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L'Inverno por alechan

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Notas del fanfic:

Intente por todos los medios >.< espero te agrade Ja-chan!!! T quiero mucho…nunca lo olvides…¿combinado?...Feliz Cumpleaños n.n

Notas del capitulo: Ps solo cabe destacar que la descripción de las primeras tres estaciones no son mías…Internet ayudó mucho xDDD
Disfrútenlo n.n
Gracias Shin…
Gallinita T-T

L'Inverno

Y llegó el invierno…y con ello te fuiste tú.

-Tezuka… ¿Qué te hace sentir el Invierno?-

Desconcertante, abrumante, confusa…en ese momento compartido no esperabas tal pregunta. Así era tu amigo, tan impredecible…tan libre y juguetón como el viento…nunca supiste porque en ese instante no respondiste, te quedaste callado…solo te limitaste a sonreír internamente. No era el momento para hacérselo saber, no porque no quisieras soltar al viento esas palabras, sino porque aun no lo sabías con exactitud, aun no sabias que era lo que quería transmitir en esa frase. O tal ves sí sabias perfectamente a lo que se refería…pero…así como sonaba el cuarto concierto de Vivaldi…así como el…así eras. Tan frío y profundo, tan sublime.

Eran frías noches de enero en las cuales dos amantes clásicos disfrutaban solos con el silencio…solamente con la única pasión que llevaba a sucumbir sus cuerpos…solamente con el frío invierno.

Vivaldi, el Invierno y tú…

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Habían pasado seis desolados años desde aquel fatal accidente, recuerdas, que exactamente un año después de esa pregunta sin respuesta, habías citado al sonriente castaño para verse, para conversar, para engalanarte con su sonrisa…de su calor. Recuerdas como aquella tarde de invierno en el cual el astro solar anunciaba su máximo esplendor sentías una enorme emoción, jamás expresada y aunque no lo supieras… jamás transmitida. Eran pocas veces en las cuales se reunían, tú estudiabas en la Real Academia de Música, en Londres, mientras el de mirada azulina asistía al Conservatorio Nacional Superior de Música y de Danza de París. Mientras tú buscabas ser un gran violinista tu contraparte hacia arte con la danza clásica.

El tenía talento, ambos lo tenían, eran aclamados como dos jóvenes genios en sus ramas…pero a pesar de los calificativos, no te sentías completo…aun no hallabas la verdadera pasión de tu música…aun no encontrabas la calidez que te hiciera renacer en medio de la tempestad… el calor que mitigara aquel frío que te envolvía.

Después de un año de no verse, solo llamarse, habías comprendido que era lo que hacía falta a tu vida…siempre lo tuviste ahí…más tu propias emociones no se habían dado cuenta, ¿O es que nunca lo quisiste ver?...Y entonces ahí te encontrabas, nervioso, sintiendo tu corazón latir como sino hubiera mañana, sintiendo que sino salía te explotaba…llevando solo un abrigo que calara el frío…en tu mano un papel...y en tu corazón una declaración…

Minutos pasaban…y el corazón desbordaba.

Empezabas a preocuparte, el castaño no era de impuntualidades…te había dicho que llegaría y tu creías. Decidiste entretenerte pisando la blanca nieve…tan blanca como él. El parque al cual habías acudido no era muy transitado, no querías interrupciones, al castaño le había encantado la idea de encontrarse…eso al menos te llenaba de esperanza, te regocijaba como cual sinfonía de Tchaikovsky. Veías automóviles pasar, la poca gente que caminaba escapando del frío helado, sonreías…ellos nunca entenderían el verdadero sentimiento del invierno. Estabas por llamarle, ya era una hora de retraso y eso lejos de molestarte te angustiaba. De pronto, una brisa fresca te hizo alzar la cabeza…

Y allí estaba…

Tan sonriente como desde siempre…

Al otro lado de la cera…

Saludándote con los parpados cerrados…

Tan divinamente radiante…

Hipnotizante…

Y tu corazón empezó a bombear rápidamente…y tus mejillas se colorearon de un tono carmesí.

Y quisiste que el tiempo se detuviera para así contemplar la verdadera belleza.

