Título: El honor de ser pasivo
Autor: Selene2000
Pairing: ¡¡¡sorpresa!!!
Disclaimer: Los personajes pertenecen a Konomi.
Palabras: 427
Advertencia: Slash
Notas: Esto fue hecho con motivo de una serie de retos en el LJ por Halloween (se supone que de 100 palabras). La cuestión era retar y ser retado. Este mini one-shot es la respuesta al reto que missginni me propuso.
El honor de ser pasivo por Selene2000
—No puedes pretender que yo… —Atobe suspiró frustrado.
—¿Y yo sí? —protestó Mizuki indignado.
—Es distinto —se jactó Atobe—. El cuerpo del gran Ore-Sama está hecho para el deleite del hombre, para contemplarlo, disfrutarlo. Sin embargo el tuyo… —lo miró con cierto desinterés.
—Tsk, vamos Atobe. Reconócelo. No eres lo suficiente hombre como para estar arriba.
Atobe gruñó. —No es eso. Imbécil. Es simplemente que me niego a ser yo quien tenga que prepararte a ti. No estoy tan necesitado.
—¿Y yo sí? —protestó Mizuki.
Esta vez Atobe sonrió más ampliamente —Tú, mi querido Mizuki, estás muy necesitado, ¿por qué sino llevarías esas camisetas moradas tan horteras?
—Primero que nada Atobe-sama —dijo no sin cierto retintín—, es púrpura, no morada y segundo ¿qué tiene que ver eso? —dijo Mizuki indignado.
Atobe sonrió —Lo haces para llamar la atención. La mía —acotó.
—¿La tuya?
—De quién sino. ¿No estás aquí por eso? Desnudo. En mi cama. Eres afortunado de que el gran Ore-Sama se ofrezca para cumplir tu sueño; follar contigo.
—Que yo sepa tú también estás aquí —rezongó Mizuki—. Nadie te ha obligado.
—Nadie obliga a Atobe a nada, mi querido Mizuki —acotó—. Y dime, ¿por qué no quieres estar arriba? ¿Acaso tienes miedo?
—¿Miedo? —barboteó—. ¿A qué?
Atobe se encogió de hombros —Quizás no sepas meterla. Ya sabes, nunca has sabido metérmela bien en la pista… —añadió—. Quizás tengas miedo.
—Yo sí sé meterla, Atobe. Y mucho mejor que tú. Pero quiero estar abajo, aunque quizás debería de temerlo, por si tu narcisismo y tú me aplastáis.
Atobe echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada —Mizuki-kun, mi narcisismo y yo hemos decidido darte una oportunidad. Siéntete afortunado. Aunque claro —sonrió Atobe—, imagino que el problema es que tienes miedo, quizás temes tener un… ¿gatillazo? ¿No eres lo suficiente hombre para estar arriba?
—¡Por supuesto que lo soy! —protestó a la vez que agarraba a Atobe de un brazo atrayéndolo hacia él.
—Umm… no estoy muy seguro Mizuki-kun —le susurró al oído un momento antes de acostarse en la cama—. Qué tal si me lo demuestras.
—¿Y qué ganaría yo con eso? —cuestionó acercándose más.
—¿El honor de follar al gran Atobe?
—Umm, quizás eso no sea suficiente.
Atobe sonrió. —¿El placer de tener tú el control de la situación? —cuestionó, atrayendo a Mizuki sobre sí.
—Umm.
—¿El oírme gritar tu nombre?
—¿Sólo el mío? ¿Siempre el mío?
—Umm, eso depende de lo bueno que seas —ronroneó—. ¿Lo eres?
—Quizás sea mejor que te lo demuestre.
Fin
Respuesta al reto de janestarkage
—¿Qué tal Yuuta? —había preguntado Ryoma sonriendo brevemente—. Dale recuerdos de mi parte.
Mizuki lo había mirado con la boca ligeramente abierta y un tanto confundido. Ryoma no podía haber preguntado por Yuuta, no en un mundo racional. Había estado todo el día pensando en eso hasta que no pudiendo soportar más la intriga había ido a preguntarle al mismo Yuuta. Éste había puesto una mirada soñadora y simplemente había comentado olvídalo, ante lo cual Mizuki había hecho lo único que podía hacer: enrollarse un dedo en el pelo mientras jugueteaba con el e insistir.
Yuuta, tras casi media hora de monólogo por parte de Mizuki había dicho la segunda cosa en un día que había conseguido que la boca de Mizuki se volviera a abrir como la de un pez.
—Pasamos la noche juntos.
Después de eso Yuuta se había ido y Mizuki se quedó completamente estático.
Al día siguiente fue a pedirle, no, a exigirle explicaciones al mocoso de Echizen. Éste había sonreído, como si supiera algo que Mizuki no sabía y había dicho:
—A Yuuta le encanta chupar el merengue.
Mizuki se negó a abrir la boca otra vez como si fuera un pez en busca de alimento. Echó la cabeza hacia atrás y miró a Echizen con toda la soberbia que pudo, a cambio recibió un mada mada dane y después el mocoso desapareció.
Cuando le preguntó a Yuuta este se rió un buen rato antes de decir:
—Ryoma siempre es así, le gusta hablar sobre los demás, pero no sobre él.
Mizuki había hecho una de aquellas preguntas retórica de las que no quería una respuesta pero que siempre recibía una.
—¿Echizen es bueno en algo?
—Con las manos.
Después de eso Yuuta se fue y después de eso Mizuki prometió que esa noche los seguiría.
Descubrió que efectivamente a Yuuta le gustaba chupar el merengue, que Echizen era muy bueno con las manos y que un SORPRESA, casi lo hizo caer de culo. Estaban todos ahí, lo había olvidado, hoy era su cumpleaños y la tarta más bonita que hubiera imaginado estaba ahí, de color morado, con letras hechas en merengue y su nombre como único adorno.