Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Noches de Juerga por Hector Ish

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bien, De nuevo. Basado ahora en dos legendarias canciones del grupo Estopa, les traigo esta tercer entrega. Ya saben que cualquier cosa esta mi mail y mi blog xD

Tanto los personajes de House MD como la letra y musica de Como Camaron y Me falta el aliento, estan protegidos por derechos de autor, correspondientes a Universal, Fox, Warner music, sony music. Solo se utilizan dentro de los reglamentos y la libertad del fanFic

Notas del capitulo: Uh... espero les guste PinkFloyd n.n'
Se rompe el hielo si tiro un suspiro…

El día finalmente llego, es hoy el último día en la oficina del abogado… Nunca imaginó que volvería a encontrarse en esta situación. Hoy terminaban las citas, los movimientos legales y los tecnicismos que nunca entendía.

Bonnie tarda en llegar, ¿por qué? Solo falta su firma, y será libre, podrá dejar de “sufrir” (como ella misma refirió) ese abandono por parte de él. Wilson se muestra nervioso, recarga la mano en el descanso del sofá y comienza a tamborilear con los dedos, su ojo se crispa por un segundo y su labio se arquea, gesto común en él cuando algo le apremia o le pone nervioso.

Tratando de matar el tiempo, Wilson trata de encontrar, de hallar el momento en que todo se fue al diablo. Quizás fue en el momento en que dejó de llamarlo James, o Jimmy, y comenzó a decirle por nombre Wilson, tan común ahora, por su trabajo en el hospital, y por una sola persona; pues no era Dr. Wilson como le decía… simple y llanamente Wilson.

Pudo haber sido, tal vez, en el momento en que ella decidió dormir hasta el otro extremo del colchón y empezó a rehuir de sus brazos, quizás los tragos de mas que él bebía cuando ya no podía mas con la presión… ¡Al demonio! Wilson sabía que todo se echó a perder desde aquella noche en que la dejó por un estúpido capricho de House… Todo pendía de un hilo y en su interior se imaginaba a House riendo cínicamente con tijera en mano listo para dar el corte final…

Pero no podía culpar a House, en su momento no quiso hacerlo, y ahora sería muy inmaduro de su parte querer hacerlo. El mismo decidió no adjudicarle responsabilidad en esto a él, así que solo había un culpable: El propio James Evan Wilson.

Y aun así, como si no aprendiera de sus errores, no dejó de ver por él, de acudir cuando lo llamara, de estar siempre por él. Como si de una fuerza superior, un impulso del cual Wilson no se quería desprender, se tratara.

Ahora, un poco desesperado se lleva las manos a la cabeza, no lo resiste más y se levanta del sofá, mira por la ventana, una mañana clara con un paisaje verde mezclado por naranjas del cielo de primavera se luce en el exterior. Como muestra, una vez mas, de ansiedad, Wilson coloca las manos sobre su cintura, como suele hacerlo.

De nuevo medita en su amigo, es por él que estaba ahora aquí, hubiera querido que lo acompañara, pero eso sería una ofensa para Bonnie, y muy aburrido para House, quien no tiene tiempo de esas trivialidades, aunque el afectado directo fuera el que dice es su amigo… como si House pudiera vivir sin depender de nadie. Pero aun así podía verle en la mirada una tristeza tan sufrida que Wilson no tenía el corazón para hacerlo mas miserable y mandarle a la m…

-Señorita Bonnie- dice el abogado; finalmente ella ha llegado.



Las mañanas son siempre frías, no importa que de nuevo sea primavera, día tras día, mes con mes, año y año, House amanece igual, solo y sin nadie a su lado. Ni siquiera cuando contrata los servicios de una prostituta, pues no se tienta el corazón para despedirlas a media noche o en la madrugada, y él así lo prefiere. Que terminen su trabajo y que se larguen… que lo dejen solo.

Mira el reloj son las 10:00 a.m., tiene que ir a trabajar, pero no logra ni levantarse cuando nuevamente se ha tumbado en la cama para dormitar un poco más. Pero el buscapersonas suena, frustrándole sus planes, House lo toma y al ver que es Cuddy quien lo llama lo avienta lejos. Ha sido un error, Cuddy insiste y el sonido le tortura los oídos, obligándole a pararse y buscar en donde ha caído el aparato.

-Esto tiene que ser interesante Dra. Cuddy- le murmura al aparato.

House se da un duchazo, toma lo primero que ve en el armario, sus ojos se posan por unos instantes en su traje negro y sus zapatos formales, pocas veces los ha usado, y se le vienen a la mente dos ocasiones en particular: la primera en la convención de Nueva Orleáns y la segunda en la boda de Wilson, pues Bonnie insistió en que si no iba acicalado no entraría a la boda. En realidad, ahora que lo pensaba bien esas habían sido las únicas ocasiones.

