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La Flor Màs Linda De Toda Konoha por Nessa Yaoi

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    "La Flor Más Linda De toda Konoha"

          (Parte II de "Tú, Eres Una Buena Razón")

 

Capitulo I -  Un Gran Inconveniente.

 

      Todo se veía maravilloso según el panorama, luego de hacer el amor difícilmente vemos  más allá de la persona a nuestro lado,  creyendo que todo será color de rosa sin darnos cuenta que nuestra vida puede tornarse bastante complicada y amarga, pero no por eso imposible de superar.

- ¿Qué vamos hacer ahora? No creo que puedas andar por ahí  fingiendo ser  uno más de la aldea como si nada, zorro - con su cabeza recostada en el pecho del Kiuubi.

- He sido parte de esta aldea casi tanto como tú, aunque no en forma física desde luego - acariciando el cabello rubio de su zorrito lindo.

- Hablando de eso, ¿Cómo hiciste para ocultar tus otras ocho colas y orejas?

- Créeme que me costo bastante esfuerzo, concentración y mucha energía, tanto que por el momento la novena quedara a la vista hasta que me acostumbre a esta apariencia - la de un atractivo joven de veinte años con largo cabello rojo, y por supuesto, ojos del mismo color.

- Me gusta, te hace ver...  sexi - dijo con sus mejillas encendidas.

- ¿Lo dices en serio? Bien, cuando te haga el amor no solo te dejare ver una, las ocho restante le harán compañía, mi cachorro - abrazándolo con dulzura.

- ¿Me dejarías ver tus orejas también? Pienso que deben ser lindas - escondiendo su rostro mientras sonreía al imaginarse el cuadro completo.

- Oye, deja de pensar en mi como si fuera un muñeco de peluche, es lo que estas imaginando, ¿No es así? cachorro travieso - haciéndole cosquillas en su costado.

- ¡Jajaja! No por favor, c-cosquillas no... - retorciéndose.

- Siempre ha sido tu punto débil - pensando que en ese momento no podía ser más feliz.

- Esta oscureciendo y hace frio, ¿Deberíamos irnos ya? Aunque... - poniendo cara de duda.

- No temas, te acompañare a casa y luego volveré al bosque - vistiéndose.

- No creo que debas, a estas horas es cuando más gente hay por las calles de la aldea, les gusta salir a divertirse luego de cumplir sus misiones... tú sabes - temiendo que alguien lo descubriera - Si alguna persona te ve, ¿Cómo podría explicar la presencia de un desconocido que además tiene cola?

- Buen punto, de acuerdo... pero iras derechito a casa, ¿Entiendes lo que te digo? Nada de andar distrayéndote por ahí, si sabes a que me refiero - mirándolo seriamente.

- ¿No confías en mi?

- No confió en los demás para ser exacto - atrayéndolo por la cintura - Eres demasiado llamativo y sensual, y se que más de uno quisiera tenerte para si e hincarte el diente "Como ese maldito Uchiha por ejemplo, si llega acercarse a mi cachorro... tendré que matarlo"

- Creo que exageras,  nunca nadie se me ha acercado con esas intenciones.

- Los olfateo, desprenden un olor muy característico,  su apetito sexual hacia ti es enorme, cachorro - pegándolo a su cuerpo - Un deseo apremiante y muy difícil de controlar.

- ¿Puedes saberlo por el olor? Vaya que eres increíble.

- Recuerda que mi olfato es más agudo que el de ustedes,  y por mi condición puedo saber cuando están desesperados por descargar esas ansias y con quien,  el ser humano es un animal de costumbres diferentes, pero al fin y al cabo... un animal con los mismos deseos que cualquier otro.

- Ya tengo que irme, te veré mañana, ¿Esta bien?  Cuídate mucho... mi zorro - besando suavemente los labios del Kiuubi, suavidad que se torno en fogosidad por parte de éste como si no quisiera dejarlo ir.

- Rayos, será mejor que te vayas o no podre... - soltándolo a duras penas antes de comenzar a desnudarlo de nuevo.

- ¡Hasta mañana! - saludo con su mano a la distancia.

- "Tengo que estar seguro de que llegue a casa o comenzare a sentirme inquieto" - saltando entre los arboles y  techos hasta dar con el ojiazul.

-  "Muero de hambre, estar con Kiuubi gasta muchas energías... rayos, siento que podría comerme una vaca entera y aun seguiría hambriento" - tocando su vientre sin saber que la semilla del zorro ya había sido implantada en su cuerpo, lo que lo hacia verse más atractivo ante los ojos de los demás.

