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love is sweet or salty? por MakiHime

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Notas del capitulo: Este capítulo es introductorio, nos muestra un poco como es Santiago, nuestro protagonista y el como conoce a Diego...
^^ mi primera historia, espero les guste, acepto criticas =3, siempre es bueno recibirlas, si hay faltas de ortografía me disculpo, no es mi fuerte, pero me esfuerzo por mejorarla

bueno espero que les guste, adiós!
Hoy un día de verano como cualquier otro, me encuentro ordenando mis cosas. ¿Debido a que? Bueno está por iniciar nuevamente el ciclo escolar, un nuevo año, con amigos contándonos todas las vacaciones, ¿Qué habíamos hecho?, ¿con quien habíamos ligado?, en fin se acercaba el momento del reencuentro, solo que para mi sería distinto ¿Por qué?, fácil, debido al trabajo de mi papá, cada cierto tiempo nos debemos trasladar, no es que me moleste, es decir cuando era más niño lo disfrutaba mucho, cada cambio de ciudad o de colegio representaba una aventura nueva, sin embargo ahora que tengo 17 me hubiese gustado terminar mi último año escolar con los mismos compañeros. Por un año debería hacer nuevos amigos, que seguramente perdería el contacto con la mayoría al siguiente año, por la entrada a la universidad.

Pero bueno, a pesar de que no era de todo mi agrado esta situación debo decir que estaba muy nervioso y ansioso, es decir soy un poco tímido, y si hay algo que detesto es tener que presentarme, me da mucha vergüenza, y lo peor es que no pasa desapercibido, ya que me pongo rojo como un tómate y si le agregamos a eso la ansiedad que me produce saber que tipo de compañeros tendré… ¡Ah! Con solo saber lo que tendré que pasar mañana, se me hace un nudo en el estómago. ¿Se preguntarán si soy así con una simple presentación, como seré con una situación aún peor?, créanme no quieren saberlo.

Luego de arreglar todas mis cosas para mi primer día de clases, ya saben cuadernos, mochila, uniforme, zapatos lustrados, baje a comer algo, aún era temprano y no tenía sueño. Al bajar me encontré con mi papá y mi hermano mayor que estaban conversando.

- Ey, ¿Qué hacen? – pregunte como saludo casual, a lo que ellos se callaron y me miraron extrañados.

- Conversando, ¿tú no deberías estar durmiendo? –respondió mi padre Raimundo, con una cara de enfado fingido.

- Si, pero no tenía sueño, por lo que he venido por algo de comer, haber si me ayuda a dormir – conteste ignorando su supuesto regaño y me encamine hacia el refrigerador que se encontraba un poco más lejos de la mesa de la cosina.

- Papá déjalo tranquilo, apuesto que esta nervioso por su primer día de clases – Ahí salio mi hermano en mi defensa, aunque realmente no era necesario, por lo que supuse que quería molestarme, le mire feo mientras terminaba de armarme un pan con jamón y queso.

- No es cierto, no estoy nervioso, como si fuera la primera vez que soy el nuevo de la clase- conteste ironizando un poco, mi papá y Joaquín sonrieron al escucharme decir eso, era como haberme delatado.

- Tranquilo hermanito, es normal, te lo digo yo que tuve muchos más cambios que tú, es un asco ser el nuevo y tener que presentarte – tras decir eso se levanto y se acerco a mi para revolverme el cabello y dejarlo todo desordenado.

Bien el era mi hermano mayor Joaquín, a pesar de que le encantaba molestarme, siempre me trataba con cariño y me animaba cuando me veía nervioso o me consolaba cuando estaba triste. Cuando éramos niños, los niños de mi edad solían molestarme porque no me gustaba jugar futbol, y solían pegarme mucho, pero mi hermano siempre salía a defenderme, el pertenecía al equipo de futbol y era muy bueno y los niños de mi curso lo respetaban mucho, y no podían creer que fuésemos hermanos, solían decirme que era un desperdicio tener un hermano como yo. En ese entonces me tomaba esas cosas muy enserio y me ponía a llorar, peor mi hermano me decía que ellos eran unos idiotas y que el estaba muy orgulloso de ser mi hermano mayor, ya que era el niño más lindo y dulce que conocía. Eso me hacía feliz y si lo sigo pensando aún lo hace. Sonrió como idiota ante el recuerdo de infancia y mi papá se ríe.

