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El amor verdadero. por Lucky15

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Notas del fanfic:

Luego de un periodo inactiva, he vuelto, la razon es que he tenido muchos problemas, de los cuales prefiero no hablar.

He traido un nuevo fanfic, es algo largo, a parte de que es un capitulo unico, no podria dividirlo porque me resultaba complicado

La serie del fic es The Prince of Tennis; propiedad de Konomi Takeshi.

No gano nada monetario con este fanfic, solo la satisfaccion de que sera leido y posiblemente comentado.

Recomendacion antes de empezar a leer el fanfic: Se que hay personas que se aburren por leer un capitulo largo, por eso les recomiendo (si quieren) que pueden detenerse en medio del capitulo y dentro de un rato retomarlo en donde se dejo.

Notas del capitulo: ¿Que pasa si la persona que mas quieres vive en sufrimiento y dolor?

Querrias ayudarle ¿cierto?

Pero ¿que pasa si él no te deja ayudarle?

¿Que harias?
El amor verdadero.


Era un día prácticamente normal en la Seishun Gakuen, también conocida como Instituto Seigaku, las clases estaban como deberían ser, todos los alumnos estaban tranquilos escuchando y anotando las clases, entonces el timbre suena, indicando el fin de la última clase, y la mayoría de los chicos estaban dispuestos a irse a hacer sus cuestiones.

Kikumaru-kun, ¿podría acompañarme a mi oficina? – Dijo un profesor de manera autoritaria, viendo como el aludido ordenaba su bolso

¿Ah?... esta bien, Takamine-sensei – Dijo el chico de cabellos rojos y ojos azules; luego dirigió su mirada al chico castaño a su lado – Fujiko, nos vemos en las practicas

Okey Eiji, no tardes mucho – Dijo el castaño de constante sonrisa, se despidió de su amigo, del profesor y se fue

Entonces el pelirrojo se coloco al lado del profesor Takamine con cierta distancia, su mirada pasó de nervios a miedo total mientras el profesor de cabellos dorados tenia una sonrisa de lujuria en su rostro. Ambos llegaron a la oficina del profesor, este cerró la puerta con seguro y miro al más chico.

¿Para que me llamo sensei? No hice nada malo, o al menos eso creo… - Dijo el pelirrojo con algo de inocencia, pero en el fondo sabia porque estaba ahí… con el

No te hagas el inocente, ya sabes como me gusta eso de ti, que seas tan inocente… te hace tan deseable – Dijo el profesor acercándose al cuerpo del chico y apretándolo contra si mismo

P-Por favor… n-no haga esto… - Dijo el chico suplicante, luego sintió como el mas grande le besaba con fuerza su cuello, haciéndolo gemir, pero de suplica

¿Por qué? ¿Acaso no te gusta? ¿Porque? Debería gustarte – Dijo con suficiencia y volvió a besar al chico por el cuello

El pelirrojo intentaba forcejear, pero sus muñecas eran aprisionadas por las fuertes manos del mayor. El profesor besaba, lamía y mordía con fuerza y deseo el cuello del chico, luego de soltar las muñecas del pelirrojo le abrió la camisa con estas dejando mostrar su pecho, el cual no dudo en disfrutar con sus labios.

¡Ah! P-Por favor… ¡ah! D-Deténganse… n-no… ¡ah! Q-Quiero… - Decía entre gemidos el mas chico al sentir como el mas grande le dejaba leves mordidas en su pecho descubierto

N-No lo haré, esto es para que veas de quien eres – Decía con una arrogante sonrisa

Entonces se escucho como tocaban la puerta de la oficina, el mayor de cabellos dorados se incorporo, mientras el mas chico se arreglaba la camisa.

Ya sabes que no hemos terminado – Dijo el mayor sosteniendo con fuerza el mentón del mas chico, luego le soltó con brusquedad - ¿Quién es?

Soy el señor Sakamoto, ¿me permite pasar? – Respondió la voz de un hombre al otro lado de la puerta

Ya le abro – Dijo quitando el seguro de la puerta y abriéndola, dejando mostrar a un señor de cabellos plateados – Buenas tardes profesor Sakamoto

Buenas tardes Takamine, hola Kikumaru-kun, que raro verlo acá – Dijo el señor con extrañeza al ver al pelirrojo ahí

Buenas Sakamoto-sensei, no, solo vine a hablar con Takamine-sensei sobre una tarea inconclusa – Dijo el chico con una falsa sonrisa, agarro su bolso del suelo y se fue marchando – Nos vemos

Cuando abandono el lugar y se alejo lo suficiente observo cuidadosamente el lugar para ver que no había nadie y se recostó en una pared y de sus ojos azules empezaron a salir lágrimas.

¿Por qué? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? – Dijo tapándose el rostro con sus manos, haciendo caer su bolso y su cuerpo descendió hasta terminar en el suelo - ¿Por qué a mí?

Así era durante casi un año entero, cuando estaba en segundo año, ese profesor le arruino la vida cuando un día le llamo a su oficina, y el inocentemente le obedeció, obteniendo como consecuencias palabras llenas de deseo y caricias indecorosas, y lo peor era que no podía hacer nada, ya que el era un sensei respetado y nadie le creería.

Si tan solo pudiera… ser fuerte, pero no, soy un cobarde – Dijo empezando a sollozar con dolor y sufrimiento - ¿Por qué no me deja tranquilo?


“Eres un niño grande, y los niños grandes merecen un trato especial”

“Hoy te dormiste en mi clase, por lo tanto mereces un castigo”

“Tu eres mío, por lo tanto no dejare que alguien te toque, si eso pasa, castigare de la misma forma a esa persona”


N-No quiero ser un niño grande… no quiero un castigo… no quiero ser de él – Decía recordando esas y muchas otras palabras y frases de ese.

Mientras en las prácticas, los titulares del club de tenis estaban practicando bajo las ordenes del capitán Tezuka

20 vueltas alrededor las cancha – Ordeno el capitán con su monótona autoritaria voz

Todos empezaron a dar con cierta resignación las vueltas ordenadas, algunos estaban callados, y algunos estaban algo preocupados.

Que raro que Kikumaru-senpai no haya llegado – Menciono Momoshiro notando desde hace buen rato la ausencia del pelirrojo acrobático - ¿Le habrá pasado algo malo?

Momo… no digas eso, seguramente tuvo un asunto que atender – Dijo Oishi con cierta seriedad, pero en el fondo estaba algo preocupado - ¿Verdad Fuji?

Pues… el profesor de ingles le llamo a su oficina, seguramente para una tarea que habrá olvidado – Dijo el castaño sonriendo y con sus ojos cerrados

¿Ven? Seguramente debe estar regresando – Dijo el de cabellos negros y ojos verdes esmeraldas con una tranquila sonrisa

En eso se aparece el pelirrojo con su uniforme de titular, todos se le quedan viendo un rato como interrogándole con la mirada el motivo de su inusual tardanza, entonces se dirigió hacia el capitán.

Lamento la tardanza capitán, tenia unos asuntos que atender a ultimo momento – Dijo con su rostro normal viendo al mencionado

Haz 20 vueltas, no bajes la guardia – Dijo con firmeza

Entonces sin protestar ni chistar se fue a cumplir su reprimenda, respondiendo con mentiras las preguntas de sus amigos sobre su temporal ausencia.


“No bajes la guardia”


“¿Bajar la guardia? Lo siento capitán, eso lo perdí hace mucho” – Pensó con pesadez la típica frase de su estoico capitán – “Ahora veme aquí, con una falsa sonrisa y sentimientos falsos en mis ojos”

Las prácticas siguieron su curso normal, calentamiento, juegos de tenis de práctica, entrenamientos especiales que involucraban los extraños y temidos juegos de Inui.

En los vestidores, los titulares se estaban duchando, la gran mayoría se encontraban hablando sobre que hacer el día de hoy.

Entonces Echizen, ¿te parece si hoy vamos a comernos unas cuantas hamburguesas? – Dijo Momoshiro restregándose su cabello viendo al aludido

Momo-senpai ¿Cuándo te refieres a unas “cuantas hamburguesas” te refieres a unas diez o veinte? – Dijo el chico de cabellos negros con reflejos verdes con una sonrisa de arrogancia

¿¡Que quisiste decir con eso Echizen!? ¿¡Que insinuaste!? – Dijo el chico con tono de estar ofendido

Quiso decir que eres un glotón, idiota - Dijo Kaidoh con su típico rostro de molestia

¿¡Que dijiste viborilla!? ¿Acaso quieres pelea? – Dijo con la voz alzada

Ya chicos, no se peleen – Dijo el tranquilo Taka-san intentando detener a los dos chicos que se desafiaban con la mirada

Mientras en una de las duchas uno de los chicos, uno de los chicos de los mas conversadores se encontraba en silencio mientras quitaba con el agua el jabón de su cuerpo, entonces pudo apreciar con claridad las marcas de mordidas de su pecho y hombros, por suerte nadie las veía por el vapor del lugar.

“¿Hasta cuando dejare de ser marcado por él?” – Se pregunto mentalmente mientras se acariciaba las marcas de manera que nadie lo notase – “Con lo sucio que me siento, ¿tengo que ver estas marcas de eso?”

Eiji… ¿te encuentras bien? – Pregunto Oishi viendo con preocupación a su pensante amigo

¿Ah?... Oishi, si, me encuentro bien – Dijo con una sonrisa, que por fuera era tierna, pero por dentro era falsa - ¿Por qué preguntas?

Es que estas más pensativo de lo normal – Dijo con una calida sonrisa - ¿En que piensas?

