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Family por licherni

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Notas del capitulo:

gracias a todos por los reviews, me alegro de ke os guste


os dejo con uno nuevo


Kisses

Capítulo 6: B.F.F.

 

Habían pasado un par de días del funeral y todo había vuelto a la normalidad, Harry volvía sonreír como siempre y a su vez el sol brillaba en todo su esplendor. Draco empezó a ser consciente de cuánto los había unido aquél triste suceso de días antes y seguía sin asumir del todo el tener tanto cariño y confianza con el que fuera uno de sus más odiados contrincantes, si alguien se lo hubiera dicho hace más o menos un mes no lo habría creído.

 

Ya era tarde y él y Harry se habían quedado solos en casa para toda la noche, el trío tenía una cena de antiguos alumnos y se había ido hace poco. Mientras él tocaba una nueva pieza de Harry el moreno, transformado en su forma animaga de una hermosa pantera negra y de ojos verdes, jugaba en el patio con Athem. Aquella mañana casi le da un infarto a Draco al bajar a desayunar y ver a Sirius con su forma de perro pareciendo ser atacado por una pantera mientras que los dos mayores no hacían nada para evitarlo. Harry se estuvo riendo de él durante un rato pero al darse cuenta de que no había hecho tanta gracia como pensaba se disculpó totalmente arrepentido. Draco sonrió al recordar cómo el Golden Boy había sacado a relucir su arma secreta de carita de cachorro abandonado, cortesía de Sirius Black al estilo Potter.

 

Paró de tocar al oír una nota que no era la que tenía que sonar y entonces oyó el timbre que sonaba insistentemente. Se acercó a abrir mientras el moreno lo seguía curioso con la mirada y volvía a tomar su forma original. Al abrir la puerta se encontró con una Hermione Granger bañada en lágrimas, totalmente despeinada e inconsolable que lo miró extrañada.

-¿Malfoy?

-¿Granger? ¿Qué te ha pasado?

-¿Está Harry?- preguntó en un sollozo.

-Sí, sí, claro, pasa- la cogió con delicadeza de la mano para hacerla pasar y cerrar la puerta tras ella.

-¿Quién es Draco?

-Granger, creo que está mal- Harry corrió hasta ellos y Hermione soltó la mano de Draco para abrazarse a su amigo.

-¡Harry! ¡Oh, Harry! ¿Por qué? ¿Qué he hecho yo mal? ¿Tan malo es querer una familia? No es justo, no lo es- sollozó dejándose caer en el suelo totalmente derrotada.

 

Entre Harry y Draco levantaron a la morena del suelo y la acomodaron en uno de los sofás para que se tranquilizase un poco. El moreno le acarició el pelo con suavidad intentando que ello la ayudara un poco, el Slytherin tuvo un pinchazo de celos por ellas que no supo interpretar y que prefirió controlar. Cuando la Gryffindor se hubo tranquilizado Harry pidió al rubio que trajera un poco de té para los tres, no tardó más de dos minutos ya que Keacher al saber de la llegada de Hermione ya lo había preparado.

-¿Estás mejor Granger?- le preguntó el Silver Prince pasándole una taza de té.

-Sí, un poco mejor, gracias Malfoy.

-¿Qué te ha pasado Herm?

-Ron... Ron y yo... bueno... nosotros...

-Hablaste con él sobre el embarazo y discutisteis ¿cierto?

-Sí, le pregunté si él querría tener hijos y él dijo que no, que eran un incordio un gasto continuo, entonces le propuse la hipótesis de que yo estuviera embarazada y dijo que sino abortaba lo metería en un orfanato- terminó echándose a llorar de nuevo.

-Merlín, Weasley tiene cada día menos delicadeza, no me extraña que el Barón Sanguinario se quejara de que Sir Nicolás no dejara de darle la tabarra con lo ofendido que estaba con Weasley y su tacto de hacha mal afilada.

-Draco...

-Ah, disculpa, creo que me he pasado, siento la ofensa Granger, de verdad, a veces hablo sin pensar en lo que digo.

-No te preocupes Malfoy has dicho lo que estaba pensando, ¿Os importaría que me quedara aquí un tiempo?

-No, por supuesto que no, pero tendrás que quedarte en la cúpula.

-No hay problema con eso.

