Capítulo 11: La fiesta
La luz dorada hizo a Harry aparecerse en el salón, donde tropezó con las maletas de Draco pero sin el rubio por los alrededores. Lo llamó, lo buscó, pero no dio con él, Athem apareció al verlo histérico perdido y le contó su charla con él.
-¿Entonces, se ha ido?
-Se ha dejado aquí las maletas, no estoy seguro de que eso sea que se haya ido de verdad, ¿puede haber salido a dar una vuelta?
-Está en Malfoy Manor, pequeño hablador, pero no por voluntad propia.
-Explícate Salazar.
-Alguien llegó por la red flu y se lo llevó allí, no le vi la cara pero tenía un olor conocido, era un hombre joven, de tu edad.
-¿Sabrías decirme quién es?
-No, pero sí dónde percibí su olor, en tu piel, cuando me conociste.
-Te conocí a finales de curso, cuando ya estábamos con las clases, ¿en mi piel? ¿Y un hombre dices?
-Sí, joven amo.
-Puede ser Kyle. Intentaré llegar a la mansión- cogió un puñado de polvos y los echó a la chimenea.- ¡Malfoy Manor!- las llamas lo envolvieron pero salió disparado de ellas casi enseguida.- Hay una barrera que me repele, Kyle debe de estar ahí.
-¿Qué vas a hacer?
-Dejar que se confíe, solo me queda esperar a que llegue la ayuda del interior.
En Malfoy Manor todo amaneció tranquilo, el matrimonio llegó hacia media mañana, felices y descansados, pero se sorprendieron mucho al encontrar allí a su hijo para recibirlos, con cara de pena, los ojos desenfocados y la voz insensible.
-Bienvenidos a casa, padre, madre.
-¿Draco, hijo, qué haces aquí?
-He tenido una discusión con Potter- los mayores se miraron extrañados.
-Ven hijo, explícanoslo todo- dijo Narcisa llevándolo hacia el salón.
Por otro lado en la casa de Harry, el moreno intentaba explicar también lo que ocurría a sus padres, sin saber muy bien cómo comportarse ante la noticia que les iba a dar, finalmente cansado de tanto rodeo decidió ser lo más directo posible.
-A ver, yo y Draco salimos juntos desde hace una semana más o menos, lo quiero, lo amo con toda mi alma, pero ayer discutimos porque quería pasar tiempo a solas con vosotros, acepto mi parte de culpa en eso pero no pudimos hablar. Él iba a irse por la noche a su casa la cosa es que Athem le explicó todo, y parece que decidió quedarse pero alguien apareció por la red flu y se lo llevó a Malfoy Manor, estoy casi seguro de que es Kyle porque Salazar ha reconocido su olor. Tengo que traer a Draco aquí, pero estando Kyle allí es muy posible que controle la casa entera de algún modo y sepa si entro, de momento yo no puedo entrar, por eso necesito ayuda de los Malfoy.
-¿Estás seguro de lo que dices Harry?
-Si no es él, puede ser cualquier otro y eso puede resultar aún más peligroso porque no lo conocemos, si pudiera entrar en la casa para comprobarlo estaría perfecto pero necesito ayuda del interior porque hay una barrera que me lo impide.
-Es una buena idea.
-Confío en que Narcisa siga teniéndome cariño y quiera que nos juntemos, pero dado que Draco no ha intentado volver hay algo que se lo impide, en tal caso, habrá que rezar para que se den cuenta de que algo no va bien.
-Estoy seguro de que podremos solucionarlo- lo reconfortó Remus en ese momento sonó el timbre y Sirius se apresuró a abrir. Por el pasillo de entrada llegó Narcisa con el ceño fruncido y cara de pocos amigos.- Narcisa.
-Harry, tienes muchas explicaciones que darme.
-Sí, señora. La cosa es que salimos juntos, tuvimos una pelea porque creí que estaría bien que disfrutáramos un poco de nuestras respectivas familias antes de vivir definitivamente juntos pero...
-No, no, no, eso no, ya me sé lo de la pelea y entendí lo que querías, ¿quiero saber como es que mi hijo está haciéndose la victima con un imperius sobre él y tú no has hecho nada para impedirlo?