Levantaste tu mano en señal de saludo, le sonreíste…como nunca lo habías hecho, sintiendo  que con ese gesto le transmitías tu verdadera razón. Deseaste correr en ese momento…correr y estrecharlo entre tus brazos, decirle cuánto lo habías extrañado, decirle que al fin podrías responder aquella pregunta…que hace un año te había hecho…querías tomar tu corazón en tu mano, y entregárselo…solo para él..Que él supiera la causa de ese hielo que se derretía. Que supiera porqué tu corazón latía. No corriste, solo te aventuraste a caminar…solo unos metros más te separaban del destino, de lo inevitable. El tampoco se quedó atrás…empezó a caminar hacia ti con sutileza, destilando esa esencia divina…ese olor a vainilla…no existía nada mas que ustedes dos…ansiaban el reencuentro…ahí te diste cuenta que querías compartir tu ser, tu alma, corazón…cuerpo. Querías entregarte a él…y que su sola presencia dispersara el enorme frío en el que te habías convertido. Cruzaba la calle, solo unos pasos más…y era como estar en el infierno y en la gloria, ahí estaba, la persona que hacía que la música recorriera por tus venas, que te estremecía, que con solo un mirar, una suave palabra hacía emerger la bestia inalcanzable que hacía del violín un mágico instrumento…estridente, pero tan atrayente. Notabas en él la alegría pura… Te volvió a sonreír, y cuando estabas por cruzar la calle el corazón se detuvo…

Tus sentidos te habían abandonado…

No pudiste gritar, solo observaste.

Ahí tirado…ahí estaba él…cubierto de sangre.

Convulsionando.

Sus ojos te miraban…te reclamaban…

¿Por qué no lo evitaste?

¿Por qué no lo salvaste?

¿Por qué no corriste para ayudarlo? 

Entonces su sonrisa se apagó…

Y el frío invierno te lo arrebató.

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Un accidente de coche había sucedido en las calles parisinas hace ya casi seis años, fue todo un suceso revolucionario en cada rincón de Francia. Una muerte fue lo que dejó aquel lamentable invierno. La pérdida de aquél estudiante prodigio de danza, que a pesar de ser tan joven ya su nombre era conocido en todo el viejo continente…Fuji Syusuke, “El encantador de París”. Dicen que su talento duerme en Venecia, Italia.

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Tezuka Kunimitsu, sólo su nombre provocaba sentimientos encontrados a la vez, gran violinista de renombre, el mejor de todos sus tiempos, nadie se le comparaba. Nadie interpretaba y hacía música como él. Muchos decían que desde que estaba en la Real Academia había dejado de sentir…era como si hubiera vendido su alma al demonio. Ese mirar de hielo infundía respeto pero a la vez mostraba vacío. Su música era bestialmente atrayente…no se sentía ángel, no se sentía demonio. Muchos cuestionaban su manera de tocar, pero nadie negaba su enorme talento. Tocaba cuando quería, componía cuando lo creía conveniente, hablaba no más de lo prudente…ya no sentía. Se dedicaba solo a lo carnal, a gozar de sus amantes…Decían que buscaba a su musa por el mundo, en cada ciudad, en cada amante. Todo era erróneo…él ya no lo buscaba…él ya no amaba.

Haces unos meses, en una presentación que tuvo en Sao Paulo, le preguntaron acerca de sus obras, de sus interpretaciones. Pero fue más que nada, aquella reportera que lo hizo parar en seco. ¿Por qué precisamente le hacía esa pregunta? Se detuvo a contemplarla y analizarla…por un momento vio aquellos ojos reflejados en ella. No contestó a su pregunta y se dirigió rumbo al hotel. Más tarde, se encontró con ella…él puso sus condiciones…ella entendió el convenio. Una noche y la respuesta se la daría.

El único invierno que disfruto es éste, quien se presenta en el sonido de un noble violín. Porque, lo que es el invierno real, sólo me hace sentir saudade, entre otras cosas.

Habían sido palabras del violinista.

No supo porque se las había dicho.

Sólo que había recordado algo…

Partió de aquél país y volvió a tierras londinenses.

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Meses habían pasado de aquella presentación. En éste momento disfrutaba de su soledad en su casa en las afueras de Londres. La semana que viene viajaría a Venecia para participar en “Il prete rosso”…festival en conmemoración a la música de Antonio Lucio Vivaldi. Ese sería su próximo concierto y también el último. Su manager, Atobe Keigo, se había opuesto a la decisión del violinista. Conocía tanto al compositor como para saber cual era la verdadera razón tras aquella mirada, por algo era su mejor amigo. Así que había preparado todo para la última actuación de “La bestia del staccato”.

Sólo era cuestión de tiempo…

Los días pasaron, todo estaba listo. Sólo faltaban tres días para el concierto. Tomaría ese avión y llegaría a dar su concierto en esa ciudad…Keigo ya le esperaba allá. Quería permanecer el menor tiempo posible en Italia. Francia e Italia estaban prohibidas para él. Pero ya que se quería retirar, que mejor lugar que Venecia, dónde dormía aquél ser que tanto amó. Tristeza…lo embargó. Escuchaba aquél concierto de Vivaldi, escuchaba Invierno….escuchaba el Allegro non molto, ese movimiento que tanto le hacía recordar. Suspiraba…quería borrar todo, quería deshacerse de su patética vida…quería olvidarlo…quería alcanzarlo.

