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Sinneseindruk por apos

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Notas del fanfic:

 

Jojo… hace siglos que actualicé mi primer ff Tokio Hotelero y aquí me vengo con el segundo. Estoy muy emocionada porque los que he leído en la pág tienen una calidad excelente y he amado a la mayoría, especialmente los escritos de lyra y millah, razón por la que deseo que sean parte de las lectoras de este fic (^^)

Notas del capitulo:

 

Este fic está dedicado a mi pequeña kouhai allessa de la que he estado distanciada mucho tiempo y pues porque le había prometido un ff de TH con lemon juju (*_*)… ojo que yo no se de drogas y la que sale en mi historia la inventé así que si a alguien le suena de algo parecido es de pura chiripa jaja.

 

 

Sinneseindruk

**(Sensación)**

 

Sensación> "Impresión que se recibe por medio de los sentidos"... "Sentimiento"... "Percepción"...

 

Sentimiento> "Hecho y resultado de sentir"... "Afecto"... "Emoción"... "Pasión"...

 

¿Sentir? Si, eso... sentía, él sentía.

 

Cada vez que lo miraba, que realmente apreciaba tal belleza fantástica; su rostro tan angelical y facciones delicadas, sus ojos brillosos y su boquita tan tierna... él sentía. Sentía como su corazón galopaba apresurado y todos sus sentidos flaqueaban. Por más que intentara su mente siempre era absorbida por todo lo que representaba su hermano, por Bill.

 

Y aquella vez era excepcionalmente especial, porque no podía controlar su cuerpo ni predecir sus propios movimientos. Simplemente el estímulo visual era demasiado. Ver como su hermano menor se cambiaba de ropa una y otra vez buscando una combinación perfecta para esa noche lo ponía muy "entusiasmado".

 

"Pasión"... si, le hacía sentir, y mucha.

 

El rubio no apartaba los ojos de Bill grabándose cada curva, cada línea, cada lunar, cada centímetro de piel. Incluso cada expresión corporal que éste pudiera hacer le incitaba a acariciar su piercing con la punta de su alocada lengua. El pelinegro por su lado batallaba contra su vestimenta; cada vez que se ponía una muda de ropa se acercaba al espejo y después, con cara de asco, se sacaba todo de nuevo para volver a empezar con otro estilo. Su cabello caía largo y liso sin ese look salvaje que siempre mostraba al público, su cara no estaba pintada y no tenía encima ningún accesorio, eso venía para el final.

 

Por eso Tom podía verlo como realmente era... hermoso. Podría ser afeminado, sumamente infantil, parecer muy chica, pintorrearse y peinarse como loco pero Bill era Bill... sin importar la apariencia que exteriorizara él lo conocía de sobra, y así como era estaba bien. "Estaba bien..." ¿Sólo eso? ¿Eso era lo único que definía su atracción por el pelinegro? No era posible.

 

Él sentía... sentía algo muy grande por su hermano, algo tan confuso y que a la vez lo llenaba, un sentimiento que se intensificaba con una mirada de Bill, con su voz, con su sola presencia y hasta de sólo pensar en él. Pero el mayor no podía precisar el nombre correcto de aquello que englobara ese sin fin de emociones.

 

"Podría ser..." Su profunda meditación fue interrumpida por el aterrizaje inesperado de una gran bota de cuero cortesía por mano de Bill.

 

Luego de las palabras censurada que salieron de su bella boquita se llevó una mano a la cabeza, que fue la zona que recibió el impacto, y de donde se sacó con algo de sorpresa un bóxer blanco que no reconoció como suyo. Asumió que pertenecía a su igual y que había ido a parar a tal lugar como primer intento por llamar su atención.

 

-¿Ya regresaste de tu harem imaginario?

 

-Joder, Billa... eso dolió- le reprochó inflando los labios.

 

-Y es que se me ha ido la vida tratando que me mires, ¡sabes que no me gusta que me ignores!- le agregó drama a la escena entristeciendo sus facciones.

 

"De qué te quejas si llevo estas dos malditas horas sin despegarte los ojos de encima, hasta se me durmió el culo".

 

El rubio trató de adoptar una mejor posición pensando que tal vez ya se le había borrado la raya del culo cuando un condenado calambre que le subió a los muslos le obligó a permanecer en el lugar.

 

-¡Thomas!- se quejó el moreno dando un pisotón en el piso con unos pesados y extravagantes botines de tacón nada amigable.

 

-Entonces estábamos...- trató de rebobinar.