- Naruto...  - llamo el peligris - ¿Dónde has estado todo el...? - mirándolo como si nunca lo hubiera visto antes - Luces diferente, estas más... - no pudiendo dejar de mirarlo.

- ¿Kakashi-sensei?

- No es nada, ¿Y como te sientes? A simple vista diría que... estupendamente - poniendo sus manos en los hombros del ojiazul.

- "Como se atreve a tocar a mi cachorro, ¿Acaso quieres que te parche el otro ojo, Kakashi? - en uno de los techos no lejos del Ichiraku -  Eres uno de los que pretende quedarse con lo que me pertenece,  desde aquí puedo oler tu deseo de macho con ganas de sexo ¡Te hare pedazos si intentas algo con mi cachorro! Se que es irresistible, pero es mío... ¡Maldición! No ahora" - perdiendo su concentración a causa de sus celos, lo que provoco que sus ocho colas restante y sus orejas aparecieran.

- ¿Ibas a comer? Yo invito - poniendo su brazo en los hombros del gitsune mientras caminaban el trecho que faltaba hasta el Ichiraku.

- "¡Quita tu brazo de ahí, Kakashi!" - gritaba en su mente el Kiuubi mientras agitaba frenéticamente todas sus colas.

- Kakashi-sensei, ¿Te pasa algo? - mirando con extrañeza al peligris.

- ¿Por qué lo preguntas?

- Bueno, no es común que me invites a comer así como así.

- Vamos, ¿Qué tiene de malo el que quiera cuidarte? Te deseo... quiero decir, deseo que te recuperes pronto y puedas acompañarme - sentándose ambos ante el mostrador del restaurante - Puedes pedir lo que gustes - acariciando la espalda de su pupilo.

- ¿Lo que quiera? No te vayas arrepentir luego, ¿Eh? - ya que sentía que su hambre parecía no tener limites.

- Contigo... jamás me arrepiento de nada - observándolo con deseo - Come hasta que te salga por las orejas.

- ¡Quiero todos los ramen que hay en el menú! ¿Qué? Tengo mucha hambre - al ver la expresión del dueño del Ichiraku y del peligris.

- ¿Todos? Recuerda que aun estas recuperándote de lo de las setas, Naruto.

      El ojiazul ni siquiera lo escuchaba, engullía un tazón tras otro a medida que el desconcertado dueño del Ichiraku se los serbia, luego del numero quince, el pequeño zorrito suspiro satisfecho al terminar el ultimo tazón  colocándolo en la pila con los demás mientras sonreía de medio lado al ver la cara de su sensei.

- Si no lo veo no lo creo, ¿Cómo puedes guardar tanta comida en ese pequeño cuerpo tuyo, Naruto? - observando la pila de platos y la felicidad en la cara del cachorro.

- Hambre atrasada, creo... jejeje - cruzando sus manos detrás de su nuca - ¿Lo ves? Dije que podrías arrepentirte, Kakashi-sensei.

- Olvida eso, siempre y cuando estés contento... todo esta perfecto - guiñándole un ojo.

- Hora de descansar - dijo bostezando el ojiazul - Gracias por la comida.

- ¿Quieres que te acompañe? - de nuevo poniendo su brazo en los hombros del rubio, los ojos rojos que observaban los acontecimientos se desorbitaban con furia al ver los gestos amorosos del peligris.

- No te molestes, en serio estoy bien ¡Hasta mañana, Kakashi-sensei! - despidiéndose del peligris.

- ¡Procura descansa bien, aun estas convaleciente! "Hasta mañana, hermosura" - suspirando gratamente.

      En efecto, el peligris era uno de los que gustaba de Naruto desde que lo tomo como alumno junto con Sasuke y Sakura, siempre trato de no demostrar predilección por él sobre los demás para que nadie notara su interés personal por el ojiazul,  ya que era mayor en años y además su maestro, seria como tomar ventaja de su situación.

- "Ese baka anda cerca, le advertí que no viniera a la aldea... demonios, ¿Y me hiso caso? - sintiendo ardor en la mitad de su sello, lo que indicaba la proximidad del zorro -  Pero me va a escuchar en cuanto lo vea... claro que si, no puedo controlar lo que los demás hacen o el como se comportan conmigo, zorro tonto"

      Lo primero que hiso al llegar a su casa, luego de la opípara cena,  fue tomar un baño para irse a dormir, mientras el agua tibia caía  sobre su cuerpo, pensaba en como debía actuar bajo las circunstancias del momento que estaba viviendo junto al zorro de nueve colas, de lo único que tenia certeza era que amaba al Kiuubi y haría lo que fuera para estar a su lado, al salir de la ducha se enrollo en una toalla y se dirigió a la habitación.

