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Cinco Para La Eternidad por Nessa Yaoi

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     Cinco Para La Eternidad

 

Capitulo  I - Se Inicia El Encuentro.

 

      En un lugar en medio de ninguna parte, un lugar en el que el día y la noche existían al mismo tiempo haciendo del entorno algo confuso e irreal, tanto como pudiera esperarse del cielo e infierno coexistiendo el uno al lado del otro, luz y oscuridad formando el balance perfecto y en que la pelea por las almas seguía siendo el principal objetivo y privilegio. Una gran sala con incontables monitores que mostraban la vida y milagro, por así decirlo, de todos y cada uno de los humanos que pisaban la tierra, territorio de caza para ambos bandos recolectores de la más preciada posesión del hombre, su alma.

- Tú siempre tan despreocupado, Kakashi, eres el único demonio que no traído un alma en siglos, el maestro esta empezando a impacientarse, ¿Sabes? Al menos deberías aparentar que te importa - reprocho su compañero demonio de ojos rojos, como todos,  sentándose junto al otro frente a los monitores.

- No molestes, hasta ahora no he encontrado una que valga la pena - comento con hastío reclinándose en la silla giratoria y poniendo sus pies sobre el gran tablero electrónico.

- ¿Pero que tontería estas diciendo? Para nosotros todas las almas son...

-¡Espera! Eso si que es interesante... - fijando su vista monocromática, es decir un ojo de color negro y el otro rojo, en uno de los monitores en especial.

- ¿Qué? ¿Qué sucede?

- ¡Allí! ¿Puedes verlo? En la pantalla numero 623, ¿No es Hermoso? - flotando hacia el monitor que mostraba a la persona que tanto había llamado su atención.

- Demasiado para ser solo un humano, ¿No me digas que...?

- Sera mío, Kira... todo mío - pasando sus dedos por el rostro en el monitor.

- ¿Dijiste tuyo? ¿No estas confundiendo las cosas?

- Es un decir, baka, deséame suerte... nos vemos - desapareciendo en una bola de humo.

      Mientras tanto del lado de la luz, una alarma se encendía y parpadeaba en el monitor 623, haciendo que el ángel a cargo de dicha alma diera un bote en su silla haciendo que casi cayera al suelo.

- ¿Qué pasa, Neji? Una alarma... - mirando a su compañero de larga cabellera castaña atada en una cola baja y de ojos blancos como la  misma luz - Es Naruto, alguien decidió cazarlo - observando la luz roja bajo la pantalla.

- ¿Quién será esta vez? ¿Quién será el desgraciado que pretende quedarse con el alma de mi Naruto? -  

- ¿Aun sigues con eso? Un ángel enamorado del alma a su cargo... no es cosa de broma - advirtió con vehemencia y preocupación - Podrías ser  severamente castigado por ello, y lo sabes.

- ¿Crees que me importa? No tengo ni la más mínima intención de renunciar a él, ¿Comprendes? Mi amor por ese humano, es lo que me ha mantenido hasta ahora - observando al chico rubio de ojos azules en la pantalla - Debo irme ya, tengo que llegar con él antes de que el demonio lo haga - desapareciendo en una nube de polvo dorado.

- No lo eches a perder, Neji... el precio podría ser muy alto - sentándose en la silla que el otro ocupara antes.

      Mientras tanto en la tierra por donde camina el hombre, un chico con alegre sonrisa, pero recio carácter, paseaba por las calles de una pequeña ciudad llamada Konoha, en la que había nacido y vivido toda su vida, dieciséis años para ser exactos, y en la que se sentía tan feliz que no deseaba estar en ninguna otra parte, su caminata lo llevo hasta el puente principal donde el rio corría a sus anchas en un fluir de las aguas bastante acelerado, el atardecer le daba a la superficie unos matices fabulosos haciendo que el que los mirara quedara maravillado, así estaba nuestro rubio cuando fue inesperadamente interrumpido.

- ¿Piensas saltar? - Pregunto el demonio de cabello gris mirando hacia abajo - Si quieres hacerlo... te detendré - apoyado en la baranda con sus brazos cruzados a pocos metros del sorprendido ojiazul.

- ¿Saltar? ¿Por qué iba hacerlo?

- Tú dímelo - deleitándose con el nítido y puro color de los ojos del rubio.

