Hay leyendas que quedan en el olvido. Memorias escritas en cuadernos raídos por el tiempo. Sueños perdidos en la inmensidad de la noche.
Hay leyendas que se convierten en pesadilla.
Naruto lo ve, con el sello de Orochimaru refulgiendo en su cuello. Hace tanto que no le ha visto que casi había olvidado el color de sus ojos -casi, porque lo cierto es que no le ha olvidado un solo segundo-.
Sasuke está de pié, frente a él, imponente. El poder palpita a su alrededor. Por sus ojos pasa un recuerdo, escrito a fuego en su piel, y tiembla. Y su mente le transporta a una escena que creyó olvidar...
-¿Sasuke? -corres desesperado, buscándole.
Oyes el murmullo de las hojas y miras hacia arriba. Lo ves, recostado sobre la rama, durmiendo. Te quedas quieto un momento, y suspiras. Pensabas que se había ido.
Cuando vas a girar para irte, notas algo detrás de ti, giras. Te mira con sus profundos ojos oscuros. El tiempo se detiene. Suspiras.
-¿Qué quieres? -su voz profunda te asusta, en mitad de la noche. Un escalofrío te recorre la espalda antes de sonreír y hablar.
-Nada especial. He tenido un mal sueño y... ¡Dattebayo! No sé porqué te estoy contando esto... Olvídalo. -Vas a irte. Quieres. Tienes que hacerlo. Pero simplemente, le miras. En su rostro sin sentimientos se atisba la duda.
-Dobe...-susurra. Podrías odiar esa palabra... si no te encantase oírla en su boca.
-¿Qué haces aquí? -piensas. Sólo que escapa de tu mente y se escurre por tus labios. Te ha oído.
-Entrenando
-¿Cómo? ¿De noche? ¿Con los ojos cerrados? ¿Piensas que soy tonto?
Él se mueve. Te saca de tu ensoñación. Susurra tu nombre, y te derrites. No, no sientas eso. No tiembles de emoción. No sientas amor. Él traicionó tu confianza.
Él también te abandonó.
-Dobe... allá tú -simplemente. Nada más. Eso es todo lo que tiene para ofrecerte.
La nada.
El odio, el resentimiento, la venganza, han llenado su ser. Ya no hay nada que hacer. Simplemente ha cerrado su corazón. ¿Y quién va a culparle? Él no lo escogió. Se lo impusieron.
Itachi.
Lo odias en tu mente. Y casi lo pronuncias, su nombre lleno de veneno y odio. Pero te contienes al ver que Sasuke no sabe qué hacer. Te mira expectante, con ojos de noche. Vacíos. Paras de pensar.
-Entrenaré contigo -dices.
-Estoy meditando.
-Pues luchemos, Sasuke. -y muestras una sonrisa pícara, cálida.
Él sonríe de lado, irónico.
-Adelante.
No hace nada. No titubea, no se mueve. Sientes la sangre hervir en tus venas, ¿Acaso se ha olvidado? De aquella noche... de ti. De lo que le dijiste. ¿Acaso ha olvidado lo que te prometió? ¿Qué le habría hecho Orochimaru?
-¿Por qué no me mataste?, ¿por qué no rompiste nuestro vínculo? -Él recuerda algo. Tú esperas.
-No quería darle el gusto a Itachi. No pienso seguir sus pasos -Algo dentro de ti cruje, se rompe. ¿Sólo por eso?
El Sharingan se deja ver en sus ojos. Tu realizas el kage bunshin no jutsu. Estás nervioso, hay algo distinto en el ambiente, cierta tensión. Como si algo fuera a cambiar el curso de vuestra historia.
Él ataca primero, pero te defiendes. Te mosqueas: No ha puesto ni el cincuenta por ciento de su fuerza en ese ataque. ¿Te está tomando el pelo? Murmuras por lo bajo, pero coges unos kunais y se los lanzas. Los esquiva. Vas a realizar una técnica pero de repente él está tras de ti, con un kunai en tu cuello.