- Te ordene que vinieras directo a casa - dijo la sombra apoyada en la pared junto a la ventana.

- ¿Qué haces aquí? ¿Quieres que te descubran? Sabia que me espiabas... espera, ¿Acaso dijiste ordené? - pregunto molesto tirándole la toalla en la cara del zorro.

- ¿Cuál es el problema? - acercándosele y agarrándolo por la desnuda cintura.

- ¿Qué cual es el problemas, dices? ¡Me estas tratando como si fuera de tu propiedad!

- ¿Y no es así? Eres mío y tú estuviste de acuerdo con eso... recuérdalo - pasando los dedos por la mejilla del ojiazul.

- Es cierto, así fue... pero no en el término de amo y esclavo... somos una pareja que se ama, al menos por mi parte, y de la que ambos somos dueños uno del otro, ¿No es así? yo confío en ti... y por lo tanto tú debes hacer lo mismo, si quieres que seamos una pareja estable... así debe ser - recostando su cabeza en el pecho del zorro.

- Discúlpame, tienes razón... confío en ti, pero no puedo controlar los celos de  verte siendo acariciado por... ten cuidado con Kakashi.

- ¿Eh? ¿Te refieres a que él también...? Es un error, debes estar equivocado, Kakashi-sensei solo trata de ser amable conmigo, es todo.

- Mi olfato no se equivoca, te desea, y si no quieres que le arranque los brazos, será mejor que te mantengas apartado de él, cachorro - besando el desprotegido cuello.

- No digas eso, ¿Quieres? además a él le gustan las mujeres, o si no, ¿Porque siempre esta leyendo esos estúpidos libros? Ya dejemos eso, quiero dormir, me caigo del sueño - bostezando de nuevo encendió la luz para buscar su pijama - ¿Qué te paso? Tienes... - al ver al zorro con todas sus colas, y lindas orejas al descubierto.

- Ah, ¿Esto? Es tu culpa, cachorro, haces que pierda la cordura por los celos.  

- ¿Puedo tocarlas? - con fascinación en sus ojos y alzando las manos hacia las puntiagudas orejas de pelaje rojo.

- Naruto, ya te dije que no soy juguete de felpa... ¡Escucha lo que te digo! ¿Quieres? - al ver la cara de niño con algo nuevo con que entretenerse.

- Mmm... son muy suaves y hermosas, Kiuubi - sin hacer el mínimo caso al reclamo del zorro.

- Si en verdad te gustan, te las mostrare siempre que estemos solos - abrazándolo y haciendo que sus colas lo cubrieran casi por completo.

- Jajajaja... tu pelaje me hace cosquillas - siendo que aun estaba desnudo - ¿Vamos a dormir? Ten cuidado de que nadie te vea al salir - poniéndose el pijama.

- ¿Bromeas? Me quedare contigo, cachorro - echándose en  la cama.

- Creo que vamos a necesitar una cama más grande, ¿No te parece? Es difícil que ahí quepamos tú, tus colas y yo - viendo que no quedaba espacio libre ni para un estornudo.

- Eso no es problema, ven aquí... - extendiendo su mano.

      El zorro lo acomodo suavemente sobre algunas de sus colas y lo cubrió con el resto de ellas, lo acurruco a su cuerpo mientras acariciaba el sedoso cabello rubio, por su parte el ojiazul se sentía protegido y al mismo tiempo considerado y querido.

- Tendrás que marcharte antes del amanecer, ¿Lo sabes, verdad?

- No te preocupes, no dejare que me vean...  anda,  duerme ya - besando la frente del cachorro.

- Si, buenas noches, mi zorro - acariciando con sus dedos una de las zorrunas orejas hasta quedarse dormido.

- Aaahh, que bien dormí - estirando sus brazos a todo lo ancho de la cama - ¿A que hora se habrá ido? No importa, al fin que lo veré después.

      Levantándose se quito el pijama y se dirigió al baño, vació su vejiga sin dejar de bostezar pues aun se sentía soñoliento y con el cuerpo pesado, alisto su cepillo de dientes y comenzó con la tarea de aseo personal de todas las mañanas, con una lentitud que haría gritar hasta el mismísimo santo de la paciencia, frotaba sus dientes de un lado al otro como si fuera a desgastarlos, después de un largo rato escupió la espuma para enjuagar su boca y lavarse la cara, viéndose al espejo por primera vez esa mañana...

