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Family por licherni

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Notas del capitulo:

bueno aki el epilogo ke prometi, espero ke os guste mucho y muchas gracias a todos por estar ahi


kisses

Epílogo:

 

Alguien lo zarandeó con suavidad para despertarlo, él hizo caso omiso y se dio la vuelta, pero ese alguien insistía, ¿o era otra persona diferente? Sirius Black hizo caso omiso de las presencias que querían interrumpir su sueño y siguió agarrado a la almohada. En el mundo de la realidad Remus Lupin y Severus Snape miraban a su esposo con caras de resignación, ambos chasquearon los dedos para hacer aparecer un cubo de agua fría que calló sobre Pathfoot y finalmente lo despertó.

-¡Joder! ¡Qué fría está! ¿No había forma más delicada?

-Sí, pero no funcionaban- respondió Sev.- Levanta, hoy es el día, Cissy y Lucius acaban de llamar por red Flu, todo está listo.

-¡¿Qué?! ¡¿Es hoy?!

-Sí, vamos vístete, tenemos que terminar la comida y llevar a los chicos allí- dijo Moony sacándole la ropa del armario mientras el pocionista secaba a Black y las sábanas.

 

Una vez vestido Sirius bajó a la cocina y empezó a desayunar mientras ayudaba a golpes de varita a limpiar los cacharros sucios que iba dejando Lupin y los secaba. Snape llegó con una cesta y un pequeño paquete envuelto, dejó el paquete en la mesa al lado del merodeador y empezó a meter la comida ordenadamente en la cesta. Pathfoot se llevó un cucharazo de Remus cuando intentó coger el paquete y ver qué había dentro.

-¡Auch! ¡Que duele!

-Lo sé, por eso lo he hecho.

-Chucho, el paquete no se abre, me ha costado mucho dejarlo perfecto.

-Los Slytherin siempre tan perfectos, y los Malfoy aún más.

-Sabes que es parte de nuestro encanto de serpiente, y no te metas con mi ahijado que te llevas otro cucharazo de mi parte.

-Sí, mi amor- lo besó en los labios con una sonrisa divertida.- ¿Puedo ir yo a por los chicos?

-No puedes decirles nada, es una sorpresa, así que nada de estropear todo nuestro trabajo.

-No confiáis en que pueda hacerlo- les recriminó.

-No es cierto, solo creemos que tu encantadora sonrisa te delata cuando tienes buenas noticias y eres tan bueno que no puedes dejar pasar la oportunidad de dar felicidad a los demás- respondió Moony.

-¿De verdad?

-De verdad- y ambos lo besaron.

-¡CHACHI! ¡Voy a por ellos, y no diré nada, os espero allí!- y contento como unas castañuelas salió de la casa y se desapareció.

-¿Quién dice chachi hoy en día?- preguntó Snape.

-Creo que sólo él, os quiero.

-Yo también a vosotros- tomó su mano y la besó.- Terminemos con esto, Keacher está ayudando a Molly.

-Es un elfo bastante inoportuno.

-Lo sé, a los chicos les pasó algo así ¿verdad?

-Sí, algo nos contaron, lo que no me explico es qué película estaban viendo para acabar los dos en la cama.

-Creo que una de las que tiene Sirius.

-¡Oh, Merlín! ¿Crees que fue...?

-Espero que no, ¡qué vergüenza!

-No sé cómo nos convenció para eso- el licano negó indicando que él tampoco.

Sirius llegó al portal del edificio donde ambos chicos tenían su piso, habían decidido irse a vivir juntos para tener más intimidad ellos y sus padrinos cuando terminaron las vacaciones de verano. Aún así solían pasarse todos los fines de semana por la casa para comer con ellos y pasar la tarde conversando, las visitas se turnaban con las de Malfoy Manor cada fin de semana, así desde hacía dos años. La convivencia entre ellos resultó agradable y equilibrada aunque solían tener alguna pequeña discusión que se arreglaba por la noche. Y ya que habían superado la prueba de la convivencia hacía un mes habían anunciado que pensaban casarse.

-Todo sucedió hace un par de noches- les contaron.- Harry volvía de San Mugo un par de horas más tarde por una emergencia de última hora y yo lo esperaba sentado en el sofá y con la cena fría en la mesa. Justo ese día uno de mis empleados me había pedido ayuda para encontrar un hueco este mes que viene para sus vacaciones porque se iba de viaje de novios y nadie podía, así que me ofrecí a ayudarlo e intentar cambiar las mías.