-De acuerdo, sube a la habitación y date una ducha para tranquilizarte, haré un poco más habitable la cúpula para que duermas mientras Draco avisa a mis padres.

-Muchas gracias.

 

Mientras los dos Gryffindor subían a la habitación Draco llamó por la chimenea al trío y les contó brevemente lo ocurrido. Ellos se ofrecieron a volver enseguida pero él se negó diciendo que podían controlarlo y que disfrutaran de la cena. Harry bajó al poco rato totalmente disgustado por lo que había hecho su amigo, el rubio le dio la mano en gesto de apoyo y se quedaron sentados en el sofá.

-La pobre está hecha polvo, no me imaginaba que Ron fuera así.

-Harry, no quiero que te enfades pero tengo una ligera duda y me gustaría que me respondieras con sinceridad, ¿tú crees que él la quiere?

-¿Sinceramente?- el Slytherin asintió, el Golden Boy miró un rato al suelo y comenzó a responder despacio.- Yo quiero creer que la quiere pero sé que si en menos de cinco minutos no aparece llamando al timbre como un loco tendré serias dudas, y eso no me hará feliz, ni a ella tampoco.

-Entonces espero de corazón que Weasley se aparezca en menos de cinco minutos y perdiendo el culo por su mujer.

 

Hermione bajó casi enseguida con el pelo húmedo y unos vaqueros y una camiseta de Harry que había ajustado para ella con magia. Harry se levantó para preguntarle qué tal estaba pero el timbre empezó a sonar como loco. Se miraron entre ellos sin saber qué hacer hasta que oyeron a Ron gritar al otro lado.

-Draco, llévate a Hermione al invernadero, yo me encargo de Ron.

-Por supuesto, vamos Granger.

 

Mientras Harry iba a abrir ellos se fueron al invernadero que nada más entrar se iluminó con suavidad. La Gryffindor algo incómoda se sentó en una banqueta mirando curiosa a su alrededor, de mientras el rubio daba vueltas nervioso.

-¿Quieres ver qué está pasando?

-¿Se puede?

-Por supuesto- hizo un complicado gesto con la varita y apareció un espejo delante de ambos, Weasley y Harry estaban en la cocina y el pelirrojo le contaba a Harry lo que había pasado mientras éste le servía un café.

-No sé que hacer Harry, no sé dónde está, ¿ha pasado por aquí?

-Sólo un momento, se ha vuelto a ir cuando ha supuesto que vendrías a buscarla aquí primero- respondió el moreno.

-No sé dónde buscarla, no entiendo por qué se ha puesto así, ¿qué he dicho tan horrible como para que se ponga así?

-¿Decirle que los hijos son un estorbo y que quieres que aborte o abandone al niño si lo tenéis? ¿Te parece algo normal para decirle a tu mujer?

-¿Tú no harías lo mismo?

-¡¿PERO TÚ ERES TONTO O QUÉ TE PASA?! ¡A mí mis tíos me trataron como basura, ¿te crees que dejaría que a otro le pasara lo mismo que a mí?! ¿Cómo puedes sólo pensar en abandonar a la sangre de tu sangre? ¡Por eso mismo Voldemort fue tan hijo de puta, porque la gilipollas de su madre lo abandonó!

-¿Pero por qué te pones ahora tú también así? Todos os lo tomáis demasiado a pecho, ¡ella casi me pega!

-¡Joder está embarazada! ¿Cómo quieres que se lo tome?

-Eso no me lo había dicho- el pelirrojo miró a su alrededor en silencio.- ¿Oye, y dónde te has dejado a la serpiente desteñida?

-Se llama Draco y está en su invernadero, ¿para qué lo quieres?

-Para nada, es para saber si me lo voy a encontrar al salir o no, no quiero acercarme a su asquerosa presencia de mortífago.

-Ron, sabes que eso no es verdad.

-Vamos Harry, sabes que piensas lo mismo que yo- miró el reloj y se levantó de la banqueta.-Tengo que seguir buscando a Hermione, a ver si puedo hacerla recapacitar, y si tienes que quitarte de en medio al proyecto fallido de mortífago avísame para que te eche una mano.

-Ron, no voy a querer quitarme a Draco nunca de encima, él no es un proyecto fallido de mortífago y está quedando patente que él tiene más sensibilidad de la que a ti te atribuía.

