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|†|… Lazos de Sangre…|†| por Sumi

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Notas del fanfic:

jajaja...

realmente me esta costando esto!!! XD

Notas del capitulo:

Bueno... este es realmente mi primera primera pero primera historia...

me moria de ganas por saber como fueron mis verdaderos inicios...

quiero darle un giro si a la historia... asi que veamos como nos va y despues comento....

ojala les guste....

 

 1.- Primer encuentro bajo las estrellas… ¿Eres un vampiro?

 

La noche bañaba las calles centrales de aquella hermosa ciudad italiana... El aire estaba húmedo y calido. Era una noche de verano especialmente calurosa, aún así el cielo amenazaba con dejar caer el húmedo contenido de sus pequeñas nubes negras.   

 

Pasada la media noche el escenario estaba oscuro, las amplias calles escondían amenazas desconocidas e impensables, mezclándose con la inmundicia humana común y corriente de cada día.  

 

A pesar de la sobrenaturalidad del ambiente, las calles se mostraban más seguras y despejadas. Se decía que la acción policíaca mejoraba cada día, y debido a eso lacra a lacra se iban evaporando de la ciudad… Pero sin dejar rastro alguno. Por esa razón y miles de estupideces humanas de más… Las calles de roma se encontraban vacías.   

 

De entre las sombras se entreve una silueta: Un hombre… iba por allí y por allá sumido en un sus pensamientos. A cada tanto de tiempo, encendía un nuevo cigarrillo para que se consumiera como los  otros entre sus labios. El que tenía por ahora preso en su boca debía de ser el noveno o décimo desde que había dejado su pequeño departamento… Hace un poco más de 30 minutos.   

 

Todas las noches de la última semana, siempre después de la media noche, se disponía a caminar por ahí sin rumbo específico. No importaba en donde se encontrara, en qué estado, con qué persona… Siempre había una excusa para irse solo a recorrer la ciudad. Era como una especie de transe en el que se sumía al caminar.   

 

Nunca seguía el mismo rumbo que la noche anterior, pero siempre llegaba a un mismo lugar… A la famosa “Fontana di Trevi”. Normalmente llegaba a ese punto de su caminata ya pasadas las tres de la madrugada, lo que significaba el fin de esta. Nunca recordaba del todo bien lo que sucedía a su alrededor mientras se dirigía hacia allá.   De pronto sintió una fuerte fatiga que lo hizo abandonar sus pensamientos, y que ya no lo dejo avanzar. Le dolía el abdomen últimamente, al toser, al reír (lo cual hace tiempo no hacía), al comer...    

 

Le habían diagnosticado cáncer gástrico. Aun así no había dejado de fumar; de hecho sentía que era lo único que lo aliviaba. Aunque su diagnostico sucedió tiempo atrás, a sus 20 años, era clara evidencia de una prematura vida sin cuidados ni control... y de la ausencia total de un hogar. Miró entre sus dedos, se llevo el cilindro mortal hacía sus labios nuevamente y aspiró en profundidad… Al botar el humo no pudo evitar que se le contrajera el estomago. Pensó que aquello era mejor que tomarse aquellas horrendas pastillas. Seguramente su adicción al cigarro lo había llevado más pronto hacia el final. Era penoso y demasiado evidente… le quedaba poco tiempo.   

 

Apretándose la camisa negra en su pecho con la poca fuerza que le fuera quedando día tras día, elevó sus ojos al cielo y en un medio susurro habló por fin:   

 

- ¿Ni siquiera esto supone importancia suficiente para ti? – Decía apretando cada vez más su puño. Mientras bajaba su ahora ensombrecida mirada hacia el pavimento.  –  Corinne… ni después de todo este tiempo…  

 

La ligera lluvia de verano comenzaba a caer sobre roma, en tanto una sutil gota salada resbalaba por la suave mejilla hasta perderse en el suelo junto a las miles de gotas más que le harían compañía aquella noche.     

 

~ × †         ۞        † × ~    

 

Caminaba sin preocupación, aún por aquellos callejones entre los edificios. Tenía por costumbre tomar atajos, aunque generalmente no llevara prisa alguna. Realmente poseía a su favor todo el tiempo del mundo.   