-Pero para eso tenía que preguntarme a mí si no podría cambiar yo las mías y me llamó al trabajo.

-Lo hablamos y conseguimos arreglarlo todo, pero yo no dejaba de pensar en lo bonito que sería irnos de luna de miel, y cuando llegó Harry, se sentó a mi lado y me regaló el anillo- les había enseñado un anillo de plata con esmeraldas.

-Lo había estado sintiendo todo el día, y yo también quería que nos casáramos, así que se lo pedí humildemente, y él aceptó, estoy harto de ver en las invitaciones Sr. Potter y compañía o Sr. Malfoy y acompañantes, me gustaría que de una vez por todas fuéramos Sr. Potter Malfoy o Malfoy Potter, que todos sepan que es mío y no lo soltaré nunca, jamás.

 

Las felicitaciones no se hicieron esperar y los preparativos tampoco, Narcisa estaba entusiasmada, igual que las mujeres Weasley, Ginebra había hecho las paces con Harry y su familia y era de las que más entusiasmadas estaban. Sirius tocó al timbre y fue Harry quien le abrió, con la camisa a medio abrochar y las gafas torcidas.

-Sirius, nos has pillado cambiándonos, enseguida estamos.

-¡¿Quién es Harry?!

-¡Pathfoot, viene a recogernos! Pasa, papá- se apartó de la puerta y volvió a la habitación.- ¿Dónde vamos a comer?

-Es un restaurante nuevo, os va a encantar, la comida es casi como hecha en casa.

-Pareces emocionado, tío- comentó Draco saliendo ya preparado.

-No es nada, sólo que tuve buena noche, nada más.

-Lo entiendo- le sonrió cómplice y se sentó a su lado.- ¿Harry, te falta mucho?

-Mis zapatos.

-En el armario, la primera fila, el segundo par, te quedarán genial.

-Vale, gracias- a los dos minutos salió totalmente listo.- Ya estoy, ¿nos vamos?

-Por supuesto.

 

Sirius los hizo aparecerse frente a un descampado donde los esperaban Severus y Remus, estaban en una carretera rural frente a un extenso valle con un bosque detrás. Los menores los miraron extrañados.

-¿No íbamos a un restaurante?

-Más o menos.

-Buen trabajo cielo- le dijeron ambos mayores.

-Explicaciones, por favor- pidió Harry cruzado de brazos.

-Queríamos daros un regalo- les dieron el paquete.- Abridlo- Draco cogió el paquete y le quitó el papel, dentro de una cajita de joyería había un par de llaves, cada una con su llavero y las iniciales de ambos, en cuanto tocó las llaves abrió los ojos de par en par.

-¡Oh, dios mío!

-¿Qué pasa?- en respuesta le dio una de las llaves y entonces Harry lo vio, una preciosa villa, con su jardín al frente, el mismo estilo que la casa de sus padres y la cúpula de brillantes colores arriba.- ¡Oh Merlín! ¡Es... es...!

-Fantástica, ¿es nuestra?

-Toda ella, pasad a verla- los invitó Severus. Ambos se dirigieron a la casa, Draco fue quien abrió la puerta. La entrada les era muy conocida y al fondo se veía la cristalera del salón-comedor con el patio y la piscina, se acercaron para verlo mejor.

-¡Sorpresa!- toda la familia estaba allí, los Weasley, los Malfoy, Blaise y Pansy, Theo y Nev, Seamus, Dean, Luna, y con Ron y Hermione su pequeña hija Rose.- ¡Bienvenidos a casa chicos!

-Gracias, muchas gracias, es genial.

-Maravillosa, pero no era necesario, estábamos bien...

-Lo sabemos- lo interrumpió Narcisa.- Hijo, sabemos que estabais muy a gusto en vuestro piso pero queríamos que tuvierais una casa a vuestra altura, sabemos que os encanta la casa de tu tío y pensamos que no habría mejor regalo de boda que este, así, cuando queráis aumentar la familia tendréis sitio de sobra.

-Además Athem y Salazar tendrán mucho más espacio para ellos.

-Muchísimas gracias, a todos, de verdad, sois una gran familia.

-Lo sabemos, y ahora todos a comer.


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