-Así que es una imperius, Cissy, siéntate, tengo mucho que contarte- la rubia obedeció y el resto hizo lo mismo.- ¿Recuerdas tu primera visita?
-Sí.
-Bien, mi estado era por un compañero de clase de Draco, Kyle, me hizo creer que me quería y luego de que dejara a Ginny por él, él me puso los cuernos con ella, por eso yo estaba así cuando viniste. El problema es que todo eso trajo miles de problemas con los Weasley, todos menos Ginny y Ron estaban en contra de Kyle, Ginny ya no era aceptada en la familia y eso trajo problemas con Ron que todavía estoy intentando solucionar. Hace poco robaron todos los fondos de los Weasley pero cuando se dio cuenta de que yo no lo seguía para atraparlo dejó a Ginny colgada con el dinero y él desapareció. Imagino que ha debido de estar por las cercanías para espiarme y saber porqué tenía otros intereses mejores que tomar venganza de él cuando tenía oportunidad. Visto que Draco es la persona más importante para mí decidiría secuestrarlo y ponerlo en mi contra, por eso anoche lo secuestro mientras Draco se decidía entre quedarse o irse. Yo quería dejarle tiempo y espacio para pensar y tranquilizarse tras la pelea y por eso no llegué a tiempo, es un error que nunca más me permitiré cometer.
-Entiendo, ¿y dónde está ahora ese Kyle?
-En tu mansión, no estoy seguro de donde pero en un lugar al que nadie más que Draco pueda entrar.
-Su habitación, los elfos me han dicho que lleva allí encerrado desde que llegó. ¿Qué crees que va a hacer?
-¿Puede que humillarme en publico utilizándolo? ¿La cosa es, cuándo?
-Hace poco Lucius hizo el anuncio de que daríamos una fiesta para anunciar las novedades en la empresa, como sois amigos de la familia tal vez piense que os invitaríamos.
-Muy posible, pero hay algo que me ofende en sobremanera.
-¿El qué?
-Que me crea tan estúpido como para caer en una trampa así.
-Teniendo en cuenta que tras la guerra se te veía débil en todos los sentidos, puede que creyera que eres así siempre, y como después de eso tampoco pareciste mejorar... Es posible que te crea un imbécil con mucha magia y poca cabeza.
-Definitivamente ofensivo.
-Bien, de eso nos encargaremos después, ¿pero qué vamos a hacer?
-¿Estás segura de que era una imperius?
-Sí, después de todos estos años sé distinguir las señales, pero no sé romperlas desde fuera si no lo hace el mismo que lo ha convocado.
-Hay que encontrar su punto débil, debo entrar en la casa, hay una barrera en la red flu que me lo impide.
-Tampoco se puede llegar aquí desde allí, intenté mandaros algo porque sospechaba y me rebotó.
-Quiero descubrir si él está realmente en la mansión, además no puedo ser visto porque puede que esté controlándola de algún modo.
-¿Cómo sabes eso?
-Yo lo haría, ¿tú no?
-Cierto, en territorio enemigo y sin salidas lo mejor es ver y que no te vean, ¿puede que él también sea invisible?
-Es muy posible, ¿Moony, Pathfoot, podríais hacer un Mapa del Merodeador de Malfoy Manor?
-¿Mapa del Merodeador?
-Es un mapa de todo Hogwarts donde aparecen todos los que están en el castillo, vendría bien uno de Malfoy Manor.
-Requiere mucho tiempo, y no tenemos de eso, así que la única solución es alterar el original durante un tiempo limitado.
-Está bien, ¿cuándo entraré en la casa?
-Esta noche, vente en escoba, dejaré el balcón de mi habitación abierto y ponte un hechizo desilusionador para que puedas andar con tranquilidad por la casa. Alteraré las protecciones de la casa para que puedas pasar, pero sólo puedes entrar y salir por mi habitación.
-De acuerdo, deberías volver por si sospechase, mantendremos la fachada de la pelea, haz como si quisieras convencer a Draco de que arreglemos las cosas, no veo forma de que puedas pero así tendré excusa para presentarme en la fiesta, le haremos creer que todo va según él ha planeado.
-No es muy Slytherin que digamos.
-Puede tener un as en la manga, pero creo que su obsesión lo ha cegado y no ve lo evidente que es su plan, veremos qué ocurre mientras avanzan los hechos.