 

Aquel paseo no estaba de principio entre sus planes para esta noche; pero el hambre y especialmente una sensación de curiosidad extraña, le habían hecho cambiar de parecer y mojarse su preciada camisa de tela color rojo vino. Hace casi una semana que estaba en roma y aún no podía descubrir que lo llevó a elegir tal destino. Ya había estado con anterioridad en aquella cuidad, pero hace ya demasiado tiempo para poder estar seguro de cuando. De todas formas se acordaba de cada rincón que había recorrido aquella vez y la ciudad no había cambiado en exceso con el paso de los años.  

 

Recordaba que a menudo en sus recorridos nocturnos, se encontraba con alguno que otro imbesil tratando de pasarse de listo… Tal como esa noche.   Procedió su caminata hasta sentir unas manos calientes tomándolo por el cuello, seguidas de una sensación fría. Mucho menos sutil que la leve frialdad de la lluvia que caía en esos instantes.   

 

- Hola niño bonito. – El tipo tenía una enorme cuchilla rozándole peligrosamente el frágil y pálido cuello.   

 

Lo sabía, antes de siquiera asomar la nariz a la entrada del callejón. La esencia de aquel hombre; su sangre, desprendía aquel aroma peculiar de la maldad.

 

Seguramente le dejaría un sabor agrio al que la bebiera. Inclusive ante el agradable toque dulzón natural de la sangre, aquella agriedad ganaría.  

 

- Miren nada más que preciosura de cara tienes. -  Le tomó violentamente su rostro girándolo para dejarlo mirándole a los ojos. Una sonrisa se dibujo en su rostro al mirar los pardos ojos del muchacho. Poseían un brillo inusual, que sólo se le ocurrió catalogar como miedo. – Serás una delicia que saborearé a mas no poder.  

 

Pudo ver en la desagradable mente del infeliz, la confirmación de sus ya claras intensiones. Con unos insulsos cuarenta y tantos años a cuestas, no tenía hijos ni esposa. El maldito se paraba día tras día, escondido en la sombra de aquella callejuela, esperando doncellas o muchachos jóvenes. Se regateaba en su proeza; solo los más agraciados caían en desgracia. Gozaba de ultrajar, humillar y matar lentamente a sus jóvenes victimas.  

 

Decidió seguirle su sórdido juego. Sería la victima sólo por unos momentos… De todas formas estaba aburrido, tenía hambre y librar a la humanidad de un ser como aquel valdría la pena el mal sabor de boca al final.    

 

Se dejo arrastrar por el repugnante tipo hasta la profundidad del callejón, en donde solo una tenue luz presenciaría la cruel hazaña del individuo. Le permitió que le apresara las manos a una parte de las escaleras de emergencia del edificio a sus espaldas, con unas esposas. Con el filo de la cuchilla, le abrió la camisa y levantó su polera negra hasta descubrir por entero el marcado torso del muchacho. Procedió a tirar el arma para poder lamerlo y mordisquearlo con brusquedad mientras con sus garras manoseaba su trasero. Bajaba con su lengua y dientes dejándole marcas amoratadas por el delgado vientre. Recorría su grácil cuerpo con ansias y bruscamente, mientras este se dejaba hacer todo con los ojos cerrados.  

 

El tipo estaba fascinado. A pesar del hecho de gustarle que sus victimas gritaran desesperadas y le rogaran dejarlas ir… Tener la oportunidad de hacerle lo que le viniera en gana, fácil y despreocupadamente, le excitaba de sobremanera. Además aquella noche se había sacado la lotería. Jamás se le pasó por su retorcida cabeza que aquel monumento se encaminara por tales lugares;   No tendría mas de 25 años; tenía pura pinta de ser un niño consentido de alta sociedad a pesar de sus ropas juveniles; con su cabello claro y bien cuidado, el cual pareciera tener vida propia. No era exactamente de conflexión fornida; de piel demasiado pálida, mas bien tenía un aspecto delicado; y especialmente así, atado de con las manos sobre su cabeza y empapado como estaba, no parecía especialmente fuerte…    

 

- ha ha ha… - Comenzó a reír de pronto el chico, casi era un susurro… incluso podría llegar a parecer un sollozo.   