- ¡Aaahhhh! ¿Qué es esto? No es posible... - acercando su cara al reflejo en el espejo - ¿Por qué? ¡¿Por qué pasa esto?!

      Sorprendido y algo asustado, el gitsune salió del baño directo a la habitación, se vistió rápidamente para salir en busca del zorro, pues era el único que podría  explicarle lo que estaba sucediendo, ya que un nuevo problema se había presentado para el zorrito lindo.

- Uzumaki Naruto.

- ¿Qué? ¿Quién...? ¡Anbu! Por Kami... - al ver en la ventana la mascara característica del escuadrón secreto - ¿Q-Que pasa? La vieja Tsunade, sin duda... - sin mirarlo directamente.

- La Hokage ordena que te presentes en su despacho en el transcurso del día - desapareciendo luego del anuncio.

- Perfecto, y ahora... ¿Qué voy hacer? De seguro se dará cuenta, a esa vieja no se le escapa nada de nada, maldición, sera mejor que espere aquí hasta que oscurezca, pero... me muero de hambre - pensando en deliciosos y abundantes platos de ramen.

      Paso la mayoría del día dando vueltas por la casa con imágenes de comida rondando en su cabeza, y rezando para que el mal humor del zorro no llegara hasta las nubes a causa de no haber podido acudir a su cita con él en el bosque, pero creyó que eso era una nimiedad comparado con el problema presente. El sol comenzaba a ocultarse cuando decidió que ya no podía esperar más, el hambre lo aquejaba y la visita a la Hokage era inevitable, por lo tanto abrió una de las gavetas del mueble y tomo un objeto, casi olvidado, dentro del cajón y salió a la calle.

- "Puedo sentirlo, estaba seguro que vendría a verme sin falta, vaya... aunque quisiera escapar de él... no podría, y no es que quiera... ya que no podría seguir viviendo sin ese zorro celoso y baka" - pensaba mientras se dirigía a la torre de la Hokage.

      El zorro se desplazaba por los tejados a medida que el ojiazul caminaba hasta que se dio cuenta de a donde se dirigía en realidad, por lo que comenzó avanzar con mayor sigilo  pero con la misma determinación, a donde fuera su zorrito, él también iría sin importarle lo que pudiera suceder al ser descubierto en el proceso,  sabia perfectamente que no había nadie en toda Konoha que pudiera vencerlo y mucho menos matarlo,  al llegar a la puerta del despacho de la rubia el ojiazul pensaba en si debía exponerse al escrutinio de la astuta Hokage o salir corriendo del lugar, lo cual no serviría de nada además, pues los anbu lo encontrarían inmediatamente agravando el problema, lo cual pondría al zorro en una situación completamente innecesaria, no le quedaba de otra que entrar en ese despacho y que fuera lo que dios quisiera.

- "Solo me resta hacerme el tonto, y con algo de suerte... si claro, como yo tengo tanta... - pensó con sarcasmo - Tal vez no se de cuenta y todos felices... eso jamás pasara... oh, rayos, supongo que debo desear lo mejor y esperar que la vieja este medio ebria o ciega, cualquiera de las dos me serviría" Soy yo - abriendo la puerta - ¿Qué es lo que quieres, Bacha? - quedándose cerca de la entrada luego de serrar la perta.

- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames así, Naruto? No te quedes ahí, pasa y siéntate.

- Aquí estoy bien, gracias - apoyándose en la puerta con sus manos tras su trasero y mirando el piso.

- ¿Qué es lo que te pasa? ¿Qué no escuchaste? Te dije que te sentaras - afilando sus ojos.

- "Hay dios... ahí esta, esa mirada...  perece que puede verlo todo por mucho que trates de esconderlo... estoy frito, muerto, acabado, ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas a mi? Por Kami..." Es que... - tragando grueso.

- ¿Quieres sentarte de una vez o tendré que obligarte? ¡Y quítate esa cosa de la cara por dios santo! Te gusta hacerme enfadar sabiendo que eso causa arrugas, baka - echando chispas por los ojos.

- ¿Aun más?

- ¡Naruto! Ven aquí - llamándolo con el dedo.

- Y-Ya voy - caminando despacio hasta la silla frente al escritorio.

- Quítate eso.

