“Buscas una historia entre un montón de libros viejos, una que no tenga nada que ver con cosas de otros mundos o simplemente que no hable ¿Solo de amor? Sumamente pasional o de acción… no solo busca una historia que sea interesante como la que te contare…o quizás para ti no lo sea porque es tu propia historia aun que no la recuerdas…”
“Recuerdas aquel día…no claro que no, fue cuando nos conocimos…fue algo tan normal que para muchos hubiera sido algo tan mundano como para no tomarlo en cuenta, pero para mí fue algo tan maravilloso que quizás nunca lo olvide. Aquel día; un 15 de febrero si…cómo no recordarlo, fue a las cuatro de la tarde, acompañe a un amigo al parque por que se iba a ver con su novia y no quería estar solo… me quedaba de paso la tienda de pasteles que queda por mi casa, mi compañero estaba tan nervioso y ansioso que no parecía que ya hace dos años tenía novia…”
“Ese día te vi a ti sentada en una de las mesas del parque, estabas sola tomando un café helado, al instante de posar la mirada sobre ti pareció que lo sentiste y volteaste, nos miramos fijamente solo unos segundos y sonreíste de una manera muy hermosa… solo con ese gesto hiciste que mi corazón comenzara a latir con más entusiasmo, si se que suena demasiado cursi para ti, pero aun así…eso fue lo que me hiciste sentir”
“Aquella niña a la que esperábamos no tardo mucho en llegar, nos saludamos y se despidieron ambos para ir juntos a algún lugar…la verdad no me detuve a preguntar pues mi interés estaba en otra parte…mire de nuevo a donde te encontrabas pero ya no estabas, te busque un poco mas pero no te encontré…y pensé que ya no te volvería a ver. ¿Qué pérdida de tiempo no?”
“En ese momento alguien me pregunto si había perdido algo y al ver a mi lado ahí estabas tú, con aquella hermosa sonrisa, solo te sentaste a mi lado y comenzamos a platicar, era como si ya nos hubiésemos conocido de hace tiempo, y yo…yo no me canse de verte hasta que la noche llego… y solo seguíamos ahí tu y yo…”
“No quería separarme de ti, por eso comenzamos a caminar sin rumbo…serian como las cinco de la mañana cuando llegamos a un muelle, nos sentamos en la orilla para poder meter los pies en el agua, siento que desde que empezamos a platicar me enamore de tu entusiasmo, recargaste tu cabeza en mi hombro y solo nos quedamos viendo el reflejo de la luna en el agua cristalina…”
“Parecía que las horas no pasaban mientras estábamos juntos…hasta que llego el momento de despedirnos pues te llamaron por teléfono…me diste tu numero y yo te di el mío…te acompañe de nuevo hasta el parque del que habíamos partido, ya estaba a punto de amanecer…fue increíble pasar todo ese tiempo contigo…”
“No quisiera agobiarte contándote con lujo de detalle, pero me encanta recordar cómo se dieron las cosas… después de ese día pasaron dos semanas en las que no supe nada de ti, aun que extraño te recordaba a cada instante, por muchas cosas…el aroma del café, el rocío del agua, el ruido de las llaves en tus bolsillos hasta por el crujir de las hojas cuando estuvimos en el parque o el crujir de la madera a nuestros pies…casi podía decir que estaba obsesionado contigo pues no paraba de recordarte…”
“Pasado ese tiempo mi celular sonó y al ver tu nombre respondí, tu tono de voz me pareció muy triste, pero no lo mencione y quedamos de vernos de nuevo, quedamos de encontrarnos en el parque y así iríamos a dar una vuelta otra vez, estaba feliz. Fue un drama total estar listo a la hora acordada, el agua estaba muy caliente, el desayuno se quemo un poco por mis descuidos, el café sabia horrible, había olvidado darle de comer al gato; con razón me seguía tanto no… Salí casi corriendo de la casa para llegar al parque y ahí ya estabas tú…te veías igual de hermosa que ahora… tu cabello estaba recogido por un listón amarillo, estabas tomando de nuevo café helado, tu blusa era color verde y tu falda era blanca con algunos lazos amarillos y verdes, tus ojos hermosos color miel acompañados de aquellos labios que parecían sabor a fresa, finos y preciosos, tus mejillas sonrosadas siempre con aquella sonrisa presente que tanto extraño cuando no está en tu rostro…”
“Disculpa que te describa con tanta emoción, sé que no te gusta que lo haga…pero para mí eres la perfección…de nueva cuenta sentiste mi mirada y volteaste…al verme dejaste el café y fuiste a mi encuentro. Me diste un beso en la mejilla y ahí comprendí lo que sentía mi amigo al esperar a su novia… a pesar de estar sonriendo de nuevo sentí como si estuvieras triste. No tuve tiempo de preguntarte nada porque me jalaste del brazo, solo me dijiste que íbamos a ir a un lugar en el que pasabas tiempo sola. Nos tomamos de la mano, desde que te vi pensé que me gustaría tener algo bonito contigo. Si ya sé que no te gusta que diga eso, sé que no te gustan muchas cosas de mi y aun así te agradezco mucho que estés aquí conmigo…pero quita esa cara de tristeza que yo estoy bien…”