 

- ¿Tan nervioso estas…? – Se acercó a su oído para susurrarle; casi mordiéndoselo – Veamos que harás mas tarde… ¿Llorar? ¿Gri…  

 

- Lo que haré maldito engendro… - Decía vorazmente con su boca por debajo de su oreja, cerca del cuello del sujeto. –… Será arrebatarte tu insulsa vida, en lo que para mi, no sea ni un suspiro; te secaré el cuerpo de cada repugnante gota de sangre, en tanto sientes como tu podrida alma se pierde en el vacío… para nunca más volver.  

 

Dicho esto rasgó levemente, con sus ahora enormes colmillos, el cuello del tipo. Este retrocedió al instante tocándose la herida con dedos temblorosos; sintiendo como se mojaban en sangre. Dirigió su mirada al chico que tenia la cabeza caída hacía adelante, sin dejar ver su rostro. Pensó que tal vez las drogas lo habían anestesiado y su anterior victima se la había provocado. Había cesado de llover… miró nuevamente al chico… Y solo pudo seguir retrocediendo…  

 

Ya se había deshecho de las esposas, dejándoselas en sus muñecas como pulseras metálicas otorgándole un aspecto endemoniadamente feroz. 

 

Sus cabellos castaños parecían engrifados como los de un felino; al igual que sus ojos los cuales brillaban, no de miedo, sino de pura sobrenaturalidad… Por otra parte estaban sus colmillos, enormes como los de una bestia, manchando su boca de sangre fresca. Se acercaba cada vez mas a el.   

 

Pudo ver la confusión la mente del tipo; la pena, la soledad, la maldad, el odio, la sed de venganza… pero ni un abismo de arrepentimiento. Le hizo llegar a su mente las imágenes de su muerte cercana. Mientras repetía una y otra vez, haciéndose eco en su torcida cabeza… “Hoy tú serás mi cena.”   

 

El tipo estaba paralizado, ni siquiera pasó por su mente la idea de buscar la cuchilla para defenderse. La caza sería fácil. Se le acerco lentamente para darle la oportunidad de intentar huir. Pero no había en el hombre reacción alguna. Lo tomó violentamente por la nuca y le desgarro el cuello con los colmillos para succionar su sangre más fácil.   

 

Al sentir aquel intenso dolor el hombre pareció reaccionar y trató sin éxito de zafarse. Pero era inútil… Cuanto más se movía mas fuerte le mordía, ya le temblaban las piernas y se le nublaba cada vez más la vista. Pasó por su pensamiento la posibilidad de suplicar piedad. De rogarle que le dejara vivir.  

 

Fue entonces cuando sintió aflojarse la mordida… Tal vez lo dejaría en paz.  

 

- Ni lo pienses… - Dijo seriamente. - …No le dejaré a este ya podrido mundo una lacra como tu… un maldito asesino sin corazón    

 

Entonces volvió a morderle y esta, ambos sabían que sería la ultima vez.  

 

- ¿Enton… ces… q… que… e… eres… tu?   

 

Fueron las últimas palabras provenientes de una podrida alma; llevada a ese extremo al ser atormentada por años. Guiada cruelmente al asesinato y la violación. Aquella perturbada mente mortal no le escondió nada. Su infancia, el maltrato, el horror… su propia sangre derramada por el que se dijo sería su protector. La traición a un alma de niño inocente que tiene fe en su nuevo padre. Lo vio todo claramente. Y a pesar de que el tipo no se arrepentía de nada, incluso al llegar el final… Solo le quedaba compadecerlo.  

 

De pronto una presencia perturbante a su espalda. No era un peligro, tenía la certeza de que era mortal.

 

Seguramente se le había pasado por alto por la excitación de la casería y el hecho de ser pasadas las 4 de la mañana.   

 

Aquella débil presencia hacía estragos en su interior. Y a pesar de haber saciado recién su hambre de sangre… deseaba beber de aquella que debía ser dulce y espesa.  

 

Se giró para ocultar sus colmillos aunque sabía que aquel mortal lo había visto todo. Trató de decidir que haría a continuación… Sabía que tenía que matar a todo pobre diablo que le descubriese, pero…  

 

- ¿Tu … - Escucho el calido timbre de voz que venía desde la entrada al callejón. – también eres un vampiro?   