 

-¡Que cómo me veo!

 

Era el colmo lo rápido que el de rastas perdía la atención, era pensar en mujeres tetudas con unas minifaldas que tapaban lo mismo que un cinturón y enseguida desconectarse de su entorno sin ningún esfuerzo antes de lo que lleva deletrear su nombre. A veces envidiaba ese "don" pero ahora no era el momento, ¡joder, que su imagen era de los más importante!

 

Apenas fue ver Bill como su gemelo giraba la vista hacia su figura con un deje de atención para que éste siquiera despegara los labios y estar cambiándose nuevamente con una cara de completa angustia.

 

-¡Gracias por valorar mi opinión!- ironizó el gemelo mayor alzando los hombros.

 

Tom se levantó esquivando las prendas que su otra mitad lanzaba desesperadamente para volver a liberar su cuerpo. El mayor se le acercó sin llamar la mínima atención hasta que pudo agarrar al más alto por detrás, envolviéndolo con las mangas de sus enormes ropas y deteniendo el ascenso de unos ajustados jeans. Bill puso sus manos sobre los brazos de Tom que se afianzaban en su pecho con la intención de soltarse pero su gemelo empezó a lamerle el cuello, la oreja y llegar a morderle suavemente la mejilla.

 

-Tom... ahora no- el cantante alejaba su rostro del alcance del otro pero éste se las ideaba para hacer de las suyas.

 

-No sé por qué te atormentas tanto si todo lo que te pongas te queda perfecto... pero sabes de sobra que me gustas mucho más cuando andas en cueros.

 

Ya sabía por donde se iban esas ramas y tal vez le gustaría seguir si no fuera porque debía alistarse en menos de media hora. Trató de reprochar que ambos tenían que estar presentables pronto si valoraban sus vidas y conocían los extenuantes sermones de David, que parecía una madrastra furiosa cuando no le hacían caso.

 

-Tom... vamos a matar al pobre David de un infarto-  el rubio parecía entretenido con sus cosas pero a través del espejo Bill podía ver que le estaba escuchando -Esta tarde le conté las doce canas que le salieron por haber hecho que el ómnibus se estacionara en una playa nudista-.

 

Los gemelos rieron por aquellos recuerdos. Jost tuvo que robarse una moto acuática para pescar literalmente a los G's.

 

Tom estuvo menos fogoso pero igual acariciando el pecho desnudo de su hermano sin intenciones de soltarlo, el menor disfrutaba de esos roces y con esa mirada intensa que le devolvía el espejo estaba cayendo en la tentación sin esfuerzo alguno. Con sus pies descalzos el de rastas jaló los jeans para que Bill sacara sus piernas de él, le besó el hombro e insinuó sus intenciones jaloneando el borde del bóxer de su gemelo.

 

-Está bien, pero échale seguro a la puerta- dijo el pelinegro ya sin forma de volver en razón.

 

El mayor sonrió satisfecho al ver como Bill caía rendido con tanta facilidad, fue a asegurar la puerta para que a ningún curioso se le antojara abrirla para apurarlos. Se fue quitando sus grandes ropas a medida que avanzaba hacia su gemelo, a la vez que recordaba como habían empezado esos candentes lapsus incestuosos.

 

Estaban en una de las tantas fiestas en las que asistían como grupo pero que en menos de un trago ya estaban en esquinas separadas. Extrañadamente, Tom no aceptaba invitación alguna de las tantas muchachas que se acercaron, limitándose solo a estar sentado con Bill vaciando vasos y vasos de licor ligero.

 

Solo estaban en la necesidad de recostar su cabeza en el hombro contrario y disfrutar de su silencio, entrelazando sus dedos y absorbiendo el olor del otro, pero en cierto momento les llegó la visita de uno de esos Yonkies (creo que así se escribe y hago referencia a los vendedores de drogas selectivos) que merodeaban por la fiesta. Se les ofreció a los gemelos la llamada "Liberación de los Sueños", un nombre muy tentativo pero que no les apetecía probar. Hace tiempo que ya no tomaban nada de eso y no querían provocar el comienzo de un sucio vicio.

 

A pesar de la negación de ambos y el seguro de que el producto no era dañino, fue solo sentir como un chispazo frente a sus narices y estar corriendo sobre las nubes. La droga les daba la libertad de hacer caso a sus deseos sin sentir la culpa de lo malo que podría ser aquello, liberando la mente del sentido común y dando rienda suelta a sus sueños más íntimos.