“Pienso en como podré solucionar esto” – Se dijo fugazmente en la mente – Nada importante, solo cosas sin importancia

Esta bien, Eiji, ¿hoy podemos comer helados? – Pregunto con su reconfortante voz

¿Hoy? No puedo, tengo que unos asuntos en casa, ¿puede ser otro día? – Dijo algo nervioso

Me parece bien – Dijo algo extrañado – “Que extraño, hoy Eiji actúa raro, ¿me estará mintiendo? No, el nunca me mentiría”

Cuando todos se terminaron de duchar y salieron de las cabinas abrieron sus casilleros para buscar sus ropas limpias.

Kikumaru-senpai, ¿Qué es eso que tiene en el cuello? – Preguntó Momoshiro señalando una marca roja en el lado derecho del cuello del señalado

¿Eh? ¿Qué cosa Momo? Yo no tengo nada – Dijo el chico algo nervios al notar como todos le miraban

Pero yo veo una marca, déjeme ver – Dijo acercándose un poco

¡Que no tengo nada Momo! ¡No te me acerques! – Dijo con la voz alzada mientras se alejaba del chico. Todos los chicos le empezaron a ver raro

Eiji, ¿te sientes bien? – Pregunto Fuji abriendo sus ojos para ver si le sacaba algo a su amigo

P-Pues… si me siento bien Fujiko, solo… no quiero que se me acerquen… no hoy – Dijo lastimeramente mientras con cuidado se incorporaba y se colocaba con lentitud y cuidado sus ropas

Todos los chicos a cambiados salieron de los vestidores con sus bolsos, al ver al pelirrojo alejarse a su casa después de despedirse se le quedaron viendo con preocupación.

¿Qué creen que le pase a Eiji? – Pregunto Fuji algo triste

No lo se… el nunca me ha gritado… no de esa manera – Dijo Momoshiro preocupado

Tal vez este algo estresado – Dijo Inui anotando en su libreta

¿Qué dices Tezuka? – Pregunto el castaño a su amigo rubio

Solo le recomiendo que no baje la guardia – Dijo con su acostumbrada estoicidad

Seguramente esta muy cansado – Dijo Taka-san

Todos con su preocupación se fueron a sus respectivas casas, todos se fueron en pareja, excepto por el chico de ojos verdes, el cual estaba preocupado y extrañado de que su amigo pelirrojo no le haya pedido acompañarlo a casa, como era siempre.

“¿Qué te pasa Eiji? ¿Por qué no dices nada? No es normal en ti” – Pensaba Oishi mientras caminaba a su casa – “¿Por qué estas raro? ¿Acaso te pasó algo que deberíamos saber y no quieres decirnos? Aunque sea puedes decírmelo a mí”

El día dio su transcurso normal. Para cuando llego la noche un chico estaba en su habitación y observaba con mucha tristeza la ventana que dejaba ver la noche.

¿Por qué de todas las personas tenia que ser él y no tú?... – Dijo Kikumaru en un susurro viendo su reflejo - … Oishi, seguramente debe estar preocupado, no quiero que haga eso ya que nunca tendré el valor de decirle


“Eres un hermoso ángel que ha caído del cielo, yo me encargare de que visites tu lugar”


Esa frase… esa frase se la decía constantemente su profesor de ingles, el que siempre se atrevía a tocar sin su consentimiento su cuerpo. El no era un ángel, y si lo fuese era uno muy destrozado, en su propio reflejo casi podía observar una pequeña ala suya en su lado derecho, mientras que en el izquierdo estaba una pequeña parte de una, se encontraba lastimada y sangrante.

Esa parte lastimada demostraba lo que el consideraba su cuerpo sucio, impuro e insano, ya que al sentir las manos y los labios de ese ser indecoroso sentía que su cuerpo perdía pureza, inocencia y valor de ser tocado por la persona que mas amaba.

Lo único que mantenía aquella otra ala intacta era el verdadero amor que sentía por el ser más inocente, más puro, más dulce y el más valiente que haya conocido, el que se volvió su mejor amigo, su actual compañero de dobles… Oishi Syuichirou.

Desde hace más de un año que llevaba amándole en secreto, pero esto no era un amor de juego o temporal; era un amor del bueno, ya que cada vez que estaba con él se sentía tan seguro, cuando se preocupaba por su estado se sentía querido y cuando le hablaba se sentía parte de algo.

Lastima que su voluntad fuese cobarde ya que nunca podría decirle cuanto lo amaba, todo porque desde el primer el toque ajeno a su propio ser se sentía no merecedor de él. Desde el primer beso, desde la primera caricia y desde la primera embestida se sentía más y más lejano a la ilusa y añorada correspondencia de su amor hacia él.

Supongo que tendré que vivir con esto… para que así él se sienta seguro, no soportaría si le pasase algo por mí culpa – Dijo mientras sus dos ojos dejaban caer lagrimas que empapaba sus mejillas

Durante un periodo corto de tiempo las cosas siguieron su curso normal, las clases normales, las llamadas indecorosas de su maestro de ingles que le interceptaba en los pasillos en casos de no ver la última clase con él, los toques ajenos que marcaban su cuerpo, destrozaban su alma y dañaba mas su corazón, las respuestas gimientes que decían no querer mas, que parase pero que eran ignorados; las practicas de tenis a las que jugaba con su mismo potencial, las charlas con sus amigos, sobretodo con la persona que mas amaba y a la vez mas engañaba con sus sonrisas falsas, con sus brincos que ocultaban el dolor y las charlas amenas que entre líneas ocultaban el sufrimiento.

Pero ese periodo acabó a causa de un momento explosivo.

Ese día estaba en la oficina, mientras era mordido, lamido y tocado por aquel “respetado” profesor, su cuerpo como siempre estaba temblando, de sus labios salía gemidos de ruego y de dolor suplicante y de sus ojos dejaban salir las amargas lágrimas del sufrimiento

Eso es mi pequeño, quiero que llores, quiero que gimas – Decía el hombre con deseo descarado mientras lamía el pecho del pelirrojo y con sus manos acariciaba su parte trasera encima de la ropa – Anda, quiero que digas mi nombre

¡Ah!... no… p-por favor… ¡ah!... – Decía en sollozos al sentir aquellas caricias y lamidas

Q-Quiero… ¡ah! Que digas mi nombre… anda… ¡dilo! – Decía mientras empezaba a apretar aquella parte trasera con fuerza

¡No!... n-no q-quiero… - Decía mordiéndose el labio inferior para ahogar sus gemidos

Te estas volviendo un niño malo, ya sabes que pasa cuando te portas mal… - Dijo con descaro. Sus manos dejaron el trasero del más chico para luego abrirle el pantalón y mostrar lo que mas quería ver – Solo así aprenderás, mi pequeño niño malo – Entonces una de sus manos apretó aquel lugar intimo

¡Ah! ¡No…! Sensei… n-no… ¡d-deténganse!... – Grito entre gemidos y sollozos al sentir esa caricia, aquella que mas odiaba - ¡Y-Ya!... ¡Ah…! ¡A-Ayúdenme!... a-ayúdame… Oishi…

¿Eh? ¿Qué dijiste? – Pregunto el profesor soltando ese lugar y viendo a su alumno con enfado y furia - ¿A quien nombraste?

No, no, no… ¡A nadie! – Dijo el chico tapando su boca con sus manos – “¡Oh no! ¿Qué acabo de hacer? Acabo de involucrarlo”

Tienes el valor de negarme, pero si tienes el descaro de mencionar otro nombre ¿¡Ah!? – Dijo con mucha ira, hizo su mano derecha puño golpeo al chico en el ojo izquierdo haciéndolo golpearse con el escritorio y caer en el suelo - ¿Cómo te atreves?

Takamine-sensei, perdóneme por favor, no quise… solo haga lo que iba a hacerme – Dijo con desespero mientras se levantaba

¡Entiende, nadie más que yo puedes nombrar! – Le arremetió una cachetada en su mejilla izquierda - ¡Vete de aquí, mañana te haré un castigo por mencionar el nombre de otro!

El chico pelirrojo recogió su bolso, se arreglo con algo de decencia su ropa y se fue corriendo de la oficina dejando al profesor en sus estado de celos extremistas.

En el pasillo caminaba tambaleante, le dolía mucho el ojo izquierdo, y con tocar sus labios noto que salía sangre de ellos, seguramente a consecuencia la fuerte cachetada arremetida. No podía aparecerse a la práctica, ¿Qué le dirían? ¿Qué le diría a el? Pero si no aparecía, todos, sobretodo él se preocuparía más, entonces fue a la enfermería

Buenas tardes – Dijo la enfermera del lugar al sentir como abrían su puerta, y cuando vio a recién llegado se alarmo dramáticamente - ¡Por dios Kikumaru-kun! ¿Qué le paso? Tiene el ojo morado e hinchado

No… no es nada – Dijo con nerviosismo

¿Cómo que no es nada? Esta muy mal – Dijo agarrando la muñeca del chico para dirigirlo a una camilla – Siéntese que le voy a tratar eso

La enfermera fue a revisar sus gavetas en busca de gotas, una gasa y un rollo de vendas delgadas, luego regreso a la camilla del pelirrojo, el cual estaba sentado.

Bien, levante su rostro un poco – El pelirrojo obedeció silenciosamente mientras la enfermera le echaba dos gotas en su ojo lastimado – Listo, ¿Qué es esto? También tiene el labio roto, ¿se metió en una riña acaso?

A-Algo así… - Dijo en voz algo bajita, casi susurro

Pues fue una gran riña, esta muy mal, lo siento mucho Kikumaru-kun, tendré que taparle ese ojo, esta muy mal – Dijo mostrando la gasa y el rollo

N-No… déjelo así – Dijo algo alterado, ¿Qué les diría a todos?

¡No sea terco! Si no lo hago se infectara y eso seria grave, lo siento, tengo que hacerlo – Dijo colocando la gasa, la cual tenia forma cuadrada en el ojo morado y con dos pedazos de venda la selló – Ahora le limpiare la sangre del labio

Luego de limpiarle la sangre con el resto de la gasa y de recomendarle no forzar mucho la vista el pelirrojo se fue de la enfermería y se tocaba con delicadeza la gasa que escondía la prueba de su sufrimiento y demostró lo cierto y lo habitual: el dolor.

