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In the distance por yaMii no0vaA

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Notas del capitulo:

¡Ohayo! Mi ha vuelto con un nuevo proyecto... -.- si, se que aún no termino mi otro fic pero no podía continuar si este proyecto abarcaba toda mi mente u_u y pues ahora digamos que soy... libre xDD


Dedicada a todas las fans de la Sleepless pair pero mi les tiene una mala noticia... No habrá final felíz -.- La verdad es que quería hacer sufrir un poquitín a Atobe.


Bueno sin más los personajes de PoT no me pertenecen.


¡ENJOY!

In the distance

Capítulo 1: Mi gran problema, una difícil desición.

Era un día normal como muchos otros durante el transcurso del ciclo escolar, se encontraban haciendo el entrenamiento matutino como ya era costumbre, uno que otro partido se efectuaba en las canchas protagonizado por los titulares del equipo de tenis masculino de la escuela para niños ricos. Los demás integrantes se dedicaban a hacer su entrenamiento básico y de preparación, en las altas gradas de la escuela se podía ver al capitán del equipo, el magnífico Atobe Keigo con un semblante serio, miraba atento los partidos pero de vez en cuando miraba hacia todos lados, como si estuviera buscando algo o más bien a alguien, y todo a causa de un castaño dormilón que no se había aparecido por ahí.

-Kabaji…- el peli-gris llamo a su fiel sirviente – necesitó que vayas a ver si Jiroh no se encuentra tirado por ahí…

-Usu- su típica respuesta se hizo escuchar.

-Y si lo encuentras, tráelo aunque sea en contra de su voluntad.

-Usu- seguido de esto se dio media vuelta y comenzó con su misión.

Sin más el mayor, se dirigió a las canchas y comenzó a entrenar junto a los demás, obviamente ganó el partido que jugó contra Shishido. Una vez concluido el entrenamiento él junto a los demás titulares se dirigieron a los vestidores para ducharse y después dirigirse a clases, cuando el líder salió del vestidor vio que su grandulón amigo llegaba sin nada.

-Entonces… No lo encontraste.

-Usu…-

-Bueno, le regañaré al rato- y sin más esquivó al menor y siguió con su camino, durante éste iba ideando su forma de reprimir al menor por no haber asistido al entrenamiento, cuando al fin estuvo frente a la puerta de su salón, corrió ésta y entró fijándose primeramente en el lugar favorito del chico dormilón para encontrarse con una muy decepcionante respuesta…nada.

Las clases siguieron su curso sin embargo al parecer el chico de azulados ojos estaba más distraído pensando en que le habrá ocurrido al bello durmiente que poniendo atención a la clase… hasta que al fin le cayó el veinte… ¿Por qué el gran Ore-sama se encontraba tan preocupado por un pequeño niñato como el castaño..? Bueno él no tenía la respuesta, pero basta de estar pensando en estupideces de seguro solamente se le hizo tarde, si seguro, se le hizo muy tarde… eso era lo que el gran Atobe Keigo-sama pensaba en esos momentos, sin saber lo que le esperaba al día siguiente.

*****

-¿Por qué lo hiciste?- las lágrimas recorrían dolorosamente su  rostro, se encontraba arrodillado frente a un hombre más grande que él.

-Porque no tenía opción hijo…- aquel hombre se puso a su altura y miro aquella cabecilla castaña para después posar su mano en ésta y comenzar a acariciarla – Entiende que es por tu bien Jiroh…- el menor se apartó bruscamente de su padre, se puso de pie y pegó sus brazos a su cuerpo en forma de enojo.

-¡MIENTES!- Nunca, pero nunca en los quince años que había pasado junto con su hijo, definitivamente nunca le había visto tan enojado, tan desesperado, en su vida le había levantado la voz, a él, su propio padre- ¡LO HICISTE PORQUE TE CONVIENE! ¡NUNCA PENSASTE EN MÍ, EN MIS SENTIMIENTOS!-

-Jiroh…escucha…- trató de tranquilizarle sin obtener resultado alguno.

-¡No, ahora escúchame tú! ¡No pienso hacerlo, cueste lo que cueste no pienso hacerlo!- el chico se dio media vuelta dispuesto a salir corriendo de ahí pero una fuerte mano le tomó el brazo y lo volteó bruscamente para después recibir una muy fuerte bofetada de parte de su progenitor, no hizo más que quedarse estático y comenzar a llorar en silencio, por primera vez en su vida le habían golpeado.

