Un nuevo juego estaba por dar comienzo en la gran mansión del gobernador de la cuidad Kanagawa, en su amplia oficina, iluminada por los rayos del Sol que entraban por la ventana, Yanagi Takemoto interrogaba a su único hijo por el capricho que le planteo a primeras horas de ese mismo día.
-Solo quiero divertirme un rato con esos indigentes, que espero sean mas rebeldes que los pasados.- dijo el menor acomodándose en un sofá blanco que contrastaba con su piel morena.
-Te pareces a mí.
-Soy tu hijo, por desgracia.-se burlo el castaño al contrario de su progenitor que lucia cabellos azabaches.
-Conmigo podrías pasarla mejor.
-Lo dudo mucho.- y salio de la habitación antes de que el mayor realizara algo ofensivo que afectara su integridad física. Miro su reloj de muñeca, pronto darían las doce del mediodía, lo que significaba que sus “invitados” debían estar por arribar, camino hacia la sala de estar, se planto en esta y espero impaciente. Sus ansias cesaron al ver como la puerta principal se abría en su totalidad, veinticuatro jóvenes, de entre trece y quince años de edad, entraron y formaron una fila, siguiendo las instrucciones de la criada.
-Rangiku, puedes retirarte a tu compartimiento- dijo seriamente mientras observaba a los recién llegados.
-Eternamente agradecida por su atención. Por favor llámeme si necesita de mi servicio- la chica pelinaranja se inclino en son de reverencia y se retiro ruborizada a causa de haber oído su nombre de pila ser pronunciado por los labios de el dueño de su corazón. (Rangiku ama a Renji n.n)
-¿Eres gay?- interrogo Yanagi a un peliblanco con una coleta.
-Si. ¿Algún problema con eso?- respondió orgulloso el muchacho. El resto se mantenía en silencio.
-Al calabozo entonces.- sentencio, varios tragaron de su propia saliva ante tal decisión.
-Al menos dime donde carajo queda eso, que, por si no te enteraste yo no vivía aquí.- dijo de mala manera.
-Ellos te guiaran.- Dos hombres robustos sujetaron al ojiceleste de los brazos y lo guiaron hasta el ascensor.
-Nioh-kun- susurro apenado un pelivioleta.
-Tú, da tres pasos al frente, tendrás el mismo destino que tu amigo.- dijo cual dictador.
-¿Por qué?
-Pareces una niña.- gruño molesto.
-¿Te gusto?- le desafío el peliazul dedicándole una sonrisa “angelical”.
-Yu-Yukimura no lo provoques, es capaz de hacer cualquier, recuerda que la vida de nuestros familiares esta en nuestras manos.- murmuró un chico con gorra negra.
-¡Cierren la boca!- grito enfurecido Renji. (Mi vida, lo amo!)
-¡No cerramos nada! ¿Quién te crees que eres?- grito un chico de cabellos negros y picudos.
-¡Momo!- le regaño uno con un peinado bastante extraño.
-¿Tu nombre?-
-Oishi.- contesto cabizbajo.
-Al calabozo.
-¡Si Oishi va, yo también, nya!- grito un pelirrojo con ojos de gato, y se aferro a su compañero.
-Eiji…- musito Oishi.
-Que asco, me repugnan.- hizo una mueca de desagrado.
-¡Ahora si te pasaste, miserable!- un chico con una gorra azul colocada para atrás lo tomo del cuello de la camisa, a los pocos segundos sus guardias ya le habían quitado a ese irrespetuoso de encima, que pataleaba en el aire.
-¡Shishido-san!
-Agreguen a estos y listo. Por hoy es suficiente.- Los hombres de traje negro llevaron a los desdichados al supuesto “calabozo” –Ustedes, inservibles, prepárenme el almuerzo. Lo quiero en dos horas como máximo.- Giro sobre si mismo y subió a su habitación.
-No bajen la guardia- dijo un castaño de gafas.
-Tezuka ¿Nos esta probando, verdad?- pregunto un ojicielo.
-Efectivamente- se unió otro a la conversación.
-¿Cuál es tu nombre?
-Sanada Genichiroh. (ya es costumbre la h xD)
-¿No creen que deberíamos prepararle la comida? ¿Ah?- dijo un peligris.- Yo soy Atobe Keigo.
-Atobe, tiene razón- dijo Fuji.
-¿Alguien sabe cocinar?
-Yo puedo preparar sushi- se ofreció tímidamente Kawamura.
-Con eso no será suficiente.- dijo Oshitari Yuushi.- Tal vez no le gusta. Recuerden que esto es por nuestras familias.
En la cocina.
-¿Y ahora que?- dijo Kirihara, estaban mas perdidos que campesino en una ciudad.
-Primero, ¿Qué hay en las alacenas y en los refrigeradores?- pregunto Inui. Gakuto y Momoshiro asistieron y revisaron comprobando que no contenían muchos ingredientes.
-Bien, con esto nos alcanza para preparar dos pizzas.- como en todo, automáticamente surgió un líder, en este caso Tezuka Kunimitsu.- Momoshiro, Echizen y Kaidoh; ustedes se encargan de la masa- dijo señalando a los nombrados- ustedes de la salsa- marcó a Kirihara, Marui y Jackal. De esta manera nos organizaremos todos los días.
-¿Sanada-san quieres ir con Yukimura-san?- dijo el de rizos azabaches- Fácil, haga algo que le moleste al chico ese y cuando se de cuenta ya estará encerrado.
