Sin darle una sola mirada más siguió caminando, con la espalda rígida y en la garganta un nudo; solamente la fuerza de sus manos en sus palmas lo mantenía atado a la realidad, pese a que su cabeza diera vueltas interminablemente y sintiera la pesada opresión en el pecho quitarle el aliento. Cada paso que daba hacia la puerta del edificio, lo alejaba aún más, cada metro que avanzaba luchando contra el dolor, afianzaba aún más la infinita desesperación que no podía ocultar.
“Te busco intentando alcanzar las rosas
Que se ha llevado el tiempo
Y así jugar con la silenciosa locura
Te has ido lejos de mí sin decir palabras
Sólo dejando lágrimas falsas
Busco ese ramo de rosas
Adorado como perlas falsas.”
Ya no hay nada detrás del eco vacío de sus pasos, ni el fuerte sol de la primavera podría calentar su piel, probablemente sus pasos lo llevarían a caminar sin rumbo por el resto del día, intentando comprender como es que las cosas se torcieron tanto en un tiempo tan corto. Es como si toda la mala suerte del mundo se hubiera juntado para guiarlo en su camino. No hay alivio posible, únicamente una increíble sensación de desdicha que opaca hasta su alma. Tan sencillo como sería dejar que las mentiras fueran su pan de cada día, que la pasión se deshiciera en cada caricia y en cada lágrima que por nada del mundo le gustaría dejar caer, la calle desierta está empañada por el rocío de la lluvia que pronto inundará las calles.
No importa nadie más.
“Soy un loco ciego en el rojo silencio
Ahora que he perdido tu amor
Una marioneta mantuvo una ilusión de amor
Sobre mis pies
Me vuelvo hacia mí mismo fingiendo que me amas
Mírame, cubierto por un carmesí
Que baja por mis dedos.”
Tal vez en otro momento todo esto le hubiera parecido increíble, sentir como su vida se sumergía en el abismo de la desilusión, como una simple verdad y un beso mal parado podría terminar con él vagando sin sentido, con él y la carga que lleva a cuestas en sus hombros, haciéndose un espacio junto a la chamarra que lleva colgando descuidadamente. Con él con el corazón congelado en medio de la mierda que llamaba amor y que ahora nada más le retuerce las entrañas.
“Ya no puedo más con esta solitaria serenata
Amontonándose en el mar de la pretensión
Acaba de despertar del sueño, el ángel sangriento
Que estuve manteniendo
No puedo detenerme”
¿De que sirven las lágrimas? Si el silencio es tan desgarrador que duele, si la necesidad de un beso puede aumentar la condena de la soledad, dejar que el viento borre las palabras y que la lluvia se lleve la sangre que no deja de derramarse pronto será completamente inútil. La soledad es una dama elegante que te atrapa con sutiles caricias, te envuelve y te adormece lentamente hasta que te tiene completamente atado, después cuando quieres alejarla ya no tienes la fuerza necesaria para separarte de ella, solamente te dejas adormecer en sus manos delicadas.
“Celos silenciosos
No me dejen solo
Confundido por el dolor
En soledad decoro este amor
Por el que no puede regresar”
¿Luchar sirve de algo?
“Dime la verdad
¿Donde puedo ir para amar el dolor?
Aún deseo tu amor y detenerlo
Borra los recuerdos
Que florecen fuera de estación”
Amar sin medida ni control, únicamente con la excusa del perfeccionismo ya no es absolutamente nada, ya no calma las ansias de desaparecer los obstáculos que impiden la cercanía, que hacen que el corazón que demasiadas veces puso en bandeja de plata se pierda en el camino. Se olvida entre la bruma del sueño y la fantasía que se entretejen dolorosamente en un nido de fierros retorcidos. En medio de las esperanzas desinteresadas que tantas veces ha intentado negar.
