La parte romántica
“Qué más quisiera darte yo que todo el amor que tengo atrapado dentro de mi corazón, cada que te veo siento como si se me fuera a salir, cada día este sentimiento crece y crece, es algo que no puedo controlar, voy a echarte la culpa de todo esto, esperando que no te hagas responsable… algún día este sentimiento crecerá tanto que me dolerá el corazón… será tan insoportable que ni llorar podré… se me desbordará todo este amor… tal vez muera… pero no importa, prefiero pegarme los labios y nunca hacértelo saber…”
Uruha camina lentamente por los pasillos del edificio de la PSC, sumido en sus pensamientos, tenía ganas de un café o algo más delicioso como una cerveza o sake, el ensayo estaba siendo muy difícil y Ruki lo estaba haciendo algo tenso por la forma en que exigía algunas partes así que tenía que salirse de ahí a cualquier costo, se estaba sofocando…
Realmente eso lo estaba sofocando o era esa mirada que le estaba metiendo en una dimensión desconocida… sin tiempo, sin ruido, sin aire…? Mierda…! donde está la maldita máquina de refrescos? Oh espera… iba por un café…
- maldita seas… me haces perder la cabeza…
- ya estás hablando solo, a veces me das miedo, Uruhaha-chan
- ¬¬ no estoy loco – dice lo más calmado que puede al ser sorprendido
- no dije eso – sonríe ligeramente
- “no sonrías así… harás que te desee besar” y tu que haces aquí… Aoi?
- me dio por ir por algo de tomar, a donde ibas?
- bueno… - da un ligero suspiro – necesito un poco de sake
- nada de eso, estamos trabajando, vamos a un bar más tarde? Mientras te invito un café
- sugoi~!! <3 puedo pedir un pay?
- seguro
- y un pastel y una malteada y…
- hey, me harás gastar todo el dinero, después no podré pagar la cuenta y terminaré lavando platos
- jajajaja, eso sería genial, te verías tan lindo con un delantal
- ¬///¬ quita eso de tu mente, pervertido
“Es difícil concentrarme en otra cosa que no sean tus hermosos ojos negros, tus labios tan tentativos… son suaves, lo sé… tantas veces que me los he imaginado besándolos… mordiéndolos… lamiéndolos…”
Uruha se mordía el labio mientras esos pensamientos circulaban por su mente.
Aoi volteó a verlo y pudo ver claramente como su amigo se saboreaba sus propios labios mientras su mirada se perdía en su taza de café… si… esos hermosos labios que se movían mágicamente cuando pronunciaban su nombre, lo quería ahora… quería escucharle decir su nombre.
- quieres acompañar tu café con galletitas?
- uh? Ò__ô
- rayos, Uruha - Aoi soltó una risa juguetona - estabas tan metido en tus pensamientos, deberías ver tu rostro ahora, se ve chistoso
- no te estés burlando de mi, Aoi – le dice con enojo fingido y frunciendo el ceño ligeramente haciéndose el ‘ofendido’
“Si, ahí está, haz dicho mi nombre, me gustaría que lo dijeras de forma sensual, como un suspiro en mi oído, seguido de un agudo gemido, estando muy cerca de mi rostro, aventándome tu cálido aliento, susurrando mi nombre, tus deseos… tu…”
- Ahora tú andas ido, Aoi-shi
- sólo pensaba en la parte del solo, te parece bien una nota alta al final?
- mmm… no lo sé, sería bueno intentarlo, veamos que tal suena
El descanso restante se fue en una típica plática de trabajo… sin dejar a un lado sonrisas y miradas que hablaban por si solas. Sonrisas inocentes y sensuales, los labios llamándose mutuamente para sentirse cálidos en un ligero roce, miradas profundas y rápidas, evitando demostrar los sentimientos aprisionados en el alma.
Porque ocultamos nuestros sentimientos como si fuera un tesoro que crece, disminuye o se pudre lentamente dentro del corazón? El miedo a no ser recibido ese tesoro hace que nos hagamos egoístas con nuestro corazón y alma, conteniendo todo posible sentimiento, enfermándolos y sonriendo mientras forjamos nuestras propias tumbas con lágrimas a la vez que susurramos al viento el dolor ocasionado por el amor.