- No tengo que decirte nada y... ¿Quién eres tú? Jamás antes te había visto - dijo con recelo, después de todo se trataba de un desconocido.

- Al contrario de ti, te conozco muy bien... Uzumaki, Naruto - con media sonrisa.

- ¿C-Como sabes mi nombre? ¿Quién rayos eres tú? - sujetando con fuerza la baranda en sus manos.

- Permite que me presente, me llamo Kakashi... y soy un demonio, hago realidad las fantasías de los humanos... a cambio de sus almas - dijo con una inclinación - Es un trato justo, ¿No lo crees?

- ¿Justo? ¿Justo para quien?

- Para ambos, ¿No lo ves? Cada quien satisface sus necesidades y todo el mundo contento, es algo muy simple.

- No lo creo.

- ¿Que sea simple?

- Que tú seas un demonio, si en verdad lo fueras... no me lo dirías - con algo de razón en sus palabras.

- Son las reglas.

- ¿Desde cuando los demonios tienen reglas? Siempre han hecho todo según sus bajos y endemoniados propósitos.

- Eso es cierto... hace algunos siglos atrás, en cambio ahora, hasta tenemos tarjetas de presentación, hay que ir con los tiempos, ¿No te parece? No podemos hacernos con el alma de un humano sin antes identificarnos, haberle explicado la situación, y dejar que tomen el camino que más les convenga - acercándose unos pasos al rubio - Por eso dije que era un trato justo.

- Sigue siendo la historia de siempre, pero con ideas corporativas, ¿También incluyen planes de salud? - Pregunto irónicamente el ojiazul - Y por lo que veo, se deshicieron de los cuernos y rabo para pasar desapercibidos ante los demás - sonriendo con sarcasmo.

- Veo que aun no me tomas en serio - desapareciendo y apareciendo de nuevo a espalda del rubio - ¿Sabes? No soy muy paciente que digamos, y menos con algo que... a toda costa tengo que conseguir - pasando sus dedos por el cuello del, ahora, asustado ojiazul mientras rodeaba su pecho con el otro brazo.

- M-Mi alma...

- Y tal vez... algunas cosas más - susurro a su oído.

- ¿Q-Qué? - sintiendo que el calor del peligris lo quemaba.

- Ahora bien... ¿Hay algo que desees? Puedo concederte lo que pidas - serrando sus ojos siendo atraído por el color y aroma del cabello rubio.

- Nada - dijo con determinación el rubio.

- ¿Nada de nada? Vamos, debe haber algo que quieras, menos decirme... no quiero volver a verte jamás.

- Fue mi primera idea.

- Lo supuse, pero como todo buen vendedor, no aceptare una negativa, seguiré insistiendo hasta que seas mío, Uzumaki Naruto - succionando el blanco cuello con sus labios.

- ¡Oye! ¿Eres demonio o vampiro? Eso dolió...

- Nos veremos de nuevo, más pronto de lo que te imaginas - desapareciendo sin más.

- Esto es una locura, como sacado de una pesadilla...

- ¿Estas bien? Espero haber llegado a tiempo - dijo un sujeto apareciendo de repente frente al rubio.

- ¿Eh?

- Estuvo aquí, ¿No es así? - agarrándolo por los brazos.

- ¿Quién? ¿De quien hablas? Suéltame... ¿Quién eres tú? - pensando que ese era el día de los encuentros extraños.

- Lo siento, no quise asustarte, Naruto - soltando los brazos que sujetaba.

- "Otro extraño que sabe mi nombre... ¿pero que rayos es esto? ¿Qué sucede el día de hoy? Parece una broma de cámara escondida" ¿Cómo es que sabes mi nombre? "Rayos, hasta me da miedo preguntar"

- Todos sabemos tu nombre.

- ¿Todos quienes?

- Los ángeles, claro esta - sentándose sobre la baranda.

- Los ángeles... ¿Y se supone que eres uno de ellos?

- En efecto, me llamo Neji, y soy tu ángel guardián... el encargado de cuidar tu alma de los demonios que quieran arrebatarla - fijando sus ojos blancos en los azules.

- ¿También tienes tarjeta de presentación?

