Había pasado exactamente tres días desde su último encuentro en un pasillo cerca de las mazmorras, Harry suspiro frustrado, mientras seguía recostado en su cama en Gryffindor, mirando el techo.
Cada vez era más difícil dejar de pensar en el, de ir y besarlo en frente de todo el colegio, pero no sabía si era correcto. Estaba entre molesto y triste ante esta extraña relación que mantenía con el Slytherin, por una parte cuando estaba con el castaño era estar como en el paraíso, no era necesario hablar para estar a gusto con él, además que Theo respondía la mayoría de sus preguntas, aunque Harry aun no le preguntaba las más importantes para él. Pero por otro lado estaba triste, no sabía que esperar de esta “relación”, tenia terror a esos sentimientos que comenzaba a tener por Theo, porque sabía que no era solo cariño, ahora había algo mas, un sentimiento más profundo, que en realidad no quería saber que era, aunque ya tenía una leve idea y eso era lo que temía, porque solo se veían cuando Harry buscaba a Theo, el Gryffindor había durado cuatro días sin ver al castaño y no pudo soportar un quinto día, de ese momento todas las veces que se encontraban en algún pasillo oscuro o en el bosque prohibido era por que Harry había ido al encuentro de Theo y eso entristecía a Harry, se preguntaba si para Theo tan solo era un juego, además que nunca han estado juntos cerca de alguien, es como si no existiera cuando Theo se encuentra con sus amigos y eso dolía horrores, porque no tenía el valor de preguntarle a Theo que es en lo que en verdad piensa de él, de los dos…
Porque por ahora podía vivir en una mentira, pero y ¿después?...
Harry se dio vuelta en su cama, Ron ya se había levantado hace algunos minutos atrás hoy era sábado e irían a Hogsmeade para ver a Viktor y sin tener una valida escusa esta vez para no ir y quedarse en el castillo con Theo, se levanto rápidamente estirándose completamente, debía dejar de pensar en Theo aunque fuera algo casi imposible, por lo menos hoy debía estar al 100% con sus amigos, ya que todas estas semanas había estado en un mundo muy lejano incansable para sus mejores amigos, se adentro en la ducha para asearse.
Cuando salió de la ducha algo ya más tranquilo, busco algo decente que ponerse, como había derrotado a Voldemort y Sirius ya era su tutor legal, habían ido de compras y cambiado todo su guardarropa, como en Hogwarts solo los fines de semanas tenían permitido usar ropas distintas al uniforme, había utilizado las de su primo, no quería seguir llamando la atención, después de todo todos se acercaban a el por ser el famosísimo niño-que-vivió-y-venció y no quería que a eso se agregaran más personas persiguiéndolo por su físico, porque aunque no se encontraba muy lindo que digamos, sabía que tan feo no era (n/a: hay Harry tenías que seguir siendo tan ciego -.-‘) pero para complacer tanto a Ron, Hermione y Sirius (que iría también a Hogsmeade) saco la ropa que habían comprado en verano. Se coloco unos jeans ajustados de color azul oscuro, una polera verde oscuro y un poleron negro por si hacia algo de frio, se calzo las zapatillas y salió de su habitación.
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Theo estaba “concentradamente” leyendo un libro en un sillón al lado de la ventana, hace más de un mes que se veía con Harry en lugares solitarios, donde compartían horas muertas y no tan muertas con besos y caricias que poco a poco iban con más “confianza”.
Sabía perfectamente que Harry comenzaba a sentir algo más profundo por el que en un comienzo de su relación, algo que jamás imagino.
El siempre había sido frio e indiferente con las personas, era su manera de aislarse del mundo, de no sufrir por los demás. Su madre había muerto cuando él era pequeño y su padre no le demostraba el afecto que un hijo merecía, se crio con elfos y nanas que tampoco le brindaron un verdadero cariño. Solo poseía a sus amigos, que aunque no les demostraba cuanto los quería y les agradecía por estar con él, siendo que su personalidad muchas veces era una molestia, pero daba gracias a Merlín de que sus amigos eran de verdad, que le habían demostrado que él podía recibir cariño y que podía dar, sus amigos eran pocos pero leales y eso era lo importante, Draco, Blaise y Pansy, los tres se conocieron cuando pequeño ya que sus padres se conocían desde sus tiempos en el castillo.
Cuando llego a Hogwarts supo que tendría un poco mas de libertad ya que no tendría la fría y calculadora mirada de su progenitor, aunque el sabia perfectamente que jamás podría actuar como un niño normal, el a la edad de 11 años ya era un hombre.
Y cuando lo vio - aunque nadie lo noto – su corazón dejo de latir por unos minutos, era drástico, estúpido de creer en algo tan cursi como en el amor a primera vista, pero eso es lo que le había pasado, al ver esos desordenados cabellos negros como la noche, una piel algo morena pero que se veía muy suave y esos hermosos ojos verdes que aunque estaban escondidos en esas horrendas gafas, él las pudo ver de todas formas, esa inocencia, curiosidad y asombro que se veían en su rostro lo dejo embobado y su supo a sus 11 años de edad que había entregado su corazón a ese niño que no conocía de ningún lado.