Ninguno de los dos hablará, llegará un límite en que los sentimientos serán desbordados, el deseo romperá las cadenas e iniciará una avalancha de caricias haciendo al cuerpo hablar sustituyendo al alma.
- vámonos ya!
- que desesperado eres, Reita – decía Ruki mientras estaba sentado en un sillón fumando tranquilamente
- tú estarás muy cómodo pero yo estoy harto y quiero alcohol!!!
- … - Ruki lo ignora y continúa con su cigarro
- no te preocupes Reita – dice Uruha mientra le da una palmada en el hombro – si el enano no tiene ganas de venir, vamos nosotros, será muy divertido – las últimas palabras las marca con una pícara sonrisa
Ruki puso toda su atención en como Uruha le decía esas cosas a Reita que sonreía con satisfacción al saber que ya se irían de ese maldito lugar, dio una calada honda al cigarro para después tirarlo al suelo y apagarlo.
- que no tires eso al suelo!
- ¬¬ relájate un poco Kai… bien!! Es hora de irnos!!
Ruki se puso su chamarra al mismo tiempo que caminaba hacia Reita, lo tomó del brazo y ambos salieron de ahí.
- ¬¬ eres un demonio Uru – dijo Kai quien recogía el cigarro – mira como haz convencido a Ruki de apurarse
- jajaja y tú muy tonto… deja eso y vámonos
- >.<U etto… y Aoi?
- fue por su chamarra, la dejó en el estudio
- entonces espera por él
- eh? ya te vas? Acaso piensas escaparte de nuevo?
- lo siento, tengo cosas que hacer
- deja tus cosas por un momento y diviértete con nosotros – le hace ojitos – shi?
- etto… - suspira – está bien, tengo un buen rato sin salir con ustedes, me iré yendo entonces
- salva a Reita de Ruki – se ríe con algo de maldad
Kai solo soltó una risa cómplice y divertida, a veces Uruha era demasiado serio y otras veces bastante bromista, se veía de buen humor hoy así que supuso que sería divertido estar con ellos en el bar, era hora de que él también se bajara un poco lo serio.
Uruha se sentó en un sillón, cruzó las piernas y se dispuso a esperar a Aoi.
- estas en una posición como si fueras a esperar a alguien por largas horas
- jaja – Uruha se levanta lentamente – pues no se sabe cuanto tiempo tardará la princesa en arreglarse
- ¬¬ …
Uruha sonrió y poco a poco se le acerca, Aoi le veía fijamente haciendo que desviara la mirada hacia aquella hermosa cabellera negra – maldito seas Aoi… no me veas así… - decía para sí mismo mientras, sin pensarlo, sus dedos se introducían entre el cabello, acariciando y dejándolos caer hasta llegar al hombro posando su mano como si se hubiera cansado. Aoi se quedó quieto, tratando de calmar su corazón, vio de reojo a Uruha quien estaba perdido observando su mano, se veía tan tierno con esa expresión de sorpresa, confusión y timidez con un poco se rubor… sonrió – nee… - fue lo único que escupió haciendo que Uruha volteara a verlo, sus rostros estaban literalmente cerca y para sorpresa de Uruha, Aoi estaba sonriendo y viéndolo de forma… ¿cómo lo definiría?...… tierna… si… una mirada tierna, como si existiera amor en ella… estaba viendo fijamente sus oscuros ojos, estaba viendo su interior.
Un dolor se hizo presente en su pecho, tenía ganas de llorar, entrecerró sus ojos y soltó a Aoi, dio tres pasos hacia atrás y mirando a otro lado hizo un mortal silencio. Aoi le observaba detenidamente… mientras Uruha sentía miedo y calor, Aoi sentía emoción y frío, hermosa combinación, perfectos hasta el último aliento.
- que pasa… Uruha? – sus palabras fueron suaves y secas
- n-nada… “se está desbordando todo de mi corazón”
- ibas a decirme algo?
- uh? “¿porqué me tienes que sonreír y ver así?”
- estabas muy cerca, querías decirme un secreto?