- ¡Entonces si estuvo aquí! ¿Qué era lo que quería? Pero que digo... ¡Se muy bien lo que quería! ¿Accediste? Dime que no accediste, Naruto - mientras caminaba molesto alrededor del cuerpo del rubio.

- Hmmh... aun no le contesto, dijo que volvería - comenzando a caminar de regreso a su casa.

- No me dejas otra opción... que la de permanecer a tu lado hasta que lo mandes de regreso al infierno - caminando al lado del ojiazul.

- ¿No se supone que eso tienes que hacerlo tú? Ya sabes, ángeles contra demonios... lo clásico - gozando un poco con la extraña situación que vivía para el momento.

- No se nos permite pelear, va contra las reglas.

- Que curioso, él menciono lo mismo.

- ¿Ah, si? No trato... ¿de forzarte en alguna forma?

- Para nada - tratando de subir el cuello de su camisa para esconder la marca dejada por Kakashi, algo que no paso desapercibido para el celoso ángel.

- Lo que tienes ahí... ¿Es un mordisco? - pregunto bajando el cuello de la camisa para observar lo que el rubio quería esconder.

- ¿Esto? Nah, solo me caí - poniendo el cuello de la camisa en su lugar.

- ¿Sobre unos labios? Dejaste que te marcara... ¿Por qué? - poniendo cara de tristeza mientras los celos lo comían por dentro.

- Mira, no fue mi culpa, todo paso muy rápido, rayos... en un momento lo tenia enfrente y luego... ¿Por qué te estoy dando explicaciones? No eres mi padre, o mí...

- ¿Novio? ¿Eso ibas a decir?

- Hermano, iba a decir hermano... lo de novio lo dijiste tú, lo que me lleva a preguntar, ¿Existen ángeles de ambos sexo?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Curiosidad, creo, en todos los retratos, pinturas, dibujos... los ángeles siempre son hombres, es cierto o los que pintaron todas esas referencias eran muy machistas - casi llegando a su calle - Por lo visto sabes a donde vas - viéndolo doblar la esquina antes que él.

- Por favor, te he estado observando desde que naciste, desde el momento que me asignaron tu alma - deteniéndose ante la entrada de la casa del rubio.

- ¿T-Todo el tiempo? ¿Incluso cuando yo...? - poniéndose como un tomate de rojo.

- Todo el tiempo - arrastrando las palabras y recordando esos momentos.

- ¡Eso es una violación a la privacidad! ¡¿Qué no tienen vergüenza?! Por Kami...

- Fue él quien puso las reglas, observar... siempre observar.

- ¡Quisiera tenerlo enfrente para decirle unas cuantas verdades! Estoy empezando a creer que todos ustedes son un atajo de pervertidos... ¿A dónde se fue? - al no verlo tras él, por lo que abrió la puerta.

- Los demonios también lo hacen, ¿Sabes?

- ¡Ahhh! ¡No hagas eso! Casi me matas del susto... - al verlo en la entrada de la casa del lado de adentro - ¿Quieres decir que el también me ha estado observando? - serrando la puerta.

- Posiblemente... - siguiéndolo hasta el pequeño salón.

- Por eso dijo que... - tapando su boca.

- ¿Decir? ¿Decir qué? - plantándose delante de él.

- Nada, tal vez escuche mal... estaba muy asustado - dejándose caer en uno de los sillones.

- Te tomaste tu tiempo para regresar, rubito - se escucho una voz en la puerta que daba a la cocina.

- ¡Kakashi! ¿Tú eres el que...?

- Tiempo sin verte, Neji, si estas aquí... quiere decir que eres su ángel guardián, ¿Me equivoco? Vaya sorpresa, será la primera vez que tú y yo peleemos por un alma - acercándose a ellos mientras cortaba pedazos de una manzana.

- ¿Se conocen? - pregunto el rubio mirando de uno al otro.

- De una que otra asamblea, ya sabes como son de aburridas esas reuniones, acuerdos, desacuerdos, números y más números... los humanos son solo estadísticas para el consejo, todo un sedante para el cerebro - sentándose junto al rubio en el sillón - ¿Gustas? Esta deliciosamente jugosa - ofreciendo un trozo de manzana a la vez que guiñaba un ojo al rubio.

- Sera mejor que te marches - amenazo con ojos retadores el castaño.

