Cuando Kaidoh está enamorado
Nadie puede distinguir cuando Kaidoh está enamorado, aunque una persona si lo puede hacer, y esa soy yo. Es imposible ver a sus ojos y develar aquel oscuro secreto que subyace en los mismos, pero es un secreto que muy pocos pueden tener el lujo de conocer.
Cuando Kaidoh está enamorado sus pupilas se dilatan, un poquito más de lo normal pero sin exagerar. Sus manos empiezan a temblar ligeramente y un shock eléctrico navega por su médula espinal.
Cuando Kaidoh está enamorado, extrañamente los pájaros de mi casa empiezan a cantar más fuerte, y cada vez que él pasa corriendo vuelan alrededor, contentos por aquella alegría, aunque él no lo note.
Cuando Kaidoh está enamorado, normalmente él no se da cuenta, pero tiene un extraño tic en su ojo derecho, sobre todo cuando habla conmigo. Yo lo noto, pero él parece que no.
Cuando Kaidoh está enamorado, todas las flores empiezan a nacer nuevamente y abrirse contentas de algo que pasa muy pocas veces, ya que no es una persona fácil de hacer amar.
Cuando Kaidoh está enamorado, no suele enojarse demasiado, y eso ya es algo bueno para la mayoría de nosotros, ya que no nos grita ni se enoja cuando algo le sale mal.
Muchas veces Tezuka creyó que estaba enfermo, y me mandó a mí a llevarlo a la enfermería para que se sienta mejor. Pero él a pesar de saber que no lo estaba, me acompañaba igual solamente para estar conmigo, sólo por hacerme compañía un raro y mirar juntos aquel cuarto blanco, en silencio, pero un silencio cómodo que valía más que mil palabras.
Momoshiro a pesar de todo también se preocupa por Kaidoh cuando éste está enamorado. Ya que la actitud de ambos cambia, las peleas se disgregan y sólo hay un pequeño bostezo y se da vuelta para continuar su labor.
Cuando Kaidoh está enamorado, normalmente el club de tenis es diferente, hay un silencio horrible y las personas se ven tristes.
¿O acaso seré yo?
Porque cuando Kaidoh está enamorado, siento que no lo está de mi, sino de alguien más. Mi corazón no resistiría el saber que lo he perdido sin siquiera intentarlo.
- ¿Podemos hablar? -la voz gruesa de una persona conocida me hace dar la vuelta.
- ¿Hm? -respondí.
- Necesito que hablemos -me dices. Pero no entiendo que querías decirme tú a mí.
Te miro un rato a los ojos y puedo observar todo lo que describí anteriormente. Temblabas ligeramente, tus ojos tienen ese extraño tic mientras tus pupilas también se dilatan. Las flores a nuestro alrededor empiezan a despertar y los pájaros cantan cada vez más fuerte.
Sonríes extrañamente y siento que algo pasa en mi, algo cambia en mi cuerpo. Y a pesar de que no me observo a mi alrededor, siento que todo lo que pasa no es porque tú estés enamorado, sino porque yo lo estoy de ti.
Pero se que esto no va a suceder, porque es un sueño ilógico de que dos hombres se amen. Por lo cual no te hablo, y me doy la vuelta para irme de allí; así quedó nuestra conversación, en nada, en una nada misma que sólo dos palabras podrían calmarlas, un cálido: "Te amo", que bien sabemos que nosotros sentimos, pero es imposible decirlo, porque duele.
- Cuando Ryoma está enamorado, todo cambia para él -musitas tú.
Fin.