La pierna le molesta hoy, toma el bastón y su chaqueta, de la cual saca un frasco de analgésico, sube al auto y se dirige al Pricenton-Plaisboro.

El alboroto, típico de un hospital, al que House estaba ya tan acostumbrado, ahora parecía mucho mas insoportable. Llega al ascensor y se encuentra con Cuddy.

-Debe de cumplir un horario Dr. House- le dice en son de regaño- Y una cuota diaria en la clínica

-¿Y?- contesta él con toda la inocencia del mundo que podía fingir

-¡Es viernes!- le contesta ya con desesperación, a veces ella se preguntaba por qué le soporta tanto- Es fin de semana, y no se ha presentado a clínica.

-Me sorprende que no uses a Wilson en el intento por obligarme a hacer mi trabajo

-Wilson no está hoy para ti- le responde.

-¿Cómo?-dice con sorpresa- ¿Lo has acosado tanto que ha decidido largarse?

-¡Claro! Me le he lanzado de lleno a sus brazos… lo cual hice dado que es un hombre soltero ya.

House no se esperaba la respuesta por parte de su jefa de esa manera. Pero ha caído en la cuenta, es hoy cuando el abogado les da el visto bueno y finalmente Wilson deja de pertenecerle a Bonnie. El ascensor se detiene y ambos bajan.

-House, vaya a su oficina e inmediatamente después de que deje sus cosas baje a la clínica a atender a los pacientes- le ordena.

-No me gustan los enfermos- replica este.

-Ni usted a ellos, pero no tengo opción. Es doctor, House, baje y haga su trabajo.

Lisa Cuddy sigue su rumbo hacia el otro lado. House llega a su oficina, entra y por el cristal de la entrada de reojo mira la puerta de la oficina de Wilson la cual yace cerrada. Así que ahora, sintiéndose tan aislado del mundo, se imagina como un esperma de esos que se usan en los procesos de fertilidad, encerrado, congelado en un tubo de ensayo, vivo pero sin nadie más. Ahora que lo medita bien, parece que esa analogía se le viene a la mente cada vez que ve a Cuddy.

Es increíble como tan a menudo las personas pueden llegar al colmo de la estupidez, según House, pues tener que atender incluso un pequeño resfriado le agota la poca paciencia que tiene… eso sin contar al tipo que le vino con una cortada en el brazo y se sentía hemofílico, la madre que trajo a su pequeño con pequeñas costras que resultaron la avena del desayuno y, ¡ah!, el anciano que vino a renovar su prescripción medica.

Cansado ya de esto espera leyendo una revista en la terraza de la cafetería. Ha querido asomarse por la oficina de Wilson para ver si este ha llegado, pero lo mas seguro es que Cuddy le haya dado el día libre por motivo de su separación, lo cual le parece ridículo por qué no considera que una simple firma dada hoy sea una calamidad.

Inesperadamente Wilson toma asiento frente a él. House quiere preguntar, pero no salen palabras de su boca. Wilson quiere hablar pero se retrae para evitar una mala respuesta por parte de él. Incluso ahora piensa que la mirada azul de House es oscura y que planea una forma de burlarse del asunto. Así que solo le resta mirarlo como si contara el tiempo entre pestañeo y pestañeo. Su expresión es contrita.

Con un suspiro de House, Wilson rompe el silencio.

-Hoy me divorcie- dice

-No -House baja la revista y lo mira- lo hiciste desde que dejaste la casa y hablaste con tu abogado. Lo de hoy fue un mero simbolismo.

-Un simbolismo- agrega Wilson- con el cual se dio muerte a mi matrimonio.

-No sería la primera vez… ¿Cómo te fue en lo económico?

-¿De verdad te interesa House?

-Me preocupa mi sustento y mi fuente de préstamos, mientras mas porcentaje le des a ella, menos tendrás para prestarme

-Claro- dice moviendo la cabeza hacia delante, esta nervioso, con muchos sentimientos encontrados.

-Es mas… para que veas lo mucho que me interesa, vamos hoy de juerga- comenta con una leve sonrisa.

-¿Que?- pregunta algo confundido.

-Vamos, Jimmy, es viernes, estas soltero, no tienes a quien rendirle cuentas y mañana no trabajas…

-Estas loco House, ¿lo sabías?

-Me lo han dicho antes… no puedes hablar de mi sin referirte a la locura- por alguna razón House hallaba la conversación divertida- Además, ¿Qué vas a hacer solo en tu apartamento? ¿Deprimirte?

-No…- House tenía razón, y Wilson quiere creer que al menos así demuestra que se preocupa por él- Esta bien… Noche de juerga.