-¡Escucha jovencito, eres mi hijo y mientras estés bajo este techo harás lo que te diga! ¡Te casarás con ese hombre así sea a la fuerza!- le gritaba mientras le volvía a abofetear una, dos, tres veces más.

-¡BASTA KEICHIRO! ¡BASTA!- la pobre madre de Jiroh que había visto todo, no pudo más e interfirió en la discusión- Ya déjalo… ya no lo golpees más… por favor para…- la madre lloraba desconsoladamente aferrada al cuerpo de Jiroh que yacía en el piso, de su labio salía sangre tenía los ojos cerrados y apretaba fuertemente la mano de su madre.

Desde las escaleras de la casa, era testigo la hermanita menor de Jiroh, Kimiko, la pequeña miraba horrorizada la escena mientras lloraba desesperadamente para que todo terminara, como lamentaba que su hermano mayor no estuviera allí para defender a su querido hermanito.

-Haz lo que quieras mujer… pero este jovencito se casa con el hijo de mi jefe, sea como sea…- el hombre tomó su abrigo y salió de la casa dando un gran portazo.

-Jiroh… mi niño Jiroh…despierta- la madre acariciaba suavemente el rostro de Jiroh cuidando de no lastimare. Kimiko bajo a toda prisa de las escaleras y fue a donde su madre se encontraba sollozando, se acercó a su hermanito y se dejó caer en su pecho para después llorar descontroladamente.

-M-Ma…má… K-Kimi…chan ya no lloren…- débilmente pronunció el castaño para después reincorporarse y sentarse bien en el suelo, aun las lágrimas no cesaban, el dolor no era lo que lo ponía así, si no la arrogancia de su padre del haber hecho algo contra su voluntad era lo que más le dolía, el que no pensara en él antes de haber hecho un trato.

-Kimi-chan… trae el botiquín del baño…- la madre de Jiroh se seco las lágrimas y le ordenó casi en susurro, la pequeña no hizo más que obedecer e ir rápidamente al baño por el botiquín de primeros auxilios

-Ven hijo… vamos al sillón…- la señora le ayudó a ponerse en pie y lo llevó hasta el sillón, sentía sus piernas muy débiles así que sin más remedio tuvo que apoyarse en su madre.

Pronto la pequeña llegó con el botiquín y su madre se dedicó a tratarle la herida que tenía en el labio, ¿Qué había hecho para merecer semejante cosa? ¿Dónde quedo el amor paternal? Él siempre había sido cariñoso con su padre y su padre con él, ¿Por qué ahora parecía que le interesaba su propio bien que el de su hijo?

Ya pasado un tiempo, la madre de Jiroh les explicó toda la situación a sus hijos.

-Jiroh, Kimiko… les diré porque ahora tu padre ha estado tan diferente… La empresa de tu padre ha tenido muchas complicaciones, y estuvo a punto de irse a la quiebra, el temor de tu padre siempre ha sido que sus negocios fracasen y que nosotros suframos las consecuencias después de todo tu padre siempre nos ha dado  lo mejor, pero esta vez dedujo que no habría salvación, y sin embargo el señor Fournier, uno de los socios de tu padre le ofreció su ayuda a cambio de una condición, que su hijo contrajera matrimonio con alguno de ustedes, ya que para que el hijo del señor Fournier pudiera tener algunos privilegios que le eran convenientes necesitaba contraer matrimonio.-

-¿Cuándo sucedió todo esto mamá? ¿Desde cuándo mi padre comenzó a tener problemas con la empresa?

-Desde hace dos meses, pero no quería preocuparlos, por eso mantuvo todo esto en secreto mientras el tomaba la decisión correcta.

-¿Y crees que el obligarme a contraer matrimonio con alguien que no conozco sea lo correcto?-

-Jiroh… entiende, no había otra opción o era esto o era quedarnos en la calle.

-Hermano…

-Lo siento madre… pero yo nunca me casaré con alguien que no conozco…-

-Hijo, sólo quiero que recuerdes algo que tu padre siempre te ha inculcado… “por mi familia…- se detuvo para poder darle la oportunidad a Jiroh de terminar la frase.

