Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Matices por SYRY

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Para A_nonima. Por tu cumple. Te mereces lo mejor por ser la mejor... tendrás que conformarte con esto xD.

Notas del capitulo: Feliz cumpleaños.

Matices


Por Syry.


Para A_nonima. Sé que tus fans me matarán, pero preferí escribir algo para regalarte que corregir rápido el capítulo de “Seducir a Kaiba”. De todas formas, en cuanto pueda lo reviso y te lo mando. Felicidades guapísima, que cumplas muchos más y nos regales fics tan maravillosos como “Winner, Contundente, o Seducir a Kaiba”, entre otros. Te quiero, golfa! xD.


xXxXxXx


She doesn't smile like me
She doesn't make you wak
And she'll never know
How to make you laugh
But she won't make you cry
She'll never break your heart
Like I used to
If you only knew
All the words I couldn't say

When I close my eyes I see you
In my dreams you will be near
Won't let you disapper
But I 'm here on my own
When I close my eyes and listen
I am crying out for you
In the center of my heart
But I'm here on my own
Ooooh baby Ooooh
I think I'm over you
But it's not true,I'm just a
lighter shade of blue

You used to heard me breath
When you touched me deep
Can you still hear the sounds
Can you feel the heat
I was just scared
To let you own the deepest
part of me
I left paradise and
I did not even say goodbye
{...}
I think I'm over you
But it's not true,I'm just a
lighter shade of blue
Lighter Shade of Blue {Sweetbox}




xXxXxXx

Sabes tan bien como yo que es imposible que me olvides, lo que con fuego se aprende nunca se olvida. Sabes que ni ella es capaz de lograr que lo que dejé en ti desaparezca. Porque me amaste, cada célula de tu cuerpo lo hizo. Locamente y sin reservas. Fui, soy y seré, lo único que has anhelado con cada parte de tu ser. Alma y cuerpo.


Porque ella, no es ni la mitad que yo. No es tan hermosa -no puedes negar que mi pelo compite con el sol, ni que mis labios son la fruta prohibida que amas morder-, no es tan pasional -mis uñas aún siguen clavadas en tu espalda, aún si no se ven, aun así las sientes, rasgando tu piel y recordándote que, cuando me follabas, yo jodía tu espalda con ellas-, no te hace reír -ni sonríe como yo, porque si lo hiciera, sólo con verla tus ojos se aclararían y tu sonrisa sería sincera y no forzada-. Ella jamás podrá hacerte reír, piénsalo, jamás: Porque no conoce qué hay en tu cabeza, no sabe cómo hacer que todo esté a su favor y te relajes, y seas tú mismo; Ella no puede lograrlo.


Ella no hace que enfermes de pasión y lujuria, que tus sentidos se nublen y te conviertas en un animal deseoso, ella no provoca una auténtica enfermedad en ti cuando la ves con otro o se aleja de ti. Asúmelo: Ella nunca será yo, y eso te mata. Porque necesitas olvidarme.


Porque yo te hice llorar. Te rompí el corazón, una y mil veces. Logré adentrarme tan profundamente en tus pensamientos y tus sentimientos que eres incapaz tan siquiera de suspirar y ocultarme qué es lo que piensas: Porque antes de que me lo digas, yo ya lo sabré. Te conozco tan bien que puedo destrozarte con sólo una palabra. Puedo hacer que el gran Seto Kaiba sea un trapo bajo mis piés.


Sin embargo, si supieras todo lo que he callado, todo lo que siento, algo más profundo en ti volvería a temblar.


Porque te amo, a pesar de todo. Sé que en nuestra relación lo que no funcionó fue que te usé y traicioné: Que jugué contigo para conseguir mi propósito de alejarme de mi realidad. Pero te amé, incluso cuando vendí mi cuerpo para que tú pagases mis estudios, aun cuando te dije que te odiaba y te pegué. Incluso, sí, ese día, cuando me dijiste que me amabas y te llamé estúpido. Ese día te amé más que nunca. Tanto, que sueño cada noche contigo, e intento que te quedes a mi lado, que no desaparezcas. Pero cuando despierto, por supuesto, estoy solo. En mi cama. Deseando con cada parte de mi alma que estés a mi lado. Y cierro los ojos, intentando llorar. Pero no puedo. Sin embargo, si escucho atento, mi corazón llora por ti. Porque te necesita.