“Ese día me llevaste a una cabaña que estaba frente a un lago, tomamos un autobús para llegar ahí, en ese lugar sonreíste con un reflejo de anhelo incluso dejaste de parecer triste por un momento…entramos y me pediste que nos recostáramos en la sala, me dijiste que hace tiempo viviste ahí con tus padres hasta que ellos murieron y te fuiste de ahí, y esa era la primera vez desde hace cinco años que volvías a visitar tu casa porque tenias miedo de ir sola y echarte a llorar de nuevo…pasamos un par de horas solo recostados sin hablar de nada, yo solo acariciaba tu cabello y te hacia cosquillas en la oreja para hacerte reír un poco, tampoco te gustaba mucho eso pero me permitías hacerlo…”
“Pasado un rato volviste a mirarme a los ojos…ahora estabas llorando y eso me hizo sentir un mal presentimiento en mi pecho, te pregunte qué era lo que tenias y en vez de responderme solo me besaste…comenzaste a hablar de nuevo, hoy hubiera preferido que no me hubieras dicho nada, incluso llegue a pensar que me hubiera gustado no haberte conocido aquel día en el parque… Lose, soy una basura y disculpa que no te lo dijera antes, pero me llene de odio al saber que había pasado algo maravilloso en mi vida…e iba a desaparecer tan rápido como llego…me tomaste la mano y me dijiste que estabas enamorada de mi…yo solo te abrace al saberlo y te dije que no tenias que llorar por eso, que yo también te amaba…y que quería estar contigo todos los días de mi vida…”
“Y eso no fue mentira, nunca nada de lo que te dije lo fue, como ahora que te veo y te digo que te amo más que aquel día que te conocí…no me mires así, solo me gusta decírtelo…en ese momento sonreíste sin dejar de derramar lagrimas de tus ojos, me abrazaste con fuerza y me pediste que no me alejara de ti nunca, parecías desesperada y para tu sorpresa te pedí que te casaras conmigo… lo sé para ti fue muy precipitado… pero a pesar de solo llevar dos días de vernos ya sabíamos casi todo del otro... me respondiste que antes de poder aceptar tenias que decirme algo…te escuche con atención y no lo podía creer, por eso estabas tan triste, tan agobiada y desesperada… no me miraste si quiera después de haberme dicho aquello, te quedaste mirando hacia el suelo…nos quedamos callados unos segundos en los que sentí que tu corazón se estaba rompiendo por mi culpa…”
“A pesar de saber aquello te hice mirarme a los ojos y de nuevo te pedí que aceptaras mi propuesta, lloraste mas en ese momento pero ahora abrasándome y diciendo que si. Después de eso me saltare la parte de los preparativos, nos casamos un mes y medio después de aquel quince de febrero…Se que no lo puedes creer y me nos si te digo que llevamos seis años de casados…si te digo que vivimos en la cabaña en la que pasaste tu infancia, y hasta si te digo que tenemos un hijo muy lindo que tiene ya cinco años…”
“Si pasamos muchos días hermosos juntos, mis amigos no podían creer que me hubiese casado tan rápido, pero al conocerte se daban cuenta porque te había pedido en matrimonio, yo mismo no me podía permitir perder un regalo tan hermoso como tu…incluso ahora que me miras como si fuera un extraño para ti…porque aun que me duela en lo más profundo eso soy para ti ahora… porque incluso cuando vez a tu hijo no lo recuerdas…no me mires con esa expresión de tristeza, incluso preferiría que me miraras con enojo o que me pidieras que dejara de molestarte a que hicieras esto…lose, sé que no sabes cómo actuar conmigo, discúlpame por contarte esto de nuevo y hacerte llorar otra vez; lo que menos quiero es que tu estés triste, se que lo estas cuando comienzo a contarte lo que fue de nosotros y ya no será…”
“Lo que sí puedo decirte es que no me arrepiento de estar contigo, me arrepiento de haber pensado en no haberte conocido, te digo esto desde el corazón, no cambiaría nada de mi vida junto a ti…me encanta cuando sonríes así, se que es una sonrisa sincera como siempre… Discúlpame por tenerte aun tan presente pero aun te amo tanto, solo me gustaría que aun que fuera por unos momentos me volvieras a recordar…pero sé que eso no sucederá… porque aun que te cuente todo lo que nosotros pasamos juntos de tu mente se borrara…”
“Pero solo quiero decirte algo, aun que lo olvides esto te lo diré siempre…que aun que tus recuerdos se vallan de tu mente te juro que en mis pensamientos tu siempre vas a estar presente… pues voy a recordarte a cada momento...te amo como jamás amare a nadie…”