- eh… “¿cómo puedes actuar así de calmado?”… se me olvidó
- baka, no hay nadie aquí así que no es necesario decírmelo al oído, o me querías besar? – una sonrisa tímida se asomó en sus labios
- n… “deja de verme… deja de sonreírme… no sé que tramas con esto… no sé que es lo que debo contestarte… sólo sé que debo alejarme y callarme… y que… yo…” eres un completo idiota, vámonos o Mr. Ruki enojón nos dejará aquí
Sin decir alguna otra palabra, Uruha le dio la espalda y comenzó a caminar hacia la puerta, mientras Aoi sólo con una media sonrisa le siguió.
“Sé bien lo que sientes y lo que yo siento… pero una gran barrera hace que las palabras no salgan y jamás nos enteraremos de lo que siente nuestro corazón, haz hecho algo que me impresionó, será que tú no estas dispuesto a pegarte los labios para no hablar? Eso es peligroso… te tendría que coser los ojos para que ellos no hablen por ti…”
Uruha estaba sumido en sus pensamientos por todo el camino hacia el bar.
“Soy el único que pone esa barrera…”
Llegaron al bar y como si nada hubiera pasado, los cinco chicos se sentaron en una mesa dispuestos a pasarla bien, se notaba en sus rostros que estaban cansados y hartos de estar tantos días y casi todo el día en el estudio. Pidieron una ronda de cervezas y rápido las abrieron, Reita se veía bastante tranquilo ahora que estaba en otro ambiente y una vez que el líquido entró en su cuerpo empezó a decir incoherencias haciendo reír a todos, Kai le hacía compañía matando de risa a Ruki y a Aoi, el que no se veía tan animado era Uruha quien le daba una y otra vuelta a lo que había pasado, Aoi se dio cuenta de su ausente presencia y se acercó un poco.
- nee… estás bien?
- eh…? – Uruha hace su rostro hacia atrás instintivamente haciendo sonreír a Aoi – si lo estoy… umm… iré por una bebida preparada
Se levantó lo más tranquilo posible hacia la barra.
“Eres un idiota Takashima Kouyou… desde cuando estas cosas te hacen perder la cabeza…?”
Pidió una piña colada.
“La perdí desde que dejé espacio para poder ver lo que no quería ver… a lo que tanto le tenía miedo terminé haciéndolo… he perdido los estribos… me pasé del límite que dibujé desde que te vi… desde que me hiciste cerrar los ojos con sólo escucharte decir mi nombre… hacerme temblar cuando me tocas… hacer crecer mi deseo de tenerte tan cerca que no puedas escapar…”
- piña colada!? – dice reclamando al barman
- si señor, es lo que me pidió
- en serio? Disculpa – resignado y avergonzado toma la bebida con calma –… totalmente perdido…
- que pasa Uruhaha-chan?
- ugh…! – casi escupe la bebida – Aoi! No me asustes así!
- jaja lo siento, estás bien?
- si… - se concentra en observar su bebida – porque?
- te ves incómodo… es acaso por lo que pasó en el estudio…?
- n-no! – voltea rápidamente a ver a Aoi mientras su rostro se pintaba de rojo
- en serio?
Aoi sonrió de forma sensual y gatuna, se sentó en un banco a un lado del de Uruha, este rápidamente buscó un escondite en el vaso casi lleno con piña colada, comenzó a sentir calor en su cuerpo, especialmente su rostro, las manos le sudaban y su corazón le estaba golpeando fuertemente el pecho, no pudo evitar tocárselo y disminuir la respiración… como si de esa forma evitara que se le saliera.
- no te ves muy bien Uruha… - se recarga en su mano y el dedo meñique rozaba sus labios – quieres ir a mi casa y platicamos un poco?
- estoy bien!!
Uruha se desesperó, Aoi le estaba haciendo sentir como una chica enamorada que se alborota con sólo tener al chico que le gusta a pocos centímetros de ella.
“Tú me haces sentir idiota… me tienes como a un idiota… me duele el pecho… quiero… quiero besarte… quiero decirte… quiero que me digas… quiero…”
- olvídalo… me iré a casa… sólo olvida lo que…
Uruha se quedó mudo… un grave error acababa de cometer al dirigir de nuevo su mirada al moreno.