Cuando llego a los vestidores noto que no había nadie, entonces aprovecho para cambiarse con tranquilidad y lentitud.

“Lo siento mucho Oishi, fui imprudente, demasiado” – Dijo con impotencia y de la misma golpeo la pared que estaba frente a el y derramo lagrimas y sintió como su ojo le empezaba a doler agudamente y se relajo poco a poco – “Tendré que hacer lo indeseable, alejarme de ti, si él me ve contigo, no se de que seria capaz, no quiero que caigas en mi error”

Entonces agarro su raqueta y se prometió a hacer lo dicho; salio del lugar y se acerco a las canchas y apenas llego los chicos le vieron y se preocuparon en demasía

¡Kikumaru-senpai! ¿¡Que le paso!? – Pregunto Momoshiro acercándose corriendo

¡Eiji! ¿Qué te paso? – Pregunto Oishi muy preocupado al estar al frente suyo

Todos los chicos se acercaron al chico y le interrogaban que fue lo que le paso, pero este no quería hablar, pero si no lo hacia sospecharían mas.

No es nada chicos, simplemente tuve un pequeño estorbo – Dijo tratando de sonreír, pero eso no aliviaba a los demás

No mienta senpai, seguramente alguien le golpeo – Dijo Kaidoh con su habitual rostro, al ver que se quedo callado se preocupo – Dígame quien fue y me encargare de él

¿Es cierto Eiji? ¿Alguien te golpeo? – Pregunto Fuji mostrando sus ojos, aquellos que ahora destilaban la furia y deseos de venganza

No, no… simplemente fue un contratiempo, no es necesario preocuparse – Dijo para evitar que le interrogasen de que si alguien le golpeo

Kikumaru, no hace falta que nos mientas – Dijo Tezuka haciendo silenciar a todos – No puedo tolerar que uno de nuestros titulares sufran una agresión

No hubo ninguna agresión, por favor, yo realmente estoy bien – Dijo con un poco de seriedad – Ahora solo quiero practicar – Entonces sintió como alguien le agarraba la muñeca, evitando que se fuese

Por favor… Eiji, confía en nosotros, dinos que te paso, sabes que no te juzgaremos – Dijo Oishi con algo de seriedad mientras le sujetaba la muñeca a su amigo – “Por favor Eiji, habla conmigo, dime que te paso, quiero ayudarte, no me dejes así”

Lo siento… no hay nada de que hablar, ahora quiero practicar… Oishi-senpai – Dijo con mucho dolor al decir lo ultimo

“¿Senpai? ¿Por qué Eiji? ¿Por qué me dices así? ¿Cómo si fuese un desconocido?” – Se dijo con dolor y soltó la muñeca de su amigo para que se fuese a la cancha

Todos a las canchas, hoy practicaremos dobles – Tezuka estaba muy resignado al ver la insistencia del pelirrojo y a la vez algo triste al escuchar como le decía senpai a su mejor amigo

¿Puedes creerlo Echizen? Kikumaru-senpai acaba de decirle senpai a Oishi-senpai – Dijo Momoshiro a su amiguito - ¿Crees que algo esta mal con él?

Mada dada dane – Dijo el mas chico con algo de quebranto en su voz, tampoco podía creerse lo de hace rato

Inui-senpai, no puedo evitarme sentirme extraño, ¿no tiene una respuesta a esto? – Dijo Kaidoh viendo a su idolatrado senpai

Lo siento Kaidoh, solo se que hay un 95% de que Kikumaru haya sido golpeado, y un 100% de que es alguien que conoce y que le tiene miedo – Dijo Inui muy resignado

Fuji, me siento mal por él, por Oishi… por los dos – Dijo Taka-san muy triste y eso que tenía una raqueta en mano

Taka-san, te comprendo, y no sabes las ganas que tengo que agredir a ese sujeto que se atrevió a hacerle daño a Eiji y hacer que le dijese senpai a Oishi – Dijo con mucho rencor y cierto odio

El pelirrojo y su senpai (amigo y amado) hicieron pareja y jugaron contra la pareja de Fuji y Taka-san. El juego era dominado por la primera pareja, pero estaba siendo remontada por la otra, porque a Eiji le costaba forzar un poco la vista ya que le dolía su ojo cubierto, a parte de que sentía una opresión en su pecho, exactamente donde estaba su corazón agrietado y a Syuichirou porque le costaba concentrarse ya que se preocupaba al ver como a su amigo perdía la pelotas fáciles y se tocaba el ojo herido, a parte de que también sentía un dolor de su corazón, también agrietado.

Lo siento Oishi-senpai – Se disculpo el pelirrojo al perder otro bola

No te preocupes Eiji – Dijo tratando de sonreír

El resultado fue un 7-5 a favor del par Fuji-Kawamura; los chicos fueron dejando la cancha luego de haberse apretado las manos en señal del buen juego, entonces el pelirrojo a notar como su amigo contenía la sonrisa se fue corriendo de las canchas hasta perderse.

¿¡Porque!? ¡A pesar de que hago lo posible, solo lo lastimo mucho! No quiero… Oishi… - Dijo estando recostado en el pasto ya que se había caído luego de tropezarse consigo mismo – No quiero… pero lo hago porque te amo… y mucho

Entonces luego de que Tezuka le diese permiso para buscar a su amigo que se había ido corriendo se fue a buscarlo y lo llamaba impaciente.

¡Eiji! ¿Dónde estas? Por favor… me preocupas – Dijo con la voz quebrantada – “Por favor, habla conmigo, aquí estoy yo, no me importa que me dijeses senpai, pero por favor… háblame”

Entonces escucho un llanto, al ver una raqueta tirada en el suelo y con una parte rota y agrietada noto que ese llanto era de su amigo, entonces ese llanto pasó a ser el sonido más doloroso de su vida. Movió un poco los arbustos y vio la escena más triste: Su amigo Eiji estaba tirado en el suelo, con el rostro mirando un costado, sollozando y llorando dolorosamente.

Eiji… - Le llamo en un susurro para ver si lo notase

Ya no mas… no mas… me duele mucho… demasiado, no quiero verle sufrir… prefiero sufrir yo a que él sufra… ya… detente – Decía el pelirrojo sin escuchar aquel llamado

Eiji… deja de llorar – Dijo el pelinegro agachándose frente a su amigo – Te he dicho que nunca me gustó verte llorar

Oishi… - El pelirrojo volteo un poco el rostro y subió un poco la cabeza para observar a su amigo, de sus ojos salieron mas lagrimas, se incorporo un poco y de un impulso de necesidad abrazo a su amigo – L-Lo siento mucho Oishi…

Ya, ya Eiji… yo estoy aquí, yo te protegeré – Dijo abrazando con fuerza al chico – No dejare que te hagan algo malo

“No digas eso, por favor, no me ilusiones más” – Se dijo con mucha tristeza, pero lo único que hizo fue aferrarse a la jersey de su amigo con fuerza – Oishi… soy alguien malo…

Claro que no Eiji… eres un chico muy bueno, demasiado – Dijo abrazando con mas fuerza – No dejare que te hagan creer lo contrario… pero necesito que me digas que te pasa

Y-Yo… no puedo Oishi… simplemente no puedo – Dijo apartando con lentitud su rostro del rostro de su amigo para observarlo entre lagrimas

¿Quién te hace daño Eiji?... dímelo para detener esto – Dijo secando con suavidad las lagrimas de su amigo con su mano – No mereces esto – Luego le apartó la gasa que cubría el otro ojo y mostrarlo – Eiji… por favor – Se entristeció mas al ver ese ojo morado, medianamente hinchado

Por favor… no me veas… estoy mal… - Dijo apartando la mirada para ver la nada – “Si lo dijo te harán lo mismo que yo… mil veces peor”

No estas mal… es solo que no aguanto verte sufrir y no poder hacer nada… - Dijo con mas tristeza – Por favor… puedes decirme lo que sea… yo te ayudare… no estas solo

Lo se… pero simplemente no puedo… no es que quiera, simplemente… no puedo… - Dijo mientras bajaba la mirada

Por favor… aunque sea mírame – Dijo lastimero

…… - Simplemente volteo para ver a su amigo a la cara y observo como derramaba lagrimas y eso lo hizo sentir la peor persona del mundo – Por favor Oishi… no… no llores… - Se acerco un poco al rostro de su amigo y con sus labios le quito las lagrimas, luego coloco su cabeza en el hombro de su amigo – No quiero que… sufras igual que yo…

Eiji… - Entonces lo abrazo con fuerza, con protección y a la vez con cuidado

Pasado unos minutos de silencio los dos chicos se separaron con lentitud e intentaron levantarse pero al hacerlo el pelirrojo soltó un quejido de dolor.

¿Te lastimaste? – Pregunto el pelinegro preocupado al ver como el pelirrojo de agachaba

S-Si… creo que me lastime el tobillo – Dijo apretando un poco su tobillo y soltó otro quejido de dolor

Ven… yo te cargo… - Dijo agachándose y colocando sus manos en su espalda

No Oishi… yo puedo caminar… en serio – Dijo intentando pararse pero de verdad le dolía el tobillo

No dejare que te hagas daño… vamos… puedes confiar en mi – Dijo con un tono de calidez

Entonces el pelirrojo se subió a la espalda de su amigo. Oishi acomodo a Kikumaru y se fue caminando hacia las canchas, donde aun se encontraban los chicos.