-“…lo que sea”.-  medito un poco y sin decir nada más, le dio las gracias a su madre por haberle curado y subió hacia su habitación en busca de su adorado mundo de los sueños, se acostaba de lado, boca arriba, boca abajo, del otro lado, de todas las maneras que él conocía y sin embargo no consiguió conciliar el sueño, se rindió y se levanto para después dirigirse hacia el sillón que se encontraba frente a su ventanal, tomo una oveja de peluche que le había sido regalada el día de su cumpleaños y se dedico simplemente a ver el manto obscuro lleno de estrellas, la luz de la luna que en esos momentos se encontraba en lo más alto del cielo iluminaba gran parte de su habitación.

-¿Qué será de mi?- susurró por lo bajo sin apartar su vista de aquel hermoso cielo, de pronto escuchó como abrían la puerta de su casa y después de unos cuantos minutos, los pasos por el pasillo de la segunda planta retumbaban en la penumbra de aquel lugar, se quedo en silencio agudizando sus sentidos y así comprobar que era su padre, quien había regresado de una pequeña caminata nocturna.

Los pasos se acercaban cada vez más y más, y cuando pasaba frente a su puerta, sus pasos silenciaron dejando de nuevo el hogar en un profundo silencio, Jiroh se quedo ahí sin hacer o decir algo, estaba nervioso, ¿qué tal si su padre quería volver a golpearlo? La sola idea lo atemorizaba tanto que a la oveja se le comenzaban a salir los ojos por el fuerte abrazo que el chico le estaba regalando.

Toc, toc, toc (T: ¬¬ ¡Que efectos! Me sorprendes… N: >.< URUSE!)

Jiroh se quedo pasmado, ¿Qué debía hacer? ¿Cómo debía reaccionar? ¿Qué diría? La voz de su padre lo saco bruscamente de sus pensamientos.

-Jiroh… ¿aún estás despierto?- La voz de Keichiro sonaba más relajada, como siempre -¿puedo pasar?- el castaño se quedo pensativo unos segundos, la mejor forma de arreglar las cosas era hablando, sin violencia ni gritos.

-Padre…- susurró para después enfocar su mirada en la puerta y ver como su padre asomaba su cabeza –Pasa…- le dijo y Keichiro entró por completo a su habitación para después sentarse a un lado del pequeño castaño

-Hijo yo…-

-Papá yo…- los dos hablaron al unisonó.

-Tú primero…- una vez más sus voces chocaron.

-Hijo escucha…- Jiroh se quedo en silencio mirando los ojos castaños de su padre. – Siento mucho el haberte golpeado, me desespere y perdí la razón, sabes que yo te amo mucho pero necesito que entiendas algo… Yo te comprometí por el bien de la familia, no pienses en mi ni en ti… piensa en tu madre, en Kimiko y en Kenji, es por el bien de ellos- el castaño bajo la mirada y se quedo pensando una vez más, su padre tenía razón no era por ellos si no por el resto de la familia, Kenji, su hermano mayor después de haberse casado entró a trabajar en la empresa de su padre y su pequeño sobrino nació. ¿Qué les sucedería a su hermano y a toda su familia si la empresa quiebra? ¿Cómo lograra su familia salir adelante? Y en ese momento le cayó el veinte, o era él y su amor o su familia y su felicidad.

-Papá…  ahora comprendo que fui egoísta, en lo único que pensé en ese momento fue en mí y en nadie más… pero te entiendo, no quiero que la familia sufra por mi egoísmo y todo tu esfuerzo se vaya a la basura…-

-Jiroh… yo entenderé si no aceptas el casarte con aquel chico… buscaré una forma de salir adelante… yo…- calló al instante en que sus ojos se posaron en las orbes castañas del menor.

-Lo hare, padre…-

-¿Qué?-

-Lo hare… me casare con ese chico… “por mi familia… lo que sea”- terminaron la frase al unísono.

-Gracias…- el mayor posó su mano en la mejilla del pequeño para acercarse y darle un cariñoso beso en la frente, ambos se abrazaron y después su padre se retiro de la habitación, Jiroh volvió a su cama y mirando a la luna se dio cuenta de que había hecho lo mejor, de alguna manera sentía que su vida no sería tan mala al lado de otra persona que no fuera su grandioso capitán.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado, aunque mil disculpas si fui muy cruel con nuestro dormilón favorito, dudas, quejas, sugerencias, ¿amenazas? en RR por favor n_n espero  poder actualizar cada semana y terminar el otro fic de una vez xDD ¡Las quiero mucho! ¡Cuidense! Bye-bye.

~Besos~


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