- Tengo tanto derecho a estar aquí como tú - poniendo los pies sobre la mesita de centro - Por lo tanto... la misma oportunidad de ganarme su alma - sonriendo irónicamente.

- ¡Él me pertenece desde el mismo instante en que lo pusieron bajo mi protección! Te estas entrometiendo entre los dos, Kakashi - dijo el ojiblanco apretando su mandíbula por la ira.

- Vaya, eso sonó muy ambiguo, ¿Sabes? ¿También se refieres a lo carnal? Mmm... interesante - pasando la lengua por sus labios - el rubio miraba de uno a otro como si estuviera inmerso en una película con un  mal guión.

- ¡Kakashi! Eres un... - dejando ver sus alas por el enfado, normalmente solo las usaban cuando peleaban.

- ¡Wow! Son... hermosas - comento maravillado el rubio al verlas.

- Si, claro, yo también tengo de esas, aunque las mías son negras - comento con desdén mientras seguía comiendo su manzana.

- ¡Un momento! Si quieren pelear, háganlo afuera - mirándolos con chispas de enfado en los ojos.

- ¿Pelear? No podemos pelear, esta prohibido - comento el peligris chupando sus dedos al terminar de comer la fruta.

- Cielos... ya nadie respeta las viejas tradiciones - ironizó el rubio dejando el sillón.

- ¿A dónde vas? Aún no terminamos aquí  - ocultando sus alas de nuevo.

- Claro que si, iré a tomar un baño, no voy a cambiar mis hábitos solo porque dos sujetos, a los cuales no invite, tratan de sacarse los ojos por mi alma... ah, otra cosa, no quiero verlos cuando regrese, adiosito... - saliendo del salón por el pasillo hacia el baño.

- Bañarse, ¿Eh? - murmuro con una sonrisa picara, para luego desaparecer del salón.

- ¡Kakashi, no! - grito el castaño sabiendo perfectamente a donde iba.

- ¿Te ayudo? - pregunto el peligris apareciendo detrás del ojiazul que se desvestía ante el espejo.

- ¡Ahhhh! ¿Qué haces? ¡Sal de aquí! - con las manos agarrando sus pantalones a medio quitar.

- Cuatro manos son mejor que dos - deslizando las suyas por los hombros del rubio.

- Suéltalo... ¡Ahora! Kakashi... - demando el ojiblanco apartando al demonio peligris - No vuelvas hacer eso, ¿Entiendes? - exigió con derecho, el que creía tener sobre el rubio.

- No me culpes, tenia que intentarlo... es mi naturaleza, soy un demonio, ¿Lo olvidaste? Es más, seguiré intentándolo una y otra vez hasta que lo logre... al menos soy honesto, que es más de lo que se podría decirse de mi especie... y de ti - apoyándose el la pared de azulejos.

- ¿Qué quieres decir? - pregunto desafiante el castaño.

- ¿Qué que quiero decir? ¿Qué que quiero decir? Eres tan transparente como un cristal, admite que a ti también te gusta el chico aquí presente, Neji, y no te culpo, ¿Sabes? Es como miel esperando ha ser lamida, míralo bien, ¿No es lo más hermoso que has visto jamás? - posando sus ojos sobre el cuerpo del rubio.

- Yo... Yo solo tengo que cuidar su alma - dijo con sonrojo en sus mejillas.

- ¡Excelente! Entonces no debe importarte lo que yo haga con su cuerpo.

- Si manchas el cuerpo, también su alma será manchada  - una pobre excusa para sus ardientes celos.

- De ser así, todos los humanos serian pecadores, ¿No lo crees? Eso facilitaría mucho mi trabajo - colocándose tras el rubio y rodeándolo con sus brazos - ¿Dejas que me bañe contigo? Te daré un masaje que no olvidaras - hablando al oído del ojiazul.

- ¡Ya basta! ¡Salgan de aquí los dos! ¡Fuera! ¡Lárguense de mi casa! Rayos... - empujándolos fuera del baño y serrando la puerta con un golpe.

- ¿Ves lo que conseguiste? Ahora esta molesto con nosotros - dijo el castaño reclinándose a uno de los lados de la puerta.

- Estará bien, es solo rebeldía de adolescente - haciendo lo mismo del otro lado - Con tan solo imaginar como pasa la esponja por su cuerpo se me hace agua la boca, Mmmm... en estos momentos me gustaría ser esponja - serrando sus ojos y relamiendo sus labios.