Casi sin notarlo sus pasos lo llevan de nueva cuenta al departamento del que ha huido hace solo unas horas atrás, empapado de pies a cabeza, solo su mente es responsable por lo que vaya a hacer en ese lugar, de las miles de marcas que el tiempo ha dejado en su alma, en sus ojos y en las súplicas que solo el viento conoce. Presa del desconsuelo, de la impotencia y la falta de voluntad, solo existe para amar, para olvidar….
"Yo solo deseaba estar contigo
Solo deseaba sentir tu aliento de gracia
No sabía que hacer
No pude decir nada
Cuando la conciencia regresó
Todo había sido consumido
Por el curso del tiempo, incluso tú
Pero las cicatrices de la memoria nunca se desvanecen
No puedo dejar de amarte
Detén mis lágrimas
Detén mi amor
Mata mis recuerdos"
Abrió la puerta con las ilusiones desbocando a su corazón, tal parecía que no acababan de gritarse 3 horas antes, él seguía parado en el mismo lugar, con la mirada hacia el suelo y las manos entrelazadas, estaba seguro de que nunca sabría que fue lo que lo llevó a tomar esa decisión, mas no pasaron ni dos segundos después de ver su mirada desconfiada, no tomó ni un respiro o un instante para meditar lo que estaba a punto de hacer. El amor que llevaba asfixiándolo por años volvía a cegar a la necia razón que le pedía a gritos no volver, no rendirse a sus caricias. Tan pronto como sus brazos opresores se enredaron en su cintura, un par de lágrimas se deslizaron con suavidad, intentando desvanecer la viscosidad, la tristeza que había formado parte de su vida desde hacía tantos años.
“Teñiste mi corazón con sangre
No hay manera de matar mi tristeza
Mátame antes de dejarme
Abrazados por el grito del amor en mis ojos
No pueden ver nada
Aún te extraño
No puedo vivir sin ti”
-No te dejaré ir-murmuró su grave voz
-¿Por qué?-Sollozó
-¿No eres feliz? ¿No te he dado suficiente?-Lo tomó del rostro con agresividad
-Yo… Dios… Toshi por favor
-Vete-ordenó sin misericordia-Sal de aquí
Completamente paralizado sin decir nada, el cielo gris que tantas escenas como ésas había presenciado lo atormentó aún más, no quería irse, sencillamente no podía. Mas sus ojos no regresaron a verlo, se quedo acompañado por su corazón destrozado de promesas sin cumplir, ataviado con las elegantes murmuraciones de la gente, su prefabricado cuento de hadas no era más que una pesadilla, un conjunto de cosas amorfas, degradadas, incomprensibles. Pero no se movió, la intensa necesidad que tenía de saber que volvería a aceptarlo en su vida pese a lo que había hecho lo obligó inconscientemente a levantarse, el sonido audible de sus pasos eran la única guía que necesitaba, él… lo único que podía deshacer el poderoso embrujo sangriento que hacía de su voluntad una miseria.
“Celos silenciosos
Cayendo en un sueño
Abrazando los recuerdos
Permanece en el ayer, detén el tiempo
Borra esta repetitiva soledad
Devuélveme a los recuerdos,
Al sueño”
-Toshi
Una sola mirada bastó para que su mundo volviera a latir de nueva cuenta, la contemplación serena que tanto amaba, con una rosa sobre la cama y la demencia en los ojos, solamente existían ellos dos, solo había ese amor irracional que muchas veces, le quitaba hasta el aliento. Que otras tantas le hacían creer que no había nadie más que él para tranquilizar sus temores. Y él, la única cura para un alma demasiado enferma de soledad, de indiferencia y de odio.
“Celos silenciosos
No me dejen solo
Confundido por el dolor”
-“Mátame, amor”-fue lo único que pensó al quedar hincado frente a él
-Me casaré-dijo con firmeza
-Y yo seguiré estando a tu lado-una lágrima cristalina destrozó su mundo, su mundo que había quedado convertido a nada
Fin