Gokusen2 Fanfic
-Yaoi-
Nota de la autora: este fanfic está creado a partir del argumento del dorama de Gokusen2. Hay los mismos personajes, a excepción de Yusuke que es ficticio, pero cogiendo la imagen y el nombre de Yamapi en Dragonzakura.
Jin as Hayato Yabuki
Kame as Ryu Odagiri
Personaje extra: Yamapi as Yusuke Yajima
Capítulo 1: Sabor a sangre
-Esta Yankumi… sabe que nunca estudiamos, y menos para… -tragó saliva con gesto de repugnancia- matemáticas…
-Tsucchi, ¿y tus 45 puntos del último examen? –replicó Hayato echándole una mirada asesina.
-¡Eso! ¡Que aquí el personal tiene que seguir con su tradición de menos de 20 puntos! –dijo Take.
-¿Tú no eras el que quería graduarse para tener contenta a su madre? –respondió Tsucchi al momento.
-Sí… pero bueno, aún quedan tres meses…
-Lo que tenga que pasar, pasará. ¡Dejemos el tema! –ordenó Hayato a la pandilla.
Ryu echó una risa entre dientes y se le escapó un ‘je’. Hayato se giró hacia atrás pues Ryu iba más a su aire y les seguía por la espalda.
-Ryu, ¿tú de qué te ríes? Has estado un puñado de meses sin venir, ¿y te ríes?
A Ryu se le esfumó la sonrisa.
-No eres quién para reprocharme eso.
Hayato se paró ante él mirándole fijamente.
-Ya quedaron las cosas claras sobre eso hace tiempo, no te lo tomes tan a pecho –le puso la mano sobre el hombro.
-Aun así ese tipo de comentarios sobran –le aparta la mano y pasa adelante.
-¡Eh Ryu! –gritó Take.
-Déjale, Take. A veces deja escapar ese rencor hacia mí.
Take bajó la mirada cabizbajo.
-No te preocupes. Eh –se dirigió a los tres-, ¿queréis ir a echar unas partidas de billar?
-¡Sí! –exclamaron Tsucchi y Hyuga.
-¡Tú sigues en tu línea Hayato! Segunda vez que ganas, hoy claro, no contemos lo de las otras veces –dijo Take.
-Lo sé, ¡no lograréis ganarme! –contestó Hayato con pose triunfal.
Al alzar y mover el palo se oyó un quejido detrás. Se giró y vio a un chico, de su misma edad y estatura prácticamente, con el uniforme de empleado del local.
-¿Tú de qué vas? Ves con más cuidado listillo.
El chico tenía el cabello rubio desaliñado, con un mechón largo de flequillo hacia el lado, y de largo un poco más corto que el de Ryu. Tenía unos pendientes de oro en la oreja izquierda.
-Perdona, a perdedores como tú no los suelo ver –respondió Hayato, plantándole cara.
-¿Te crees muy fuerte, tú? –el chico le cogió del cuello de la chaqueta.
-Eh eh, ya vale –apareció un hombre mayor con traje-. Yusuke, no vayas atacando a los clientes, si no quieres que te echemos a patadas –el hombre hizo una sonrisa desencajada y agarró a ‘Yusuke’ para llevárselo.
-¡Ja! …l se lo ha buscado.
-Hayato… -le miraban sus colegas.
-¿Qué? Hoy no sé qué pasa, todo el mundo va en contra mío. Me voy. Nos vemos –y Hayato abandonó el lugar.
Hayato se fue por la calle contigua al local. Era estrecha y oscura, pero le era más corta para volver a casa.
De golpe se abrió una puerta del edificio del local y alguien aterrizó en el suelo. Era el chico de antes, Yusuke.
-¡Por hoy ya has acabado! –gritó una voz de dentro, y seguido la puerta se cerró bruscamente.
-¡Eh! –Hayato fue corriendo adonde estaba Yusuke.
Yusuke tenía la cara con varios moratones y le sangraba el labio inferior.
-¿Y tú qué quieres ahora? –preguntó intentando levantarse.
Hayato le levantó el brazo para ponérselo entre sus hombros para ayudarle pero Yusuke lo apartó.
-¡Déjame en paz!
-¡Intento ayudar imbécil!
-¡No te he pedido ayuda, gilipollas!
-¡Eres un puto orgulloso!
-No es tu problema, déjame tranquilo –y comienza a andar. Hayato le sigue-. ¡No me persigas!
-No te lo creas tanto. Yo también voy por aquí.
Silencio un minuto.
-¿Por qué te ha pegado el tío ese? ¿Tan malo eres trabajando? –añadió.