- ¡Kakashi!

- No hace falta que finjas, mentiroso, a ti también te gustaría estar bajo esa ducha, ¿Verdad? Tocar ese delicioso cuerpo, acariciarlo con desesperación... poseerlo hasta hacerlo gritar, que es justo lo que pienso hacer, en su momento claro esta, vaya, y al parecer tú también - observando el bulto en los pantalones del castaño - Tu boca puede mentir, pero tu cuerpo te delata, mi estimado ángel - sonriendo con sorna.

- Esta bien, lo reconozco... me gusta a morir, lo amo desde que era un niño, lo he visto crecer hasta convertirse en la belleza que es hoy, y no pienso cederlo a nadie, ¿Comprendes? Tratare de que se quede conmigo - el desafío y la lucha por conquistar al ojiazul había comenzado.

- Lo mismo que yo - respondiendo al reto.

- ¿Todavía siguen aquí? Creo que les dije que se fueran - recordó el rubio al abrir la puerta y verlos a la espera.

- Ninguno de los dos se marchara sin haber conseguido lo que vinimos a buscar, cachorro - dejo claro el peligris.

- Me llamo Naruto, demonio - caminando con una toalla atada a la cintura hacia su habitación.

- Lo sabemos, ¿Pero que quieres? No puedo dejar de verte como un lindo y arisco cachorrito - caminando junto con el castaño detrás del ojiazul.

- Como sea - dijo serrándoles la puerta de la habitación en las narices de sus dos perseguidores.

- Como si eso te sirviera de mucho, para nosotros no existen las paredes, cachorrito - dijo el peligris apareciendo sentado en la cama del rubio.

- Yo solo lo seguí hasta aquí - dijo el ojiblanco de pie junto a Kakashi.

- Esto es insólito, estoy siendo acosado por un demonio, bastante pervertido, y un ángel que debería darle clases de moral, pero que se comporta indulgentemente con el enemigo, al que debería destruir si las cosas fueran como antaño, y lo respalda en sus deseos, válgame el cielo... ¿Qué tengo que hacer para que me dejen en paz? ¿Mostrarte un crucifijo? - hablándole al peligris.

- Soy un demonio no un vampiro.

- No se diría por la marca que dejaste en mi cuello.

- Solo fue un beso apasionado, ¿Acaso es el primero que te dan?

- Si... es el primero - afirmo el castaño.

- ¿Y tú como lo sabes, eh? No espera, ya recuerdo que dijiste...

- Te ha estado espiando desde siempre, tu cuerpo y todo lo que haces con el... lo conoce de memoria, ¿Cierto, Neji? No seas tímido, puedes decirlo, ¿Alguna marca en particular... un lunar, tatuaje o algo similar? Espera, no me lo digas, será más excitante descubrirlo por mi mismo, pero que tengas ventaja de eso sobre mi, no es nada justo.

- Te hare un resumen completo - sentándose al lado del demonio peligris - Le agrada mucho pasear al aire libre, es un goloso sin remedio, su comida favorita es el ramen, llama la atención de todo el mundo, en especial los hombres, nunca ha tenido novia... o novio, jamás lo han besado, tú rompiste el record - comento con cierto reclamo a Kakashi - Pero su boca sigue intacta con respecto a eso, nunca ha sido acariciado con fines sexuales, quiero decir, y lo más importante... aun sigue siendo virgen, es todo lo que tengo que decir - acabo el castaño.

- Waw, solo falta que me acueste con ustedes para que tu reporte sea completo, ¿Quién quiere ser el primero? - dejando que la toalla resbalara por su cuerpo para quedar completamente expuesto ante aquellos cuatro ojos que lo observaban deseosos.

- Por todos los demonios del infierno... - exclamo el peligris al ver el exuberante y sensual cuerpo del ojiazul.

- Por todos los santos del cielo... - dijo a su vez el castaño al ver lo mismo - La imagen en la pantalla no te hace justicia... eres hermoso en verdad, cachorro.

- Hey, no me robes el apodo - reclamo el peligris.

- Y debo reconocer que le queda de maravilla - sonriendo con lujuria por primera vez, algo que se supone no es propio de un ángel, pero pensando a su vez, que cualquiera que se fijara en el rubio, definitivamente perdería la cabeza.