-¿Qué estás diciendo? No te reconozco Harry, ¿dices que Malfoy es mejor que yo? ¿Cómo puedes decirme algo así?

-Tal y como lo estoy haciendo ahora, con palabras, a quien no se reconoce eres tú Ron, ¿qué coño tienes el la cabeza? ¿Hacer recapacitar a Hermione? ¿Piensas asesinar a tu propio hijo? Si Hermione lo permitiera no estaría en contra porque es ella quien tiene que llevarlo nueve meses y es ella quien se arriesga, pero tú no tienes ningún derecho a decirle a ella que se deshaga o no de su hijo, es lo más insensible que he oído nunca.

-Lo hago para seguir juntos, para no haya nada que pueda separarnos, lo hago porque la quiero Harry.

-Si la quisieras no le habrías dicho cosas tan crueles, no seguirías con la idea de hacerla abortar y querrías tener el hijo con ella, ¡JODER! ¡Si la quisieras de verdad ella no habría venido pidiéndome que la esconda de ti!

-¿Qué sabes tú de amor? Nunca has querido a nadie, nadie te ha querido tampoco, tus tíos no te querían, no quisiste a Ginny ni a Chang, ni siquiera quisiste a Kyle, y encima gracias a ti él y mi hermana ya no son bienvenidos en casa.

-¡LO QUE ESE CABRÓN Y SU PUTA HAGAN ME LA SOPLA! ¡ELLOS SON LOS ÚNICOS CULPABLES DE LO QUE LES HA PASADO Y NO TE PERMITO PRONUNCIAR SUS NOMBRES BAJO MI TECHO!

-Pues que lo sepas, Kyle es mejor amigo que tú, él al menos me apoya en todo y me hecha una mano con el trabajo, no como tú que te quedas siempre con las mejores ofertas y las desechas todas como si nada te importara, eres egoísta. Me alegro de que te dejara, él y mi hermana, al menos así ambos son felices- Harry se abalanzó contra el pelirrojo llevando su puño directo a la cara y el espejo reventó en miles de trozos que desaparecieron mientras el Slytherin y la Gryffindor corrían a la cocina.

El primer puñetazo impactó directo en mitad de la nariz haciéndolo sangrar y el golpe contra el suelo lo dejó momentáneamente sin respiración. Escuchó gritos mientras el que antes fue su mejor amigo intentaba seguir golpeándolo encima de él. Alguien le quitó al moreno de encima y alguien más lo apartó de él, se levantó algo mareado y vio una maraña de pelo castaño rizado.

-¡Hermione!- en respuesta recibió una cachetada que le volvió la cara.- ¿Pero qué...?- levantó la mano para devolverla pero alguien lo paró.

-No se te ocurra tocarla pobretón o le quito la inmovilidad a Harry y dejo que te convierta en un hielo con forma y color- lo amenazó el rubio con veneno el la voz y soltando vaho por la baja temperatura que había de repente en la cocina.- Sal ahora mismo de esta casa y, a menos que recapacites y vengas a disculparte, no se te ocurra volver a pasarte jamás por aquí, no te mereces tenerlo a tu lado, ni a él ni a ella, vete.

 

Cuando Draco lo soltó, el pelirrojo obedeció enfurecido y cerró la puerta de entrada con un portazo, en la cocina Hermione y el rubio respiraron tranquilos y le devolvieron la inmovilidad a Harry que desapareció a la velocidad de la luz por el salón antes de que pudieran detenerlo. La temperatura comenzó a volver a la normalidad con lentitud, Draco cogió un par de tazas y las llenó de café caliente, le tendió una a la morena.

-¿Estás bien?- le preguntó, ella asintió intentando calentarse las manos con la taza.- Me alegro.

-Malfoy...

-¿Sí?

-Gracias.

-No soporto que dañen a las mujeres y mucho menos embarazadas, además Harry habría hecho lo mismo y puede que se enfadara si no lo impedía pudiendo hacerlo.

-¿Crees que estará bien?