 

Lograron escabullirse con éxito en la primera habitación que consiguieron vacía para poder desatar todo su deseo. Al final Bill había podido sentir a su hermano dentro de su cuerpo como nunca supo que lo había deseado y Tom pudo hacerse de la primera vez de su gemelo como el mayor de sus morbos se lo había pedido.

 

Al final se sinceraron y pudieron aceptar que tarde o temprano, aún sin la intromisión de ayuda alguna terminarían de esa forma, asumiendo que su relación iba más allá de la hermandad pero sin poder definir realmente lo que estaban haciendo.

 

Por el camino del tiempo surgieron roces y besos casuales, caricias discretas y ambas bocas en lugares más atrevidos, pero era ahora que les surgió la oportunidad de repetir tal experiencia y les sorprendía lo fácil que fue ponerse de acuerdo para tirar en el camerino.

 

El rubio terminó de deshacerse de su gorra para aceptar los labios del cantante que se apresuraron a recibirlo... tocaban sus lenguas, se mordían y gemían a medida que aumentaba la excitación. Con el sorpresivo brinco que dio Bill para aferrarse al cuerpo del guitarrista surgió un desnivel y terminó con la espalda pegada a su espejo, al cual agradecían fuera tan resistente aunque no tan suave. Tom pasó de esos adictivos labios a chupar su barbilla, lamer su rostro y meter esa lengua suya en la oreja del pelinegro, dejando luego que éste después de gemir se entretuviera con su cuello cosquilleándole la bolita de metal que Bill usaba en su lengua.

 

Mientras el deseo le nublaba la vista mantenía aún cargado al vocalista del grupo, recorriendo su espalda alta y alzando su largo cabello descubriendo aquel viejo tatuaje que simbolizaba su banda, y el cual se veía tan sexy reflejado en la blanca nuca de su hermano.

 

Lo bajó de su cuerpo y se colocó de rodillas al suelo al mismo tiempo que le baja la ropa interior hasta los tobillos. Delineó con su lengua el diseño de estrella tatuado en un lugar tan provocativo, pasando de largo la erección que casi se le pegaba al rostro dejándole como único castigo el calor de su aliento. Llevó esa misma lengua con la que había recorrido innumerables rincones de ese cuerpo hasta situarla en el apretado orificio atrapado entre las piernas del menor de los hermanos.

 

Bill gimió entrecortado con el brillo de sus ojos acompañando el extremo carmín de sus mejillas... Tom si sabía como usar ese resbaloso músculo. Apoyó un pie en el hombro del rubio para darle más libertad y sentir más profunda esa intromisión, hasta que anticipó las intenciones del mayor al elegir tres de sus dedos para una siguiente dilatación más efectiva. Lo separó de su cuerpo viendo como éste escondía esa lengua dentro de su boca para inclinarse a besarle con devoción y dejarle en claro sus ansias.

 

-Vamos a hacerlo ahora- le dijo terminando de sacarse la ropa interior con sus pies y andando hasta el sofá de tela negra que utilizaban para descansar... ahora le veían otro buen uso.

 

Acomodó el pecho en la acolchonada superficie esperando a que Tom terminara de sacarse lo que le quedaba de ropa y llegaba a ver como Bill recostaba la mitad de su cuerpo en el mueble, dejando su cabeza de lado al igual que acomodaba su melena con una mano para destapar su valioso tatuaje y como, con las rodillas en el piso y el trasero en alto, abría descaradamente ambas piernas esperándole.

 

-¿Quieres volver a sentir ese dolor?- le preguntó el mayor mordiéndose los labios por semejante vista y viendo la anterior negación de su hermano por una preparación más decente.

 

-Si, me encanta ese pequeño momento de sadomasoquismo- le confesó divertido el menor.

 

Y sus palabras eran ciertas, le gustaba ese instante en el que sentía desgarrarse por dentro. Ese punzante dolor que iba aminorándose, anticipando la llegada al ansiado éxtasis, ya que como creía que con el tiempo dejaría de sentirlo ¿para qué omitirlo? Era parte fundamental de su excitación.

 

Cerró sus castaños ojos cuando sintió al mayor arrodillarse detrás de él y enterró los dedos en el borde de las colchas del sofá cuando Tom le agarró de los hombros para poder tomar impulso, empezando a ver las llamas del infierno acariciando las nubes del cielo al ir su hermano entrando en su cuerpo con lujuria, arremetiéndole sin compasión alguna y descargando todo sus placeres salvajes en la carne del pelinegro.