Ahí estaban, nos tenían preocupados – Dijo Fuji con una sonrisa viendo a los chicos

Lo siento, tenia unos asuntos que atender… - Dijo tratando de sonar como siempre, para no preocupar a los chicos

Y bien… ¿Kikumaru-senpai te contó que le pasaba? – Pregunto Momoshiro algo desesperado

Chicos… lo único que se es que alguien le hace daño, pero no quiere decirlo… - Dijo con algo de tristeza

Que lastima… yo me encargaría personalmente de susodicho en cuestión – Dijo Fuji con el mismo tono de odio y resentimiento

Tranquilízate Fuji – Dijo Tezuka colocando una mano en el hombro del castaño para relajarlo

No me pidas que me tranquilice Tezuka, no me vengas con tus “no bajes la guardia” ¡míralo! ¿Es eso justo? – Dijo con enfado señalando al pelirrojo que se había quedado dormido en uno de los hombros del pelinegro, se le notaba claramente el morado que tenia en el ojo

Entiendo tu sentir, pero enojarte no solucionara nada, más bien empeoraría su estado emocional – Dijo con su estoicidad

Lo hago solo porque no quiero hacerlo sentir peor – Dijo con resignación y se alejo del lugar

Lo siento chicos, tengo que irme – Dijo el capitán alejándose para ver si lograba tranquilizar al castaño

¿Cómo haremos Oishi-senpai? – Dijo Kaidoh algo preocupado

No lo se chicos… simplemente no lo se… si Eiji no me dice nada no puedo hacer algo… - Dijo impotente

No se preocupe senpai, cualquier cosas estamos aquí – Dijo Momoshiro y todos asintieron

Luego de tener sus cosas, despedirse de todos, de irse a la casa del pelirrojo y mentirle a la familia diciendo que su hijo fue golpeado con una pelota, lo que le causo el ojo morado y el labio roto se marcho a su casa, con la tristeza retractada en su rostro.

Ya en la noche, el pelinegro se encontraba en su habitación, recostado en su cama, con el rostro en la almohada y llorando levemente.

¿Por qué Eiji? Por favor… déjame ayudarte, no sabes lo mal que me siento el verte sufrir y no hacer nada para poder evitarlo – Dijo entre el llanto sollozante – Y-Yo quiero… protegerte… ayudarte… cuidarte… quererte… amarte

Entonces en un escritorio al lado de su cama agarro un portarretrato de bordes dorados, que tenía como fotografía a los dos… a su amigo y a el sonriendo, usando los uniformes de segundo año, y es que ese año es especial porque: Fue cuando les nombraron la verdadera Golden Pair, y no solo eso.

Quiero que vuelvas a sonreírme así, como antes… no quiero que te apartes de mí – Dijo dejando caer una lagrima en la capa de vidrio que cubría a la fotografía

Fue cuando se dio cuenta de sus sentimientos por el pelirrojo, que con decirle te quiero era mentira, realmente lo amaba; no era un amor pasajero ó iluso, era un amor de verdad. Se preocupaba mas por él que por cualquier otro, le ayudaba cuando lo necesitaba, jugaba con él como un niño cuando se comportaba como tal.


“¡Oye Oishi! Vamos a comer un helado, yo quiero de fresa y chocolate”

“Vamos a casa juntos Oishi, para no perdernos vamos de la mano ¿si?”

“¡Hemos ganado Oishi! Una vez más demostramos nuestra compatibilidad, como la Golden Pair”

“¡Nya Oishi! ¡Eres el mejor amigo de todos! Te quiero mucho”


¿Cuándo fue que entraste en esto? ¿Quién te hace daño? ¿Quién te hace sufrir? Dímelo para alejarte y hacerte sonreír como antes – Dijo colocando el portarretrato en su pecho

No soportaba verlo sufrir ya que para el, Eiji era un chico muy inocente, muy alegre, muy activo, algo infantil y muy bueno, y no soportaba verlo de otra forma ya que su corazón se agrietaba, y al verlo como hoy ese corazón se agrieto el doble, y lo peor, no podía hacer nada y eso lo hacia sentir mal, desdichado, impotente y otras cosas.

Eiji… - Casi podía ver la ilusión de su amigo en el aire, se notaba que sufría y le extendía una mano en busca de su ayuda - ¡Eiji! – Pero al ver como esa ilusión desvaneció al querer tocarla con su mano se sintió mal – Por favor… - Ya que no podía ayudarle

Y es que era un cobarde porque no podía decirle las dos palabras más sinceras y hermosas ya que temía su rechazo y su distancia, además al ver que era incapaz de ayudarlo ahora sentía como esa declaración y correspondencia era cada vez más y más lejana, como aquella ilusión.

Las cosas transcurrieron como estaban, yendo pesadamente a clases, viendo a su amigo sufrir en la lejanía, acompañándolo para quitarle esa triste expresión de su gatuno rostro, y aunque lo hacia sonreír no estaba satisfecho porque sabia que eso no detendría su sufrimiento, ya que casi todos los días lo veía con una nueva herida, con un nuevo corte, con un nuevo moretón en su delicado cuerpo, mas bien una vez vino a las practicas con un parche en su frente y teñido de rojo y su nariz goteaba levemente sangre.

Entonces un día, todo de dio a conocer… de la peor forma.

Ese día Kikumaru terminaba su última clase, la cual era ingles, lo cual significaba volver a una nueva visita con su profesor Takamine, pero cuando estaban alejándose por el pasillo Fuji llamo al pelirrojo.

Eiji, tenemos que irnos a la reunión de los titulares, si no vienes Tezuka te hará correr treinta vueltas – Dijo el castaño a voz alta

Ya voy Fujiko… lo siento Takamine-sensei… - Dijo viéndole con miedo y yendo en dirección contraria para estar con su amigo castaño e irse

“¡Maldición! No creas que huirás tan fácilmente Kikumaru-kun. Hoy definitivamente serás mío otra vez, me la debes por esta” – Se dijo con rencor y yéndose a su oficina

La reunión transcurrió normal, hablando de planes estratégicos para el próximo partido, de cómo organizarse, de cómo formarse, de nuevas ideas de alineación. Casi todos escuchaban con atención, ya que el pelirrojo estaba asustado.

“Por primera vez no estoy en la oficina de Takamine-sensei, por un lado estoy bien, pero por el otro… nunca he faltado a una visita, y no se de que será capaz” – Se decía con temor, sus manos que estaban bajo el pupitre temblaban mucho – “Seguramente me castigara”

Entonces sintió como una de sus manos era agarrada por otra, estremecido volteó al lado derecho y vio a Oishi, notaba que esa mano era la de él ya que distinguía bien su calidez

Tranquilo… - Le susurro el pelinegro con confort mientras entrelazaba su mano con la de su amigo pelirrojo

“Oishi… por favor… no… si me ve así contigo te hará cosas malas” – Se dijo con algo de tristeza pero su mano no respondía al rechazo de su mente – “Aunque sinceramente este es el tacto mas calido de toda mi vida”

Cuando le reunión termino los dos separaron sus manos y se levantaron de sus asientos y se quedaron un rato solos ya que los demás se habían retirado.

Gracias Oishi – Dijo mientras abrazaba a su amigo como si fuese lo ultimo que hiciese

No te preocupes Eiji, pero ¿Qué te pasa? Estabas… temblando, ¿estas nervioso? – Pregunto algo preocupado pero eso no le impedía abrazar a su amigo

Algo… es que… hace tiempo… que tú… que tú no me agarrabas de la mano – Dijo con un sonrojo en sus mejillas – Me hace recordar cuando nos íbamos juntos

Es que quiero hacerte bien Eiji, es que me pone mal verte sin tu sonrisa – Dijo atrayendo más el cuerpo de su amigo al suyo – Por favor… te lo pido… ¿Qué te ocurre Eiji?

E-Es que no puedo… si lo hago tú sufrirás – Dijo colocando su cabeza en el pecho de su amigo

Pero nada mas me hace sufrir más que verte sufrir a ti – Dijo con algo de tristeza – Si no eres feliz, tampoco yo…

Oishi… ya… detente… no – Dijo llorando en el regazo de su amigo y apretando su camisa

Los chicos pesadamente se separaron, Syuichirou sabia que obligar a su amigo lo haría sentir peor y era lo que menos quería y Eiji sabia que contarlo era arrastrar a su amigo a su sufrimiento.

Las prácticas transcurrieron bien, con Momoshiro y Kaidoh peleando por nimiedades, con Inui anotando nuevos datos y cuidando imperceptiblemente a su amigo de la bandana, con Echizen tomando Ponta de uva y diciendo su típica frase a Momoshiro para molestarlo, con Tezuka haciendo su labor de capitán, con Fuji sonriendo y tratando de entablar un conversación con el capitán, con Taka-san separando a los dos rivales en su estado flameante, con Oishi tratando de vigilar que Kikumaru no se lastimase y con Kikumaru tratando de estar como siempre.

Sin darse cuenta que era observado por aquel profesor indecoroso desde la ventana de un salón del instituto viéndole con rabia y deseo.

“Ya veras mi pequeño alumno, es hora de que veas a quien perteneces” – Se dijo viendo con celos de cómo su alumno se abrazaba amistosamente con su amigo pelinegro – “Nadie mas que yo puede tocarte y poseerte, eso lo aprenderás hoy”

Los chicos se iban poco a poco de los vestidores listos para irse a sus casas; el lugar estaba casi vacío, solo que Oishi y Kikumaru se quedaron un rato más, ya que el primero le ayudaba a sanar unas heridas al segundo.

“¿Cómo puedes permitir esto? ¿Por qué sigues sufriendo?” – Se dijo mientras le echaba algo de alcohol a unos cortes en la espalda de su amigo – “Peor todavía, ¿Cómo puedo permitir esto?”

¡Ah! Duele… - Exclamo el pelirrojo al sentir como en una herida profunda entraba el liquido ardiente de manera que lo sentía en su interior

Lo siento mucho Eiji, no fue mi intención – Dijo algo apenado, soplo la herida para aliviar el dolor

No te preocupes, no fue tu culpa – Dijo con una falsa sonrisa de confort – “En realidad fue culpa mía”

Entonces luego de que sus heridas estuviesen mejor se arreglo para irse, agarro su mochila y se fue yendo.