-No, iré ahora a buscarlo, creo que si me acerco mientras siga así de enfadado me convertirá en un trozo de hielo- suspiró y dejó la taza en la encimera.- No sé cómo habrá conseguido correr tan rápido pero ya le preguntaré más tarde, es tarde ¿podrías buscar a Keacher y pedirle que nos hiciera algo ligero para cenar? Luego túmbate en el sofá, volveré cuando haya encontrado a Harry y se haya tranquilizado un poco.

-De acuerdo, no tardéis mucho, por favor.

-No te preocupes- salió de la cocina y se cruzó con Athem.- ¿Está arriba?

-No, creo haberlo visto en el linde del bosque.

-De acuerdo, cuida de ella.

-Por supuesto.

 

Draco cogió su escoba y voló hacia el bosque lo más rápido que podía, hacía frío y empezaba a llover. Bajó de la escoba para meterse entre los árboles y siguió el frío, dedujo con lógica que cuanto más frío sintiera más cerca estaría de su procedencia y por tanto de Harry. Lo encontró rodeado de una capa de hielo que hacía un trono con las ramas de los árboles, estaba encogido con las piernas contra su pecho y las rodillas rodeadas por sus brazos. Se acercó despacio a él y se sentó a su lado para acariciarle el pelo con suavidad. No dijo nada, simplemente siguió acariciándole el pelo hasta que el moreno cambió de posición y lo abrazó pasándole algo del frío que creaba, cuando el Gryffindor lo sintió estremecerse en el abrazo se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se separó enseguida.

-Lo siento Draco, no quería pasarte frío.

-No importa, por mi no hay problema por que te desahogues, estaré contigo cuanto quieras- respondió dulce el Slytherin.

-Gracias- lo volvió a abrazar pero su temperatura había aumentado para no enfriar al rubio. Se quedaron un rato en silencio, abrazados y sin moverse.- ¿Cómo está Herm?

-Igual de afectada que tú, la he dejado con Athem para venir a buscarte y le he prometido que volveríamos pronto, ¿te sientes capaz de volver?

-Creo que sí.

-Harry, controla tu temperatura, no podemos dejar que se resfríe sería fatal para el feto, vas a ser medimago, me imagino que ya lo sabrás.

-Sí, volvamos andando para que me vaya normalizando ¿vale?

-Lo que tú quieras, mientras nos vea llegar creo que estará tranquila.

 

Ambos chicos se levantaron despacio y cogidos de la mano volvieron con tranquilidad a la casa, Salazar serpenteó hasta ellos para enroscarse en Harry y que lo llevara de vuelta a casa.

-¿Estás mejor pequeño hablador?

-Sólo un poco Salazar, Draco consigue mantenerme de una pieza.

-Quién me diría que el resentido sería ahora tu mayor apoyo, me alegro por ti Harry, parecéis dos mitades de una misma pieza.

-A veces eres un cursi, pero tienes razón, de alguna forma él me completa.

-¿De qué habláis vosotros dos?

-Salazar me preguntaba si estaba bien.

-¿Y lo estás?- preguntó el rubio preocupado.

-No del todo, me ha dolido mucho todo esto.

-Yo estaré a tu lado.

 

Hermione lo abrazó cuando llegaron a casa, ninguno soltó la mano del otro y eso no se le pasó a la Gryffindor pero prefirió dejarlo para otro momento y los tres optaron por comer los sándwiches que había hecho Keacher para cenar y luego irse a la cama. Dejaron el baño primero para la Gryffindor mientras ellos se cambiaban en el vestidor, cuando Hermione hubo subido a la cúpula apagaron las luces y se metieron abrazados a la cama.

 

Draco despertó sobresaltado, había tenido una pesadilla en la que Harry le decía que no lo quería más a su lado, que ya no sería su guía porque no le importaba, le soltaba la mano y más frío que el hielo se alejaba de él dejándolo a oscuras y solo. Alguien lo abrazó con suavidad y se dejó llevar por el olor a miel, Harry le acariciaba el pelo con tranquilidad y le daba calor.

-¿Estás mejor?

-Sí, gracias.

-¿Qué te ha pasado?

-He tenido una pesadilla.

-¿Cuál? Dicen que si cuentas las pesadillas no se cumplen.

-No es para tanto.

-A mí no me ha parecido que fuera así, cuéntamelo.

-Era una pesadilla en la que te ibas y me dejabas solo,  en la que me decías que ya no serías mi guía y yo me quedaba totalmente solo, sin nadie para apoyarme ni quererme ni nada.