Se disponía a subir al avión, de repente su teléfono empezó a sonar. Colgó. No estaba para escuchar los escándalos de Keigo por teléfono, suficiente tendría con soportarlo en Venecia. Iba a apagar el celular, cuando de nuevo volvió a entrar la llamada del mismo número…Momento…ese número no era de Atobe. Contestó.

-Diga…- silencio.

-Si eres tú Atobe déjame decirte que ya mismo…- interrupción.

-Tezuka-kun…- Se quedó callado…esa voz la conocía. Estaba paralizado. ¿Por qué aquella mujer le estaba hablando?... ¿Por qué su corazón empezó a latir como hace años que no lo hacía? Tragó en seco. No entendía porque ahora…Sólo quería olvidar.

-¿Qué deseas?- Pero para eso tendría que pasar la dura prueba del destino.

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L'Invierno…último concierto del Cimento dell'Armonia e dell'invenzione. Sólo faltaban detalles para su gran concierto, tendría que ser especial. Algo en él se sentía diferente. Atobe lo notó más no quiso preguntar el ¿Por qué? Estaba batallando en esa parte, justamente la parte que mas disfrutaba con él…Ya habían pasado dos días desde que llegó a Venecia, y no había descansado en practicar los conciertos. Mañana sería su gran día…mañana. El frío invierno empezaba a calmarse, lo sentía. Empezaba a derretirse.

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Las cuatro estaciones de Vivaldi era el tema principal.

El intérprete…Tezuka Kunimitsu. El más grande de los grandes.

El lugar. El Conservatorio Statale di  Musica "Benedetto Marcello"

Toda la belleza se encontraba reunida ahí, todos querían escuchar al violinista. Esperaban ansiosos a que la bestia saliera. Y deleitara con su más grande actuación. Se rumoreaba que sería la última del japonés criado en Londres. Y no se equivocaban. El telón era abierto…la escenografía estaba puesta…la Orquesta esperaba indicaciones…El público se quedó sin aliento…y el violinista apareció…Una fuerte ovación que se venía llegar inundó el recinto…inundó las bellas artes. Y entonces, el intérprete y compositor divisó el deseo anhelado. Sonrió.

Primer concierto… "La primavera" (Primavera)

Con un sonriente tema de tres compases la orquesta anuncia la llegada de la primavera. Eco de este tema. Aparición del solista acompañado por un par de violines que imitan el canto de los pájaros.

Segundo concierto… “"L'estate" (Verano)

Una lenta introducción describe el intenso calor del verano, de nuevo oímos el canto de las aves en el súbito allegro. Gran cantidad de insectos voladores revolotean huyendo de la tormenta, los rayos iluminan el cielo ambiente pleno de tempestad, descripción llena de virtuosismo por el solista.

Tercer concierto… "L'autunno" (Otoño)

La Danza está escrita en un compás de 4/4 en donde las figuras rítmicas son iguales para el solista como para toda la orquesta, el cambio rítmico del solista en arpegios de dobles corcheas describe a un borrachín que después de varias travesuras al fin se queda dormido.

Y finalmente el último concierto… "L'inverno" (Invierno)

Silencio…

Sonríes… le sonríes.

Lo enfocas…tan sublime como siempre.

Y de pronto evocas aquello que alguna vez dijiste…aquello que vienes sintiendo desde que se fue. 

Hablas…

-El único invierno que disfruto es éste, quien se presenta en el sonido de un noble violín. Porque, lo que es el invierno real, sólo me hace sentir saudade, entre otras cosas-

Y todo el recinto se queda callado.

-Este invierno será especial…- fijas tu mirada en la suya, el gran misterio esta por descubrirse- Alguna vez me preguntaste que me hacía sentir el Invierno…ahora puedo decir…lo que me hace sentir…aquí tienes tu respuesta-

Y llega el Invierno…

Allegro non molto

Mientras vas tocando el primer movimiento, abres el corazón. Y se te oye decir.

