- ¡Byakuya! -este shinigami me estaba resultando muy desquiciante.
Hacía ya más de dos años que me había ido a cuidar de no sé qué demonios y la que terminaba cuidándolo era yo.
- ¡¿Qué quieres?! -El muy infeliz me aparece por detrás, casi matándome de un paro cardíaco, y tiene el descaro de gritarme que qué quiero.
- Un momento... Déjame recuperarme. -Intenté recomponer mi respiración y pulso para poder sacar el coraje agusto.
- ¿Ya?
- Ya.
- Ahora sí, ¿qué quieres?
- ¿Ya enviaste las invitaciones?
- Si, pero me parece una completa sandez, que quieras hacer una fiesta solo porque aprobaste un examen de química ¡Que no va a contar en tu calificación!
- Pues no le veo lo raro.
Mi método era infalible para hacerlo perder la compostura, es demasiado inquietante ese rostro de aburrido que se carga, además de que está medio amargado.
- Quieres hacer una fiesta estilo boda, porque aprobaste en tu mejor materia; que normalidad.
- Déjame en paz, mejor pasemos a lo importante; repíteme la lista de invitados.
- Sabes bien que yo no la tengo. -Siguió con su cara de aburrido.
- A ver, ¿dónde está ese inútil que tienes por asistente? ¡Hanataro!
- Si Señora Yuki. -Llegó agitado un chaparrito con cara de susto y pelo azul oscuro.
- ¡¿Cómo dijiste?! -la venita de mi sien estaba casi reventando.
- Digo, Señorita Yuki. -Creo que mi cara al estilo Sakura enojada lo impresionó bastante.
- Mejor, ahora repíteme la lista de invitados. -Dije mas tranquila.
- A ver. -dijo sacando una lista de Dios-sabe-donde y poniéndose unos lentes de abuelita muy chistosos. - Van a venir, Soubi y Ritsuka; Naruto, Sasuke, Gaara, e Itachi; tus cuñados Sephiroth y Genesis, y obviamente tus parientes y amigos.
- ¿Enviaste la invitación de Usagi-sensei? -Pregunté distraída con mi videojuego de Resident Evil 6.
- Si; y ya envié las invitaciones de Klaha, Gackt y por supuesto Mana y Hizaki.
- ¿Mana y Hizaki saben que deben traer a sus respectivos grupos?
- Si.
- Perfecto, ahora solo nos queda esperar. -Dije con actitud maquiavélica.
Me pregunto si el chico aun tendra el susto crónico que le dejé la última vez que lo regañé.
*****************Flash back*********************
- ¡Hanataro! ¡Byakuya!
El primero llegó corriendo y, como de costumbre, se tropezó a mis pies. Y el segundo apareció detras de mi dándome un paro cardiaco severo.
- ¿Qué pasa señora Yuki? -Preguntó el pobre chico.
- ¡¿Cómo?! -Giré la cabeza 360 grados con mirada asesina.
- Digo, señorita Yuki. -Se quedó tieso.
- ¿Qué quieres? -Dijo casi de forma grosera Byakuya.
- ¡¿Quién demonios hizo este ramen?!
- ¿Qué pasa con él? -Preguntó el pequeño casi blanco del miedo.
- ¡¿Qué clase de ser anímico mental le pone ajo a mi ramen si sabe que lo odio?!
- Y-yo señorita Yuki. -El pobre chico parecía más un perrito asustado que un shinigami.
Lo miré con los ojos encendidos en llamas y un aura asesina a mi alrededor; justo cuando estuve a punto de lanzarme sobre él con el tenedor de la mesa, algo malvado me sujetó de la blusa y me lanzó al suelo de madera.
- ¡¿Te puedes calmar?! -Me gritó el maldito de Byakuya.
Por otro lado, me sorprendió escucharlo gritarme así.