-Sueñas tonterías, ¿por eso estabas tan inquieto? ¡Qué chorrada!- el rubio lo miró triste.- ¿Cómo puedes pensar que te voy a dejar tirado? Sería incapaz de dejarte ir, no cuando sólo tú puedes mantenerme de una pieza Silver Prince.

-¿Cómo lo haces?

-¿Hacer el qué?

-Aguantar tanto, ayer estabas totalmente deshecho y hoy sonríes como si nada aunque fuera está nublado, ¿cómo consigues sonreír y que parezca de verdad? ¿Cómo consigues seguir siendo un cielo después de todo?

-Porque sé que si alguien me necesita no puedo derrumbarme porque él se derrumbará conmigo, y yo quiero que sigas estando en lo alto Draco, siempre.

-Eres muy fuerte Harry.

-Sólo porque tengo motivos para ello, vamos levantándonos, Hermione bajará dentro de poco.

-De acuerdo.

 

Al bajar se encontraron a los tres mayores con resaca desayunando café negro con mucha azúcar. Se sentaron en la mesa para desayunar y pronto se reunió Hermione con ellos, nadie hizo ningún comentario sobre lo acontecido la noche anterior y eso ayudó a mantener el ambiente tranquilo. Harry se encerró en la cúpula y el rubio decidió dejarlo un rato tranquilo y cuidar a Hermione de su parte mientras los mayores se quedaban dormidos en su habitación.

-¿Malfoy?

-¿Sí, Granger?

-¿Qué tal lo llevas viviendo aquí?

-Bastante bien, Harry es una buena compañía, me divierte mucho.

-Ya he visto que os lleváis genial- se quedaron un momento en silencio.- ¿Crees que estará bien?

-Algo mejor, ahora necesita pensar, pero el cielo empieza a clarear lo que quiere decir que se va tranquilizando, lo mejor es dejarlo estar un rato para que se despache a gusto.

-Ya veo- otro silencio.- ¿Malfoy, qué piensas de Harry?

-Muchas cosas, la verdad es que él ha sido realmente amable conmigo desde el primer momento que llegué aquí y me ha dado una oportunidad más cuando creí que lo había estropeado todo. Harry es la mejor persona que he conocido nunca, la más fuerte, divertida y dulce, si no fuera por él no sé que sería ahora de mí.

-Lo quieres mucho ¿verdad?

-Sí, después de todo lo que hace por mí lo quiero muchísimo.

-¿Sabes? Puede que estés enamorado de él.

-¡¿Cómo?!

-No te alteres, no lo digo a malas sólo es una teoría- dijo la morena reconciliadora.

-¿De dónde sacas tal teoría?

-De varias cosas en las que me he fijado, vuestra relación es extraña, mucho más íntima de lo normal, no te molesta estar cerca de él físicamente y eso es algo que Ron nunca hubiera permitido por muchos años de amistad que llevaran, aunque puede que dependa también de la persona- acabó pensando un poco en voz alta.- Perdón me he despistado, decía que vuestra relación es muchísimo mas íntima de lo normal, nosotros con seis años de estrecha amistad no hemos llegado a conocernos de la forma en que os conocéis vosotros. También te deshaces en halagos de él, no ves nada malo en él nunca porque cualquier cosa mala forma parte de él mismo y lo aceptas igual que hace él contigo, y hay que añadir que lo miras como Sirius mira a Remus y Severus.

-¿De verdad ves todo eso?

-Puede que no te hayas dado cuenta todavía, no quiero influenciarte pero siempre puedes pensártelo para saber si estoy en lo cierto o no.

-Nunca me había planteado que fuera gay.

-¿En serio?

-Totalmente, pero ahora que me doy cuenta los chicos no me han sido nunca indiferentes pero tampoco me ha interesado ninguno especialmente.

-Entonces es que serás o bisexual o un gay muy caprichoso- se río Hermione.

-Puede, tendré que pensarme lo que me has dicho.

-Sería lo mejor, ¡oh!

-¿Qué? ¿Qué pasa?

-Parece que lo que hay aquí empieza a tener vida propia- respondió poniéndose una mano en el vientre.- Mira.