-Está bien, volveré a casa, Lucius también ve que hay algo mal y sabrá que no debe preguntarme, no tendremos muchos problemas- se levantó, besó en la mejilla a cada uno de los hombres y salió por la puerta.
Todos quedaron en silencio pensando qué hacer, Fausto apareció con un fogonazo en la mesa del comedor sacándolos de sus pensamientos. Harry tomó la carta y la leyó, sonrió tristemente y soltó una risa irónica.
-¿Algún problema?
-La carta es de Hermy, dice que han informado al ministerio de haber visto a Kyle por el pueblo de al lado, lo habían puesto en busca y captura y alguien ha debido verlo.
-Tal y como pensabas, ha estado espiándoos.
-Debí haber mantenido las barreras más fuertes, craso error.
-No pensaste que iría a espiarte, no tiene lógica que después haberte dejado de esa forma quisiera algo de ti.
-La mente humana es incomprensible.
Harry miró el mapa antes de entrar por el balcón, Lucius y Narcisa estaban en la biblioteca, Draco en su habitación y Kyle escuchando la conversación de Narcisa y Lucius. Optó por ir cuanto antes a la habitación del Slytherin y encontrar la forma de sacarlo del imperius. Lo encontró durmiendo, sin expresión en el rostro y la respiración pausada, extendió el mapa delante de sí para mantener a Kyle vigilado mientras él se encargaba de Draco.
-Legemerens- susurró apuntando al rubio. Enseguida se vio dentro de su mente, totalmente negra y sin luz, movió la varita para despejar la oscuridad pero sólo pudo abrir un pequeño agujero que volvió a cerrarse enseguida.- Draco, recuérdame- pidió, la oscuridad empezó a dispersarse pero para dejar al descubierto todas sus peleas.- Más allá Draco, recuerda el Infamando, tu bautizo, Lucifer, recuérdame como quien te ama- susurró, Draco puso mala cara cuando los recuerdos empezaron a aparecer y el hechizo echó con fuerza a Harry de su mente dándole tiempo a ver antes de eso cómo se abría una brecha en la oscuridad.- Volveré por ti, no voy a dejarte por nada del mundo, mi amor.
Recogió todo y salió en silencio de la habitación, se dirigió hacia la de los Malfoy pero Kyle venía hacia él de frente, se pegó a la pared y mirando el mapa esperó a que pasara sin que notara su presencia. Una serie de ondas y curvaturas extrañas en el aire lo delató mientras andaba. Lo siguió con la mirada hasta que llegó a la habitación de Draco y se encerró allí tumbándose junto al rubio, a punto estuvo Harry de volver para darle la paliza de su vida, pero optó por aguantarse para no complicar las cosas y poner a Draco en peligro. Siguió su camino hasta la habitación de Lucius y Narcisa que ya dormían en la cama y salió volando con la escoba.
Por la mañana explicó todo a sus padres y a Narcisa cuando pasó con la excusa de que había ido de compras. La fiesta sería el fin de semana y todo estaba siendo preparado ya, les mandarían la invitación e irían los cuatro, Harry con la excusa de pedir el perdón del menor de los Malfoy. Llegado el día de la fiesta los cuatro se presentaron con la invitación y los elegantes trajes de etiqueta, enseguida el plan se puso en marcha. Narcisa llevó a Harry a una sala a parte para que pudiera estar con Draco a solas y "hablaran" para intentar solucionar las cosas. Cuando el rubio llegó el Gryffindor apenas tenía palabras para él, el traje blanco le sentaba como un guante y le daba un efecto de luz propia tan hermoso que Harry creyó haber muerto y llegado al cielo por tal ángel.
-¿Qué quieres Potter?
-Arreglar las cosas contigo, Draco.
-No tienes permiso para utilizar mi nombre.
-Lo tengo, tuyo además, escúchame, por favor.
-No tenemos nada de que hablar.
-Sí que lo tenemos, fui un imbécil, pero te quiero.
-Me quieres lejos.
-No es cierto, quiero que disfrutes de tu familia antes de que formemos una nueva, tu y yo, los dos juntos, para siempre.
-¡Mientes!