*************Fin del flashback*****************
- Pareces una niña mimada, bruta. -Apareció Ike, un asesino profesional que había seguido a un Hollow que atacó mi casa antes de que llegara Byakuya. No sé su procedencia aunque por su peinado medio emo creo que es Argentino, el color de su cabello es del mismo que el del Capitán Hitsugaya; pero más adulto y aburrido. Y sus ojos grises me dan miedo, más miedo que los ojos de sádico de Byakuya.
- ¡Hey grosero! -Le reclamé.
- ¿Por qué no invitas a alguien para que asesine? Estoy aburrido. -Preguntenme por qué le tengo miedo.
- ¿Te parece bien Light Yagami? -Pregunté de forma sarcástica.
- Perfecto. -Sonrió de forma escalofriante y sádica.
- Hanataro, envía una invitación para Light Yagami.
- S-si señorita Yuki. -Salió casi tan rápido como había entrado.
- Byakuya, dile a esa floja de Matsumoto que deje algo de beber para la fiesta.
- Oye con ella no te metas, Matsumoto es genial.
A veces creo que Ike se trae algo con Matsumoto; claro, con semejante vestuario y una gran personalidad, si saben a que me refiero.
- ¡Ah! Casi lo olvido, Byakuya, dile a Soi Fong que envíe otras invitaciones, yo ya te diré los nombres.
- Como quieras.
- Oye, Yuki. ¿Podrías invitar a Lenalee de la orden oscura?
- Bien, de cualquier forma planeaba invitar a Allen y Kanda, pero tendré que camuflarla invitando a Lavi, me agrada su carácter.
- Señorita Yuki! -Oí la molesta y chillona voz del Capitán Mayuri así que me cubrí los oídos.
- ¡¿Qué?! -Le grité mientras bajaba las manos.
- Llamaron de la sociedad, quieren saber si ellos también pueden venir a la fiesta el domingo.
- Depende, ¿De qué sociedad son?
- Los Alquimistas nacionales.
- ¿Son del gobierno?
- Si, ¿por qué?
- Entonces si, es mejor no tener problemas con la justicia. -Dije haciendo una seña de militar con la mano derecha. -Invítalos.
- ¡Yuki-chan! -Gritó Toushirou.
- ¡¿Qué frutas quieren?! -grité desesperada al borde de un ataque de nervios.
- No dijiste si ibas a enviar las invitaciones del joven Akira y sus amigos así que Hinamori las envió de cualquier forma.
- Perfecto. Ahora dile a Matsumoto que me prepare un ramen, ¡Sin ajo!
- Está ocupada, dile a alguien más. -Oí la odiosa voz de Ike desde el patio.
- Bien, entonces dile a Ikkaku, y que ni se le ocurra usar los fideos como peluca para su pelona cabeza.
- Muy bien, adiós. -Se retiró dejándome con mi juego, en el que a pesar de ser manca, me entretengo.
**********Esa Noche en mi habitación.************
- ¡Byakuya! -Le grité al shinigami casi para acostarme.
- Dime. -me contestó apareciendo de súbito junto a mi cama.
Creo que me acostumbre muy rápido a sus apariciones, además de que ya me avisa antes de aparecer en cualquier lado.
- Oye, quisiera hacerte una pregunta seria, por una vez escúchame, ¿Quieres? -Me sincere con él.
- Sí, ¿De qué se trata? -Por primera vez desde que llegó lo vi interesado en algo. Y ser amable.
- Me gustaría que fueras mi pareja en la fiesta, ¿aceptas? -Cerré fuertemente los ojos después de decirlo sonrojándome notablemente y esperando que me dijera algún insulto y se fuera.
- ¿Es una orden? -
- No, no lo es, puedes negarte si no quieres hacerlo.
- Acepto, no quiero que te vayas a lastimar sola con los cubiertos o la vajilla.
- ¿En serio? -Levanté la mirada sorprendida.
- Sí, y que quede claro que lo hago voluntariamente. -Se retiro.
- Gracias. -Después de un rato me acordé de algo importante que tenia que hacer Byakuya.
- ¡Oye! ¡¿Y mi cuento de buenas noches?! ¡¿Y mi beso?!
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