-Basta. No quiero luchar -¿Sasuke rindiéndose?
-¿Eso le dirás a tu hermano? ¿Que no quieres luchar? -intentas herirle, hacer que se increpe.
No lo consigues.
-Olvídalo. -y te empuja. Caes de bruces, y para cuando te levantas, Sasuke está recostado, como al principio. Meditando.
-Kuso... -subes junto a él. Le das una patada en la pierna -floja, no pretendes herirle-. Qué raro. Te ignora. -¿Qué te pasa conmigo? ¡Ya no me tratas como antes!
-Hng...
-¿¡Qué ocurre!? -gritas. Él te sigue sin escuchar.
-Para -te espeta.
Le agarras del cuello de la camiseta, lo levantas, aproximas tu cara y le murmuras entre dientes que no te vuelva la mirada, que no te ignore, que no haga como si no estuvieras ahí.
Y te besa.
Va a matarte. Ves sus intenciones, con una claridad que asusta. Asumes la verdad: No lo recuerda, y de hacerlo, no significó lo mismo que para ti. No fue nada para él. El tiempo -la venganza-, la distancia -Orochimaru- y la fuerza de su odio -Itachi- han hecho de Sasuke lo que ves.
Nada.
-Sasuke...
-Voy a darte muerte, romperé el vínculo, porque me place... y porque puedo...
La espada se acerca por tu espalda sin que hagas nada por evitarlo. Ya nada tiene sentido, porque tu mundo -Sasuke- ha desaparecido ante tus narices.
No hay nada más que hacer.
Rendirte.
¿Rendirse? ¡Nunca! Lo prometiste...
Y tú le besas a él, con mucha furia -y torpeza-. El deseo pica en tus labios, en la punta de tus dedos. Sientes que, de no besarle, te arrepentirás toda tu vida. Es besarle lo único que tiene sentido ahora. Siempre. Todo lo que necesitas, todo lo que quieres.
Y le arañas los brazos, y te presionas contra él. Tu piel quema y quieres que lo note. No te avergüenza que note que ese beso te está gustando demasiado.
Porque él está igual que tú.
Su piel arde contra la tuya, como si tuviera el don de competir incluso con eso; Su respiración quema tus labios, sus gemidos te animan a seguir. Te tironea del pelo, pero no sientes dolor alguno. Sólo sientes lujuria, pasión, deseo. La sangre se acumula en tus mejillas, tu piel más sensible que nunca. Tu cuerpo más atento a los sentidos.
Menea su cadera contra la tuya. Una corriente eléctrica recorre tu columna, de arriba a abajo. Le clavas contra el árbol y te restriegas con él con fuerza, sin control.
Todo está fuera de control...
Le paras. Esquivas el golpe. Él te mira. Esperas ver asombro, quizá algo de admiración, pero no. En su mirada no hay nada. Está el vacío. Si no había conseguido dominar el Sharingan, estaba cerca de lograrlo: Su destino a un sólo paso.
Lucháis algunos segundos. Todos miran sin intervenir. La furia del zorro refulgiendo en tus entrañas. El poder desbordándose. Él usa el chidori. Tú el rasengan. (¿Siempre han de acabar así los combates con él? Te preguntas). No hay claro vencedor.
Aquella vez sí lo hubo.
Ganó la locura...
Es incorrecto. Pero se siente tan bien. Tu mano se cuela en sus calzoncillos. Notas el calor en tu mano, las palpitaciones. Gimes bajito, a su oído. Tenerla en tu mano te ha puesto aún más duro.
-Si no quieres seguir, párame. Porque yo ya no puedo detenerme -le susurras. En respuesta, se balancea contra ti.
Y ahí todo se desborda, y es rápido, y sucio, y extremadamente bueno.
