Cuanto hace que tus besos no me tocan, que tus dulces marcas han desaparecido de mi piel y que tu fragancia no rosa siquiera las sabanas de mi cama? Cuanto hace que hemos decidido en un mutuo acuerdo torturarnos con nuestra ausencia. Por que lo se, lo se tan bien como tu. Por que se que tu también añoras la calidez de mi piel, se que cuando despiertas volteas a ese lado tibio y cálido de la cama esperando que fuera yo quien estuviese ahí.
Por que en un principio nos engañamos con eternas ilusiones de un mañana y más tarde nos entregamos a la monotonía de un hoy. Y después, después nos engañamos a nosotros mismos con fugaces paciones.
Creímos que en un mundo junto todo seria perfecto, mas fue mas rápido decirlo que la realidad deshacer nuestros inconclusos sueños. Por más que nuestras pieles se anhelen mutuamente nuestras bocas se hieren con igual intensidad. No importa que nuestras almas estén entrelazadas si nuestros corazones dejan de latir ante la sola presencia del contrario.
Ahora intentamos engañarnos con aquellas personas que nos brindaron el mismo amor incondicional que sentíamos, pero sin poderlo corresponder. Por que no importa cuanto te ame ella, no importa cuanto me amen a mi. Por que mientras nuestros cuerpos estén separadas y nuestras almas encerradas en jaulas de razón. Nuestros pensamientos se revelan y vuelan a miles de kilómetros solo para encontrarte sin hallarte. Para susurrar palabras sin aliento. Por que ahora que estamos tan lejos, es cuando mas unidos nos podemos encontrar.
-Sasuke cariño- una joven y hermosa peli rosa se asomo por la puerta de su despacho en el preciso momento en que el cerraba su diario.- la cena esta lista- canturreo con voz alegre mientras se acercaba sensualmente a él para finaliza abrazándolo por la espalda- deberías dejar de trabajar tanto… paso algo malo?
-no, todo está bien solo… recordaba…
-cariño, no deberías recordad cosas que te hagan mal, mejor recuérdame a mi, todo lo que ahora tienes.-y sin más le planto un dulce beso en los labios para retirarse- no tardes, ah lo olvidaba, Naruto y Hinata vienen hoy a cenar, seguro no tardan.
-lo que tengo –susurro desganado-no se compara con lo que perdí y pensar que fue a manos de quien menos esperaba- sin más salió de despacho escuchando el timbre mientras bajaba las escaleras y reuniendo todo su valor, su ego y demás, fue a abrirla.
-Hinata, Naruto, bienvenidos- una falsa pero ensayada sonrisa les dio la bienvenida, mientras que su mirada y la del rubio que entraba se gritaban desesperadamente en un anhelo que jamás se cumpliría.
La feliz pareja avanzo al interior vislumbrando a Sakura y caminando hacia ella, las jóvenes en su clara felicidad no se dieron cuenta del sutil susurro de que proporcionaban sus “fieles” esposos.
-mañana?-pregunto Naruto de forma casual.
-durante el entrenamiento- contesto el azabache dirigiéndose ahora también donde estaba su esposa. No sabia que le dolía mas, el hecho de que hubiera perdido la posibilidad de pasar el resto de su vida con Naruto o el hecho de que lo tuviera en esporádicos momentos sin que fuera del todo suyo y que al parecer no le importaba al rubio.
Llevaban años engañando a sus esposas, años de haber entendido que lo que sentían no era una “simple amistad” y se escondían de todos para permitirse expresarlo por un par de horas. Sufriendo internamente cuando se veían con sus respectivas parejas sin poder reclamar nada, sin mostrar al mundo de quien eran en realidad. Pero mostrándoselo a ellos mismos sutilmente en cada pequeño acto a escondidas, en cada riña fingida para un mortal cercanía, y en cenas como estas con cada mirada lujuriosa o como acababa de hacer Sasuke en cada pequeño rose de manos al caminar juntos.
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