Oishi… ¿no vas a irte? – Pregunto antes de salir por la puerta

Es que aun no me he duchado – Dijo con una sonrisa de tranquilidad

Okey… yo te espero – Dijo para luego cerrar la puerta

Entonces cuando estaba por irse a la salida del instituto para esperar a su amigo sintió como alguien le abrazaba con mucha fuerza, giró su rostro y observo a su profesor.

Takamine-sensei… ¿Qué hace aquí? Pensé que se había ido – Dijo con nerviosismo tratando de separarse del otro

No podía irme todavía… no sin antes reclamar lo mío – Dijo acercándose al chico y lamiendo el lóbulo de su oreja

¡Ah! ¿Q-Que quiere d-decir? – Pregunto entre gemidos de suplica

Hoy mi pequeño te haré mío, te poseeré de tal manera que todos sabrán que eres mío y de nadie mas – Dijo con cierto tono lujurioso

¿Qué?... no… todo menos eso… - Dijo muy asustado por aquello

Ya es tarde, hoy no me atendiste, y lo que es peor, te dejas abrazar por ese chico – Dijo con odio – Te mereces un buen castigo, ¿y que es mejor que poseer de nuevo ese cuerpecito que tienes?

El pelirrojo no pudo defenderse siquiera porque el hombre le jalaba con mucha brusquedad al interior de la escuela, ni siquiera podía gritar porque el profesor aprovechaba y le mordía los labios silenciándolo.

Llegaron a la oficina del maestro, cerrando la puerta empezó a quitarle la ropa al más chico mientras lamía y mordía al chico con fiereza, haciendo al más chico gemir y gritar de dolor.

¡No! ¡Ah!... p-por favor… - Decía al sentir como el profesor lamía y mordisqueaba sus pezones con mucho deseo y le sujetaba con fuerza sus muñecas

Hoy… ah… serás mío… como siempre – Decía relamiéndose los labios y volviendo a su labor

¡No!... no quiero… déjeme libre – Dijo derramando lagrimas amargas, entonces empezó a sentir como su pantalón era desabrochado – “No quiero… me hará daño… Oishi… ¡¡Syuichirou!!”

Entonces en los vestidores, mientras el pelinegro se arreglaba la camisa sintió una fuerte opresión en su pecho haciendo que se agachase en el suelo y se sujetase el pecho con fuerza.

“¿Qué me pasa? ¿Qué fue este dolor?” – Se dijo de manera dificultosa, entonces su corazón empezó a latir con fuerza


¡Syuichirou! Ayúdame, me va a hacer daño, no quiero… ¡Ah! ¡Syuichirou!


“Eiji, lo siento, siento que algo malo le pasa, tengo que apresurarme” – Se dijo con desespero y se vistió rápidamente

En la oficina del profesor, este empezó a sacar aquella parte intima de su alumno, y cuando quiso acercársele este opuso resistencia.

¡No se me acerque!... por favor… - Dijo mientras cubría ese lugar con ambas manos – No… quiero que me toque… no…

No estas siendo un chico bueno y ya sabes que hago si te portas mal – Dijo acercándose mas y de un movimiento sujeto sus muñecas – Eres tan lindo cuando peleas

No… no lo haga… suélteme… - Entonces sintió como ese lugar suyo era lamido y besuqueado - ¡Ah!... no… ah… lo haga… ah

Para nada mi angelito, te haré ir al cielo – Dijo empezando a succionar ese lugarcito con fiereza

¡Ah! No… pare… ah… por… ah… favor… Dijo mientras intentaba patalear para ver si se sacaba a ese de su lugar íntimo – Syuichirou…

En las salidas del instituto se encontraba el pelinegro, quien se encontró el bolso de su amigo tirado en el suelo, y ahora lo tenía sujetando con fuerza.

Eiji… ¿Dónde estas? Por favor… responde… - Dijo al aire de manera desesperante ya que no veía a su amigo por ningún lado y temía lo peor - ¡Eiji, responde!


¡Syuichirou! Ayúdame… me duele mucho… por favor… sálvame


Eiji… - Se fue corriendo al interior del instituto para ver si estaba ahí - ¿Dónde estas?

Entonces se escucho un fuerte golpe que dio eco por todo el lugar; ese lugar era la oficina del profesor.

¡Ah! ¡No! Me duele mucho – Exclamo el pelirrojo luego de que su espalda chocase con la pared de la oficina

¡Es para que aprendas quien te manda! ¿Qué te dije de mencionar el nombre de otros? – Dijo con rabia mientras agarraba con una mano parte del cabello pelirrojo del chico y jalándoselo con fuerza – Ahora veras a quien debes nombrar

Entonces se saco el pantalón y a la vez la ropa debajo de le mostrando la excitada intimidad del profesor, entonces se acerco mas al chico.

¡No! No lo haga… eso no… todo menos eso… - Dijo moviendo los pies con brusquedad en defensa pero era inútil

No te asustes, ya veras que disfrutaras… - Entonces de una sola embestida se adentro en el interior del pelirrojo

¡Ah! – Grito en dolor por aquella invasión

Entonces cerca de la oficina se encontraba el pelinegro que escuchaba con claridad aquellos gemidos y ahora gritos de dolor y sufrimiento, entonces se detuvo en la oficina del profesor Takamine y noto que el origen de aquellos sonidos provenían de ahí, decidido abrió con fuerza la puerta y encontrando con la escena mas horripilante de su existencia.

El profesor se que se encontraba embistiendo al chico se detuvo ante el intruso, pero lo que mas le dolió fue ver a su querido Eiji gimiendo de dolor.

S-Syuichirou… - Dijo en voz baja con tono apagado y adolorido. Antes mientras lo embestían estuvo punto de perder el conocimiento

Eso le dio fuerza para correr hacia el profesor que se había salido del más chico para enfrentar al pelinegro y darle un puño en toda la cara.

Usted… desgraciado ¿Cómo se atreve a hacerle eso? – Dijo Oishi con una voz llena de odio que hasta parecía irreconocible.

Entonces le dio otro golpe y le dio una patada en las costillas, por suerte lograba esquivar los golpes que el mayor le daba y no tuvo problemas en darle su merecido. El profesor simplemente se levanto con dificultad y huyo de ahí.

¡Eiji!... – Grito acercándose a su amigo y noto que estaba inconciente, entonces le sujeto con delicadeza y lo acerco a su regazo – Por favor… perdóname… llegue algo tarde

… Syuichirou… - Dijo el pelirrojo despertando lentamente y lo primero que vio fue a su amigo que tenia una mirada de tristeza total - ¡Syuichirou! – Grito asustado y enlazaba sus brazos en el cuello de su amigo

Ya, ya Eiji, ya estoy aquí… él ya no ésta – Dijo con suavidad mientras acariciaba la espalda de su amigo – Perdón si llegue algo tarde

No… no te disculpes… con solo haber llegado… es más que suficiente… - Dijo apartando su rostro del hombro de su amigo y le miro con un brillo triste – Syuichirou… perdóname…

¿Por qué? – Pregunto extrañado mientras le acariciaba las mejillas con delicadeza

Por no haberte dicho nada… ¡por no haberte dicho nada!... durante todo este tiempo… es solo que tenia miedo… - Dijo mientras golpeaba con suavidad el pecho de su amigo

Eiji… ¿Cuánto tiempo tú…? – Pregunto intentando tranquilizar un año – “Por favor… dímelo… para ver cuanto tiempo he sido indiferente”

Un año… un doloroso e insufrible año… - Dijo derramando lagrimas al cerrar abruptamente sus ojos – Un año sufriendo y ocultando…

¿Por qué…? ¿Por qué te dejabas hacer esto? ¿Y porque no me dijiste nada? Si sabes que puedes con… - No pudo terminar ya que el pelirrojo le coloco un dedo en sus labios

Porque el me dijo que si le decía a alguien no me creerían… además me dijo que si lo hacia terminaría lastimándote y yo… - Dijo sollozante y entonces escondió su rostro en el pecho de su amigo – Y yo te amo demasiado como para arrastrarte conmigo en mi sufrimiento

“¿Amarme? Eiji, ¿acaso tú…? ¿Sientes lo mismo?” – Se dijo sorprendido por la declaración del pelirrojo – Eiji… a mí nunca me gustó verte sufrir… ya que yo también te amo demasiado como para pasarlo por alto

Syuichirou… - Se quedo sorprendido al escuchar esa respuesta, la respuesta que tanto quería y creía imposible; entonces aparto el rostro del pecho de su amigo para observarle

Entonces los dos empezaron a acercar lentamente sus rostros, a cada centímetro reducido sus parpados cerraban lentamente sus ojos, entonces cuando toda distancia fue nula sintieron como sus respiraciones chocaban y entonces sus labios se rozaron y luego se besaron.

Los dos sentían el calor en ese beso, sentían como sus corazones latían con fuerza, sentían como sus almas se conectaban y por ultimo… sentían la dulce y verdadera ilusión de la correspondencia de su amor.

Gracias… Syuichirou… gracias por amarme… - Dijo con una sonrisa de verdad y lagrimas de felicidad viendo al chico

Soy yo quien debería agradecerte Eiji… - Dijo abrazando con fuerza al pelirrojo

Entonces se quedaron así durante un mediano periodo de tiempo, ya que no querían separarse hasta que el pelinegro sintió como la mano del pelirrojo perdía fuerza hasta ser floja.

¿Eiji?... – Le llamo algo preocupado, no escucho ninguna contestación entonces vio el rostro del pelirrojo y noto que estaba inconciente - ¡Eiji!