Él te baja los pantalones, tú le volteas. Se abre de piernas, tú tanteas con tus dedos. Gime con dolor, tú te hundes en él. En la carne que por tanto tiempo has querido poseer. Y embistes contra él, en el bosque, sólo se oyen gemidos apagados. Algún nombre susurrado.
Te corres dentro -no te ha dado tiempo de asumir que sí, te lo estás follando, cuando el orgasmo te golpea-. Y él aún no. Se gira para mirarte, sonrojado, pero no lo ves. Sólo puedes mirar la punta de su polla, goteando, sonrojada, apunto de explotar.
Te ha embrujado, piensas. Porque antes de darte cuenta estás de rodillas, lamiendo y chupando con ansia, en busca de un orgasmo que no tarda en llegar, llenando tu boca de su sabor. Te pones de pie, y le besas en la comisura del labio, con una sonrisa.
Él ensombrece su mirada.
-Sólo somos amigos.
-Sí -respondes, aturdido.
-No te rindas, Naruto. Serás Hokage algún día -te sonríe, más sinceramente que nunca.
Y se va.
Y tú te quedas ahí, asombrado. Esperando que vuelva para dejar de sentirte miserable.
Pero no vuelve y tú te marchas. Al día siguiente descubriste que se había ido, sí, pero de la aldea, para irse con Orochimaru. A cumplir su destino. Su venganza.
Te prometes que entrenarás duro, que crecerás. Para que se fije en ti, para que no te pierda de vista.
Y la promesa que haces, se la dices al viento
“No me rendiré nunca, Sasuke. Seré Hokage. Iré en tu búsqueda y te traeré de vuelta. A mi lado”.
Y el tiempo corrió. Y ahora...
Ahora Sasuke le miraba con odio. Su mirada, antes desprovista de toda emoción, está llena de una rabia inconcebible contra su persona. Y no entendía porqué. ¡Él debería estar enfadado, no Sasuke! Pero en vez de eso, se encuentra con que se ha quedado solo en mitad de la nada con Sakura.
-¿Y Sasuke, dónde está, Tebayo?
-Se ha ido -responde Sakura, con voz acongojada.
-¿Cuándo? -pregunta con sorpresa.
-Te hicieron un jutsu ilusorio. Mientras yo conseguía liberarte escapó.
-Kuso... -lleno de rabia, sueltas una maldición.
Se ha marchado, sin dejar constancia de nada. Algo como que le sigues importando, que sigue pensando en ti. Que aquella noche fue algo más que un calentón de adolescentes.
Que aún hay un vínculo entre los dos.
-Vamos, Sakura. Debemos seguir la misión. ¡A buscar a Sasuke! -respondes, con tu tono jovial de siempre, aunque estás roto por dentro.
Perdido en la estúpida sensación de que no has sido nada. Nunca.
-Quizá debemos... -ella titubea.
-¡No! -la irrumpes. No quieres dudar ni un sólo segundo. -Vamos a encontrarle y llevarle de vuelta a su lugar: A la aldea oculta de la Hoja.
Ella sonríe. Gracias a Naruto todavía mantiene la esperanza.
-Sí, vamos
Y echáis a andar. Sin prisa pero sin pausa. Persiguiendo vuestro destino: Ser el equipo siete, el mejor. Y, para ello, Sasuke no puede faltar.
Fin
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BONUS: El diario de Sasuke
Los bonus son regalos frustrados que no pudieron ir a más ^^
Título: Olvido
Fandom: Naruto
Pairing(s): SasuNaru
Resumen: Conseguirás olvidarme. Lo harás. Yo, mientras, seguiré mi venganza.
Rating: PG-13
Advertencias: No Spoilers. Palabras malsonantes. Posible nota de OoC. Juzguen.
Notas: Es una versión reducida del punto de vista de Sasuke sobre el relato anterior. Bastante distinto. Espero que te guste, ¡Feliz navidad!
