No puede ser, ya no puedo seguir así; antes era de vez en cuando, pero ahora todos los días son igual…
Llego a mi habitación, enciendo la radio… Maldición: Una canción triste; no creo que pueda soportarlo mucho tiempo más… No podré… Ya es inevitable: La música y su temple me han hecho caer en un llanto desgarrador nuevamente… Ya siempre es igual… Nada tiene sentido. Si sigo así… Por qué… Por qué… Por…
- POR QUE!- Por qué tuviste que venir a Japón. Por qué entraste a mi escuela. Por qué te volviste titular. Por qué nos hicimos los mejores amigos. Por qué siempre fuimos inseparables. Por qué sufro tanto contigo- Por qué… Echizen Ryoma…
- Estás seguro.
- Sí, buchou.
- No deseas quedarte al menos por hoy?
- No, la verdad que no.
- Podrías al menos dar una razón.
- No, buchou… Gomen, no hay razón.
- Entonces por qué te vas? El torneo nacional empieza en una semana, es que ya no deseas alcanzar la cima?
- No es eso, buchou… Disculpe, pero no entendería… Con permiso…
- Seigaku siempre estará dispuesto a recibirte de nuevo, Momoshiro…
- A propósito… Con la chaqueta…
- Puedes quedártela.
- Pues… Gracias- Aún con toda mi pena sonreí, pero el buchou me quedó mirando… Maldicion! Tan mal estoy?
- BURNING!
Aún desde la azotea, los gritos de Taka-san son perceptibles… Ellos estarán bien sin mí… No le hago falta a nadie… Lo mejor sería que yo desapareciera… Oh, no. Echizen… Vas a jugar… Bien hecho! Así se hace! Sí!... Bravo, Echizen!... Pero qué hago? Por qué pensé en todo eso? Tengo que irme. Olvidar el tenis. Olvidar a Seigaku. Olvidarte… A ti…
Ya es muy tarde… La escuela ya debe estar cerrada… Conmigo adentro: Vaya tonto, tanto llorar y pensar hasta que se puso el sol… Ahora qué haré? Eh!? Por qué la puerta se abre?... No… No puede ser… Eres…
- Echizen!
- Al fin te encuentro.
- Que haces tan tarde aquí.
- Mejor dime tú por qué no fuiste a jugar hoy.
- Porque dejaré el tenis, Echizen.
- Nani?
- Sí, ya no puedo seguir así.
- Así cómo?
- Nada, es que tengo un problema.
- Tienes miedo del torneo nacional?
- No, no es eso.
- Te has lesionado?
- No.
- Te ha ido mal en el colegio?
- Tampoco.
- Entonces… Por qué?
- Echizen, no quiero hablar de eso…
- Pero…- Ay, no. No, no, no, no; no me pongas esos ojos de pena: Sabes que no lo soporto- Creí que me tenías confianza, sempai.
- Sí la tengo…
- Entonces…
- Estoy sufriendo mucho en el club, Echizen, es todo.
- Qué… P-Pero… Por qué?
- No quiero hablar más, Echizen, por favor…
- Momo-sempai…
- Disculpa, quiero irme…
- Matte, sempai…
- Dime rápido.
- Yo… También dejaré el club de tenis.
- Qué? Pero qué dices?
- Eso… Dejaré el club de tenis.
- Pero… Y el nacional… No, Echizen, NO! NO PUEDES!!!
- Y tu por qué si puedes?- Eso es… Una lágrima?... No… Son lágrimas… Por qué… Por qué lloras, Echizen?
- Echizen, no; no llores, no me gusta verte llorar…
- Desearía creerte…
- Cómo?
- Si tu confiaras en mí… Me… Me dirías qué te pasa!
- Echizen…
- Dímelo!
- No puedo… Déjame sufrir solo, no quiero involucrarte en esto.
- Eres tonto acaso?
- Eh?
- No te das cuenta que yo ya estoy sufriendo por esto? Dímelo! Yo ya soy parte de esto, todo lo que te pase me importa, Momo-sempai, porque…
- Porque…
- Porque te amo!
Debo estar soñando… Sí, debe de ser otro sueño en el cual Echizen me dice que me ama… Sí… Eso es… Sin embargo, me he caído… Y ha dolido… Tan fuerte es mi dolor?... O será que… Es…Real?
- Es verdad eso, Echizen?- Su cara es pura lágrima… Seguro ya lo perdí…- Echizen… Dime algo… Lo que sea…
Maldición! Por qué soy así? Por qué no se lo dije? Seguro piensa que soy un cobarde… El se atrevió a decirme qué le pasaba… Y yo, sólo escapando de los problemas… Me levanto… Me acerco a la pared y le doy un sonoro golpe- Por qué!- Golpeo otra vez- Por qué!- Otro golpe- Por qué!- Más golpes- Por…- Algo detiene mi mano- E-Echizen…
- Detente! No quiero que te lastimes!
- Echizen…
“- Que rabia! Volví a perder!
- Tranquilo, Momo-sempai, ya podrás ganar.
- Para ti todo se te da fácil, pero para mí…
- Apóyate en tus amigos… Eso hago cuando me siento mal.
- Tu? Pero…
- Puede que no se note, pero eso hago.
- Oke… Gracias por escucharme, Echizen.
- No problem.
- Oe… Echizen…
- Si?
- Te importaría… Si… Te diera… un abrazo?... Es que necesito uno.
- Un abrazo? Sí, como no.
- Gracias.”
- No importa que no confíes en mí, pero yo te quiero demasiado y sin ti no podría seguir en el club. No soy bueno con estas cosas, pero estoy seguro de lo que siento por ti… Te amo, Momo-sempai.
Ya no puedo más: Lloro. Lloro. Lloro. Sigo llorando. A mares. Echizen me toca el hombro suavemente. Le tomo de su mano, lo acerco a mí… Y lo beso… Lo besé? Qué hice? Cómo… Me dejé llevar... Nuevamente…
- Echizen… Yo…
- Dímelo.
- Qué!
- Tú sabes. Dilo.
- Qué?
- No lo niegues más, no quiero sufrir más contigo así.
- No soporto verte así, Echizen.
- Porque…
- Porque… Porque… Porque…
- Vamos, Momo-sempai.
- Porque te amo, Echizen.
- Yo también, Momo-sempai- Nos abrazamos, uno de esos abrazos que son eternos. Que lo marcan a uno de por vida.
- Momo-sempai.
- Dime, Echizen.
- Podría quedarme a dormir contigo esta noche?
- Eh!?
- Por favor.
- B-Bueno…
- Gracias… Pero déjame llamar primero a casa…
- Diga?
- Gracias, Tezuka-buchou.
- No bajes la guardia, Echizen, y los quiero a ambos mañana en las canchas.
- Qué te dijeron?
- No estaban… Mejor los llamo desde tu casa.
- Primero, quiero que me beses.
- Geez…
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