En mi casa están acostumbrados a que a veces me quede pegado en la nada pensando, recordando, en fin ya es un hábito y en casa solo se ríen de ello.

- ¿Qué es esto, una reunión familiar y no me invitan?, pero que clase de familia tengo- bien la que acaba de interrumpir en la cocina con falso enojo es la única mujer de la familia, mi hermana Javiera, ella es la hija de al medio, dejándome a mi como el bebe de la familia. ¿Mi madre?, bueno ella murió cuando tenía 8, a causa de cáncer, fue un momento duro para la familia, ya que mi madre era preciosa, amable y muy dulce y siempre estaba ahí cuando la necesitabas. Ahora somos capaces de recordarla con cariño, sin ese dolor de por medio.

- Una que te excluye de reuniones familiares – contesto mi Joaquín molestándolo, a lo que mi hermana le saco la lengua de forma infantil


- ¡papá! Dile algo, mira que siempre me molesta y no le dices nada – lo acuso entre risas, mi papa mientras se bebía un café suspiraba con una media sonrisa en sus labios.

- ah pero mira que eres… ahora verás – Joaquín la tomo como saco de papas y la subió a sus hombros mientras daba vueltas.

- ¡ah, bájame que me vas a botar!- gritaba mi hermana, histérica mientras se reía compulsivamente por los nervios, mi papá y yo al verla así no pudimos evitar contagiarnos con su risa. Era una risa muy contagiosa, se parecía a la de mamá.


Estuvimos un rato más compartiendo en familia, acordándonos de cosas del pasado y riéndonos. Somos una familia de las que casi no quedan. Tenemos una comunicación envidiable y nuestros momentos en familia son muy amenos. Al ya ser muy tarde mi padre nos mando a dormir que mañana todos teníamos que madrugar. Mi papá es Militar, y entra muy temprano al trabajo, mientras que Joaquín es ingeniero electrónico y la Javi esta estudiando pedagogía. Ella entra en una semana más, pero aún así madruga siempre para prepararnos el desayuno. Nos conciente mucho.


Ya es lunes, hoy comienza mi nueva vida estudiantil, estoy nervioso, muy nervioso, mi hermana se levanto temprano y nos preparo desayuno a todos, mi papá se iría en su auto al trabajo, mientras que mi hermano me pasaría a llevar a mí. Como mi papá estaba ocupado, el se encargaba de hace dos años de ser mi apoderado, y me iría a dejar para conocer a mis profesores y todas esas cosas burocráticas que me importan bien poco en realidad.

Después de 20 minutos en auto llegamos a mi nuevo colegio, era enorme, me impresiono bastante, mi hermano se había encargado de escogerlo y si que se lució con su elección.

Una vez en el colegio, fuimos a dirección juntos para que me dijeran en que sala me tocaba, y mi hermano me acompaño para presentarse y entregar y recibir no se que cosa, lo repito me interesa bien poco. ¡Dios! Tengo hermanos bajados del cielo, siempre haciendo cosas por mi, por mucho que parezcan odiosas, lo hacen siempre con una sonrisa sincera… los amo, voy a llorar si sigo pensando de esa manera, mejor me concentro en lo que dirá el gordito, perdón el director.

- Tu debes ser Santiago – me saludo con una sonrisa, me dio gracia su cara, me recordó un poco al profesor anzai de Slamp dunk, si soy un otaku encubierto ¿y que?, ¿Por qué encubierto?, bueno, no me visto como uno, así de simple, no es que lo oculte, solo que tampoco lo ando gritando.

- Si, mucho gusto – le respondí casi por inercia, estaba nervioso y mas encima divagando, el viejo lo noto y me dijo que curso me tocaba y me dio las indicaciones para llegar, con un gracias y un beso a mi hermano me despedí.



Iba caminando tranquilo, ya habían tocado para entrar a clases, todos los cursos debían estar con sus profesores jefes dando la bienvenida al nuevo año escolar, o eso había dicho el director, en fin… me toco el IV medio C, dijo que estaban en el tercer piso a fondo a la derecha, ¡Dios esto parece laberinto!, no sería raro que me perdiera.