- No nos desviemos del tema, ¿Preguntaste quien seria el primero? No lo había pensado, eso si que es un verdadero problema, yo quiero ser el primero, pero supongo que tú también - mirando al castaño - Eso nos deja con...

- "Bingo, seré yo... él que les haga la vida de cuadritos por haber venido a fastidiarme la existencia" Se los pondré más fácil, como los dos no pueden ser el primero al mismo tiempo, ya que eso es imposible, dada mi anatomía, todo este asunto de quien lo hará después de quien, queda completamente serrado - agachándose de espalda, a recoger la toalla, y mostrando su trasero en todo su esplendor.

      Ese seria el primer movimiento, de muchos, para desorbitar los ojos de los mirones, secar sus gargantas, y hacer que el bulto en sus pantalones casi rompieran la tela que los aprisionaba, el rubio caminaba con sensuales movimientos de un lado al otro de la habitación buscando, primero, ropa interior en uno de los cajones, y una camiseta sin mangas en otro, Kakashi y Neji remojaban sus secos labios con sus lenguas mientras sentían una de las más terribles hambres, la sed de tomar ese cuerpo y llenar sus bocas con la miel de la del rubio.

- Eso es sencillo de realizar, ¿No sabes que los ángeles podemos hacer milagros?

- ¿Y los demonios diabluras?

- Pensé en eso, Pero no se valen los trucos - saliendo de la habitación hacia la cocina.

- Espera, cachorro... ¡Eso es trampa! Maldición... - dijo el demonio peligris pegando con su puño en la pared.

- Mmmh... ya se nos ocurrirá algo - dijo el castaño pasando de largo al peligris.

- ¿Es mi imaginación o te estas empezando a parecer a mi?

- ¿Qué quieres decir?

- Qué que quiero decir... ¿Un ángel usando trucos sucios para conseguir algo? Vas a ir al infierno, ¿Lo sabias?

- Ya estoy en el desde el primer momento en que puse mis ojos en Naruto.

- A tu jefe no va agradarle eso.

- Dejo de importarme hace mucho tiempo.

- Tengo suerte, el mío no es tan estricto, es más, se contentara mucho de saber que un ángel como tú... pasara a formar fila de tropas muy pronto - llegando a la cocina de la que el rubio salía de nuevo hacia la habitación.

- ¡Oye, espera! ¿Ya cenaste? - viéndolo pasar entre ambos sin siquiera mirarlos.

- Un vaso de leche con galletas de chocolate, cree que comer mucho de noche engorda - alzando sus hombros.

- Algo que olvidaste mencionar anteriormente, ¿Qué más debería saber? Neji... - mirándolo con ojos de sospecha - ¿Qué estas guardándote?

- Nada, en serio "Espero que no pierda la cabeza cuando sepa lo del chico de la escuela que pretende al cachorro" - al notar la desconfianza en el rostro del peligris.

- Espero que así sea, o lo lamentaras.

- ¿Qué podrías hacer, matarme? Demasiado drástico, además de que esta prohibido - atravesando la puerta serrada de la habitación.

- Me gustaba más la época cuando podíamos deshacerme de ustedes sin siquiera pensarlo - siguiéndolo al interior de la habitación.

- Buena época, bastante divertida.

- ¿Se puede saber que hacen aquí? Intrusos... - pregunto el rubio al verlos parados junto a la cama.

- ¿Pues que más? Dormir a tu lado, darte calorcito, y quizás... alguna que otra cosa más - tumbándose con las piernas cruzadas al lado del ojiazul en la cama.

- Eso es tan cierto como que soy mujer - dijo con sarcasmo el rubio - ¿Notaron los dos sillones que hay en el salón? Buenas noches - señalando con su dedo la puerta de salida.

- Podríamos obligarte, ¿Sabes? tomarte por la fuerza...

- Kakashi... - advirtió el ángel.

- Era una broma, pero que poco sentido del humor tienes, vaya - comento el peligris levantándose de a cama - Que duermas bien.

- Buenas noches, Naruto - dijo por su parte el ojiblanco antes de salir de la habitación.