-No, yo te quiero de verdad, la mentira está en tu cabeza, es Kyle influyéndote con la imperdonable, lucha contra él, por favor- se acercó para rozarle la mejilla.
-¡No me toques!- el hechizo mandó a Harry por los aires hasta la sala principal atravesando puertas de cristal. Draco fue tras él varita en mano dispuesto a lanzarle más.- Mientes, siempre me has mentido, ¡siempre me has querido lejos!
-¡No! Te quiero conmigo, a mi lado.
-¡Mentira!- otro hechizo dio contra él haciéndolo sangrar de la cabeza y la boca por el golpe.
-¡Draco Malfoy, escúchame! ¡Te quiero! ¡Te amo! ¡Créelo! ¡Lo sabes, lo sabes muy bien además pero no quieres creerlo! ¡Tú has estado a mi lado en mis momentos difíciles, yo también quiero estar contigo en los tuyos! ¡RECUÉRDAME!
-¡No! ¡Basta! ¡BASTA YA! ¡Cru...!
-Adelante, hazlo, no dejaré de quererte por eso, porque sé que no eres tú.
-¡NO!- la varita calló a la vez que el Slytherin se ponía de rodillas sujetándose la cabeza.- ¡No! ¡Basta ya! ¡No quiero hacerle daño! ¡Jamás, le haría daño!
-Niñato insolente- le recriminó alguien a su lado cogiendo la varita del suelo.
-Kyle.
-Harry, volvemos a vernos, no pensé que serías capaz de deshacer un imperius desde fuera y sin magia, me has sorprendido.
-No debería, soy el niño que vivió y venció, soy capaz de mucho más, pero me pillaste en mal momento.
-Ya veo, ¿pero qué vas a hacer ahora para salvar a tu querido Draco?- preguntó burlón cogiendo al rubio por el pelo y levantándolo para poner la varita apuntando a su cuello, Harry fue a acercarse pero Kyle negó.- Ni se te ocurra, si tú te mueves, él muere, y lo mismo va para el resto de invitados, señores Malfoy.
-¿Qué quieres?
-A ti, ven conmigo, déjalo, quiéreme como me querías antes ¿por qué dejaste de quererme?
-Tú nunca lo hiciste, él siempre lo ha hecho- Draco abrió los ojos con esfuerzo y miró seriamente a Harry. El moreno sentía la determinación, la furia y la fuerza del Slytherin llegando a él, era un claro mensaje para él.- Nunca iré contigo, no estando él dispuesto a quererme como lo quiero yo.
-Si no lo haces morirá, ¿no piensas protegerlo?
-Él no necesita que lo proteja, aunque siempre me tendrá dispuesto por si acaso- en ese momento Draco brilló en dorado y Kyle salió volando unos pocos metros atrás perdiendo la varita en el proceso. Lucius la recogió y se la entregó a su hijo que la levantó dispuesto a hacerle pagar todos los golpes de Harry.- Cielo, déjame esto a mí, por favor, Cissy, ¿una sala privada por favor?
-Sígueme- el Gryffindor cogió a Kyle del cuello y la camisa y lo llevó a rastras tras Narcisa.
Cuando Harry volvió el traje volvía a estar en perfecto estado, las heridas ya estaban cicatrizando y tenía una sonrisa de oreja a oreja llena de satisfacción. Abrazó con cariño a Draco antes de decirle a Lucius que llamara a San Mugo para que se llevaran a su invitado no deseado cuanto antes. Cuando se fue volvió a abrazar a Draco como si fuera a desaparecer de un momento a otro.
-No puedo estar sin ti, por favor, no me dejes nunca.
-Nunca, yo tampoco puedo, te he echado mucho de menos, pero el hechizo no me dejaba saber por qué.
-Lo sé.
-¿Estuviste la otra noche? Soñé que entrabas en mi mente.
-Sí, estuve, quería saber cómo podría romper el hechizo.
-¿Te has vengado de él?
-En el vocabulario de los leones no existe la palabra venganza ni ninguno de sus derivados.
-¿Entonces qué has hecho con él?
-Ajustar cuentas, estará ingresado mucho tiempo, no preguntes más.
-De acuerdo, pero a cambio de que tú hagas algo más.
-¿El qué?
-Bésame.
-Oído cocina- junto sus labios con dulzura rodeándole la cintura con los brazos.