- Veamos III A, III B, III C, III D, IV A… - siento como mi estómago se contrae ahora que he leído el primer letrero de mi nivel, siento que moriré, ni siquiera he llegado frente a la sala que me corresponde y ya estoy rojo y mis manos tiemblan – no estoy calificado para ser hombre, soy un cobarde – me reí solo al pensar en eso, y bueno si me pongo a pensar bien, no soy como cualquier hombre, digamos que soy homosexual, y según mucha gente eso me hace menos hombre, pero no menos gente.

Si bueno, mi inclinación sexual no es una novedad para mi familia o amigos, no intento ocultarlo, por lo menos no en mi antigua ciudad o colegio, de todas formas eso no importa mucho, ya que nunca he tenido pareja, ni siquiera he dado mi primer beso, pero la Javi y juaco dicen que es mejor así, puesto que en el momento en que encuentre a la persona indicada ese primer beso me sabrá a gloria, ¿me pregunto si será verdad?, bueno no importa, en mi antiguo colegio todos sabían de mi tendencia sexual, debo decir que en ese colegio Salí del closet o armario como quieran llamarle. Los hombre me siguieron tratando como siempre, después de todo con mi apariencia no soy capas de hacer nada. Digamos que no soy un poco bajo 1.56, soy de contextura normal, no tengo guata, no por hacer ejercicio, más bien por genética, en casa somos todos iguales en ese aspecto, mis ojos son verdes, como los de mi madre, soy el único que los heredó, mis hermanos los tienen azules como los de mi padre. Mi pelo es café oscuro y muy desordenado, tengo la piel muy blanca, una que otra espinilla, y algunas pequitas. Mis pestañas son largas, eso no me gusta demasiado, me hace sentir como una niña, y estas pestañas son de mi padre, ¡Oh si!, solo que como el es más alto y con cara de hombre da igual. ¡Pero a mi no!, ya que detesto que me digan que tengo cara de niña, ya que no es así. A pesar de ser gay, soy muy macho para mis cosas, o eso creo… de todas formas, solo me veo como un niño de 12 nada más y nada menos y eso que este año cumplo 18.

Bien me dejo de divagar en mi mente, tengo que entrar a clases, si me quedo aquí luego será peor. Respire muy hondo y di tres toques suaves a la puerta, escuche como el profesor a cargo dejaba de hablar, mi corazón latía muy rápido.

- Pase – escuche decir a la voz que antes se había callado.

Intente parecer lo más seguro posible, no quería que me comieran vivo el primer día de clases. Al entrar di dos pasos cuando…

- ¿A quien buscas pequeño? – vi que el profesor se dirigía a mi, no parecía viejo, me aventuraría a decir que era unos pocos años mayor que mi hermano, mi hermano tiene 26, se veía amable, pero al decirme eso hizo que lo odiara, ahora me haría quedar en ridículo, pero no puedo culparlo, es mía por lucir así, o mejor dicho de mis padres por hacer tan mala mezcla, quise reírme al pensar en eso, pero no podía, volví rápidamente a la realidad para solo escuchar a las niñas ¡Oh, que lindo!, y a uno que otro preguntando de quien es hermano, suspire resignado, y con una mirada seria que contrarrestaba mi cara decidí ponerle fin a esa situación.
- No busco a nadie, se supone que esta es mi clase, a no ser que el vie… director- corregí rápidamente- se hubiese equivocado, aunque lo dudo… - el profesor me miro sorprendido y el curso se callo por completo, de verdad siento que moriré, esto es demasiado vergonzoso. ¿estaré rojo?, espero que no…

- ¿No me digas que eres Santiago Villarroel? – me pregunto casi escéptico, ¿pero que le pasa?, ni que fuera un alíen, asentí tras su pregunta, y el después de unos segundos salio de su transe- bueno, disculpa, es que luces más pequeño… - alce una ceja, no la estaba arreglando para nada, se dio cuenta- ehh, por que no te presentas al curso – termino de decir con una sonrisa.

- Lo que me faltaba –dije entre dientes, tome aire, mire hacia un punto fijo, para no mirar a nadie directamente- Me llamo Santiago, soy nuevo, tanto aquí, como en la ciudad… - iba a seguir, pero una niña pelirroja me interrumpió.

- ¿No eres de Santiago?, jaja se oye raro preguntarte eso a ti, ¿de dónde vienes?, ¿eres un niño superdotado? – me pregunto toda emocionada, sus ojos color miel brillaban como las de una niña pequeña al ver un juguete nuevo, un escalofrío recorrió mi espalda, esto es el colmo pensé.

