Se giró perezosamente, acomodándose al centro de la amplia cama. Adormilado todavía, no advirtió que era el único en ella. Se froto los ojos, y miró hacia la mesilla de noche, allí había un papel.
No necesitaba ser un genio para saber que lo había dejado el chico con el que había pasado la noche… Aún así, lo tomo y leyó…
Sólo tres líneas garabateadas con rapidez:
“…Siento irme sin despedirme, pero tenía que hacer algunas cosas antes de ir al ensayo de hoy. Gracias por la noche de ayer, espero que también lo hayas disfrutado…
besos, Yui…”
Lo dejo nuevamente sobre la pulida superficie de madera, y se incorporó.
Como todas las mañanas, el joven se alistó para salir. Aún había estrellas en el cielo, las había visto a través de la ventana de su habitación.
A pesar de no haber dormido gran cosa, no dejaría su ritual, estaba más que acostumbrado a la vida que llevaba…
Avanzo silenciosamente hasta el pequeño bulto peludo que descansaba plácidamente sobre un cojín, junto a la puerta. Se puso en cuclillas, y con suavidad, le movió.
-anda, despierta ya Akira- por toda respuesta, el cachorro, sólo se acomodo más- no seas flojo… a caso quieres parecer una bolita?- Pregunto, con un aire infantil y alegre, ese mismo que a todos fascinaba. Nada, el can se negaba a obedecer a su consentidor dueño.
El pelinegro, resopló, derrotado. Se puso de pie con rapidez y salio al fin de la habitación, creyendo que el cachorro le seguiría, pero no fue así, sólo levantó una oreja…
Pasó a la inmaculada cocina, y se sirvió algo de agua, ya desayunaría después…
Antes de salir, se echó una última mirada en el pequeño espejo del recibidor, acomodando la banda blanca sobre su frente.
Parecía un modelo apunto de grabar un comercial o algo así.
No era difícil decir que eso, era precisamente lo que le había valido la admiración y deseo de los que le rodeaban…
Sonrío, y salió por fin.
El edificio, era tranquilo, o al menos, eso creía hasta entonces; sólo tenía una semana de haberse instalado. Le quedaba más cerca el teatro, donde trabajaba. Pronto, estrenarían la obra, un musical. Y además, también la agencia de modelos, quedaba no muy lejos de allí…
Las calles, poco a poco, empezaban a cobrar vida.
Señores de traje saliendo apresuradamente, señoras barriendo fuera de casa… he incluso, algunos colegiales…
Un alegre “buenos días”, decía al pasar…
Todo iba perfecto…
Al poco, llegó al pie de las escaleras que llevaban a un mirador…
Subió con bastante rapidez, y al llegar a la cima, se acercó a la baranda. La vista desde allí, era simplemente maravillosa, la ciudad a sus pies, con el enorme astro rey despuntando tras ella…
La suave brisa matutina, revolvió sus húmedos cabellos…
Tenía que volver allí, con Akira… ese pequeño cachorro, era realmente adorable, seguro que se divertiría correteando por allí…
-Hermosa vista, no cree?- una pausada y musical voz, le hizo volverse sobresaltado.
Pero no había nadie.
Confuso, se giró para seguir contemplando la urbe, pero a su derecha, se hallaba alguien…
Dio un pequeño paso hacia atrás, entre asustado y sorprendido
-oh, perdona, parece que te he asustado- El sujeto frente a él, esbozaba una sonrisa, pero mantenía la vista baja; era un hombre joven, tal vez, poco mayor que él. Tenía las manos dentro del saco que portaba. Sus rasgos eran delicados y dulces, enmarcados por una ondulada cabellera castaña. Era prácticamente de su altura, unos centímetros más bajo tal vez, delgado, sin mucha masa muscular aparente. Vestía pantalón negro, con botas del mismo color y camisa vino con finas rayas grises.
Todo acentuaba la palidez casi marmórea de su piel…
-no… no hay problema…- alcanzó a decir el pelinegro- yo… ya me iba…
-enserio? no te estarás yendo por mi culpa, o sí?- llevo pensativo el dedo índice a su mentón
-no… yo… hace rato que estoy aquí…
-de verdad?- el chico de cabellos castaños, al fin le miró. Sus ojos eran de un azul extremadamente tenue… e, incluso decir, que fríos…- podría decirse que llevo toda la noche…. aquí, y no te he visto hasta hace sólo cinco o diez minutos…
-eh… eh…- Como podía saberlo? El no había visto a nadie… de donde había salido? “toda la noche”….? .....Sería un ladrón?
-tranquilo, no pienso hacerte nada malo- le dijo, como adivinando su pensamiento, con una leve sonrisa en sus labios, desviando la mirada a la ciudad. El sol arrancaba destellos casi dorados de su cabello- bueno, perdóname si te he incomodado…
-no… no es eso... yo sólo… no le conozco…- dio unos pasos hacia atrás, dispuesto a correr…
-perdona mi descortesía- dijo el joven, como si no le hubiese escuchado. Se giró nuevamente, e hizo una leve inclinación- pero tengo que retirarme… espero verte algún otro día…- dijo con una sonrisa…
Contrario a lo que había pensado, el pelinegro recibió esa escueta respuesta…
Lo vio alejarse y perderse entre los árboles, en silencio…
“que chico tan... extraño…”- se dijo mientras iniciaba el descenso….
*~*~*
- a caso eres idiota?!!!-Todo paso en segundos, apenas si tuvo tiempo de girarse para evitar que los papeles que sujetaba contra su pecho quedarán llenos del ya tibio café que aparecía ahora sobre su antes blanca e inmaculada camisa….
-discúlpeme, no le he visto…!
El pelinegro lanzó una mirada furiosa al joven con el cual se había impactado, y, si tenía que ser franco, el también tenía culpa en ese choque… El joven frente a él, mantenía la vista baja, apenado. Su cabello, revuelto, era casi de color blanco, o más bien dicho, plata. Vestía unos vaqueros algo desgastados, en color gris y camiseta deportiva negra, con alguna frase, ajustada, de modo, que le permitía ver lo bien moldeado de su anatomía…
-y crees que con lamentarlo, mi camisa quedará como antes?- dio un golpe en el suelo con el pie.
-yo… no… obvio que no… pero…- el chico levanto la mirada. Sus ojos eran de un sutil color verde, que reflejaba la incomodidad del momento, sus rasgos eran fuertes, bastante varoniles, y su voz era pausada y profunda- perdóname…- las mejillas del chico se tiñeron de un suave color rosado
-ya… no te preocupes tanto…- dijo con una sonrisa, ya libre de la molestia anterior, al ver que el chico se encontraba tan apenado- ahora sólo tengo que regresar a casa por otra camisa, no puedo llegar a la entrevista así…
-entrevista?- dijo mostrando interés…
-si… No creo que sepas, pero están haciendo pruebas, por que un reconocido fotógrafo… bueno, no importa…. -suspiro, aún manteniendo una sonrisa en sus labios- llámame Kaya…
-un gusto….-la sonrisa en el rostro del alto chico, se ensanchó- Yo… yo soy el fotógrafo que mencionas…. Shaura…
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