- Sera mejor que no, veras... tengo los ojos un poco irritados y...

- ¿En serio? Déjame ver - poniéndose en frente del rubio.

- No importa, ya se me quitara - echando su cabeza hacia atrás.

- Dije que quiero verlos - quitándole los lentes que solía usar antes de que Iruka-sensei le diera su protector de ninja - Abre los ojos, Naruto - pues los mantenía serrados como dos candados.

- Es que me molesta la luz y... ¡Oye! ¡Eso duele, maldita sea! Mi pobre cabeza... - al recibir un coscorrón de parte de la rubia, lo que hiso que también  abriera sus ojos por la rabia.

- ¿A eso llamas tenerlos irritados? Naruto... tus ojos son... ¿Pero como...?- no pudiendo creer lo que veía.

- Créeme que yo tampoco lo se, cuando desperté esta mañana  así estaban, no me preguntes porque cambiaron,  se supone que eres medico... tú dímelo.

- Pero no es posible, eso solo sucedería si tú...  - refiriéndose a cuando el Kiuubi tomaba el control de su cuerpo.

- Ya deja de acosarlo, yo te diré la razón.

- No tenías que venir, Kiuubi, aunque debería agradecértelo... ya que tú eres el único...  ¡Que puede explicarme que rayos es esto!  - señalando sus propios ojos al mirar hacia una de las ventanas.

- ¿Dijiste...Kiuubi? Naruto, ¿Escuche bien? Dime que no es así - observando la  figura que salía de las sombras.

- Escuchaste perfectamente, Tsunade - apareciendo con todas sus colas,  orejas, y el mal humor recorriéndolo al ver allí al ojiazul después de haberlo esperado inútilmente durante todo el día - Te espere... no apareciste, cachorro, ¿Por qué? Quiero que me digas el motivo de inmediato - agarrando la cintura del ojiazul e ignorando por completo a la sorprendida, por no decir petrificada, Hokage.

- ¡¿Esto te parece un buen motivo?! No podía andar por ahí con estos ojos, ¿O si? Kiuubi, baka - dando un pequeño golpe de puño en el pecho del zorro.

- Se te ven hermosos, cachorro - agarrándolo por la barbilla.

- Ese no es el problema, lo que quiero saber... es el porque de que mis ojos ahora son rojos como los tuyos, Kiuubi - de ojos rojos a ojos rojos.

- Entonces es cierto, tú eres... el Kiuubi - dijo la Hokage saliendo de su sopor - Lo que no entiendo es... cómo pudiste romper el sello que te mantenía encerrado, ¿Cómo lo hiciste sin explotar tu chakra usando a Naruto? Podrían explicarme que pasa aquí - tomando asiento ya que sentía que sus piernas no la sostendrían a causa del shock recibido.

- Pues... todo empezó con...

      El ojiazul, mejor dicho, el rubio de ojos rojos se hiso cargo de narrar las circunstancias de la separación del Kiuubi de su cuerpo,  dejando a un lado los detalles íntimos por obvias razones, la Hokage escuchaba atentamente lo que parecía una historia fantástica digna de una novela de ficción, aunque tenían pruebas para demostrar que todo era real y no un producto de  imaginación colectiva, el medio sello en ambos cuerpos, la figura del zorro, aunque humana, mostraba sus orejas y colas para refutar lo real de la historia.

- Todo eso lo comprendo muy bien, aunque aun me parezca irreal, pero... ¿Porque el cambio en los ojos de Naruto? La razón es... - pensando que ya nada podría sorprenderla, no sabe lo equivocada que estaba.

- Eso es porque... y estoy muy feliz de que haya sucedido tan pronto... mi querido cachorro esta embarazado - abrazándolo fuertemente.

- ¡¿Qué dijiste?! Voy a ser... papa - con los ojos como dos lunas llenas.

- Mama seria la palabra correcta, cachorro - besando la frente del gitsune.

- ¿E-Embarazado? ¿Pero como...?

- Yo le otorgue esa capacidad, y el color de sus ojos es signo inequívoco de que así es - dijo con toda seguridad el zorro - En un plazo de cuatro meses tendremos un cachorrito tuyo y mío, mi amor - dijo el Kiuubi más feliz que una lombriz, el pequeño cachorro continuaba sin decir palabra debido a la sorpresa.

- Voy a ser madre... voy a ser madre - balbuceaba perdido de lo demás de la conversación.