Entonces vio como se formaba un ligero charco de sangre que salía de la parte trasera del pelirrojo, entonces con cuidado lo cubrió con su pantalón que se encontraba tirado en el suelo y con el mismo cuidado se lo coloco en su espalda y se fue corriendo.

En un cuarto de hora llegó a un hospital y de inmediato le atendieron mientras se procuraba de dar testimonio de lo ocurrido y entonces se procuró esperar a ver como estaba.

“Por favor… que este bien… no me aguantaría si algo malo le llegase a pasar” – Se decía con desespero mientras yacía sentado en una silla con una taza de café en mano – “Por favor… no quiero perderlo… no justo cuando él es feliz… y yo también”

Pasaron los segundos, los minutos hasta pasar las dos horas, fue en ese entonces cuando salió un doctor del quirófano y vio al pelinegro.

Disculpe, ¿usted es amigo del paciente Kikumaru Eiji? – Pregunto con formalidad haciendo al chico salir de su agonizante pensar

Si… por favor… dígame como se encuentra… - Pregunto ya estando de pie para ver al medico con cierto desespero

Se encuentra bien… solo sufrió un ligero desgarre y tiene ciertos moretones indicando forcejeo – Dijo en su tono neutral observando la hoja que sacó de una carpeta

Es un alivio… ¿puedo…? ¿Pasar a verlo? – Pregunto algo aliviado

Si… se encuentra en la habitación 212 en el primer piso – Dijo para luego alejarse

Entonces agarro un ascensor y oprimió el numero 1 y el ascensor bajo un piso y se fue casi con notable velocidad a buscar la mencionada habitación.

Cuando la encontró se quedo pensando un rato y entonces abrió la puerta dejando mostrar una habitación de tamaño acogedor y una cama en la que yacía el pelirrojo en estado de somnolencia.

Eiji… - Dijo en un suspiro, entonces agarro un banquillo y se sentó al lado derecho de la cama y entonces con una de sus manos sujeto la del pelirrojo – Me alegra que no haya sido grave lo tuyo… pero esto no oculta mi ignorancia que duró un año… no sabes cuanto lamento no haber visto más allá de tus sonrisas…

Por un momento bajó la mirada ya que se sentía algo triste por haberse dado cuenta de cuanto tiempo sufrió el pelirrojo debajo de sus narices, pero entonces…

Pero eso ya se acabó… se que tardé en darme cuenta de tu sufrimiento, pero ahora solo procurare en protegerte, en cuidarte, pero sobre todas las cosas… amarte de verdad – Dijo apretando el apretón de manos – Yo te demostrare que mi amor es de verdad… no dejare que sufras otra vez, primero muerto… ni aun así lo permitiría, te amo mucho

Yo también te amo Syuichirou – Respondió la voz suave del pelirrojo haciendo estremecer al pelinegro

¡Eiji! – Exclamo levantándose abruptamente y observo como su querido pelirrojo estaba despierto mirándole con ternura - ¿Cuánto tiempo llevabas despierto?

Desde el principio – Respondió con una sonrisa de inocencia

Tú siempre con esa costumbre de fingir dormirte – Dijo con un ligero sonrojo en sus mejillas

Pero eso no quita todo lo bello de lo que me dijiste… lo que dijiste… ¿es verdad? – Preguntó algo inseguro

Cada palabra, lo que dije es verdad… - Dijo agarrando nuevamente las manos de su amado – Pero ahora que escuchaste puedo preguntarte… Eiji… ¿quieres estar junto a mí, que yo este contigo, amándonos?

Ah Syuichirou… parece que me estuviese proponiendo matrimonio – Dijo con una linda sonrisa que no dudo en agrandarse al ver como a su amado le salía una gota en la cabeza – Pero… acepto tu proposición… quiero estar contigo… demostrarte cuanto te amo… y que tu me ames igual

Entonces los dos se besaron dulcemente, demostrando sus sentimientos reprimidos: amor, necesidad, compañía eterna e ilusión verdadera.

A la noche los dos chicos se encontraban dormidos, el pelinegro en el mueble del cuarto y el pelirrojo en la cama; los dos soñaban sobre sus vidas en compañía con la persona que mas amaban.


“Me llamo Kikumaru Eiji, nya”

“Me llamo Oishi Syuichirou, mucho gusto”

“¿Quieres jugar dobles conmigo? ¡Seremos la mejor pareja de dobles del mundo!”

“Claro que me encantaría jugar dobles contigo”


Los días pasaron y las cosas eran diferentes a como eran antes, el profesor Takamine fue arrestado por violación estatutaria y recibió la pena de 25 años en la cárcel. Syuichirou y Eiji eran una pareja de verdad, ya les habían dicho a sus familias, que al principio se estremecieron pero luego terminaron contentos; los del club de tenis del Seigaku también estaban a sabiendas de esa relación y nadie se atrevía a volver tocar el tema de el porque de las agresiones del pelirrojo, ni siquiera Fuji y Tezuka que ya sabían la razón de la tristeza del pelirrojo.

Una tarde, la pareja estaba caminando por las calles, estaban agarrados de las manos, y aunque la gente les veía raro simplemente ignoraron esas miradas despectivas.

Syuichirou… ¿podemos comer unos helados? – Pregunto el pelirrojo algo tímido

Pero Eiji… estamos en otoño, ¿no crees que haga algo de frío como para comerse unos helados? – Pregunto algo preocupado

Por favor… es que tengo algo de hambre… además quisiera compartir contigo… - Dijo viéndole con una sonrisa de ternura

Esta bien… - Dijo acariciándole el cabello con cariño

Los dos fueron a una heladería y pidieron unos helados, luego se fueron a un parque que estaba algo lleno por niños y padres, los dos se sentaron en una banca y disfrutaron su helado en silencio.

Entonces sintieron como una pelota azul aterrizó en sus pies, los dos la vieron con extrañeza y entonces vieron como un niño llegó y recogió su pelota.

Disculpe… - Se disculpo el niño haciendo una leve reverencia

No te preocupes… - Dijo el pelinegro con calidez

¡Ah! Ustedes se parecen a mi mama y a mi papa – Dijo el niño con mucha inocencia

¿Por qué dices eso? – Pregunto el pelirrojo curioso

Porque ellos se sostienen la mano de igual forma – Dijo con una linda sonrisa – Se ven lindos

…… - Los dos se quedaron estremecidos al notar que si estaban agarrados de la mano, pero solo se sonrojaron

Hijo, ven acá – Dijo una mujer de unos 30 años acercándose al niño y lo jalo de la muñeca – No te acerques a esas personas, ¿no ves que son diferentes?

Pero mama… - El niño estaba confundido pero no pudo hacer nada con la fuerza aplicada por su madre en su muñeca y se despidió levemente de la pareja

Los dos se quedaron algo triste por lo dicho por la mujer, Oishi al ver a Kikumaru con la mirada gacha le abrazo con ternura diciéndole un breve “no le hagas caso”.

¡Oigan! ¿No ven que hay niños presentes? – Exclamo un señor con algo de cólera al ver a la pareja - ¡Váyanse a otro sitio!

Lo siento Syuichirou – Dijo el pelirrojo levantándose de la banca para alejarse pero sintió como su amado le sostenía su mano con la suya – Te espero afuera… - Y se deshizo con tristeza del agarre

El pelirrojo salió del parque a paso lento, entonces el pelinegro al verlo correr al salir del parque se levanto abruptamente y se dirigió a donde el señor que dijo lo anterior.

¿Qué quiere? – Pregunto el señor, de unos 41 años con cierta socarronería al chico

¿Sabe? Eso que dijo no fue adecuado – Dijo con seriedad encarando al señor

Solo dije lo que pienso, lo que haga con su “pareja” hágalo en otro lugar, no están dando buen ejemplo a los niños – Dijo con seriedad

¿Qué demuestre mi cariño a un chico es inapropiado? Bueno… yo creo que decir esas cosas despectivas tampoco es ejemplar – Dijo con serenidad por sin perder el tono serio

Luego de dejar al hombre sin palabras se fue del parque y se fue a buscar a su amado, le estaba llamando y luego en unos minutos lo encontró apoyado en un poste con la mirada gacha.

Eiji, lamento lo que pasó en el parque pero ya esta bien – Dijo recobrando su tranquila sonrisa mientras se colocaba al frente suyo

Syuichirou… nuestro amor… ¿esta mal? – Pregunto con la voz quebrantada aun mirando el suelo

¿Qué?... claro que no Eiji… nuestro es amor es verdadero y bueno… solo que para la gente que no quiere verlo es ciego – Dijo levantándole el rostro con delicadeza

Que bien… solo preguntaba porque no me gustaría que nos juzgaran por lo que considero es un sentimiento muy hermoso – Dijo tratando de sonreír pero no era nada fácil

La gente que hace eso es porque es ciega, con tal de que tú veas mi amor y que yo vea el tuyo no me importa lo que me digan – Dijo abrazando a su amado con fuerza – A ti tampoco debería importarte

Tienes razón, lo siento… - Dijo en un susurro correspondiendo el abrazo – Te amo Syuichirou… y mucho

Yo también te amo Eiji… demasiado – Dijo con una gran sonrisa

Y los dos se dieron un beso bajo el poste de luz, el pelinegro sostenía la cintura del pelirrojo con mucha ternura para acercar su cuerpo al suyo y el pelirrojo se colocaba en puntillas y colocaba sus brazos en el cuello de su amado; entonces el poste de luz se encendió mostrando el amor de la pareja.


¡Nya Oishi! Vayamos al cine a ver una película, pero de terror no porque me da mucho miedito

Eiji, ¿te parece si vamos al parque para divertirnos?