-Es un desgraciado… -se calló unos segundos. Entonces siguió-, tengo que pagarle una deuda. El sucio dinero que el cabrón de mi padre le robó. Se fugó de casa –miró a Hayato-. No tengo otra opción.
-¿Cuánto dinero es? –preguntó Hayato.
-Un millón de yenes… pero por suerte ya casi la he terminado. Me quedan 100.000…
-Pero si trabajas en su negocio no es bueno, seguro que te paga una mierda.
-Ah no, es que el tío no es ese de antes. …se es un ‘amigo’ suyo. Así que me obligó a trabajar con él y así tenerme vigilado.
Los dos llegaron a un parque con un bloque de apartamentos alrededor. Atravesaron el parque y Yusuke tiró hacia la izquierda, por el camino hacia un portal.
-Ya he llegado. Vivo aquí –señaló el primer piso del apartamento.
-Ah bien…, oye –Hayato desvió la mirada hacia arriba-, si tienes algún problema con esos tíos dímelo. Parece que les gusta actuar cobardemente.
-No necesito que nadie me proteja a estas alturas… -a Yusuke se le formó una pequeña sonrisa-. Eres un buen tío –le acercó la mano.
Hayato se la estrechó.
-Ja ne –Hayato se despidió con su movimiento de dedos particular. Se dio la vuelta para seguir su camino a casa.
-¿Quieres subir? Vivo solo.
-…bueno, tengo hambre.
-Mi madre estaba enferma del corazón y tenía ataques continuamente. Cuando nos enteramos de la deuda millonaria se puso peor… La llevé al hospital, pero al día siguiente tuvo un infarto… y murió –se tomó un sorbo de té-. Hará ya casi un año.
-Vaya… ¿y puedes mantenerte tú solo? –preguntó Hayato. Acababa de terminarse los fideos del ramen. Se había quitado la chaqueta negra del uniforme porque tenía calor.
-Sí, el dinero de mi madre me ha servido por un tiempo. Mis abuelos me mandan de vez en cuando, pero yo prefiero ganarlo por mí mismo.
-Supongo que por tener que trabajar abandonaste el instituto, ¿no?
-Sí… yo vivía en otra ciudad fuera de Tokio. Tras la muerte de mi madre me vine aquí a vivir, y me fui del instituto de allí. Los tipos esos me siguieron el rastro, así que no sirvió de mucho el cambio –explicó Yusuke, escéptico, estirado en el tatami con los brazos bajo la cabeza.
Hayato se bebió el caldo del ramen y también se tumbó, frotándose la barriga.
-Supongo que ha sido duro.
-Es la vida que me ha tocado. De ahora en adelante espero que cambie.
Yusuke giró el cuello levemente hacia Hayato, pero no llegaba a ver su cabeza. Las piernas le tapaban.
-Creo que ya he hablado suficiente de mí. ¿No vas a contarme tú nada? –volvió a mirar hacia el techo.
-Mi vida es poco interesante… estoy a punto de graduarme. Por cierto, tienes 18, ¿no, Yusuke?
-Sí. Veo que recuerdas mi nombre. ¿Y tú?
-Como yo, entonces. Yo me llamo Hayato.
Unos segundos después.
-Bueno… ya es hora de irme –Hayato se levantó y se puso la chaqueta del uniforme-. Gracias, eh –señaló el bol.
-Ah, de nada –Yusuke también se levantó.
Fueron hacia la entrada. Hayato se puso los zapatos.
-Ya sabes dónde vivo, si quieres venir otro día… Aún queda ramen –dijo Yusuke, y de repente se puso a reír de forma muy dulce. Hayato se sorprendió, Yusuke había estado bastante serio todo el rato.
-Jajaja… por mí no hay problema. Bueno… ya nos veremos –e hizo ademán con la cabeza.
Hayato abrió la puerta, pero Yusuke le paró agarrándole de la chaqueta hacia dentro. La puerta se cerró. Hayato se dio la vuelta y en ese instante Yusuke le empujó contra la puerta y le besó en la boca. Hayato abrió los ojos atónito, pero no se separó. Siguió besando fuertemente a Yusuke. Era una sensación extraordinaria. Yusuke le puso la mano en la cadera y la deslizó bajo la camiseta. Hayato sintió un escalofrío y, de golpe, empujó a Yusuke, que hizo que éste cayera de culo al suelo.
-¿¡Se puede saber qué haces!? –gritó Hayato enfurecido. Se había dado cuenta de lo que había hecho.
Yusuke no hizo nada. Se acercó el dedo al labio y se lo palpó. Vio como su dedo se había manchado de rojo. Hayato también se palpó el suyo y también se manchó el dedo. Se lo lamió y le supo a sangre fría. Enfadado, salió del apartamento de un portazo.
Fin capítulo 1.
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