Fue su decepción el ver como el chico se iba a la mesa de los leones pero fue peor saber que el ese pequeño era el famoso niño-que-vivió, de ese momento supo que nunca tendría oportunidad de conseguir que ese chico se enamorara de él.
Con el paso de los años, pudo ver desde la lejanía, como aquel niño inocentes de 11 años, iba creciendo, aprendiendo y madurando, era una tortura estar tan cerca y al mismo tiempo estar tan lejos, sabía que la vida de Harry era difícil y más le dolía saber que él no era nada en su vida, no existía.
y… ¿ahora? Ahora era su oportunidad y no la desaprovecharía por nada del mundo…
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Harry camino por los pasillos aún sumergido en su mundo de unicornios y corazones asesinos, aunque se había prometido que no iba a pensar nuevamente en aquel chico castaño de ojos oscuros de la casa de las serpientes, sus pensamientos iban como enajenados hacia los recuerdos de los momentos en que habían pasado juntos, sobre todo cuando se besaban y se tocaban, se sonrojo violentamente y se maldijo una y otra vez, no era su maldita culpa que con todo lo que había vivido en esos años no hubiera tenido experiencia en relaciones de pareja, después de todo tratar de matar al mago oscuro más poderoso no te dejaba mucho tiempo como para ser un chico “normal” y tener novias o novios.
Suspiro antes de abrir la puerta del Gran Comedor, miro a su mesa y vio a Ron junto a Hermione, Ginny y Neville, disimuladamente vio hacia la mesa de las serpientes, estaba Draco junto a su novio Blaise, pero el no estaba, se preguntaba donde estaría, si estaría con alguien mas. Harry sacudió su cabeza tratando así de quitarse aquellos estúpidos pensamientos, se estaba comportando como un idiota... mmm, quizás podría ir a su dormitorio e ir a buscar el mapa de los merodeadores…
- Harry te ves muy guapo – dijo una voz muy cerca del azabache
Harry miro a la persona que estaba delante de él, era Cho, hace tiempo que no hablaba con ella, desde… mmm… ni se acordaba
- eh… gracias – dijo algo ido aun
- oye Harry, no quisieras ir conmigo a Hogsmeade – le dijo “sensualmente” (n/a: emmm si claro ¬¬)
Harry estaba tan descolocado, ay que aun sus pensamientos no estaban al cien por ciento en aquel lugar que cuando sintió a la pelinegra agarrar su brazo y apretándose a él con sus pechos dio un pequeño bote y por fin reacción…
- emm… yo… Cho… - tratando de deshacerse del brazo de la chica (n/a:¬¬ sanguijuela)
Pero lo que paso después nadie se lo esperaba, ni en los mejores sueños de Harry algo así hubiera podido llegar a soñar.
- podrías quitar tus asquerosas manos – dijo en tono seco y con una mirada completamente fría
Cho más que por la orden, se separo del moreno por la sorpresa de escuchar las palabras del Slytherin que estaba detrás del Gryffindor.
Theo paso sus brazos por la cintura de Harry, colocando su cabeza en el hombro del moreno, sonrió con superioridad al ver el desconcierto y enfado de la chica – no es por ser grosero pero no me gustan que anden manoseando a mi novio
En el gran comedor todos los alumnos y profesores se habían callado ante la escena por lo que todos pudieron escuchar las palabras del castaño y hasta el mismísimo Harry se quedo con la boca abierta y la sorpresa pintada en la cara.
Sintió como el agarre se apretaba más, cuando Cho puso cara de no creérselo, como la mayoría del resto de alumnos.
Theo se deshizo del abrazo y se coloco al lado de Harry, le tomo la mano y casi a rastras – ya que Harry aun no despertaba de su ensueño – a la mesa de los leones, sin importarle las caras de shock, asombro e incredibilidad que le mostraban, se sentó junto al moreno.
Con movimientos elegantes y calmados, se sirvió una taza de café…
Al de mirada verde se le iluminaron sus ojos y una feliz y hermosa sonrisa adorno su rostro, aunque había pensado en un principio que todo era causado por algún sueño o por su imaginación, al pellizcarse discretamente la mano, supo por el dolor que estaba en el mundo real. Miro a Theo que se encontraba a su lado, como si fuera lo más normal del mundo y supo que todo podría ir mejor de ahora en adelante.
Bajo su mano por debajo de la mesa y busco la del otro chico, la tomo con fuerza y le sonrió a su… novio… sonaba bien…
Theo suspiro tranquilo al ver que no había metido la pata y que Harry no estaba para enojado por haber dicho que eran novios, aun a sabiendas que Harry podría mandarlo a freír monos al África, pero aunque el moreno no lo había afirmado con palabras, los gestos y acciones eran mejores…
Sin poder evitarlo, ni quererlo tampoco, subió su rostro hacia la cara de Theo este se acerco al moreno y se dieron un casto beso, enfrente de todavía una choqueada multitud…
Harry comenzó a comer su desayuno aun con la mano a sujetada con al de Theo debajo de la mesa, después de todo al parecer no había sido un simple beso…
Fin.