Oishi, sin ti mis victorias serian vacías y solitarias, además… no me gusta jugar solito

¿Sabes Eiji? Si no fueras mi compañero de dobles, el tenis seria un deporte aburrido


La pareja había estado viviendo muy feliz, sin prejuicios de sus amigos, con las victorias de los partidos de tenis gracias a la perfecta sincronía de ambos, a las salidas juntas a cualquier parte, pero lo más importante eran las muestras que se daban.

En día estaban en una plaza, sentados en el verde y frondoso pasto, disfrutando de un acogedor, cómodo y fresco picnic; ambos estaban sentados al lado del otro disfrutando de una rica merienda.

Esto esta muy rico Syuichirou… eres un gran cocinero – Dijo con una gran sonrisa disfrutando una gran bola de arroz

Pues gracias… tú también cocinas bien – Dijo con una calida sonrisa mientras degustaba de una porción de arroz con pollo

Luego de que terminaran de comer las comidas preparadas por ellos y de acabar las bebidas compradas los chicos suspiraron por tener el estomago lleno, entonces el pelinegro le indica en señas que se acercara a el, el pelirrojo se levanto un poco y se coloco lentamente en las piernas de su amigo.

Este ha sido uno de los días mas hermosos que he tenido, ¿sabes porque? – Dijo el pelinegro colocando sus brazos para rodear con dulzura a su amado pelirrojo

¿Por qué? – Pregunto algo sonrojado

Porque estoy aquí contigo, disfrutando este hermoso paisaje a tu lado – Dijo en un tranquilizante y calido susurro – Y es que contigo las cosas son más bellas

¿¡Pero que dices!? – Dijo ya muy rojo al escuchar esas hermosas palabras y volteo un poco su rostro – Con esas cosas que dices harás me sonroje mucho

No se si te habrás dado cuenta pero así te vez más tierno – Dijo acariciando una de las mejillas de su amado – Pero ¿sabes que es más lindo?

¿Qué? – No sabía si debía preguntar eso o no

Ver tu deslumbrante sonrisa, y nada más me alegra que sea verdadera, y me siento feliz ser yo quien te las saque – Dijo acariciando con su dedo índice los labios del chico

Pues claro… contigo soy el ser más feliz del mundo, si sonrío todo el tiempo es por ti – Dijo algo tímido

Y para mí es un honor que esas sonrisas sean por mí – Dijo besando castamente al pelirrojo - Así como tus sonrisas son para mí, mis besos son para ti… para nadie más

…… - No pudo decir nada por lo rojo y nervioso que estaba, lo único que podía hacer es corresponder los besos de su amado pelinegro

Luego de demostrarse nuevamente su amor los dos se quedaron como antes, veían pasar la gente, veían como las coloridas mariposas volaban delante de ellos, entonces el pelirrojo agarro una flor de pétalos blancos y se la coloco por sobre la oreja de su amado y entonces una mariposa azul se coloco sobre la nariz del pelirrojo.


Oishi, vamos a demostrar que como pareja de dobles, somos los mejores

Espérame Eiji, si saltas de esa manera dudo que te gane

No te preocupes Oishi, solo fue un pequeño rasponcito, yo estoy bien

Vamos Eiji, yo te acompaño a tu casa, puede ser peligroso que vayas solo


Una noche, la pareja se encontraban en casa del pelinegro, resulta que el pelirrojo iba a pasar la noche durmiendo allí, los dos se encontraban sentados en un amplio y cómodo sofá en la sala de la casa, se encontraban comiendo un poco de sushi mientras veían una película de comedia.

Que gracioso, el pobre chico si que se complicó – Dijo el pelirrojo entre risas viendo la película

¿Cómo se le ocurrió besar a la hermana de su novia? – Dijo también entre risas

Entonces cuando la película, la comida y las bebidas se acabaron el pelirrojo pudo notar como su amado parecía dormirse, maliciosamente agarro un cojín y se acerco con la intención de golpearle, entonces cuando estuvo a punto de golpearle sintió un golpe algo duro y amortiguado en su pecho que le hizo caer en el suelo.

¿Quién atacó a quien? – Dijo el pelinegro recobrando su arma, en ese caso, su cojín

¡Syuichirou tramposo! – Dijo levantándose en una acrobacia y acercándose y darle esta vez con el cojín

¿Tramposo yo? – Dijo con fingido cinismo - ¿Quién iba a atacarme desprevenido?

¡¡Pero tú me atacaste primero en mi estrategia!! ¡¡Te robaste mi plan!! – Dijo dando golpes con el cojín mientras a la vez recibía los mismos ataques

Durante quince minutos los chicos lucharon y lucharon dándose con los cojines, entonces los dos estaban frente a frente con dos cojines cada uno, era la hora de caer o ser caído.

Entonces el pelinegro agarro el cojín de su lado izquierdo, el pelirrojo el de lado derecho y lanzaron los cojines al mismo tiempo y siendo esquivados.

¡Ja! Fallaste… - Dijo el pelirrojo en son de broma entonces no notó un cojín que se aproximaba y le dio en la cara, lo que hizo que cayera por lo mareado que estaba

Un consejo mi querido Eiji; no debes bajar la guardia – Dijo sonando casi como su capitán

Ya entendí, me ganaste, tampoco es para que hables como el capitán – Dijo algo resignado mientras se levantaba del suelo

Bueno… ¿te parece si nos vamos a dormir? – Dijo tendiéndole una mano para luego ser aceptada por la de su amado

Los dos subieron los escalones que llevaban al segundo piso de la casa, entonces se detuvieron frente a una puerta.

Bien, tú dormirás en mi cuarto, yo dormiré en el cuarto de mis padres – Dijo señalando la puerta de al lado derecho y la del frente respectivamente

Syuichirou… ¿puedo preguntarte algo? – Pregunto algo tímido mientras apretaba un poco el agarre de manos de su amado

Claro, ¿Qué pasa? – Pregunto un poco preocupado al ver como el chico se ponía nervioso

Pues… me preguntaba s-si… ¿p-podría dormir contigo? – Pregunto sonrojándose notablemente

Si quieres… no tengo ningún problema – Dijo con una tranquila sonrisa

Entonces entraron a la habitación, la cerraron y se acomodaron en la amplia cama matrimonial y parecían dispuestos a dormirse.

“¿Qué hago?... yo realmente quiero hacerlo, yo siento que estoy listo” – Se dijo el pelirrojo sentado aun en su lado de la cama – “Pero… ¿Qué pasa si no lo hago bien?... ó ¿Qué pasaría si no quiere por lo que me pasó?... tal vez le parezca mal…”

¿Eiji? ¿Te encuentras bien? – Pregunto el pelinegro sentándose en su lado para observar a su querido pelirrojo - ¿Te sientes mal acaso?

No… es solo… no se realmente… - Dijo con desanimo, entonces se abrazo con fuerza a su amado – Quisiera… yo quiero… realmente… quiero hacerlo… c-contigo…

¿Eh? – Sus mejillas se sonrojaron con notabilidad, entonces sintió el temblor de su amado - ¿Estas seguro Eiji?

Si… yo te amo mucho… y lo sabes… y yo se que me amas… yo lo se… así que me gustaría hacerlo… quiero que demuestres cuanto me amas y quiero demostrarte como te correspondo – Dijo suavemente y se aferraba a la manga de la pijama de su amado

Eiji… - Dijo con calidez y le beso con suavidad su mejilla

Luego le beso los labios, al principio era un beso suave y tierno, en unos segundos paso a un apasionado y fogoso, sentían como sus cuerpos se rozaban por encima de los pijamas. El pelinegro empezó a descender sus labios hacia el cuello de su amado y dejarle besos suaves mientras el pelirrojo acariciaba con cierta rapidez la espalda de su amado mientras gemía levemente.

Entonces ambos se desabrocharon las camisas para dejar mostrar parcialmente sus cuerpos, entonces como el pelinegro estaba sobre su amado empezó de nuevo a besarle sus labios, descender nuevamente a su cuello y bajar a su pecho descubierto para besarle y lamerle con lentitud, entonces cuando llego al lado izquierdo el pelirrojo dio un pequeño grito.

¿Qué pasa? – Preguntó algo preocupado al ver como el pelirrojo sonreía con tristeza

N-Nada… es solo que aun duele… el corazón – Dijo señalando su corazoncito

No te preocupes… yo procurare que ya no te duela – Dijo colocando sus labios para besar el pezón izquierdo de su amado

Ah… - Gimió placenteramente y se dejo llevar – “Al ser Syuichirou quien me hace esto… parece que duele menos”

Entonces luego de varios besos y gemidos de placer los dos se quitaron la prenda posterior de sus pijamas junto con la prenda de abajo dejando ver sus intimidades. Entonces el pelinegro embelesado por la belleza completa de su amado descendió a ese lugar, primero le toqueteo con suavidad y lentitud para luego besuquearle dulcemente y por ultimo succionarle.

¡Ah!... por… ah… favor… s-sigue… ah… - Decía el pelirrojo en sonoros gemidos al sentir la succión y las lamidas en su lugar intimo

Entonces el mayor dejó la intimidad del pelirrojo y le beso con fogosidad en los labios. El pelirrojo al separarse beso suavemente los hombros de su amado y con una mano acariciaba su pecho y con la otra acariciaba con algo de temblor su intimidad.

Ah… Eiji… ah… no… te… ah… detengas… - Decía el mayor gimiendo de placer al sentir esos toques algo torpes pero placenteros en su cuerpo

Entonces pasado un par de minutos el mayor metió dos dedos en su boca para empaparlos lo suficiente con su saliva, entonces con ellos se acerco a la entrada del pequeño y los metió lentamente, haciendo al pelirrojo gemir con algo de dolor.

Solo relájate… - Dijo con la voz tranquila, entonces el pelirrojo se fue destensando poco a poco

Entonces empezó a hacer movimientos circulares en el interior del pelirrojo para poder prepararlo para lo que venía; sacó sus dos dedos del chico y entonces acercó su erguida intimidad a la entrada del pelirrojo y con lentitud se adentro haciendo a su amado arquearse en un gemido fuerte de tono adolorido.