Odio como me miras. Como me tratas. Crees conocerme y lo cierto es que no te acercas ni un poco. Cualquiera que diga conocerme no conoce más de lo que yo muestro. Que busco venganza, una venganza que está destrozando pedazo a pedazo mi humanidad. Que soy el único sobreviviente del Clan Uchiha junto a mi hermano, un traidor de la aldea. Que soy callado. Competitivo. Que no te soporto.
Pero las cosas no son tan simples, nunca lo son, ¿Verdad, Dobe? Tú, que tanto has querido saber sobre mí, sabes lo esencial: Que detrás de lo que muestro hay más, hay mucho más.
No busco una venganza para mi clan, ni siquiera para mis padres. Busco venganza para mis sentimientos, los que mi hermano destrozó, impidiendo el que pudiese albergar otro. Porque la persona que más admiraba traicionó lo que conocía, lo que sentía. Porque me llamó débil. Porque marcó en mí la semilla del odio. Y la única manera de marchitarla es matándole. No pido que me comprendas. Te prohíbo que me compadezcas. Tú tienes la misión de que todos olviden lo que albergas en tu interior. Yo la de liberarme de las cadenas que mi hermano me impuso.
El Clan murió, y no hay sobrevivientes que valgan. Yo no tengo de Uchiha más que la técnica y el apellido, un Clan es alma, es pasión, es el entendimiento. El legado más grande que te dejan no es el Sharingan. Es el sentimiento de hermandad, de protección. Itachi se lo llevó. Lo destrozó. Yo necesito recuperarlo para recuperarme a mí mismo.
No es exactamente que sea callado. Es simplemente que entreno mi mente. En silencio. Luchando contra la realidad que me golpea. Trato de controlar lo más peligroso: Los pensamientos que contengo. Que me confunden. Que me distraen.
Soy competitivo porque perder ante alguien que no sea Itachi quiere decir que nunca podré vencerle. Y no es una opción para mí el hacerlo. Se ha convertido en un deber. Mi obligación es no perder ante nadie. Seguir mi camino. Llegar a él. Y matarlo. Sin piedad. Necesite lo que necesite. Incluso aliarme con Orochimaru. Si él es la llave que necesito, no tengo miedo ni duda. La tomo.
Odiarte. Eso es absurdamente falso. Sólo odio a Itachi. Por ti... no siento nada. Esa es la palabra que me llena cuando pienso en ti. Nada. Y el mundo tiene sentido y a la vez no. Y ya qué importa. Me voy. No iba a dar explicaciones. No quiero dar razones. La cosas están así. Tú sigues tu camino. Yo el mío. Sin cruzarse. Sin embestirse.
Podrás olvidarme. Yo... conseguiré mi venganza...
SxN
He perdido ante Itachi. He perdido de vista la realidad por un segundo, creyendo que, de matarle, te defraudaría. Ha corrido tu imagen en mi mente justo en el momento en que iba a matar a mi hermano. Y no he podido.
Estoy desesperado. Mi objetivo se ve difuso en el horizonte. Ya no hay nada que me resulte interesante, que me de motivos para seguir. Mi cielo se ha oscurecido y ya no hay estrellas que me iluminen. Me siento estúpido, pero desde que me fui de Konoha tengo un vacío en mi interior que no puede ser llenado.
Quizás te hecho de menos...
SxN
No consigo olvidar aquella noche....
SxN
Hoy me has encontrado. He mirado en el abismo de tus ojos y me he perdido en los recuerdos. Lo he odiado, con toda la negrura de mi alma. El recordar cosas que no van a volver a pasar. Que no pueden volver a pasar.
He intentado matarte, pero no he podido. No me has detenido tú, simplemente no he podido hacerte daño. Te odio, Naruto. Haces que mi mundo pierda el norte, que mi destino se difunda en el horizonte.
Y sobre todo odio...
(Odio haber tenido que dejar de verte)
Fin