A veces juraría que te veo por la calle. Pero debo aceptar que no eres tú, sino personas que poseen pequeños detalles, matices, parecidos a ti. Pequeños destellos de tus azules ojos. El mismo color de pelo, el mismo tipo de traje. El mismo maletín. Sé que no estás más aquí, en Domino, que te forzaste a marcharte con ella, con Serenity, lejos de mí, lejos de los recuerdos. Sé que, ni queriendo, regresarás a mi lado. Aun así, deseo tanto verte y tenerte de nuevo...


¿Cuando la tocas a ella, sientes como si quién respirase fuera yo? Seguro que sí, porque cuando, con tus dedos, llegabas tan profundamente en mí, juraste que nunca dejarías que mi respiración se borrase de tu mente. Sabes el daño que la vida me ha hecho, desde mi padre -borracho y violador- hasta mis amigos -que no dudaron en abandonarme en cuanto su futuro brilló más que el mío-, así que no quería amarte. No podía. Porque solo pensar en dejarte entrar en mí, en mi alma, en mi corazón, hacía que todo yo quedase shockeado. No quería que fueses parte de mí. Porque significaría poder ser herido de nuevo.


Ese ha sido mi peor error: Escoger una decisión de dos sólo yo. He dejado lo mejor de mi vida -Tú- y ni siquiera pude despedirme. No porque tú no quisieras, sino porque no tenía derecho. He sido la única persona que te ha dañado tan profundamente, ¿Cómo podía pensar en despedirme de ti? Te amo, mi vida junto a ti fue el paraíso que tanto me prometía Dios en mis noches de dolor y delirio. Ahora, frente a este papel, te escribo los hilos de mi mente, la maraña de ideas y sentimientos que desde que te marchaste, surcan mi ser.


Desde Domino. Con todo el amor que ella nunca sabrá darte.



Joey Wheeler.



xXxXxXx



Seto arrugó la carta, su corazón latiendo a doscientas revoluciones por minuto. La lanzó con fuerza, lejos de sí, y ésta cayó con un suave susurro sobre la alfombra de su oficina. Pasó una mano casi temblorosa por su pelo, suspirando con fuerza. Porque eso no era justo, no. Joey no tenía derecho a reaparecer en su vida casi ocho años después de haber conseguido hacer de Seto una -vulgarmente hablando- mierda tirada en el piso. No podía.


Pero como siempre, “El torbellino Wheeler” desarmaba su vida casi sin inmutarse. Como si, naturalmente, hubiese nacido para ello. Y así quedaba Seto, hecho un manojo de nervios -mitad por anhelo, mitad culpa, mitad asco hacia sí mismo por parecer una mujercita en apuros-. No había huido por cobarde, sino porque sabía que su estúpido corazón -incapaz de olvidar a su dueño original, quien lo hace latir- le jugaría malas pasadas. Que le haría hacer cosas de las que se arrepentiría -como follar a Wheeler hasta hacer que le amase de una puta vez-. Y no podía permitírselo, porque no era cualquier persona, él. Él era Seto Kaiba, y se debía respeto a sí mismo.


Sin embargo, ahí sentado, con treinta años, Seto se sintió por primera vez muy viejo y cansado. Tanto, que se desplomó en la silla, con la cabeza hacia el techo y los brazos colgando a los lados. Permitiéndose por un momento un episodio de debilidad. Porque, tener que admitir que Joey tenía razón en todo lo que escribió en la carta, era algo que Seto no se sentía capaz de afrontar. Porque se suponía que era un hombre maduro, inteligente y responsable. No un chiquillo lleno de hormonas. Pero, en realidad, no era el hombre que se suponía debía ser. Era un niño aterrorizado atrapado en la piel de un hombre desde hacía más de veinte años.


Joey había sido el rayo de esperanza que se coló en las tinieblas de su mundo. Con su alegría y su arrebatadora sonrisa consiguió todo del CEO. El odio infantil del instituto dio paso a una pasión tempestuosa y, porqué ocultarlo, dolorosa. Seto, al principio, pensó que sólo era sexo -no pensaba follar con cualquier furcia desconocida, de hacerlo, sería con alguien conocido y anteriormente investigado-. Joey era atractivo y capaz de hacer que se lo pasara bien en muchas situaciones. Entre las que se encontraba el sexo, por supuesto.


Lo que pasa es que la conexión tan fuerte y especial que tenían hizo que todo se torciese. Seto confió. Y, así, se enamoró. No fue ni rápido ni con fuegos artificiales. Fue a través de una sucesión de detalles -como, por ejemplo, el irrazonable placer que sentía cuando le veía dormir, ahí, relajado, a su lado-. Y con muchas dudas y negaciones -y, de paso, la primera y única borrachera de su vida donde le contó cosas muy embarazosas a su hermano-. Pero, cuando lo aceptó, fue cuando pudo ver la actitud sospechosa de Joey. Cómo esquivaba su mirada en público, la manera cortés y avergonzada de pedirle cantidades enormes de dinero, la manera de cerrar los ojos mientras le hacía el amor -fuertemente, como si no quisiera mirarle-.