 

Siguió embistiendo con más fuerza sabiendo que no le hacía daño a su gemelo pues le confesó que le gustaba algo rudo. La opresión en su hinchado miembro le estaba llevando casi a estallar, cubriendo sus pieles de sudor por el ejercicio sexual.

 

-Demonios...- maldijo Tom pegando su frente en la espalda de su hermano, concentrado en experimentar con ansias el próximo orgasmo.

 

-Haa... ah...- el moreno mantenía sus ojos cerrados centrado en disfrutar cada sensación que le brindaba su hermano.

 

Casi al final de todo los abrió, manteniendo un brillo especial en ellos y llevando un brazo hacia atrás atrajo por la nuca el rostro de Tom para hacerle besar sus labios muy profundamente. Estando ya completamente seguro de lo que iba a decir miró a su gemelo a los ojos mientras aún lo sentía moviéndose dentro suyo y con una suave sonrisa dejó salir sus palabras.

 

-Tommy... te amo mucho.

 

Los labios del guitarrista se abrieron pero sólo para liberar el agobiante gemido del éxtasis, llenando el interior de Bill hasta lo más profundo. Abrió sus ojos, sentía que debía corresponder esas palabras pero apenas y podía coordinar su cerebro con su cuerpo, mucho menos con su corazón. Se alzó para salir de su gemelo cuando un estresante toqueteo rompió el silencio de la habitación.

 

-------

 

Esos jodidos coñitos parecía que lo hacían a propósito. Se disculpó con una mueca rara en el rostro para disimular el enorme hastío que les producía un par de niños de dieciocho años... definitivamente terminaría con úlceras.

 

El adulto se adentró a un pasillo silencioso casi por completo, donde apenas caminaba gente. Se apresuró a llegar a su destino y maldiciendo frente a esa puerta tocó sin ninguna consideración, luego trató de abrir pero la perilla no cedía así que optó por llamar a los gemelos.

 

-¡Kaulitz, dos mil niñas sin oficio les están esperando! Levanten ese culo hasta la tarima que ya los otros dos les están esperando- refiriéndose a Georg y Gustav.

 

-¡Chic...- iba a golpear otra vez cuando tuvo de frente a Tom quien fue a abrir la puerta, viendo David como al fondo se encontraba el cantante terminando de maquillar sus ojos -Tienen cinco minutos para estar debajo de las luces. No quiero venir a buscarlos con una correa para perros- y los dejó solos, extrañándole en el camino el curioso olor (olor a sexo incestuoso :3) que percibió en el camerino, más no le dio importancia.

 

-Eso estuvo de película- mencionó el de rastas por el tiempo record en el que se vistieron para recibir a David, viendo como Bill sonreía al espejo y se daba media vuelta para acariciar su trasero por encima de esos anti-circulantes pantalones de cuero negro.

 

-Vamos, ya nos toca- pasó por un lado de Tom dándole una traviesa nalgada para salir corriendo al escenario, dejando al rubio muy pensativo porque si de verdad a Bill se le ocurría estar así sobre la tarima... sin ropa interior... y alegrándole la vista, estaba seguro que terminaría violando su propia guitarra a mitad de la primera canción.

 

Cerró la puerta del camerino y trotó para seguir los pasos largos de su hermano, sonriendo al pensar en lo bien que se la pasaba al lado de Bill. Se sentía completo con su otra mitad.

 

-¡Ya estamos!- le anunció Bill a su productor cuando estuvo a su lado y divisando a Tom a pocos metros.

 

Su celular vibró en su chaqueta, recordándole que debía dejárselo a David para dar el concierto en paz, pero impresionándole el hecho de que recibiera un mensaje de Tom. Divisó las rastas agitarse ante el trote del guitarrista tomando su posición en la tarima cuando abrió el mensaje de texto... y ese fue el mejor concierto que dieron en su vida.

 

 

 

 

"Bill...

 

<3

 

Yo también te amo"

 

 

Amor> "Sentimiento que inclina el ánimo hacia alguien o algo"... "Cariño"... "Estimación"... "Persona amada"...

 

 

 

 

 

 

Ende.

Notas finales:

 

Estoy planeando con allessa un fic largo por petición de algunos, y tengo en mente una buena idea para otro ff aparte pero necesito la ayuda de otro cerebro pervertido, así que si alguien está interesad@ me avisa por un rr y nos pondremos de acuerdo para hacerle saber mi idea ;^D

 

Se me cuidan y danke por leer, sería de mi agrado que me dejaran sus coments.


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