-¡Tengo una idea!- grito el pelirrosa- Vístete de mucama y píntate los ojos. Siempre he querido una foto con una gothic Lolita.
-Bunta, Sanada es un chico ¡hombre!- le regaño Jackal.
-Ah no importa. Es lo mismo.- musito Marui.
-“Todo sea por Yukimura”- pensó Sanada. Casualmente una de las sirvientas entro a la sala.
-Chicos, no veo que estén cocinando. Yanagi-sama se enojara- dijo la sirvienta Bennington (ojala fuera ese mi apellido xD)
-¿Nee, Rangiku?- pregunto Oshitari.
-Así me llamo. Vine a verificar que no echen veneno o algo similar a la comida. De ser así me conocerán realmente, ya que ese niño es todo para mí y…
-Bueno, bueno a nadie le importan tus fantasías- le corto Sanada- ¿Me prestas tu ropa?
-¡¿Qué?! ¿Para que la necesitas?- chillo la chica.
-Debo hacer algo que perturbe a tu amo y me mande al calabozo. Queremos saber como están los demás.
-No inventes, realmente vas por tu novio ya que obviamente no vas a regresar.- dijo Momoshiro.
-Como sea. ¿Me prestas o no?
-No - negó la pelinaranja.- pero te conseguiré otro conjunto. Ya vuelvo.- y salio corriendo hacia su recamara.
-¿Creen que sea de confianza?- pregunto Echizen.
-No perdemos con intentar.- dijo Tezuka- Por cierto ¿Qué esperan ustedes?
En el calabozo.
Nioh, Oishi, Kikumaru, Shishido, Ootori y Yukimura ingresaron al lugar que no era más que una simple habitación a oscuras.
-Aahhh- gimió alguien por ahí.
-¿Escucharon lo mismo que yo?- pregunto el peliblanco- sonó a gemido de mujer.
-¡Hey! ¿Cómo que mujer?- grito Oshitari Kenya.
-¡¡Mas esclavos!!- grito un niño pequeño dando saltitos.
-Kin-chan baja el volumen.- susurró Shiraishi.- Vas a despertar a los chicos.
-Lo siento.- dijo apenado.
-Oh Kin-chan, grita todo lo que quieras.-
-¡¡Gracias, Shiraishi!!
-Kenya-san ¿Por qué me esta tocando el trasero?- dijo en un tono indiferente Zaizen.
-Hikaru, yo no toque nada.
-Si, claro- agrego el pelinegro sarcásticamente.
-¡Es verdad, amor, créeme!
-Kenya-san, eres un pervertido.
-Ah si, ¿Quiénes son ustedes?- le pregunto Kuranosuke al grupito que miraba extrañado. Un homo fóbico y un pedófilo en una hora era realmente perturbador.
- Nioh, Oishi, Kikumaru, Shishido, Ootori y yo, Yukimura- respondió amablemente el peliazul.
-Hoi, hoi, eres genial, te aprendiste nuestros apellidos.- aludo el pelirrojo.
-Shiraishi, muero de hambre.- se quejo Tooyama, abrazándose.
-Oh Kin-chan- le dio un calido beso en la frente.
-¿Hace cuanto están aquí, chicos?- pregunto Oishi.
-Hace tres horas aproximadamente.
-¿Y por que los encerró?- dijo Shishido.
-Envidia nuestra belleza.- presumió Kenya.
-Me preocupan Konjiki-sempai y Hitouji-sempai. ¿Dónde estarán?- dijo Zaizen.
-Ellos eran muy gays…- explico Kuranosuke- no sabemos donde están. Pero ya tenemos un plan para escapar de aquí.
En la cocina.
-¡Aahhh! ¡Marui-san, no se coma la pizza! ¡Nos costo mucho!- refunfuño Kirihara.
-Solo quería probar, para asegurarme de que el tipo ese no se intoxique.
-¡Aquí estoy!- Rangiku entro en escena- Te conseguí este- y le entrega la ropa de sirvienta a Sanada.
-Gracias- Genichiroh se desvistio hasta quedar en ropa interior y se coloco el vestido negro con encajes blancos, decorado con lazos y encajes ajustados.
-JaJaJaJa- rió la mayoría.
-¡¿Qué ocurre?!- Yanagi entro con un semblante de pocos amigos, muy común en él. Al ver al chico vestido de esa forma, gritó esas palabras, que se podría decir que a partir de ese día se convirtieron en su frase- ¡¡Al calabozo!!
Sanada obedeció inmediatamente, se dirigio al ascensor y llego al tan dichoso lugar, donde llamo a la puerta.
-Yukimura.- siseó, entonces recordó en la situación que se encontraba y de un tirón se quito el patético vestido, quedando en boxers.
-¿Qué fue eso?- dijo Ootori del otro lado.
-¡Yukimura!- grito Genichiroh al borde de la desesperación.
-Mmm…me parece que alguien llama.- dijo Zaizen.
-¡¡¡¡Yuuuukimuuuuraaaa!!!!- Sanada golpeo la puerta tan fuerte que parecía que la quebraría en dos.
-Sanada ¿viniste por mí?- dijo Seiichi con una sonrisa de oreja a oreja.- Se abre desde afuera.- Sanada entro y pego un portazo.
-No cie…- No termino la frase Shiraishi que el estruendo de la puerta al chocar se hizo escuchar en toda la mansión.-Oh no, estaremos encerrados hasta que nos moriremos de hambre.
-No te preocupes, Shiraishi, ya mandaran a alguien.
Continuara…
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