Aún así, continuó con él. Hasta el día en que le dijo que le amaba y Joey, con una carcajada que terminó de romper su maltrecho corazón de niño, le llamó estúpido. Ahí empezó a caer en un abismo de desesperación que odiaba recordar. Fue tan asquerosamente débil...


Y, entonces, ella llegó a su vida.


Por aquel tiempo, Serenity, la hermana pequeña de Joey, empezó a trabajar con él como diseñadora gráfica. Ella fue, sorprendentemente, su sostén. Le habló de frente -tan sinceramente como hacía tiempo que nadie le hablaba-, le dijo que sabía la relación que tenía con su hermano y que se cuidara. El joven amoroso que fue un día aquel niño rubio, había muerto tras haber sido violado por su padre. Seto casi se desmoronó -no tenía ni idea de eso-. Ella se arrepintió de contárselo -creía que Joey le habría contado. Y lo que pasó de ahí en adelante fue, que tras mucho intentar que Joey le amase y confiase en él, no lo consiguió y se cansó. Y Serenity, dulce, amable y cándida le ofreció un refugio en sus brazos, vida y corazón.


Y él aceptó.


Se marcharon hacía ocho años, una nubosa tarde de enero, donde él juró no volver para no ser engañado una vez más por Joey. Pero ahora volvía ese sentimiento desesperado. La apremiante sensación de querer verlo pasara lo que pasase, asumiendo todas las consecuencias. Porque la realidad es que no vivía desde hacía ocho años. Porque, si bien Joey no fue un alma cándida y amorosa, fue el único capaz de hacer que se sintiera vivo. Plena y gloriosamente vivo.


Ahora, esa carta había destapado la pequeña caja donde había ocultado su deseo inhumano de volver a Japón, a su lado, y que pasara lo que tuviera que pasar. Se enderezó en la silla, cerró el ordenador y fue hasta el pequeño papel arrugado que había en el suelo. Lo cogió, desarrugó, dobló con cuidado, y se lo guardó. Salió de allí sin dar marcha atrás. Con la resolución en su mirada y el alma un poco más relajada.



xXxXxXx




Se miran de frente, mitad asombro, mitad miedo. Con completo anhelo en sus miradas. Joey no puede ni respirar. Seto, siente que, de golpe, tiene diez años menos. Joey, cierra los ojos. Seto no lo evita más.


-Me dijiste que me amabas. Vengo a darte mi respuesta -habló.


-No puedo escucharla -murmura el rubio. Seto sonríe de lado.


-Mírame -. Joey le mira-. Aún.


Joey lo entiende, y poco a poco sonríe. Y, de pronto, llora. Seto, con calma, casi como si no quisiera hacerlo -y muriéndose realmente de las ganas-, le abraza. Y espera. Y cuando Joey habla, escucha. Porque sabe que aún tiene mucho por conocer.


-Él me violó. Pude impedirlo. Pero no lo hice, porque incluso cuando me estaba rajando, pensaba “Va a detenerse. No quiere hacer esto. No quiere herirme”. Pero lo hizo. Me destrozó. Pensé que podría ser el mismo, pero no. Ya no sabía sonreír. Ya no era feliz. Ya no tenía esperanza. Y quise huir. Quise herir con la misma fuerza. Y te cruzaste en mi delirio. Y te poseí, al completo. Tu mente, alma y corazón eran míos. Ya sabía que podía destrozarte. Y era feliz. Pero no por poder herirte, sino sólo por estar contigo. Y me asusté: Si sabías que había pasado, te daría asco, pensé. Y te herí. Pero yo no quería. Estoy cansado de ser malo, de sentirme solo y herido. Necesito ayuda, Seto. Necesito volver a ser el impetuoso Joey Wheeler. Y quiero serlo a tu lado.


-Te lo prometo. Ya no seré sólo un matiz azul en tu vida. Seré, simplemente, Seto. Contigo.


Y, de pronto, todo volvió a tener sentido.


Fin


XxXxX



Me ha llevado más tiempo del deseado y pensado. Casi me vuelvo loca para escribirlo, sin tiempo ni inspiración. Ay, guapa, espero que te guste y no me mates por lo del beteo. Me pondré las pilas. I promise. TQ! Feliz cumple =)

Notas finales: Gracias por leer

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).