 

~ × †          ۞        † × ~    

 

Llevaba caminando ya un par de horas más de lo habitual, la suave lluvia se estaba deteniendo, pero se le habían mojado los cigarrillos. Decidió que ya estaba lo suficientemente cansado como para volver al solitario departamento y rendirse al que esperaba fuera un reparador sueño.   

 

Al caminar por una calle solitaria, en donde había muchos edificios comerciales y residenciales a los costados; le había parecido escuchar ruidos extraños provenientes de aquel oscuro callejón a su derecha. Pensó que podría brindarle ayuda a quien la necesitara. Después de todo moriría en poco tiempo.   

 

Pero lo que vio no era exactamente lo que se esperaba;  

 

Un muchacho, de unos veinte y algo, se encontraba esposado a una escalera con un imbesil abusando de su clara desventaja. Tenía los ojos cerrados y estaba muy pálido, así que seguramente debía estar inconsciente. Le hervía la sangre de rabia; el chico se encontraba indefenso, y el inescrupuloso sujeto lo toqueteaba por todo el cuerpo. Se decidió por fin a hacerle frente... Fue entonces cuando vio como el chico reía y seguido susurraba algo al oído del sujeto. Vio como este retrocedía confundido… Luego aterrado.  

 

La lluvia había cesado. Ya el resto fue tan rápido que no reacciono hasta que pudo distinguir la abundante sangre en la boca del chico, que se encontraba en cuclillas junto al desagradable tipo… quien yacía muerto en el suelo.  No pudo evitar admirar la belleza singular de aquel ser. Con su pelo castaño rebelde, desordenado y húmedo, cayendo sin control sobre su frente, con esos rizos mojados en su nuca.

 

Era imposible predecir a edad de un vampiro. Físicamente aparentaba tener no más de 25 años; con su camisa de manga corta desgarrada como estaba en el pecho y caída descuidadamente por uno de sus hombros, sobre aquella polera negra que le tapaba la mayor parte de las muñecas; y sus jeans negros semiajustados muy juveniles. Era bastante alto, mucho más que él de hecho. Cuando se puso de pie pudo ver sus ojos, reflejando intensamente la ferocidad natural de un vampiro, combinada con el penetrante color pardo de su mirada; revelaban que tenía ya un par de siglos encima… y se le hacían completamente irresistibles.   

 

En su rostro; la palidez que abundaba antes había sido reemplazada por un suave rubor sobre su nariz y bajo sus ojos. Sus labios se encontraban bañados en sangre; una pequeña marca iba desde sus labios, por su mentón y mandíbula… Era la huella que había dejado la sangre del infeliz que yacía en el suelo. Le daba al vampiro una apariencia humana que seguramente duraría tan solo unos momentos más. Lo había descubierto al ver la apariencia de Corinne tras una noche de caza abundante.  

 

Cuando el vampiro se volteó por completo, pudo observar que el corte de aquella camisa color vino le sentaba a la perfección. Además tenía los pantalones rajados de una forma provocativa en exceso. Este le miraba de reojo, sin hacer movimiento alguno. Se preguntó si pensaba atacarlo pronto o estaba esperando a que huyera para hacerlo.

 

Sabía por Corinne que no debía acercarse a cualquier vampiro que viera por ahí. Que un mortal sea conciente de tal estado de no muerte, significaba la propia. Pero este encuentro fue inevitable. Sabía que corría peligro, pero no le importaba. La verdad la curiosidad le mataba. Quería saber más de él. Había conocido con anterioridad a una buena cantidad de vampiros en casa de su amada, pero… había algo en aquel vampiro extraño que le intrigaba y le atraía al mismo tiempo.  

 

Sin embargo;  

 

 

- Tu… también eres un vampiro…  

 

 

 

… Es todo lo que pudo decir.

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

la verdad la tengo inconclusa pero me llegaron nuevos animos para retomarla... con muchas mas ideas... pero para lograrlo necesito saber que opinan....  necesito animos y sugerencias  ^^

 aun hay tiempo para continuarla ya que tengo por lo menos 4 capitulos listos parar subir...

mmmm...

 

ahora... reviews????

^^


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