-Mi vida-

-Hasta hace seis años, Allegro non Molto era una canción terrible, no la podía siquiera escuchar. Terminaba llorando, porque, me recordaba muchas cosas terribles para mí; siempre que me pasaba algo que consideraba que me hacía mal, Allegro non Molto llegaba a mi cabeza, junto con la perdida de uno de mis seres queridos, y del hombre que más he amado en mi vida. El increcendo y el staccato del violín me aniquilaban. Sin embargo, hace seis años, y sin proponérmelo, Alegro non Molto es… hacer el amor. No entiendo aún como pasó, pero, aquella persona a la cual me entregué hizo que esa canción cambiara de sentido para mi; quizás también fue porque esa persona vivió tanto dolor como yo; Allegro non Molto es adrenalina, surrealismo. Allegro non Molto es mi vida. Me siento en cada nota, mi forma de sentir esta en cada picada, en cada increcendo, staccato. Cuando la escucho, mi cuerpo tiende a moverse, mis piernas comienzan a adherirse al compás del violín, y siento una adrenalina que me invade de pies a cabeza cuando estoy sola; y cuando estoy en pareja, viene a mi cabeza cuando estoy amándote. Todo en ese momento es surrealismo, siento mi vida al máximo, que realmente estoy vivo-

Largo

El segundo movimiento empieza

-El hombre que más he amado en mi vida-

-El invierno llama al calor por su frío, a reunirse por su crudeza climática; el invierno llama a estar en familia, a buscar el cariño de alguien especial. Y es allí del por qué no me gusta el invierno real: Me recuerda a que estoy sin ti, sin lo que para mí significaba una pequeña gran palabra: Amor. Sin embargo, este movimiento, me recuerda lo feliz que logré ser, y las razones por las cuales te admiro, de las veces en que cantabas para mí, que estuviste “codo a codo” conmigo; en que compartí a su lado y me regocijé en tus besos, abrazos y consentimientos. En este movimiento, es cuando más puedo demostrarte que Invierno, a mis ojos, es ambivalencia. Es saudade-

Allegro

Y finalmente…

-Es una melódica ayuda cuando necesito resolver la música-

-Me abre espacios, un camino hacia algo que me regocija, dentro de un cierto aire saudoso (melancólico); tranquilidad, que puedo caminar por bosques fértiles entre el cielo nublado, que puedo respirar hondo y ver el cielo para meditar, para encontrar un buen camino frente a algo que deba discutir y decidir o resolver. Me hace sonreír, el sonido del violín, al final porque en aquel minuto siento que he resuelto, y puedo sentirme libre, porque me doy cuenta que la melancolía, muchas veces, no es sinónimo de un intenso dolor, si no que es un espacio para recordar y poder resolver sin caer en el mismo error-

El tiempo se ha detenido…has dado el último veredicto. Al final lo has comprendido. Todo el recinto está callado, está sumergido en el universo que has creado. Dejas al compañero que estuvo contigo estos seis años, es momento de separarte de él, de tu violín. Bajas del estrado...con paso lento…pero no inseguro. Ahí está él…tan hermoso como aquella vez. Sentado en aquella silla de ruedas. Esos ojos…esa piel, sus cabellos y el olor a vainilla siguen en él. Pero, su sonrisa no adorna su rostro, te sonríes. Debe estar confundido. Es normal, acaba de despertar de ese letargo. Hace unos días recibiste una llamada de su hermana…no podías creer que hubiera despertado del coma en el cual lo dejó aquél accidente. Ahí estaba…tu Syusuke. Y llegas a él.

-Esto me pasa cuando escucho Invierno…Esto me hace sentir Invierno Fuji-

Lo abrazas tan fuerte…ya nada importa. Ya todo está bien. Él de alguna forma está contigo…sientes que derrama lagrimas amargas sobre ti. Lo estrechas más para que no se valla. Te separas de él y limpias sus lágrimas con tus manos. Ahora comenzarán una nueva vida…juntos.

-Disculpa…- después de tanto tiempo vuelves a escuchar su melodiosa voz… ¿Cuánto esperaste para volver a escucharla? Seguía siendo la misma de siempre…tan sutil, tan hermosa- ¿Quién eres?-

Y te sonríes…No te recuerda…pero no importa…El esta ahí…Ya tienes lo que necesitabas.

Por que él es el calor que el invierno necesitaba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ALLEGRO NON MOLTO

Para temblar de frio en la nieve helada,

En el aliento áspero de un viento horrible;

Correr, sellando los pies de alguien cada momento,

Nuestros dientes que charlan en el frío extremo.

LARGO

Antes del fuego para pasar días pacíficos,

Contentos mientras la lluvia fuera fluye abajo.

ALLEGRO

Pisamos el camino helado  despacio y cautelosamente,

Por miedo del paso ligero y la caída;

Entonces la vuelta bruscamente, el resbalón, el choque sobre la tierra

Y, la rebelión, se apresura a través del hielo,

No sea que esto se agriete.

Sentimos el curso de vientos del norte frio

Por las casas a pesar de las puertas cerradas y echadas con cerrojo…

Esto es el invierno, que sin embargo trae sus propios placeres.

 

 

 

 

Notas finales: Te gusto??
Les gusto??
Rew??
n.n

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