- Entonces... ustedes dos, espera, ¿Dijiste cuatro meses? Es poco tiempo para...  ¿Cómo puede ser posible? Naruto es humano... - dijo la Hokage empezando a sentir dolor de cabeza.

- Lo importante ahora, es buscar donde refugiarnos por los próximos cuatro meses, si algo le pasa a mi cachorro, sin importar que, arrasare con la aldea entera como ya lo hice en una ocasión, esta vez...  no podrán sellarme como anteriormente lo hicieron, Tsunade - con la amenaza impresa en su roja mirada.

- Lo se,  los únicos que sabían como sellarte están muertos, y como puedo ver... Naruto no lo permitiría, ¿Estoy en lo cierto, Naruto? ¡Naruto! Esta completamente ido - mirando la expresión del rubio.

- Voy a ser madre... ¿Eh? ¿Qué, que pasa? Tengo mucha hambre, ¿Ya vamos a comer? No se porque, pero se me antoja comer carne, muuucha  carne... casi cruda - saliendo de la nebulosa en la que estaba sumergido.

- Kiuubi, ¿Cuáles son los síntomas que podrían presentarse en el cuerpo de Naruto durante la gestación? Necesito estar preparada para lo que sea, ya que es una situación inusual para mí, o debería decir, para todos - hablando en calidad de ninja medico.

- Siendo que mi cachorro es humano los síntomas podrían variar un poco, pero básicamente... digamos que su apetito será voraz, sufrirá de somnolencia, sus ojos permanecerán de color rojo hasta dar a luz y su apetito sexual...  aumentara hasta las nubes,  cosa que no me molesta para nada debo añadir - la Hokage levanto una ceja en signo de "no necesitaba que mencionaras lo ultimo"

- ¿Algo más que deba saber? Aparte de sus apetitos, claro esta.

- Puede que su personalidad cambie un poco...

- ¿En que sentido?

- Hmmh, se pondrá irascible y algo intolerante... terco,  sentimental y muy, muy obstinado.

- No me dices nada que Naruto no sea desde que nació.

- Multiplícalo por tres, ¿Entiendes ahora?

- Por dios, te espera una difícil tarea, pero... puesto que fuiste tú quien lo puso en esa situación... - adjudicando culpas.

- Es algo que hare con gusto, lo más importante para mi es que mi cachorro se sienta lo más cómodo posible durante la gestación de nuestro hijo - dijo el zorro acunando en sus brazos al medio dormido rubio.

- Me pregunto como será un hijo de ustedes dos... cielos, por más que lo pienso no logro hacerme una idea sobre eso... voy a ser abuela, por dios santo - imaginándose el cuadro.

- ¿Abuela?

- Quiero a ese baka tozudo como si fuera mi hijo, por eso te pido... no, te exijo que lo cuides mucho, es my valioso para mi, algún día se convertirá en el Hokage de Konoha, ¿Entiendes? Además de que ese también es su sueño.

- Lo será, yo me encargare de que así sea - acariciando el rostro del zorrito lindo - Entonces, ¿Tienes algún lugar en mente? La comida no será problema, yo puedo conseguirla  fácilmente.

- Déjame pensar... si hay un lugar, fuera de la aldea en la colina que esta  cerca del rio, se encuentra una casa bastante confortable, nadie pasa por ese lugar puesto que esta custodiado por los anbu, anteriormente se usaba para vigilar a una paciente aislada por ser peligrosa, tiene todas las comodidades que puedan necesitar y nadie los molestara ahí, también me ocupare de enviarles suministros, veré que no les falte nada.

- Sera mejor que inventes algo bueno, Tsunade,  o tendrás anbu muertos por todo el lugar... lo digo en serio, no permitiré ninguna interferencia sea de quien sea - advirtiendo lo que podría pasar si alguien se inmiscuía entre ellos.

- El escuadrón anbu no hace preguntas, solo siguen ordenes, Kiuubi - dejando en claro su posición - Me ocupare de todo, seré la única que los visite, tengo que estar al tanto del embarazo de Naruto, ¿Alguna objeción?

- Solo porque puede necesitar tu ayuda, nada más... recuerda que es mío,  solo mío, eso va por Kakashi y cualquiera de los otros que miran a mi cachorro.

- ¿Kakashi? ¿Qué quieres decir?

- Seria muy largo de explicar, mi zorrito necesita alimentarse y descansar, avísame cuando todo este arreglado - cargando en brazos al gitsune y desapareciendo por donde mismo llego.

 

Continuara...

Notas finales: Disculpen la metedura de pata, mis queridos lectores.

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