      Después de que los forzados inquilinos salieran de la habitación, el ojiazul sonrió pensando que, al menos ahora, no estaba solo, sus padres habían muerto en un accidente aéreo, por lo que la compañía le pasaba una generosa mensualidad hasta que terminara la universidad, y pudiera valerse por si mismo, para lo que todavía faltaba mucho tiempo ya que apenas iba en preparatoria, sin parientes cercanos que cuidaran de él, decidió vivir por su cuenta, de hecho era un chico bastante responsable para su edad, y totalmente capaz de llevar su vida adelante sin la ayuda de nadie, en lo afectivo quiero decir, a la mañana siguiente muy temprano...

- Maldición, con ese ruido no se puede dormir - se quejaba el peligris al escuchar el sonido del exprimidor de jugos - ¿Qué hora es?

- La que inicia sus actividades diarias, baka - levantándose del sillón.

- Rayos, ¿Por qué tan temprano? Todavía debería estar en la cama, demonios - tapando su rostro con un cojín.

- Lo acompañare a la escuela, si quieres puedes seguir durmiendo - dirigiéndose a la cocina.

- Ni de broma - levantándose como resorte - También iré, quiero conocer el ambiente en el que se desenvuelve - hiendo también a la cocina - Huele muy bien, ¿Cómo estuvo tu noche, cachorro? Mmm... café recién hecho - sirviéndose una taza y tomando una de las tostadas del plato sobre la mesa.

- ¡Oye! Es mi desayuno - recobrando la tostada de la boca del peligris.

- Quisquilloso - sentándose en una de las sillas a disfrutar su café.

- Buenos días, Naruto - saludo el ángel sentándose también.

- ¿Nada para nosotros? Eso se ve delicioso - mirando el plato con las tostadas, dos huevos fritos, y un poco de ensalada.

- Entraron en mi casa sin mi permiso... ¿Y también quieres que les prepare el desayuno? Si quieren comer, háganlo ustedes mismos - comiendo sus alimentos para luego dirigirse a la escuela.

- Nuestro prometido no es muy considerado con nosotros, ¿No crees? Desearía que fuera más... cariñoso y amable - dijo el demonio peligris observando intensamente al rubio.

- Disculpa, ¿Dijiste prometido? Por dios... necesito un analgésico - levantándose y saliendo de la cocina hacia la calle luego de recoger su mochila en el descansillo cerca de la puerta de la casa.

- Tú y tu bocota - reclamo el castaño saliendo de la cocina.

- Solo dije la verdad.

- ¿La verdad de que eres un bocazas o la de que es nuestro prometido? ¿Crees que decirle algo así va a solucionar algo? Solo empeoras las cosas, cielo santo.

- Escucha, puede que no sea tan sutil como tú, pero no me gusta andarme por las ramas, digo lo que quiero y cuando quiero... por alguien que deseo, punto - caminando junto al castaño a unos metros detrás del ojiazul.

- Veremos hasta donde puedes llegar con esa actitud tuya - faltando como doscientos metros para llegar a la entrada de la escuela.

- ¡Oe, Naruto! ¿Te caíste de la cama? Llegas temprano - grito un chico de cabello rojo y ojos verde aqua al aproximarse y abrazar al rubio.

- ¿Quién es ese? Maldición... - apresurando el paso para llegar donde ellos.

- Espera, Kakashi, déjame que te explique... rayos, sabia que esto pasaría - murmuro apresurándose alcanzar al peligris antes de que cometiera una tontería.

- Buenos días, Gaara...

- ¿Quiénes son?  Naruto... - observando a los recién llegados - ¿Amigos tuyos? No son de la escuela - mirando de uno al otro a los desconocidos.

- ¿Ellos? Son mi "Yin" y "Yan" no les pongas atención - dio despreocupadamente el ojiazul.

- ¿Tus qué? No entiendo... - murmuro el pelirrojo.

- Olvídalo, ¿Entramos? Quisiera pasar por la biblioteca antes de que comiencen las clases - comento el rubio.

- Como digas - respondió el pelirrojo poniendo su brazo sobre los hombros del ojiazul.

- Oye... - el peligris queriendo detenerlo y arrancarle el brazo al atrevido cabeza de fuego, siendo detenido por Neji - ¡¿Quién demonios es ese idiota?! Tú lo sabes, ¿No es así? Escúpelo, Neji - mirando con ojos de reproche al castaño.