-Dilo con emoción, convencido…

-Bien, bien… no me presiones- Wilson ahora esta un poco mas relajado- Hoy nos vamos de juerga.

-¡Hoy noche de strippers en el Cheeta’s!- grita House. Ahora se convierten en el centro de atención y Wilson agacha la mirada de pena.

-¡House!- le dice.

-Paso por ti en la noche, me esperas frente a tu edificio a las 8:00

-¿Por qué no subes y llamas a la puerta cuando llegues?

-Estas en el segundo piso, ¿Quieres hacerme subir?- contesta al momento de recordarle con el bastón su pierna dolorida.

-House- agrega Wilson- Tú eres… totalmente sorprendente.

House llega en su Ford azul a las 8:30, y lo estaciona desfachatadamente frente a la toma de agua, no hay nadie mas en la calle y la luz del candil ilumina con tonos naranjas el pelo y cara de Wilson. En el estéreo suena Another Brick in the Wall, los acordes de la guitarra junto con las percusiones se acoplan perfectamente a la melodía…

Dado que House tarda, como si no fuera demasiado predecible que así lo hiciera, Wilson prefiere quedarse a esperarlo en la calle desierta, iluminada tenuemente por la luz de la calle a subir y esperar observando por la ventana hasta que se dignara a aparecer. Baja la mirada y piensa, esta calle es jodidamente tan parecida a las últimas semanas que ha vivido, llena de amargura y de lamento… quiere creer que es en parte por su divorcio… pero sabe muy bien que es House quien lo hizo, aun lo hace y seguramente lo seguirá haciendo, sentirse así. Mientras meditaba en si House fingió indiferencia ante su situación o es un maldito sin sentimientos una luz fuerte le lastima los ojos…

Por la calle no transita nadie, esta sola y el alumbrado público ilumina levemente la cara de Wilson, quien mira hacia el piso como si meditara. Como House no quiere bajar prende las luces altas para deslumbrarlo…

-¿Qué rayos haces, House?- pregunta alzando la voz.

-Llevo aquí rato- dice mientras baja la ventanilla y se asoma- tenía que llamar tu atención.

Wilson se acerca y abre la puerta del copiloto… “tenía que llamar tu atención”, dijo él, y a eso se reducía siempre el asunto, Wilson sonríe levemente, entra y se sienta.

-¿Por qué sonríes?- pregunta House disgustado. Ha querido cabrearlo… y responder con una sonrisa no es normal cuando alguien intenta dejarte ciego- ¡¿Qué?!- insiste.

Wilson lo mira, aun sonriendo y una pequeña brisa, de esas que refrescan tanto las noches de primavera, se cuela por la ventanilla de House, ahora sus ojos cobran un brillo extraño.

-Llegas tarde…

-No tengo reloj- dice House mientras enciende de nuevo el auto.

-Tienes puesto uno- replica el otro- De hecho…-agrega al acercarse un poco mas- es el que te regalé la primera navidad…

-Cuando aún eras ingenuo e inocente y no sabías que odio los regalos- añade House para burlarse de él.

-Y sin embargo lo traes puesto hoy- la sonrisa se arquea un poco mas y se vuelve una ligera risa.

-¡No sirve! No da la hora… lo he traído para que veas la calidad de…

-House- le interrumpe Wilson mientras mira de cerca el reloj en la muñeca de su amigo- Está caminando.

House observa el reloj que burlonamente se mueve y marca la hora…

-¡Cierra la boca, Wilson!- termina diciendo al arrancar el vehículo.

Mientras corre el auto, las calles se iluminan cada vez mas, se ven mas transitadas y el jolgorio de la vida nocturna se hace presente. Wilson no lo resiste mas, eso no le parece música y baja el volumen del estereo.

-¿Qué haces?- se queja House.

-Eso, no lo aguanto más…- contesta el otro, recibiendo como respuesta una mirada desaprobación- ¿Podrías pensar, solo un poco, en el ocupante de este asiento y no solo en las canciones?

-Oh, pero claro que sí pienso en ti… Por eso vamos a donde vamos- House nuevamente aumenta el volumen del estereo…

-¿Por qué haces esto?- Wilson insiste en que el sonido es muy fuerte y baja el volumen.

-¡Por qué me gusta PinkFloyd!- nuevamente el volumen sube.

-¡No eso!- Wilson frustrado apaga el estereo- ¿Por qué me llevas de juerga?

-Yo… no te quiero ver abatido- culmina House.

La respuesta fue sorpresiva para ambos. El silencio invade el interior del auto y James dirige la mirada hacia su amigo, quien la evade mirando hacia los edificios.

-Eres fastidiosamente más molesto cuando te hallas deprimido- Musita House, acto reflejo vuelve a encender el estéreo y sube el volumen.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).