¿Estas bien Eiji? – Pregunto algo preocupado sin moverse bruscamente, entonces con un brazo le agarro de la espalda para verle fijamente

S-Si… s-solo d-duele… u-un poco – Dijo derramando unas poquitas lagrimas y colocaba sus manos en los hombros del mayor

¿Q-Quieres que me detenga? – Pregunto con intenciones de parar, no quería dañar a su amado, eso nunca

N-No… l-lo hagas… q-quiero estar contigo… e-en todo – Dijo apretando sus manos

Oh Eiji… - Dijo con dulzura acariciando sus cabellos

Luego de que el pelirrojo se acostumbrase empezaron las embestidas, primero lentas y luego rápidas, acompañadas por los gemidos placenteros de los chicos que habitaban el cuarto.

¡Ah! ¡Syuichirou! ¡Ah!... – Gritaba el pelirrojo entre gemidos de placer mientras le clavaba las uñas en la espalda de su amado

¡Ah! ¡Eiji! ¡Ah! – Gemía en voz muy alzada el pelinegro de placer

Entonces ambos llegaron al clímax casi al mismo tiempo, el pelinegro en el interior del pelirrojo, y el pelirrojo en el vientre del pelinegro; los dos respiraban agitadamente y sus corazones latían de manera sincronizada. Luego de que separaran se recostaron en la cama y se notaba como el pelirrojo temblaba.

Muchas… gracias Syuichirou… se que yo no soy tu primera vez… y lo lamento… pero aun así… gracias por amarme – Dijo con algo de tristeza el pelirrojo

No digas eso Eiji… yo si soy tu primera vez, yo te demostré cuanto te amaba – Dijo besando con ternura su frente y luego le jalo de la muñeca para colocarlo en su regazo – Y así será siempre… te amo mucho

Yo también… te amo… - Dijo derramando una lagrima de felicidad

Y los dos se quedaron dormidos, el pelinegro abrazaba de manera protectora al pelirrojo, el cual sonreía entre sueños, ya que sentía como su corazón, antes agrietado, ahora estaba reparado.


¿Sabes Oishi? Una noche soñé que te alejabas de mí, pero no le hice caso, ya que estas aquí ¿no?

¿Sabes Eiji? Me siento afortunado de tenerte a mi lado

Mira Oishi, una mariposa, ¿no te parece de lo mas linda?

Mira como se mueve esa oruga Eiji, ¿a que no es graciosa?


Los dos ya eran pareja en todas las formas posibles, en cuerpo y alma, y nadie podía quebrantar o romper eso, ya que su unión estaba basada o hecha de amor verdadero, aquel que uno busca y se siente enormemente feliz de obtenerlo.

Una noche, la pareja estaba en la plaza principal, se encontraban viendo el cielo muy estrellado, los dos portaban binoculares para ver mejor las estrellas, y es que esperaban el momento en que apareciesen las estrellas fugaces, como dijeron las noticias hace días.

¿Cuándo creen que aparezcan? Ya quiero pedir mi deseo – Dijo el pelirrojo con curiosidad

Se paciente Eiji… ya van a aparecer – Dijo con dulzura ante la impaciencia de su amado acompañante

Pasado unos minutos y la primera estrella fugaz de dejo ver en el oscuro cielo estrellado haciendo al pelirrojo gritar de alegría y al pelinegro sonreír.

¡Vamos Syuichirou! Te dejare desear de primero – Dijo con alegría el pelirrojo viendo a su amado

Okey, aunque te dijo que lo mas he deseado ya se me cumplió – Dijo viendo dulcemente al chico y luego subió el rostro y cerró los ojos


Deseo poder con Eiji para siempre y que ambos seamos felices.


¿Crees que se cumpla tu deseo? – Pregunto el pelirrojo eufórico

Estoy seguro de eso – Dijo agarrando a su amado de la mano – Te toca desear

Okey… déjame pensar… ¡ya se que pedir! – Dijo cerrando los ojos y sonriendo enormemente


Deseo poder estar siempre con Syuichirou, que nos amemos por siempre.


¿Qué pediste? – Pregunto interesado viendo a su amado abrir los ojos

¡Syuichirou tramposo! Si te dijo no se cumplirá - Dijo con fingida ofensión, pero luego sonrió – Pero yo se que se cumplirá

Y los dos debajo de la lluvia de estrellas se dieron el mejor beso de todos, aquel beso que estaban llenos de hermosas emociones: esperanza, añoranzas, cariño, ilusión, pero lo más importante, amor verdadero.

Pero no eran los únicos que veían las estrellas acompañados con la persona que mas querían, en diversos lugares estaban otras parejas.

Por ejemplo, cerca de la plaza de se encontraban el prodigio Fuji, acompañado por el capitán Tezuka, ambos estaban agarrados de las manos

Vamos Kunimitsu, pide un deseo, no vas a desperdiciar este momento hermoso ¿o si? – Dijo el castaño sonriendo viendo con sus ojos azules a su acompañante

Solo porque lo dices, aunque realmente no creo mucho en esto – Dijo el rubio algo resignado, entonces observo el cielo estrellado y un brillo de esperanza se mostraba en sus ojos


Deseo estar siempre con Syusuke, que él me ame como yo lo amo en lo queda de mi vida.


¿Ves que no fue difícil? Vaya que te complicas la vida con tu madurez – Dijo el castaño con una fingida risa de burla

Por favor Syusuke, pide tu deseo – Dijo de repente, para ocultar su sonrojo

Esta bien, solo para que nos vayamos – Dijo viendo el cielo y cerrando sus ojos


Deseo que Kunimitsu y yo estemos juntos, sin importar que, para siempre.


Ahora si podemos irnos – Dijo el rubio empezando a andar pero fue detenido porque sintió un beso en su mejilla, observo al castaño - ¡Syusuke! – Entonces sintió otro beso, pero en los labios

Perdón, ahora si nos podemos ir – Dijo con serenidad y empezó a caminar, llevándose a un estupefacto capitán consigo

En el parque se encontraban el chico de segundo año Momoshiro, empujando levemente al pequeño prodigio Echizen en un columpio mientras observaban las estrellas.

Echizen, ¿vas a pedir un deseo? Deberías hacerlo – Dijo el mayor empujando con mas fuerza al mas chico

No me veo en la obligación de hacerlo – Dijo algo indiferente, pero al llegar a una buena altura cerro
los ojos


Deseo que a donde que vaya, siempre este Takeshi-senpai conmigo, así no estaré solo.


Esta bien, como “no estas obligado a desear” lo haré yo entonces – Dijo algo cínico y vio con añoranza el cielo


Deseo que Ryoma este conmigo en cada lugar, así sea en un restaurante o en otro lugar.


Mada dada dane – Dijo el chico de manera burlesca

¡No te burles de mí! – Dijo fingiendo estar ofendido

En una banca se encontraba en chico de segundo año Kaidoh acompañado por su senpai, el chico de los datos Inui, los dos se encontraban sentados.

Y bien Kaidoh, ¿no pedirás un deseo? – Dijo el chico de lentes de manera neutral – “Habrá un 100% de que lo hará”

Conociéndole, pensara en probabilidades de que lo haré – Dijo en su modo de amargura – Solo porque es usted, haré esto – Vio el cielo con un brillo de ilusión


Deseo siempre estar acompañado por Sadaharu-senpai, por sobre sus porcentajes.


Suponiendo que terminaste, me toca a mí ¿no? – Dijo el mayor sacándose los lentes y ver el cielo con sus ojos verdes


Deseo estar siempre con Kaoru, no me importa si las probabilidades son del 50%.


Esto fue una experiencia interesante – Dijo Kaidoh algo sonrojado al verle los ojos a su senpai - ¿O no?

96% productiva, pero por estar tú aquí es un 100% - Dijo colocándose sus lentes

Fshuuuu – Siseó el menor

Regresando a la plaza, donde se encontraba la primera pareja, ellos ahora estaban sentados en el pasto, con los binoculares en el pasto también.

¿Sabes Syuichirou? A pesar de todo lo que sucedió antes de decirte cuanto te amaba, siempre me sentí afortunado de tenerte – Dijo con inocencia mientras colocaba su cabeza en el hombro de su amado

También yo Eiji… se que a pesar de no haberme dado cuenta de tu dolor, siempre te quise… mucho… durante un año de todo lo sucedido – Dijo acomodando su cabeza en la de su amado

Yo también llevaba un año queriéndote mucho… pero cada vez que… era tocado… menos merecedor de ti me sentía – Dijo con tristeza

No digas esas cosas – Dijo moviéndose un poco para poder sostener el mentón de su amado con delicadeza – Si supieras que cuando no te podía ayudar, mas lejano me era imaginarme tenerte, pero míranos, los dos estamos aquí… juntos… queriéndonos… amándonos

Tienes razón… debo dejar de carcomerme por eso… ahora que estoy contigo queriéndote y amándote… y tú estas conmigo queriéndome y amándome… es todo lo que puedo pedir… y más – Dijo derramando lagrimas de alegría y felicidad

Oh Eiji… mi Eiji… no te pongas así… - Dijo abrazando con fuerza a su amado y acariciándole la espalda – Te amo tanto, mucho mas que lo que te puedas imaginar…

Yo también te amo tanto Syuichirou… mi amor por ti es infinito como las estrellas – Dijo en un dulce susurro


Te quiero mucho Oishi

Te quiero mucho Eiji


¿Qué es el amor verdadero en realidad?


“El amor verdadero es cuando estoy contigo.”


Escrito en la arena en una tarde de verano por la verdadera Golden Pair.


El fin.

Notas finales: La respuesta seria: Demostrarle tu amor.

Espero que les haya gustado el fanfic, nuevamente disculpas por lo largo.

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