- No te lo dije porque sabía como ibas a reaccionar - sin soltar el brazo del peligris.

- Soy todo oído, quiero saber que esta pasando con ese sujeto, y quiero saberlo ahora - retirando de su brazo la mano del castaño.

- Si me prometes que... pero que estoy diciendo, eres un demonio, las promesas no van contigo - encogiéndose de hombros mientras abría sus brazos.

- Hablas ahora... o iré yo mismo a sacárselo a golpes, o algo aun peor - perdiendo la paciencia, y no es que tuviera mucha tratándose del ojiazul, ya que veía amenazada su oportunidad de hacerlo suyo a causa de un entrometido de última hora.

- Ese chico... esta tratando de conquistar a nuestro Naruto.

- ¿Y te quedas tan tranquilo? ¿Qué tienes en las venas, agua? Ahora mismo lo pondré en su lugar, lo que quiere decir, lejos de mi cachorro - pasando la entrada de la escuela.

- Espera, no cometas una tontería, ¿Quieres? Él no te lo perdonaría - caminando detrás del peligris, los alumnos los miraban extrañados al verlos pasar.

- Hay muchas maneras de hacerlo sin que nadie lo note, ¿Qué es lo que les pasa?

- Creo que desentonamos un poco con el ambiente, esta es una preparatoria, ¿Sabes? No encajamos aquí - dijo el castaño tratando de persuadirlo para que no continuara.

- ¿Por qué no? No tenemos nada de raro.

- Míranos bien, representamos digamos... ¿Unos veinte años? Los alumnos más viejos de aquí tienen dieciocho, ¿Entiendes ahora? Por eso te dije que no encajamos aquí, mejor esperemos afuera y...

- Ese impedimento tiene fácil solución, tonto, solo debemos hacernos invisible para ellos, menos para el cachorro, claro esta, ¿Cuál es su salón de clases? O me lo dices, o lo buscare yo mismo - haciéndose invisible.

- Segundo piso en... solo sígueme - adoptando el mismo estado del peligris - ¿Por qué estas flotando? Camina, al menos así, harás un poco de ejercicio, baka - viendo al peligris levitar sobre los escalones.

- Siempre tan condenadamente exacto, aburrido - haciendo una mueca de burla.

- Aquí estamos - traspasando la puerta del salón de clases.

- ¿Pero que rayos...? No puede ser... - murmuro el rubio al verlos.

- ¿Sucede algo, Naruto? Parece que viste a un fantasma - comento el pelirrojo sentado junto a su lado.

- Peor, ¿Qué ves en la puerta?

- ¿La...puerta?

- ¿Nada más?

- ¿Qué más quieres que vea? ¿Seguro te sientes bien? Tú cara se puso roja - comento el pelirrojo.

- Si tú no ves nada, entonces no hay nada, tal vez estoy imaginando cosas - dijo con los dientes apretados el rubio al ver a sus nuevos inquilinos saludarlo desde la puerta para luego llegar flotando hacia la  ventanas próxima a donde ellos se sentaban - O tal vez... debería hacerme un exorcismo, o intentar un baile pagano - susurro mientras los miraba con el seño fruncido en una expresión de "voy a matarlos" en sus ojos azules.

- ¿Hablas de un libro o una película? De todos modos, creo que estudias demasiado - pasando su mano en una caricia por la espalda del ojiazul.

      O esa era la  intención del pelirrojo cuando algo lo agarro por su chaqueta haciéndolo caer estrepitosamente al suelo, todos los alumnos presentes voltearon su mirada hacia el caído para luego estallar en risas, el rubio le ofreció su mano para levantarse al tiempo que su puño se encajaba disimuladamente en el estomago del peligris, pensando que eso equilibraría las cosas, como en un ojo por ojo y diente por diente.

 

Continuara...

Notas finales:

¡Hola, mis lectores! aqui les dejo otra de mis historias enlatadas, conste que no me estoy metiendo con la religiòn ni nada parecido... es solo una historia para que se entretengas, nada màs, pero no se me desesperen el capitulo final ya esta hecho, asi que se los subire en un par de dias... que mala soy, como siempre digo, escriban sus opiniones para saber si les gusto o no.

nos veremos pronto, cuidense mucho, besossss para todos y chaito.

                                                            Nessa Yaoi.


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