 

Draco puso la mano con cuidado y notó un calor agradable, una ligera oleada de magia que llegaba hasta la palma de su mano. Se quedó maravillado un rato con la mano en el vientre de la Gryffindor sonriendo encantado de sentir algo tan lindo y de repente quiso tener uno él también y que tuviera el pelo negro azabache y los ojos grises, no necesitaba pensar mucho para saber quién sería el padre y la idea de tenerlo con Harry no lo desagradaba en absoluto, pero desechó el pensamiento por si estaba influenciado por la conversación con la Gryffindor.

 

Harry bajó hacia el medio día buscando a Draco, dejando a Hermione dormida en el sofá ambos subieron a la cúpula de la mano y en silencio. Al llegar frente al pensadero el rubio se atrevió a preguntar el por qué de haberlo subido allí.

-Necesito que veas algo.

-De acuerdo, pero ¿no es demasiado privado?

-No, no para ti, además necesito a alguien imparcial, yo ya no puedo juzgar porque me dejaré llevar por los sentimientos.

-¿Qué quieres que juzgue?

-Quiero que veas mis recuerdos sobre Ron y que con ello me digas si recapacitará o no sobre lo que ha hecho, necesito saberlo porque no soporto pensar que mi mejor amigo sea capaz de hacer algo así y no arrepentirse después.

-De acuerdo, ¿vendrás conmigo esta vez?

-Sí, hay varias cosas que tendré que explicarte.

-Bien, ¿preparado?

-Eso creo.

-Pues vamos- se inclinaron hacia el pensadero y se dejaron llevar por los recuerdos de Harry.

 

Hermione despertó al oír el timbre sonando con insistencia, se levantó con cuidado y esperó a que su cabeza se estabilizara un poco, luego se dirigió a abrir. Por si las moscas miró por la mirilla, se asustó un momento al ver un brillo pelirrojo pero al darse cuenta de que eran dos cabezas con el mismo peinado suspiró tranquila y abrió la puerta. Los gemelos la miraron extrañados pero felices de volver a verla.

-Herm, ¿qué haces aquí? ¿Y Harry? ¿Estás bien? ¿Está Ron contigo también? ¿Por qué no se oyen gritos? Malfoy debería de estar aquí también ¿no?

-Esto... Sí, bueno las preguntas de una en una, sobre Ron y yo la cosa es muy larga y no se oyen gritos porque el Ron no está aquí y Malfoy está hablando con Harry, o eso creo- terminó dudando, se había quedado dormida escuchando al Slytherin tocar el piano.

-Bueno, pues busquemos a esos dos para que nos reunamos todos y nos pongas al día de todo lo que ha pasado.

-De acuerdo, creo que estarán en la cúpula, no hagáis mucho ruido por favor, el trío calavera está de resaca.

 

Los tres subieron en silencio hasta la habitación de Harry y Draco, cuando intentaron subir por la escalerita de caracol la barrera mágica se lo impidió por lo que llamaron a Harry gritando un poco para que los oyeran. Los ex-némesis no tardaron en bajar, aunque Harry estaba algo pálido y decaído, sonrió a los gemelos y los abrazó, aún así no soltó la mano del rubio en ningún momento.

-Vaya, vaya, Malfoy parece que ya te arreglas bien con nuestro rey león- se rieron los pelirrojos.- Nos alegra ver que habéis resuelto vuestras diferencias, siempre nos pareciste un tipo interesante.

-Eh... ¿gracias?

-Bueno, al parecer ha pasado algo nuevo, contádnoslo para que nos pongamos al día, hace mucho que no os vemos.

-Fred, George, no... no son buenas noticias.

-¿Merlín, qué ha pasado? ¿Estáis enfermos?

-No, no es eso, es que... estoy embarazada.

-¡¿En serio?! ¡ESTUPENDO! ¡Seremos tíos!- gritaron locos de felicidad dando saltitos por la habitación. Entonces Fred cayó en la cuenta de algo y paró por completo.- Un momento, ¿entonces, cuál es la mala noticia?

-Veréis...

 

Entre los tres más jóvenes les explicaron a los gemelos todo lo que había ocurrido la noche anterior, a medida que contaban los hechos la felicidad y el brillo en los rostros de los pelirrojos era transformado en ira. No podían creer que Ron hubiera sido capaz de algo semejante, sabían que su hermano era corto de luces pero nunca pensaron que pudiera llegar a ese extremo de inhumanidad.

