se sentaron en unas sillas, algo alejados de los demás, ¿Razón?, esos estaban un poco pasados de copas, y Naruto no quería terminar así.
Prefirieron quedarse sentados tomándose unas sodas mientras se burlaban de las locuras que hacían los mayores.
De repente Sasuke vio como si el rubio extendiera su vaso hacia él, así que volteo.
- Feliz año nuevo, Sasuke. – le dijo con una sonrisa.
Sasuke no pudo evitar hacer más que devolvérsela y brindar con el rubio.
- Feliz año nuevo, Naruto. – le respondió, aun sonriendo, justo antes de tomar su sorbo de soda.
- En verdad eres el mejor… - suspiro Naruto con una sonrisa, observando un poco el contenido del vaso, y con los ojos algo vidriosos. – Te quiero. – aseguro tomando otro sorbo, y luego manteniendo una gran sonrisa para sí mismo.
No podía decir que eso no le había sorprendido, pero más que todo, había hecho que su corazón pegara un enorme brinco, y se formara de nuevo una sonrisa en su boca, y retirando la vista del rubio un segundo siguió tomando pequeños sorbos mientras hablaba.
- Ahora tu también estas pasado de copas, ¿No? – rio Sasuke, e inmediatamente volteo de nuevo al escuchar la alegre risa de su amigo.
- Claro que no – negó el riendo.

Sasuke no pudo apartar sus ojos de él luego de eso. Ese molesto impulso de abrazarlo, incluso de besarlo volvió, y demonios, no podía sacárselo, en verdad era insoportable.

- “Tendré que aceptarlo…” – suspiro en sus pensamientos manteniendo su sonrisa y retirando la vista de Naruto y devolviéndola hacia su bebida, negando suavemente con la cabeza gracias a la incredulidad. – “Si me gusta” – suspiro de nuevo, derrotado y sin nada más que hacer, que sucumbir.

Y estirando un poco su brazo le dio unas suaves palmadas en el hombro a Naruto, recibiendo una pequeña risa de parte de este, y el mismo gesto. 

 

 

 

 

Notas finales:

LES GUSTO?! POR FAVOR DIGANME QUE SII D': 
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Bueno, ya vimos que nuestro adorable Sasuke por fin acepto sus sentimientos, ahora... Que pasara? Se preguntaran..
Pues no dira nada :'D 
Pero les puedo decir que a partir de ahora, en verdad se pondra interesante :) 

Quizas me tarde un poco con el proximo capitulo quizas, pero d enuevo, dare lo mejor de mi <3!! Se los prometo!

Recuerden, criticas constructivas son bienvenidas <3 Y si hay algun error en algun lado, por favor, haganmelo saber.

Muchas Gracias y mis disculpas otra vez :'DDDD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).