Hoy es el gran día.
No he podido dormir nada anoche, y eso sí que es inaudito. Por otra parte no me he caído de cama, ya mencioné que soy torpe. Y en sueños aun más; no hay día en que no termine el mejor de mis sueños en el piso, enredada entre tanta sábana, con un par de almohadas que amortiguan la caída.
Soy un manojo de nervios, miro la entrada a la universidad; de hoy depende tantas horas de estudio. Tantas amanecidas pegada a los libros. Debo ingresar, no importa como…se lo debo a una persona.
Me ha apoyado tanto en estos últimos meses, gracias a ella ahora sabia que nací para ser comunicadora. Aunque, eso es lo de menos. El tiempo juntas ha sido maravilloso, hemos pasado mil y un aventuras.
Como la vez que decidimos irnos a la playa por la tarde a ver la puesta del sol, y cuando debíamos ya regresar, se le ocurrió jugar en el agua…nos empapamos tanto, recordé ser niña con ella, la pasamos genial. Aunque luego en el trayecto de regreso, debimos quedarnos al último en el autobús, toda nuestra ropa goteaba…para la próxima llevare una toalla.
Cuando acabamos la academia nos fuimos a celebrar con todos nuestros amigos, he descubierto que no tengo mucha resistencia para el alcohol. Pobre Claudia me llevo a rastras a mi casa. Suerte que nunca me dejó. Prefirió irse conmigo en vez de quedarse con Gustavo, él ha estado muy interesado en ella, es el típico prospecto que le agrada a Claudia. Me gustó mucho cuando le dijo que primero estaba yo y después ya salir con él.
En mi borrachera no pude parar de reírme en su cara, desde ahí hemos perdido la amistad. No le gustó que me burlara.
Elegimos un relicario como señal de que seremos amigas por siempre, aunque nos tardamos mucho en la tienda buscando uno que tuviera la forma correcta, sólo había los de corazón.
Para mí es perfecto, ella dice que eso es para enamorados. Al final accedió a comprarlo a tanta insistencia mia.
Sólo eran necesarias las fotos para tener el relicario armadito, buscamos una de esas cabinas de fotos instantáneas.
Entramos y con mucha sorpresa de mi parte, comenzó a hacerme cosquillas, según Claudia, mi sonrisa no era demasiada linda. Y eso que llevaba puesto mi gorro de la suerte ese día. Al final logré sacar la mejor imagen de mi vida; gracias a que Claudia me dio un beso en la mejilla, cuando le pregunte el porqué, sólo atinó a decirme que le da mucha gracia cada vez que me sonrojo por cosas así.
Desde ese día llevo el relicario en mi cuello, mi hermana se ha dado cuenta del pequeño objeto. Y me ha estado fastidiando, para contarle quien es mi “galán”. Me pareció raro comentarle que era una promesa con mi mejor amiga, de que jamás nos distanciaríamos…así que mejor le dije que no era asunto suyo.
Miguel me propuso salir con él hace un mes, casi no termina de formular su pregunta cuando le interrumpí. Le pedí disculpas pero no sentía lo mismo por él, y sin querer le solté que salía con alguien…en cierta forma es cierto. Claudia y yo no podemos estar un día sin vernos, hablamos por móvil todas las horas que estamos separadas, y cuando ya es muy tarde le escribo mails a su correo electrónico.
Últimamente me he dado cuenta que es muy bella, sus ojos negros, la sonrisa radiante que forma con sus labios, enseñándome esos dientes tan parejos. He aprendido de ella que no debo tener miedo de mis acciones, si algo sale mal ¡que pena! y seguir adelante. A cometido no se cuantos errores por llevar ese estilo de vida mas dice que también se a llevado muy buenas sorpresas.
Ahora estoy aquí, a punto de cruzar la línea que marcara mi futuro. Inundo de aire mis pulmones, me animo internamente a tener mentalidad positiva. Ella esta esperándome al otro lado, las dos daremos el examen de ingreso. Y pobre que no aprobemos…me voy inclusive contra el rector de la universidad…jajaja.
Claudia, espérame.
Creí que después de responder todo el bendito examen mis nervios estarían mejor, fallé. Me mata la incertidumbre de no saber hasta la noche los resultados. Claudia me dijo que no se acordó un par de preguntas de historia, esta preocupada, la conforto con un abrazo. Se siente bien estar tan estrechas. Me tranquiliza.
He llamado a casa para avisar que junto con Claudia vamos a acampar en la entrada de la universidad. Debemos ser las primeras en enterarnos si ingresamos. Tenía planeado pasar ese tiempo las dos solas pero es un montón de gente de nuestra edad, la cual también esperaba ansiosa por los resultados.
Aun estoy pasmada por el comentario de Claudia, esta chica es tan audaz y no le importa el que dirán. Hace un rato un par de chicos se acercaron con el afán de conversar y tal vez que de la emoción de ingresar acabemos como pareja. Ilusos. La manera como Claudita los corrió fue tan gracioso. Me abrazó con fuerza, dejándome escasos centímetros de su rostro, aspire todo el olor de su cabello. Utilizando un tono de lo más coqueto les respondió que no le iban los chicos y me presentó como su novia. Jajajjaa…pobres muchachos, parecía que se evaporaron del lugar.
Me gustó mucho saber que por lo menos para ellos dos, La chica de cabello azabache y yo, somos más que amigas.
Estos días he estado pensando en Claudia mas que lo usual, siento que la palabra amistad es muy corta para los sentimientos que se han formado en mi. Antes de comenzar el examen me prometí que si ingresamos, la invitaría a una cita. Para confesarle todo lo que me hace sentir. Ahora el destino tiene el poder…Y si el destino quiere detenerme, que se prepare. ¡Yo no voy a perder!
Han sacado los paneles con los nombres de los ingresantes, los están colgando en la puerta de entrada…somos una turba de adolescentes corriendo en dirección de las ansiadas listas.
Buscó como loca mi nombre, vamos, vamos no quiero pasarme seis meses estudiando nuevamente para el examen. Además, si Claudia ingresa y yo no. ¿Qué haré?
¡Ahí!...CRIS MIRA….MI NOMBRE – grita Claudia. Olvidándome de seguir en busca de mi nombre en las listas – ¡INGRESE!
Le regalo una sonrisa rápida, después ya la abrazaría, saltaríamos tan alto, nos reiríamos hasta que nos duela el estomago y le daría un beso de la emoción…ups…rectificación, esa parte todavía.
Todo escondido, en el lado izquierdo, esta mi nombre y apellidos junto al letrero INGRESASTE.
Ahora que el destino esta de mi parte, voy a sus brazos a llorar de la emoción contenida; estudiare con ella los próximos cinco años de mi vida…la pasaremos de lo mejor. Y en cuanto llegue a casa empezaré a planear la cita.
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