-No sé cómo llamarlo- comentó George paseando por el cuarto.

-Es que no tiene nombre- respondió Fred.- Pero algo está claro, no te vamos a dejar tirada Herm, ese hijo tuyo es nuestro sobrino y no vamos a dejarte desatendida. Harry ya tiene a Malfoy de invitado así que mañana mismo te trasladas a nuestra casa, te llevaremos a San Mugo cuanto sea necesario y estaremos contigo cuanto sea posible y esperemos que el descerebrado de nuestro hermano tenga la habilidad de devolver a la vida su única neurona.

-Pero...

-Nada de pero, no hay discusión posible, y esta noche nos vamos de fiesta para despejarnos.

-¿Creéis que irse de fiesta es lo mejor?

-Yo creo que es buena idea- intervino Draco.- Estáis destrozados y mientras sigáis teniendo tiempo para pensar seguiréis sintiéndoos mal, así que lo mejor para vosotros es que os despejéis un poco.

-Está bien.

 

Se prepararon para la noche, Draco se volvió a poner su pulsera con su nombre del Inframundo al igual que el colgante de Slytherin que le dejó Harry. Cuando el moreno salió del baño se quedó sin aire momentáneamente, los pantalones negros de hoy se le ajustaban divinamente y la camisa blanca con dragones dorados dejaba expuesto gran parte de su pecho lampiño. La cadena con el león al cuello, el reloj con su nombre del Inframundo y la pulsera de Slytherin. No se cambió el piercing pero le dio uno nuevo a Draco, un medio aro con forma de serpiente que el rubio aceptó encantado con un abrazo. Hermione había conseguido recuperar un vestido blanco con volantes y con las mangas por partes, terminaban en su hombro y volvían a empezar algo más arriba del codo con correas negras a juego con el cinturón y las botas de tacón. Los gemelos agrandaron un poco de ropa de Harry y se vistieron iguales, pantalones negros y camisa roja, cuadriplicaron el cinturón de cadenas de Harry para que los chicos se lo pusieran y así partieron al Inframundo.

 

El portero los dejó pasar sin ninguna queja, la música a todo volumen los recibió, todos bailaban, Baco se acercó e intentó convencer a Harry de que cantara con él de nuevo pero el moreno se disculpó diciendo que no se sentía de humor. Luego vio a Hermione y le preguntó a ella si bailaría algo, ella aceptó encantada y subió con él  mientras los chicos se quedaban en la barra. La vieron bailar haciendo figuras de fuego e impresionando a los presentes, cuando terminó recibió una enorme ovación y volvió con los demás.

 

Draco se fijó en la piscina natural que estaba en medio del lugar y se levantó para verla mejor, Harry lo vio y lo siguió.

-¿Qué pasa Draco?

-La piscina, no me había fijado en ella hasta ahora.

-Ah, se utiliza muy poco.

-Pues yo quiero un baño, ¡vamos!- tiró de Harry para caer los dos al agua.

-¡No, Draco espera!- pero era demasiado tarde porque su pelo tocó el agua y detrás fue el resto de su cuerpo. Sumergió enseguida.- Mierda Draco, no tienes ni idea de lo que has hecho.

-¿Qué?- de repente una luz dorada los envolvió mientras el agua bullía a su alrededor.- ¿Qué pasa Harry?

-Esta agua es especial, la piscina sólo se puede utilizar de modo seguro las noches de luna llena, si no tiene malas reacciones- Draco intentó salir pero la ebullición del agua le impedía moverse salvo para mantenerse en la superficie, agarró la mano de Harry y la luz se hizo mas intensa, luego todo terminó.- Salgamos- nadaron al borde y salieron con ayuda de los gemelos, Hermione y Baco.

-¿Estáis bien? ¿Os ha pasado algo?

-No, no creo, no me duele nada ¿Draco?

-Tampoco- miró sus manos unidas y vio la muñeca de Harry.- Harry, tienes algo en la muñeca.

-¿Eh?- se miró la muñeca y el rubio hizo lo mismo, en pulcra letra gótica ambos tenían tatuado B.F.F.- ¡Oh dios mío! Se ha hecho el ritual.


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