Aquí venía la actuación del primer día, no es primera vez que paso por algo como esto, y si me enfado eso solo me hará mas difíciles las cosas después, entonces con mi mejor sonrisa comienzo mi súper performance.

- jaja si suena raro, que me lo preguntes, pero ya he vivido en santiago antes, solo que por el trabajo de mi papá nos cambiamos arto de ciudad, vengo de Punta Arenas, y sobre tu última pregunta no se si reír o llorar… -podía ver la cara de confusión de mis nuevos compañeros- aunque suelo sacar muy buenas notas, no me considero un genio… tengo 17 como la mayoría en esta sala – y escucho por fin un murmullo de sorpresa.

- Bien Santiago, puedes ir a sentarte – seguí la instrucción de mi profesor y me dirigí hacia el único puesto vacío, al final de la sala. Sentía todas las miradas sobre mi, creo que ahora si que me puse rojo y lo comprobé al escuchar a un par de compañeras decir lo tierno que me veía.


Cuando me senté, me pregunte quien se sentaría ahí, al parecer no había ido a clases o quizás sobraba, quien sabe… espero que si no vino, sea una persona agradable…


Había pasado como media hora desde que entre a clases, mi profesor jefe se encargaría de pasarnos la asignatura de Física, no me gusta ese ramo, de hecho ningún ramo que tenga números, soy muy malo con ellos, si no fuera por que Juaco me ayuda a estudiar, seguro que me sacaría puras malas notas. Pero bueno, se ve simpático, su nombre es Benjamín Riquelme, era lindo, del tipo intelectual, pero amable, no es mi tipo, es más del tipo de mi hermana. Se verían muy lindo juntos.

Me daré el lujo de divagar y es que esta hablando de las cosas típicas, último año, las notas, responsabilidad, ensayos PSU, opciones de universidad, en fin lo que un buen profesor guía debe ser.

No estoy interesado en escuchar toda esa habladuría, eso es simple, porque ya he decidido que carrera estudiar, gastronomía, y así en un futuro abrir una pastelería, ese es mi gran sueño, y a pesar de que en mis otros colegios siempre fui el número uno en notas, eso no me importa en absoluto y mi familia me apoya.

Entre tantos pensamientos disparejos y enredados sobre un tema y luego otro, me vi interrumpido por la llegada tarde de alguien, deje aún lado mis pensamientos y dirigí mi atención a la persona que acaba de entrar descaradamente…

Alto, delgado pero bien formado, pelo desordenado, pircings en el labio, ceja y orejas, pantalones abajo con cadenas colgando, zapatillas en vez de zapatos, camisa afuera y con los botones de arriba desabrochados dejando a la vista unas cadenas colgado de su cuello, parecían religiosas. La corbata desarreglada, venía con un bolso cruzado que tenía muchos parches de bandas de rock y metal y unas cuantas de anime, me impresione, era una persona totalmente alternativa, y era realmente apuesto, mis ojos se quedaron clavados en su dirección, su pelo castaño y sus ojos grises terminaron de cortar mi respiración…

Le dijo algo al profe que no escuche por quedarme embobado y cuando me di cuenta ya estaba al lado mío sentándose, dejo so bolso en el suelo, saco una croquera y se puso a dibujar. ¡Es un artista!, aún mejor de lo que pensé, tengo que ser su amigo, lo saludare, para dar el primer paso.

- Hola, soy nuevo, mi nombre es Santiago, mucho gusto – salude con una sonrisa, a lo que el solo me miro serio para luego seguir con lo suyo, no pude evitar sentirme ofendido y dolido, ya que no acostumbro a tomar la iniciativa y mira como me responde, hice un puchero por inercia, es costumbre cuando me desanimo, y me dedico a mirar al profesor, pero después de un rato siento una mirada sobre mi, y al girar me di cuenta que me estaba mirando ¡me estaba mirando!, me puse rojo como un tómate y el sonrío, tenía algunos dientes chuecos, pero su sonrisa era encantadora. Creo que me derretiré, me quede el resto de la hora mirando rojo mi cuaderno, hasta que sonó la campana para salir a recreo, vi como se levantó de su asiento y salio con paso firme y seguro de la sala.


El era definitivamente mi tipo… tenía que lograr ser su amigo, sería mi misión de ahora en adelante.

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